Cuando la tele te odia

Hablamos de televisión

25 febrero 2016

 

https://www.youtube.com/watch?v=IUQKcVHh94k

1.A debate

Tu enemiga la tele

Parece que estamos ante el último tramo de este espectáculo de las negociaciones políticas para la formación de un nuevo gobierno en España. La cosa es muy significativa y viene a ser algo así como el retrato de una sociedad en crisis y de una clase política muy por debajo del nivel de su sociedad.

En esto, la tele está en primera línea. De hecho, todo el proceso de negociaciones es un gran reality televisivo. Los dirigentes políticos muestran dos líneas contradictorias:

– Escenificación mediática de las negociaciones y acuerdos
– Enfrentamiento con la tele: descontrol emocional.

Centrémonos sólo en el segundo de los aspectos. Frente a los que dicen, creo yo que exageradamente, que es el uso adecuado de la televisión lo que garantiza el éxito político, si se sabe usar, hay otros políticos que entienden lo contrario: que están dispuestos a acabar con sus respectivas carreras por querer despreciar la herramienta de la tele.

Pongamos tres ejemplos: Esperanza Aguirre, Rita Barberá y Mariano Rajoy. Tres políticos del mismo partido empeñados en odiar la tele y hacer aún más complicado su quehacer de cada día.

El caso de Esperanza Aguirre es muy significativo. Aun sabiendo que la tele lo capta todo cuando compareces ante ella, Esperanza se empeña en subrayar su antipatía, su actitud de falsa superioridad y de desprecio a los espectadores y a los miembros de la prensa. La tele es un ojo terrible que lo capta todo: lo físico y lo emocional. Y esa actitud altiva, aristocrática, de falsa superioridad es lo que ha transmitido Esperanza en sus comparecencias de estos días. Esperanza desprecia a los periodistas. Los odia, directamente. Los maltrata abiertamente. Y le importa un bledo que se le note. Se empeña en lanzar sus invectivas contra la Sexta, a la que directamente llama, delante de todos, en público, “la Secta”, una ocurrencia muy vulgar y poco imaginativa. Esto le pierde, unido a su actitud altiva. No entiende que, más allá de lo que ella cree o sienta, la tele es un instrumento de comunicación que puede usar a su favor o en su contra. Y ha decidido inmolarse, y solo por odio y poca inteligencia.

El caso de Rita Barberá es parecido pero con un estilo más vulgar. La exalcaldesa de Valencia no entiende la comunicación. Esto le ocurre a mucha gente. No la entiende como fenómeno social complejo. Cree que la comunicación es un oficio despreciable y rudo, de pura falsificación, un oficio teatral, de imagen, artificial, como un paseo por un mercadillo. Y ahora que las cosas le van mal, Rita, en vez de hacer un esfuerzo para explicarse, además de huir, se empeña en mostrar su agresividad y su desprecio. No entiende que es ahora cuando hay que hacer un esfuerzo. Y ser inteligente. Usa el corazón, caramba; mueve tu calidad humana, entrégate a un discurso que te defina, te ampare, da lo mejor de ti misma si aprecias a la gente y tu ciudad y tu partido. Ayer, lo volvió a hacer mal, mostrando, desde el coche, una sonrisa falsa y un bienestar que no se lo cree. La tele también capta las sonrisas falsas. Porque antes que esa sonrisa está la actitud de ponerse delante de las cámaras y ser valiente, sincera y hasta atrevida. Rita es lo más negado para la comunicación y la tele, naturalmente, la odia.

Por su parte, Mariano Rajoy es el ejemplo más claro de desaprovechamiento de la tele y su autodestrucción política y personal televisada. Mariano es un hombre emocionalmente retrasado. Lo digo con conocimiento. Y su hostilidad contra la tele es manifiesta. Se esconde de las cámaras. Y lo que es peor, las teme. Y por eso, cuando no tiene más remedio que salir, se pone a la defensiva. Mariano Rajoy está permanentemente a la defensiva. No lleva el control de sus discursos. Le llevan, le sobrepasan. No tiene el timón de su política. Y eso lleva a la consecuencia de sus errores de concepto. No es que sea un perdedor: la tele le denuda como un perdedor, superado por sí mismo.

En fin, seguiremos un par de semanas más con este espectáculo lamentable.

 

2. El impacto

Rajoy se traba y acentúa su patetismo

Rajoy, ya lo hemos dicho, se lleva mal con la tele, muy mal. Paralelamente a su imagen de líder derrotado y perdido, le vimos en una entrevista con Susana Griso y dio muestras de auténtico patetismo. Lo que vemos ya no es un político superado por los hechos y sus errores: lo que vemos es un hombre humillado por sí mismo y los acontecimientos. Muestra de ello es este vídeo en el que, queriendo transmitir una posición humana, lo que consigue, al trabarse y equivocarse, es mover a la risa.

Rajoy da pena, pero él es el único culpable, si atendiera a quienes le aconsejan y tuviera la serenidad necesaria en este momento de mala racha. A mí, la verdad, y más allá de la política y sus maldades, me da pena:

https://www.youtube.com/watch?v=twuvSHCKT9M

 

3. Audiencias. Lo que nos gusta y lo que no

– Éxito de Eskamak Kentzen en su estreno el pasado martes.

Excelente estreno de la nueva serie en ETB1 que ha obtenido un 4,3% de share, que equivale a casi triplicar la media de la cadena. La serie llegó además al 10,3% de cuota entre el público euskaldun, alcanzando 90.000 telespectadores de audiencia acumulada. Es importante este resultado en la medida que un buen comienzo en una serie significa que el resto de los episodios, en este caso ocho, pueden continuar con el éxito.

– TVE retira el programa de Patricia Gaztañaga

Esta vez es un fracaso. La nueva apuesta de Patricia Gaztañaga en TVE no ha salido bien. Apenas quince días después de su estreno, “Cuestión de tiempo” ha sido retirado de la primera cadena de TVE, por la misma razón de siempre: por sus malas audiencias. El programa arrancó el pasado 8 de febrero con un 4.8% de share y 516.000 espectadores, y no ha terminado de consolidarse. Una pena que lamentamos. Es cuestión de producto, no de Patricia, que volverá a tener su oportunidad. Porque la vida, el alma de la vida, es la oportunidad.

Así es la tele. A unos les va mal, como a Patricia, y a otros les va muy bien, como a Bertín Osborne, que sigue triunfando con su programa de entrevistas “En la tuya o en la mía”. Ayer, en su entrevista con Iker Casillas, obtuvo un rotundo 24,7%, más de cuatro millones de espectadores. Nos guste o no, eso es lo que prefiere la gente, porque hay emociones por medio y una forma de exponerlas amable y positiva.

 

4. La buena publi

La estrella y sus caprichos

Mercedes no solo es una gran marca de coches, es también un excelente anunciante. Nos gustan sus anuncios. En este caso, no solo hace un buen anuncio, adecuado para el modelo que se trata, sino que nos hace sonreír y nos identifica con la historia.

Es un anuncio de estrella, es decir, de famoso. De famosa, para ser exactos, con la actriz Maribel Verdú. Usa el concepto de estrella, del símbolo de su marca, para identificarlo con la actriz. Y nos muestra a una mujer que quiere cuenta la anécdota de sus rodajes y los recuerdos que se lleva de ellos, para llegar al “momento estrella”: quiere el coche como recuerdo. Claro, no es un coche cualquiera. Es un Mercedes. Es perfecto. ¿Es un capricho? No, es un recuerdo que tiene su sentido, que se justifica y que, emocionalmente, apoyamos.

Nos gusta la sencillez de la idea y lo adecuado de unir la historia del rodaje de una película de una estrella del cine, al momento estrella, de querer un recuerdo especial. Emocionalmente perfecto. Y muy bueno para la marca:

 

5. Recomendaciones para el fin de semana

Dos propuestas para este último fin de semana de febrero:

– Sábado, en la 2 de TVE, a las 12 de la noche: “La alargada sombra del expolio nazi”, reportaje sobre el robo de obras de arte por los nazis en los países que ocuparon, sobre todo en Francia. Un tema que no se ha esclarecido de todo y que todavía hoy sorprende con nuevas revelaciones. Muy interesante.

– Y el viernes, en Cuatro, a las 00:50, para noctámbulos, una muy buena peli: El Laberinto del Fauno. Dirigida por Guillermo del Toro, con un buen plantel de actores y actrices, entre ellas Maribel Verdú y también el malogrado Alex Angulo. Película fantasiosa, muy premiada.

¡Hasta el próximo jueves!

Hoy, gran estreno en ETB1: Eskamak Kentzen, una historia de mujeres.

 

ekentzen
A Euskal Telebista le hacen falta historias. Por exceso de realidad. Lo mejor que hace nuestra televisión pública son los informativos y lo que de sus noticias y reportajes se derivan, los debates de opinión y los documentales en profundidad. Estamos saturados de contingencia y eso nos hace menos imaginativos. Es malo para un país no levantar el vuelo de cuando en cuando y ver el mundo a cierta escala. Necesitamos intangibles y eso sólo nos lo da la cultura, la creación, los sueños. Así que es una bendición la serie que llega mañana a ETB1, Eskamak Kentzen, cuyo título, nacido intuitivamente de la canción popular, nos sugiere en qué parte de nuestro pequeño mundo se inserta, la mar y la pesca, y la valiosa gente que en ellas se deja la vida. Sí, pero no nos pongamos dramáticos, pensaron las productoras de la historia, La Competencia y K2000, y también sus guionistas, Iñigo Lezertua y César Rodríguez Blanco, para ofrecernos en clave de comedia y delicada perspectiva emocional la épica de unas mujeres y un pueblo que deciden hacer frente, como tantas veces hemos conocido en Euskadi, al cierre de una conservera tradicional para transformarla en cooperativa salvadora. Reconocemos los hechos y ahora los vemos en capítulos y encarnados en personajes que identificamos como reales, diversos y entrañables.

Esta es una historia de mujeres. No ya mujeres vascas, de carácter, sino chicas activas, divertidas y, por eso, modernas. Los papeles que desarrollan Bárbara Goenaga (cuya maternidad concreta ya estaba coincidentemente incorporada al relato), Loli Astoreka, Elena Irureta e Itziar Atienza son geniales, para enganchar desde las primeras peripecias; pero con quienes la serie se nutre de mayor autenticidad son la sensacional amona, que representa Itziar Aizpuru, y la escabechera interpretada por Karmele Larrinaga, que bordan admirables trabajos. Todo en la serie es un encanto actual. Así que debería ser un éxito de audiencia y motivo sobrado para rescatar a tantos euskaldunes perdidos, huérfanos de historias verdaderas.

Me pido el Ministerio de la Realidad

índice

En el próximo gobierno de España, sea cual sea, me pido el Ministerio de la Realidad. En la tele, TVE lleva dos temporadas filmando el Ministerio del Tiempo, una serie de ficción histórica (algo así como las novelas históricas pero en imágenes) que especula con lo que pudo pasar, podría haber sucedido y dicen que ocurrió. Un juego consolador de los desastres del pasado. Buena idea, aunque pobremente desarrollada. Mi Ministerio de la Realidad tendría la competencia de proteger y promocionar el conocimiento de todo cuanto constituye la realidad, a saber, su composición tangible e intangible, la certeza de los sucesos, su información completa, su análisis plural y el enriquecimiento integral de las personas y la sociedad gracias a una apertura plena y sin miedo a la realidad. Porque este es el problema: los poderes ocultan y tergiversan lo real y los ciudadanos le tenemos miedo, nos educan para eso.

Conviene distinguir la realidad de la verdad. La realidad es todo lo que existe y sucede, conocido o desconocido, percibido u oculto, mientras que la verdad es su diversa interpretación. La realidad y la verdad son diferentes y lo ideal es que trabajen juntas. La confusión de ambos conceptos lleva a graves equívocos. Y precisamente el equívoco sobre lo real, intencionado o ingenuo, es la principal causa de conflictos, desencuentros colectivos y, finalmente, de infelicidad humana con todas sus insolidaridades. No tenemos un método igual de visión y análisis, no vemos lo mismo mirando las mismas cosas: hablamos diferentes idiomas mentales y emocionales que derivan en valoraciones y conclusiones distintas a lo que es obvio y común. Por eso, hace falta un Ministerio de la Realidad, una previsora herramienta pública para que el conocimiento de la realidad sea completo y nos permita ser felices. Y ser felices es ser enteramente reales, que es algo más grande que la pequeñez con la que nos vemos y los miedos que disminuyen lo mucho que somos.

¿Quién teme la realidad? En mayor o menor medida, todos tenemos miedo a la realidad y por eso tratamos de ignorarla, ocultarla o disfrazarla. Los poderes políticos y económicos, los primeros; pero también las personas. No nos gusta la realidad. Vivimos enfadados con ella. Ni siquiera sabemos lo que es real y lo que no. ¿Por qué hay tanta gente cabreada con su cuerpo, su vida, su suerte y su cotidianidad? ¿Esos elementos componen toda su realidad? La primera perversión de la realidad es la falta de autenticidad, uno de los mayores problemas de nuestro tiempo. La realidad se transforma en algo falso para sustituirla cuando elementos externos (el embellecimiento, el diseño, la retórica, el arte, la narración poética y literaria, lo creativo), que estaban pensados para mejorarla o completarla, se plantean suplantarla. Deberíamos aprender de la naturaleza. Aún no dominamos los resortes de la cultura mediática para que actúe a favor de lo real. Es el mayor reto al que nos enfrentamos, y por si no fueran pocas las dificultades para ver y entender la realidad, ahora tenemos que confrontarnos con la apariencia más engañosa, la cultura de la imagen, la plaga del siglo XXI.

Objetivo, la autenticidad

Lo contrario de lo real es lo falso, aquello que niega o disminuye una certeza. Si lo falso se convierte en real ya es su paradoja: existe para ocupar el sitio de lo original siendo lo único real. Una patología. Lo más real del mundo es la autenticidad, el original, aquello que es en sí incontestable, absoluto y pleno. Una creación humana que se inscribe en la grandeza y misterio de la vida. Lo sublime. Todo consiste en que lo que se vive, la identidad de las personas, los hechos y lo creado sean auténticos. Es cuando coinciden lo real y lo verdadero. El Ministerio de la Realidad debería proteger la autenticidad como primer objetivo, eso creo.

Ahí tenemos la política y las relaciones humanas y sociales, cuajadas de ataques a lo auténtico. La gente percibe, aunque precariamente, lo irreal de los discursos partidistas y, en consecuencia, termina por desconfiar y no creer lo que dicen. Eso es tener sentido de la realidad, la capacidad de apreciar lo auténtico y distinguirlo de lo falso e irreal. ¿Cómo se consigue ese sentido de la realidad? Mediante el procesamiento de la información y su posterior sintetización, que lleva a la elaboración de criterios precisos y determinantes sobre las cosas. Tener opinión no es tener criterio. Eso es lo más aproximado a la sabiduría, que no es la erudición, sino la virtud de dotarnos de razonamientos abiertos y profundos sobre todo lo que existe, unida a una facultad máxima de visión analítica. Porque la realidad no solo es lo visible y tangible. La realidad es infinita.

Y si la política está llena de falsificaciones, qué podemos decir de las relaciones personales. Los afectos y la amistad compiten con la falta de autenticidad y lo irreal. Ser auténtico es de lo poco que puede producir felicidad. Los hombres y las mujeres pueden engañarse; pero nada será peor que no ser ellos mismos por mucho que se digan la verdad. Las parejas que no son auténticas producen mundos virtuales, aunque no se crucen mentiras. Quiero decir que la mentira es reparable; pero no ser auténticos es una trágica imposibilidad de ser felices. El mundo enloquece si no es auténtico. La mentira es un mal ético, pero es previsible: lo falso es la absoluta negación existencial.

No me preocupa que los políticos digan mentiras, porque manifiestan errores y torpezas ciertas. Lo preocupante es la construcción sobre lo inauténtico, su base virtual y su naturaleza teatral. Deberían mandar los que intentan mejorar lo común desde el más profundo sentido de la realidad, de toda la maravillosa y compleja realidad humana. No puede haber actores en la política, ni escenarios públicos, ni tampoco comedias. Tienen que existir políticos reales, que son los más sensibles y casualmente los más inteligentes. Me fío de los que se equivocan, pero no de los que impugnan lo que somos y cómo somos. Por cierto, para soportar el absurdo de negar la realidad se inventó la risa y el humor, un corazón divertido. A ver qué haríamos si no pudiésemos burlarnos de la ridiculez de rechazar nuestra propia esencia.

Los sueños son realidad

La realidad no solo es infinita; además, no deja de crecer. Somos capaces de crear realidad. El Ministerio de la Realidad debería fomentar las fábricas de sueños. Imaginar y soñar es de lo más grande que poseemos los seres humanos. Anticipan lo que queremos ser y hacer y prodigan nuestras posibilidades de pensamiento y acción. Es necesario que se entienda que los sueños no constituyen una distracción de la realidad, un entorno infantil o un ensimismamiento inútil. Los sueños son nuestro mejor intangible y constituyen una parte magnífica e ilimitada de nuestra realidad. Tanto mejor viviremos cuanto más soñadores seamos, individual y colectivamente.

Los pueblos, como los seres humanos y la diversidad de grupos sociales de los que se componen, tienen metas y sueños: las metas son los objetivos más o menos inmediatos en los que están embarcados y con los que se conforman para sobrevivir con dignidad, mientras que los sueños son los proyectos largos, de perspectiva inalcanzable, cuya consecución los harían plenos y felices. Cuestión de grado y de grandeza. Hay que vivir con estos dos rumbos, lo posible y lo imposible, porque ambos niveles de aspiraciones son compatibles sin más contradicciones ni límites que los de la propia voluntad. De hecho, muchos los consiguen.

Euskadi es una sociedad avanzada con importantes necesidades de mejora y determinados desequilibrios, entre los que destaca su invierno demográfico, la mayor amenaza para su continuidad. Y lo mismo que nos falta una conciencia sobre este problema -porque existimos solo mirando a lo más próximo- carecemos, lamentablemente, de suficiente conciencia de futuro. Vivimos sin apenas sueños y nos creemos más felices con lo poco que poseemos mejor que otros. Vivimos en permanente comparación hacia abajo. El ensanchamiento de nuestra realidad se llama independencia.

Eskamak kentzen, una historia auténtica

En Onda Vasca, hablamos de TV

Contenidos del programa del 18 de febrero 2016

ETB1 estrena el próximo martes, 23 de febrero, una nueva serie titulada Eskamak kentzen (Quitando escamas), nombre que indudablemente proviene de la tradicional canción vasca Beti eskamak kentzen.

El estreno tuvo lugar ayer en el Teatro Victoria Eugenia de Donostia, con la presencia de los productores de la serie y los principales protagonistas de la comedia, así como por el director de ETB, Eduardo Barinaga. En el acto pudimos ver el primer capítulo, donde ya se fija la trama de la historia, los principales protagonistas y las claves de esta bonita historia, que tiene todas las trazas para convertirse en un éxito de aceptación popular.

¿Qué es Eskamak kentzen?

La serie es fundamentalmente una comedia desarrollada en un pueblo vasco, de tradición pesquera y conservera, donde se produce un hecho reconocible y significativo: la empresa conservera está a punto de cerrar debido a los problemas del sector y a la imposibilidad de competir, puesto que se trata de una empresa tradicional, donde trabajan mujeres.

La serie está rodada en Mutriku en lo que se refiere a exteriores, mientras que las escenas de interior se han rodado en los estudios de ETB en Miramón, en Donostia.

Se puede decir que se trata de una comedia, con argumentos y momento de gran comicidad, tanto por la acción como por las características de algunos de los personajes, muy marcado para mover a la risa.

Pero al mismo tiempo que es una comedia, tiene un fondo dramático, muy reconocible entre nosotros, que es el cierre de una fábrica conservera, debido a la crisis y que es el eje de la historia y que da lugar a todas las peripecias de la comedia.

Eskamak kentzen es una coproducción de las empresas, la productora gallega La Competencia, y la productora vasca K2000, con el apoyo de ETB. Ha sido creada por César Rodríguez Blanco (director de series de ficción como Con el culo al aire, Doctor Mateo, Cuestión de sexo, entre otras) y por Iñigo Lezertua.

Es, sin duda, una gran producción, que marca la indudable apuesta de ETB por la ficción en euskera y por el apoyo a los actores y actrices vascos.

¿Qué tiene de especial Eskamak kentzen?

Yo diría que es, además de una comedia, con fondo dramático, y hecha para reír y enamorarse e identificarse con sus personajes más singulares, es una historia de mujeres. Y diría que una historia de mujeres vascas. Mujeres trabajadoras. Mujeres luchadoras. Mujeres con carácter, incluso herederas de cierto matriarcado. Mujeres que viven la realidad actual, desde sus raíces. Mujeres vitales, que viven la vida. Mujeres diversas. Mujeres divertidas. Mujeres vascas, en definitiva.

En esta historia los hombres ocupan un segundo plano. No por ningún interés especial en dejarles al margen, sino porque son ellas las que tiran del carro y el microcosmos de la serie es un empresa conservera en la que trabajan mujeres, las escabechadoras, que tienen que enfrentarse a la situación dramática del cierre de la empresa y quienes deciden sacarla adelanta formando una cooperativa, antes que permitir que eche el cierre para siempre.

Otra característica es que Eskamak Kentzen es una historia reconocible. La historia nos es muy cercana: un pueblo pesquero, que vive del mar y para el mar, y a veces contra el mar. Una historia que, aunque se desarrolla en Mutriku, podría centrarse en Bermeo, Ondarroa, Lekeitio, Getaria o muchos otros pueblos vascos.

Es también una historia actual, una historia viva. Estamos ante la vida de un conjunto de personas que se ven abocadas a una situación dramática, como es el posible cierre de su empresa, una conservera de toda la vida, creada, como tantas otras, por marcas italianas, y que lleva decenas de años dando trabajo y sustentando a varias generaciones de personas. Como el caso de esta conservera, podría ser también el cierre de las empresas siderúrgicas que se están produciendo ahora, u otras, como las de Fagor, Edesa, etc. Nos vemos identificados en la historia desde el primer momento.

Y una cuarta característica son sus personajes, muy definidos y marcados, fundamentalmente mujeres. Muestran una paleta de caracteres muy interesantes. La mujer moderna, que vuelve de Estados Unidos, y que trae sus secretos y que vendrá a ser la líder de toda la trama. La madre, que regenta una tienda de ultramarinos de toda la vida. La amona, un personaje maravilloso, que va a enamorar, y que es una abuela cachonda, divertida y creativa, a pesar de que se tiene que mover a duras penas y usa silla de ruedas para desplazarse. Y las seis escabecheras, un conjunto de mujeres increíble, que van desde la joven previsible a la mayorcita solterona que no pierde ocasión para hacer más feliz a todo el mundo, pasando por las que tienen que bregar con sus problemas en casa y en sus respectivas vidas.

Estos personajes tan diversos son el alma de la serie. Es un conjunto de caracteres y de seres humanos absolutamente genial.

Los protagonistas

La serie es una historia de un pueblo y de unas mujeres que deciden salvar la vida de ese pueblo, haciéndose cargo de la empresa conservera que se abocada al cierre.

El personaje principal es Itsaso, que encarna la actriz Bárbara Goenaga. Es una chica joven, que regresa de Estados Unidos de forma inesperada y que trae sus secretos, que se van desvelando poco a poco. Secretos de amor, secretos de dinero, secretos de su vida. De forma rocambolesca se ve contratada por el gerente de la conservera para llevar a cabo la liquidación de la empresa. Es mal recibida por las mujeres que trabajan allí. Itsaso a revivir sus amores adolescentes con un marinero, que la engaña. Itsaso, no obstante, va tomando las riendas de la situación y decide ponerse al frente del proyecto de sacar adelante la empresa, con más corazón que criterio.

El segundo personaje significativo es la amona, Maite, la abuela de Itsaso, una vieja encantadora, que apoya a su nieta y que da pie a situaciones divertidas. Es una vieja algo deslenguada y atrevida. El personaje está encarnado por Itziar Aizpuru, actriz veterana, cuyo papel en la película Loreak es para enmarcar. Este personaje es el que más va a gustar, creo yo, y que va a dar más juego en la historia.

Otro personaje significativo es Mari Carmen, la madre de Itsaso, encarnado por la gran Loli Astoreka. Es un personaje sufriente, que vive mal la andanzas de su hija. Es la dueña del ultramarinos de toda la vida del pueblo, por donde circula todo el pueblo con sus problemas e ilusiones. Es una mujer tradicional pero luchadora.

Luego están las escabechadoras. En primer lugar Xole, encarnada por Elena Irureta, que viene a ser la líder del grupo de mujeres trabajadoras. Una luchadora que siempre va por delante y no le importa lo duro que sea lo que haya que hacer por salir adelante, sin dejar a nadie en el camino.

