Perdí la cuenta de las veces que en Ocho apellidos vascos se hace una chanza sobre el peinado de la protagonista femenina. No se me pasó por alto, sin embargo, que en cada una de ellas, la respuesta de la sala abarrotada fue una estentórea carcajada, acompañada con hipidos, palmas, y en el caso del ser humano que tenía a mi izquierda, puñetazos en el reposabrazos de la butaca. Y así, con absolutamente todas las guasas requetesobadas que espolvorean el guion —por llamarlo de alguna manera— de la película que, conforme a lo previsto, ha reventado las taquillas en el primer fin de semana de su estreno y que gracias al boca a oreja y a la promoción salvaje lo seguirá haciendo en las próximas fechas.
¿Es ahora cuando me pongo estupendo y les aconsejo que, si no lo han hecho ya, no pierdan ni su tiempo ni su dinero echándose a la retina una amalgama de chirigotas que se sabrán de memoria a nada que hayan visto media docena de sketches de Vaya Semanita? Pues miren, no me da el ego para tanto. De las seiscientas bulliciosas almas que llenaban el cine, la única que al encenderse las luces tenía cara de sota era la mía. Sé cuándo estoy en abrumadora minoría, del mismo modo que soy capaz de reconocer que en caso de tan aplastante desequilibrio, lo más probable es que el equivocado sea yo.
Confieso, además, que todo lo que no me reí frente a la pantalla lo estoy compensando con el despiporre que me provocan ciertas lecturas sobre el presunto mensaje de la cinta. Es intolerable que echen sacarina a la ETA, claman unos. Indignante burla al pueblo vasco, se encabritan otros. Un poco de chiste sí somos.
La cinta sí tiene mensaje, ya lo dijo el «hermoso» de Cobeaga (joder, qué guapos son todos los que denigran al País Vasco) y es que no somos tan diferentes (de «otros» españoles, claro). Nada nuevo bajo el sol, ya lo hicieron en Vaya Semanita ,una tortura durante años, y es que la intención es colárnosla con la excusa de que tenemos que reírnos de nosotros mismos (como si ellos fueran nosotros, ¿por qué no hacen mofa de la gente que vino a vivir aquí o de los que teniendo 8 apellidos vascos son más españoles que Franco? No, hacen bromas de los vascos abertzales, lo que no son ellos, como el personaje del sosaina de Otxoa que hacía de hijo abertzale asexuado y de padres «maketos», con sustancia y folladores).
El humor no es gratuito y no es inocente, quizá yo dramatice demasiado ya que los españoles también se han reído con Torrente y no pasa nada y esto es una mamonada horterada igual (o como Airbag, por cierto, un bucle infinito). Yo desde luego, no he visto Torrente alguno ni veré ésta (ni la que va a rodar el «carapandehogaza» este sobre Egiguren y que tantas ganas tenías de ver tú el otro día cuando le entrevistaste al susodicho). Una más que nos la cuelan pero con no ir al cine suficiente, lo malo es que está en todas partes y no se puede una abstraer.
De acuerdo con BbB.
Pues, Vizcaino Jn, estar en franca minoria en cuestión de gustos no equivale automáticamente a andar errado:» come mierda, millones de moscas no puden estar equivocadas».
Hace un par de años, o quizás menos, el SKA de Santurtzi andaba a rebosar durante las jornadas teatrales que se celebran todos los años.
Elegí tres, un drama, una cosa experimental y una comedia (o así) llamada Burundanga.
Decir que había aullidos de risa en la sala quizás sea quedarse corta, pero juro por Monthy Phyton que la mayoria de compañeras de butaca que llenaban la sala salieron con los esfínteres mas flojos que cuando entraron.
A mi me pareció entre mala y peor y encima con unas interpetaciones patéticas -salvo quizás, la de Cesar Camino- y hablo de una persona (menda) que todos los dias de su vida se echa alguna carcajada.
También se hablaba de «la ETA» (me pregunto por qué no hablarán de la infantona, del Mariano, del Munilla…) pero no es esa la cuestión.
Si a una sucesión de chistes primarios de la hondura y la sutileza de Pepito Piscinas y Los Bingueros, por poner un ejemplo, lo llaman humor, pues habrá que aceptarlo.
Pero que se dediquen a insultar a los vascos sabiendo que buena parte de ellos y ellas encima pagarán de un manera u otra por ello, a lo peor sí que es para reirse de nosotros a la puta cara.
Tiene razón BBB cuando dice que el humor no es inocente.
Yo ya abandoné la supuesta gracia de Vaya Semanita después del primer skech de Los Lopez o los Perez (no me acuerdo del apellido) y eso que, a pesar de conocer un poco la trayectoria de Terol and friends me di un margen de confianza a ver si esta vez…incluso cuando andaba meneando la colita de plató en plató español para vender sus libros, esos que promocionaban «a lo gratis» en todo tipo de escenarios públicos donde denigrar a los vascos abertzales se justifique de cualquier manera que no sea honrada.
Estaria dispuesta a ver , que no a pagar (osea, a descargarme) algo antivasco con tal de que fuera inteligente, ingenioso, sorprendente, original, lo que sea, pero con talento.
Pero para ver la reedición de Airbag en otro estilo adaptado al S XXI, quesufra Rita la Cantaora.
Bueno, pues me va a tocar dar la nota discordante, again.
Se está hablando de varias cosas.
Sobre lo de reírse o no o las carcajadas generalizadas. Me considero un tipo con sentido del humor (supongo que como todos) pero no de risa fácil y menos de carcajada fácil.
Me llama la atención y me resulta hasta incómodo verle rodeado de gente a carcajada limpia, la verdad.
La última vez me ha pasado con Les Luthiers; que quizás tenía idealizados y esperaba más. La calidad artística la tienen, y las tablas y la vis cómica la tienen y con eso ya vale para pasar un buen rato pero…la gente se descojonaba con los gags mil veces escuchados y…yo me sentía raro.
Bueno, que me desvío.
No le llama nada esta peli. Me da mucha pereza y no tengo dudas de que va a ser una sucesión de topicazos muy simplones, previsibles, forzados y encima realizados con poca gracia. Sin verla, lo admito. Pero creo que va a ir por ahí la cosa.
Tenemos el problema de que cuando algo funciona en un primer momento, se explota hasta la saciedad, se estruja la gallina y además se hacen malas copias.
Yo sí le veía la gracia a la primera etapa de Vaya Semanita; creo que tenía su punto y creo que había cierta espontaneidad. Pero pronto se hizo repetitivo y posteriores secuelas o intentos han sido auténticos pestiños.
Pero vamos, que es un tema de gustos y la verdad es que no pensaba que la cosa tuviera ese enfoque político que le veis. Me parece exageradísimo o, mejor dicho, con muy poca base.
Si he entendido bien; la cosa tendría gato encerrado.
Por un lado tenemos productos tipo Vaya Semanita que serían una estrategia de españolistas para atacar a los abertzales. Para insultarles. Me parece una pasada pensar eso.
Yo creo que fue simplemente una ocurrencia, acercarse (y tampoco mucho) a un tema que nadie había tocado de esa forma, un par de buenas ideas para un par de gags, un par de gags que funcionaron bien entre el público (abertzales o no) y después, lo que decía, exprimir la gallina. Tirar del hilo hasta la saciedad. Eso puede ser criticable pero…no entiendo que nadie se tenga que sentir insultado ni ofendido (pues…si es por eso, tienen que estar los andaluces en la ofensa permanente). Porque además es que era algo absolutamente menor que seguramente tuvo un recorrido que ni ellos esperaban (como para pensar en que detrás había no sé qué conspiración anti vasca).
Y por otro lado, tenemos una peli como esta que se comenta detrás de la cual estaría una perversa intención de sugerir algo así como cierta cordialidad o buen rollo entre vascos y españoles, o, peor aún, cierta afinidad. Y, claro, ante eso hay que ponerse en “prevengan”, no nos la vayan a colar; que quede claro que no tenemos nada que ver con ningún español y relaciones con ellos, las justitas y obligatorias. Pues otra exageración o casi paranoia como un piano.
Esta peli será una sinsorgada que parte de algo que yo creo que no es malo. Los vascos…caemos bastante bien al resto de los españoles. Por supuesto que hay ultras, fachas…etc, etc que nos odian…pero a una mayoría de españoles les caemos muy, pero que muy bien. No es el caso de los catalanes, por ejemplo, con quienes se pasan bastantes pueblos (con la correspondiente reciprocidad de algunos catalanes, todo sea dicho).
Pero con los vascos…flipan. Yo creo que le resultamos auténticos. Les gusta nuestra tierra, les gusta nuestra forma de ser, les gusta nuestra gastronomía, y les gustan nuestros tópicos. Y tiran de ello. Les encanta tener amigos vascos y presumir de ello.
Yo, al menos, es la experiencia que tengo y en muchas partes de España y con casi todo el mundo. Y van a lo básico; siempre está el que sólo porque eres vasco te llama Patxi y cada vez que vuelves de un fin de semana en casa te pregunta si cuántos txuletones te has tomado. Pues vale, para mi eso es una muestra de afecto; no un insulto.
El anuncio aquel de Euskaltel de “Patxiiiiii!!!!!!” ¿es tb un insulto a los vascos?
Esas cosas gustan; y gustan mucho en el resto de España; las hace gracia. Y les hace gracia porque les caemos bien. No veo nada de malo en eso.
Y el guionista, que lo sabe, pues trata de explotar el filón. Yo creo que es tan simple como eso. No veo dónde buscar tres pies al gato.
Más miedo me da ese anuncio del rodaje de “El Negociador” pero no porque lo vea igualmente como un ataque ni nada parecido sinom porque siendo la idea sugerente (tal y como se la he oído explicar a Cobeaga; el enfoque que dice querer darle) creo que es un tema en el que hay que ser muy bueno para quede algo fino, elegante, inteligente, respetuoso. Y eso es ser muy amibicioso. Si no se da el nivel…el bodrio puede ser importante.
En España,Larry,lo que cae bien es el vasco «domesticado»,el vasco-Español y mejor aun el Español-vasco.O sea,en España cae bien «chomin del regato».No nos engañemos……
Ados BbB-rekin.
Pero la gran pregunta es, por consiguiente: ¿por qué se financió esa «tortura durante años» -madre de esta versión infame cinematográfica- por la TV pública propia, dirigida por añadidura por presuntos abertzale desde Lakua?
Pues va a tener razón Javier.Un poco de chiste si que somos…Baste leer algunos comentarios.Que horror!Lo que nos queda todavía para madurar!
Xabier, en España, la gente normal…(que es la mayoría de la gente) no sabe y ni siquiera le interesa si estás o no «domesticado». Las personas tratan con personas. Y entre personas, en España ser vasco, pese a todo lo que ha pasado, es buena carta de presentación. Y nadie te pide tu carnet político, ni tu sentimiento identitario.
Supongo que tú tampoco le pides la afiliación política a un madrileño o asturianos que conoces.
Y ciertamente cuando se suscita el tema político, pues hay de todo. Ciertamente la inmensa mayoría no entiende lo que pasa aquí (me gustaría saber si lo entendemos nosotros) y tiene una visión totalmente distinta (lo cual es lógico al 100% porque la perspectiva es distinta) pero son muchísimos los que precisamente quieren entender y preguntan desde el respeto y el interés, aunque sigan sin entenderlo.
Por supuesto, como las perspectivas son distintas, en la discusión se choca (es curioso, como en un sitio o en otro, según la postura del de enfrente, la propia postura de uno se escora más a un lado u otro para hacerle entender otros puntos de vista; yo, en Asturias y en Andalucía he defendid0 posturas independentistas y hasta el discurso de la violencia de respuesta; para hacerles ve que las cosas no son ni blancas ni negras); y en ese choque la cosa se puede calentar como nos calentamos aquí (porque ni aquí ni allí aceptamos las posiciones ajenas, no sabemos admitir la discrepancia ni etiquetar, si atacar, sin atrincherarnos y ver enemigos malvados) pero como el conocimiento de la persona es previo y es lo que vale, la cosa queda en la discusión. Y la relación sigue igual de buena. Esa es la regla muy general.
Y en lo personal, de entrada, sin etiquetas políticas preconcebidas previas ni en un sentido u otro (que creo que es lo sano), los vascos estamos bien considerados.
Pues a mi sí que me ha hecho reir a carcajadas.
En fin, para gustos, los colores.