Vacúnate contra el azar

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El azar es un misterio, ya se sabe. Cambia el destino de la gente a su antojo. A uno le cae la lotería y a otro le cae un piano encima. La suerte, buena o mala, nos invita a tomar la vida como un juego de reglas arbitrarias. Y por eso la tentamos en los sorteos, esperando que alguna vez nos mire a los ojos y sonría. Es el guiño ensoñador que emiten los anuncios. Contra esta motivación la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia está pensando en prohibir la ilusión del azar. Los spots de las loterías van a ser censurados, según se recoge en el proyecto de Decreto de Comunicaciones Comerciales de las Actividades de Juego y Juego Responsable. En su artículo 9 propone la exclusión de los mensajes “que asocien, vinculen o relacionen las actividades de juego con ideas o comportamientos que expresen éxito personal, familiar, social o profesional”, mientras que el 10 extiende la condena a los que “sugieran que el juego puede ser una solución o una alternativa a problemas personales, profesionales, financieros, educativos, de soledad o depresión”.

Si el propósito talibán de la CNMC prospera se acabará la magia que aventaba el calvo, no se alentarán los sueños de una cotidianidad desahogada y será delito insinuar los anhelos impuros de una casa junto al mar. La ONCE tendrá que recurrir al discurso de la divina providencia para justificar su cuponazo, mientras que la Primitiva y Euromillones se verán obligados a promover sus premios como expresión de las bajezas humanas. La ludopatía es la excusa para anular los ineludibles excesos emocionales y detener la rebelión imaginaria contra nuestra limitada existencia.

La nueva campaña de la Lotería de Navidad la conoceremos esta semana. La coincidencia del sorteo con las elecciones generales dará pie a bromas y se hallarán en ella tentativas manipuladoras. Será la última en que la pasión de la suerte no tuvo complejo de exhibirse. Y a Serrat le negarán los versos: “Fue sin querer, es caprichoso el azar, no te busqué ni me viniste a buscar, tanto tiempo esperándote”.

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