A golpe de melena

Marilyn, un pelo de escándalo

Llevo nueve meses haciendo un minucioso estudio de campo. Desde verano estoy examinando las pelambreras de mis coetáneas entre 35 y 50 años. ¡Tranquilos, solo reviso cabelleras! Ríanse si quieren, pero les juro que ha sido riguroso. He concluido que hay una especie de fobia social femenina a cortarse el pelo. No hay una frase más pronunciada en cualquier peluquería que córtame solo las puntas. Si la peluquera se excede más allá de los dos o tres centímetros, el tema adquiere tintes de tragedia griega.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *