¿Cenamos muy tarde? A alguna ministra se lo parece.” No es razonable un país que tiene abiertos sus restaurantes a la una de la madrugada”, dijo el otro día Yolanda Díaz, y se armó el belén. La hostelería ha cargado contra el supuesto adelanto de la hora de cierre que atenta contra la esencia española. “Esos horarios obedecen a que hay consumidores y una industria turística envidiada a nivel mundial”, asegura el sector.
O sea, somos el chiringuito de Europa, en versión Magaluf luxury, para que los turistas no se tiren al Don Simón. Pero ¿qué va a pensar el presidente de la patronal si fue el mismo que dijo que media jornada son 12 horas?
La lideresa madrileña no ha perdido comba. “España tiene la mejor vida nocturna del mundo. Nos quieren socialistas, sin alma, sin luz y sin restaurantes. Aburridos y en casa”, ha zanjado. Todo, claro está, mirándolo desde la perspectiva del cliente. Me gustaría ver a Ayuso solo un año tirando cañas y sirviendo tapas. No creo que pudiera vivir con el sueldo de poner copas y limpiar mesas hasta las dos de la madrugada.
Deduzco que la razón por la que faltan tantos camareros es porque están cansados de cobrar horas extras y pluses de nocturnidad. También es verdad que sin esos locales y sin esos horarios, ¿a dónde van a ir Tito Berni y compañía? A esa hora solo están los borrachos y los Koldos de turno en sus marisquerías de cabecera. Libertad ante todo.