Está Garbiñe, que encarna Karmele Larrinaga, viene a ser la amiga de Xole, de la que es compañera de toda la vida, una mujer alegre, que busca -con sus bromas y su corazón- hacer más feliz la vida de todos lo que la rodean. Está también Elena, que encarna Itziar Atienza, es la novia de Matías, el amor adolescente de Itsaso.

Los protagonistas hombres son Genaro, el dueño de la fábrica, heredero de quien la crearon hace muchas décadas, que encarna Joseba Apaolaza, un buen tipo, pero que piensa que hay que invertir en otros sectores más rentables que una vieja conservera.

Inaxio es el capataz o encargado de la fábrica, un tipo con poco carácter pero no es mala persona. Y finalmente, Matías, un marinero y antiguo noviete de Itsaso, que sale con Elena, una de las escabechadoras, una relación que oculta a Itsaso para intentar revivir los amores iniciales.

¿Tendrá aceptación?

Esto es difícil saberlo, porque no siempre lo bueno triunfa; pero tiene todas las trazas de ser una serie de éxito. Es una historia de aquí. Una historia humana. Una historia de mujeres. Una historia de lucha. Una historia divertida. Una historia con personajes encantadores, muy diversos con los que se identificará inmediatamente el espectador.

Es una serie muy bien producida, con medios suficientes para que resulte atractiva. Cuenta con un plantel de actrices y actores inmejorable, a casi todos los conocemos y los hemos visto en otras series y películas, actrices y actores acreditados, que son garantía de éxito.

Empieza este martes, y le deseamos mucha suerte y la seguiremos para contarlo todo aquí, en Onda vasca.

Recomendaciones para el fin de semana

Sábado a las 22:00, en la 2 de TVE. Película francesa titulada Bande des filles, dirigida por Céline Sciamma. Trata del drama de una joven de 16 años, agobiada por su situación familiar, la escuela y la implacable ley de los chicos del barrio, que comienza una nueva vida al integrarse en un grupo de chicas de espíritu libre.

– Sábado, en Antena 3, seguido, a las 00:30. «Conspiración», con Julia Roberts y Mel Gibson. Interesante historia, que mezcla thriller de fondo político y relato de amor. Nada parece lo que es. Pero es una peli que gustará a románticos y los que somos un poco paranoicos y que vemos en todo tramas organizadas.

¡Hasta el próximo jueves!

Tres millones, más o menos

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O más. Esta es la magnitud de los vascos. Más de tres millones, así de inexacto, pero así de pocos, efectivamente; entre otras razones porque desde hace décadas vascas y vascos hemos decidido no tener descendencia o reducirla al mínimo. Y quizás porque somos poco en cantidad, ETB estrena hoy «Más de tres millones», con el propósito de hacer hincapié en el hecho de que, en calidad, somos muchísimo. Es lo que corresponde hacer a las sociedades pequeñas pero con alta autoestima. El nuevo producto tiene todas las trazas de ser una combinación actualizada de lo que fue «Euskadi directo», tributario de «España directo», espacios de actualidad donde la noticia es lo de cada día, la vida en su mágica rutina. Y es que con ser un país auténtico, con nuestras tradiciones, cultura y el heroísmo cotidiano de sus ciudadanos que viven con escasez y sobreviven felizmente, nos basta y sobra.

La tarde de ETB se ha puesto muy complicada. A la vez que entra Más de tres millones, sale David de Jorge, a quien envían al exilio del fin de semana. No creo que pueda entenderse que en Euskadi, con toda su fortaleza gastronómica, el espacio de cocina tenga tan limitada presencia en su televisión pública. No es coherente, pero es lo que hay, quizás por motivos presupuestarios o para levantar la tarde y rescatar a los vascos que se han ido, descorazonados, a Telecinco y la Sexta. Somos más de tres millones, pero en consumo televisivo somos muy diversos. Y muy contradictorios, la verdad. Con tanto afán por la telebasura y tan escaso afecto por lo propio.

A «Más de tres millones» le han proporcionado los recursos justos. Una presentadora de solvencia, la getxotarra Erika Barreras, y más tiempo en plató que en reportajes como opción ahorrativa. ¿Y qué hay de los vascos y vascas que residen fuera, no contabilizados? ¿Cuándo televisaremos la realidad del nuevo éxodo, provocado por la crisis y la globalización? Esos miles de jóvenes están muy solos. Entre los que no nacen y los que se van del mundo y del país, pronto habrá que cambiar el título al programa.