Tengo dicho mil veces que no se me dan bien las profecías. Sin embargo, en el minuto en que tecleo estas líneas albergo pocas dudas de que la declaración de emergencia sanitaria en la demarcación autonómica está al caer. Quizá nos lo anuncien hoy mismo en la comparecencia que sigue al Consejo de Gobierno. Casi seguro, al mismo tiempo se nos dará cuenta de nuevas restricciones. Ya no me atrevo a decir de qué alcance, pero será mejor que vayamos concienciándonos de que, contra lo que creíamos, estas navidades tampoco son las que soñábamos hace apenas un mes. Mucho tienen que cambiar las cosas para que podamos volver a juntar a la familia en torno a una mesa. Y, como ya escribí el otro día, será mucha suerte —o mucha temeridad— que podamos celebrar cenas de cuadrilla o de empresa en las próximas semanas. De Santo Tomás en Donostia o Bilbao, vayamos olvidándonos. Igual que de cualquier concentración masiva de aquí a no sabemos cuánto.
Pese a que Europa nos pide que nos preparemos para lo peor por la irrupción de la variante ómicron cuando todavía seguimos multiplicando los contagios de la delta, lo tremebundo es que la ciudadana y el ciudadano de pie está, estamos, en otra clave. Vivimos en una realidad paralela que se niega a aceptar la evidencia de los datos. Hemos hecho planes para las celebraciones y parecemos no estar dispuestos a aceptar esta vez que nos los cambien. Ahí las autoridades sanitarias van a tener que sudar tinta china para hacernos entrar en razón. Ya sabemos que los jueces locales no van a colaborar en absoluto. No queda sino entonar un sálvese quien pueda.
Y las consecuencias de no tener en cuenta a África vuelven a darnos un mordisco en nuestro desprotegido trasero.
La delta un orden de magnitud más mortífero que la gripe sin vacunas, se transmite como un catarro común.
Ómicron está desplazando a delta como si fuera una puñetera apisonadora. ¿Es más leve? ¿Funcionan con ella las vacunas?Podemos tener la esperanza de que sea así, aunque es una apuesta.
Apuesta que ya se está realizando. Ómicron está aquí.
Entiendo la necesidad humana de divertirse. No, en serio, la entiendo. Pero estamos jugando con decenas de miles de vidas.
El Supremo deja con el culo al aire a los togados del karaoke.
A eso le llamarán los de siempre, funcionamiento normal de la justicia.
Lo más determinante es el progresivo aumento de la ocupación hospitalaria y de UCIs. Y el consecuente aumento de los fallecidos.
Contra eso poco se puede oponer. Incluso los que ya empezamos a creer que hay un punto importante de desmesura en todo esto y en la forma en que se «juega» con las cifras…ante ese aumento de la presión hospitalaria, aunque también pensemos que parte del problema está en el debilitamiento del sistema a partir de la crisis financiera (también de Osakidetza), tenemos que ayudar al esfuerzo colectivo y ser responsables y no empeorar las cosas.
Eso es una cosa y otra que hay una sobreactuación, en cuanto a alarmismo, en muchos mensajes.
Como en una peli de película generalista de serie b de los domingos por la tarde se nos anuncia con toda solemnidad una nueva cepa asesina (joder..encima le ponen nombre de robot de los malos de Mazinger Z) y empieza el goteo de titulares a toda plana…¡¡¡cerramos fronteras!!! ¡¡un caso en Bruselas!!!! ¡¡¡un caso en Almendralejo!!!!
Total…que, como era lógico, la cepa lleva danzando semanas o meses por todo el mundo (como el propio virus llevaría suelto y provocando «gripes» desde verano del 2019 o antes) y no hay nada que indique que sea más grave que las otras. Es más…podría ser hasta más leve.
Como siempre; qué difícil es el punto medio o exacto.
Por cierto, al hilo de la resolución del TS favorable al pasaporte Covid en la CAV (que creo que es una buena noticia), me sigue chirriando mucho que un órgano judicial decida qué medidas son idóneas.
