Comparando, que es necesario

Willy-Toledo-sube-al-ring-de-P_54430693166_54028874188_960_639Quienes creen que las comparaciones son odiosas no van sobrados de autoestima o ignoran el diseño selectivo de la vida. Mientras poseamos libertad de elección es estimulante comparar a personas, datos, gobiernos, placeres e infortunios. ¡A ver por qué no vamos a contrastar a Pepa Bueno con Risto Mejide tras la sustitución traumática del publicitario por la periodista en Viajando con Chester! Llega Pepa al sofá de las entrevistas errantes con todo su prestigio profesional a cuestas y el primer día pierde medio millón de espectadores y tres puntos porcentuales de share en comparación con la última -y mejor- temporada de Mejide, a pesar del tirón mediático de sus invitados, Felipe González y José Coronado. Quizás lo haya soñado, pero no veo a la sucesora finalizando contrato ni cumpliendo expectativas. Chester no es un telediario, Vasile.

La diferencia entre Risto y Pepa es la misma que existe entre emoción y razón. Permíteme, Pepa, un consejo: no confrontes tus razones con el corazón porque de todas saldrás perdiendo. El problema es de origen. Al periodista se le educa en la objetividad relativa, mientras que al publicitario se le forma en la pura subjetividad, una distancia similar a la que hay entre mente y corazón. La gente de la publi son máquinas emocionales, algo sé yo de esto; mientras que los de prensa son racionales. Pepa es seria; Risto, creativo. Pepa no sorprende y Risto es imprevisible. Pepa quiere hacerlo bien, Risto prefiere ser distinto. ¿Un diálogo perfecto? El que contenga mitad de inteligencia y mitad de emoción. Era la fórmula maestra de tu antecesor, Pepa. Y Mejide, es verdad, borde a más no poder y enmascarado, cumplía la máxima de todo buen anuncio: no dejar a nadie indiferente. Has querido oponerte al amigo invisible, el que habita en las entrañas, y eso se paga en audiencia.

La tele genera realidad comparada. Clasifica a los humanos según su autenticidad y es la alegoría de que en nuestra vida hay dos clases de personas: aquellas con las que somos verdaderos; y las demás, con las que fingimos.

Un comentario en «Comparando, que es necesario»

  1. Es inevitable las comparaciones y mas al principio. A medida que transcurran los programas , luego las personas no se acordaran tanto de Risto.
    Son completamente distintos.
    Muchas felicidades por su artículos sobre este mundo de latelevision.

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