Y lo digo tanto cuando tumban las decisiones de los gobiernos como cuando las respaldan.
Porque lo que me chirría es lo mismo. Si un Tribunal decide qué medidas son idóneas o no, al final lo que hace ese tribunal, de alguna manera, es gobernar y a quien elegimos para gobernar no es a los tribunales, es a los gobiernos (bueno, a través de los parlamentos).
Si los gobiernos no toman las medidas idóneas…ya lo juzgaremos los electores y les castigaremos, o no, por ello.
Larry, muy de acuerdo con tu último post.
Si la alta judicatura quiere hacer intervención directa en politica que se presente a las elecciones.
Lo de los jueces no lo entiende nadie
Alarmismo ? ante la duda de si el bicho puede hacerse más fuerte y seguir y seguir matando o dejando enfermos crónicos tendremos que tener cuidado mientras no se demuestre que no es más peligrosa ni resistente a las vacunas .Por el momento parece según los médicos que los vacunados tienen síntomas más leves ,pero siempre se puede torcer la cosa con la gente que se vacunó antes o que tienen problemas de salud . Los que no se vacunaron ya ni comentar . Así que ojo al dato y no la liemos parda otra vez
Importante que se vacune en los países con menos recursos por ellos , por justicia y también por nosotros los que pensábamos que no nos podía pasar algo así y que solo ocurrían cosas así en el tercer mundo .
Las prisas nunca han sido buenas para nada. Desarrollar una vacuna costaba, hasta ahora, no menos de tres años y si interesaba mucho. Las vacunas contra el Covid se fraguaron en apenas doce meses. Había prisa, mucha prisa. El negocio era impresionante. Una vez conseguidas había que decidir entre vacunar a pocos o vacunar a muchos. Se decidió vacunar a muchos con pocas vacunas y lo que hubiera sido una dosis se repartió en cuatro dosis. De vacunar a diez millones se pasaba a vacunar a cuarenta con la misma cantidad de vacunas. Éxito total, pero si tienes sed y te dan un vasito de agua al rato necesitarás otro vasito de agua. Con las vacunas pasó lo mismo, menos dosis más frecuencia de vacunación. Vamos para la tercera dosis. Si repartieron una dosis para cuatro aún nos faltaría la cuarta toma. También se puede pensar que con las prisas, no estuvieran del todo seguros los que las fabricaron, si el meternos la dosis completa de una sola vez no hubiera supuesto una sobredosis para muchos.
Total, mataron dos pájaros de un chute. Vendieron millones más de vacunas y no se les murió nadie. Que la noria no pare.
* No soy anti vacunas, tengo las dos dosis puestas y espero a que me llamen para ponerme la tercera, lo que pasa es que a veces a uno le da por pensar y llega a conclusiones como ésta.
No puedo estar de acuerdo con los anteriores comentarios en cuanto al funcionamiento del Poder Judicial. Lo que hacen los tribunales no es decidir sobre la bondad o no de una determinada resolución de ejecutiva. Resuelven sobre su adecuación o no al ordenamiento vigente. Y sí, puede haber resoluciones más o menos acertadas y, por supuesto, pueden ser corregidas por instancias superiores. Y no es cuestión de que los jueces se presenten a las elecciones, es cuestión de si aceptamos la separación de poderes en el Estado y de que el Poder (con mayúsculas) tenga CONTRAPESOS que controlen y sujeten la natural tendencia de este a el absolutismo. De los tres poderes que Montesquieu consideraba que constituían el estado, ejecutivo, legislativo y judicial, en nuestro país, dos de ellos están totalmente abducidnos por los partidos políticos; y el legislativo absorbido por el ejecutivo. Únicamente queda independiente el judicial, con todas las lacras que se quiera. Hay decisiones judiciales que me gustan más y otras menos, unas serán más y otras menos correctas, pero son la garantía de que existe mínimamente un control y un equilibrio entre los poderes del estado. El famoso CHECKS AND BALANCE que rige la Constitución yankee.