Cuando la tele te odia

Hablamos de televisión

25 febrero 2016

 

https://www.youtube.com/watch?v=IUQKcVHh94k

1.A debate

Tu enemiga la tele

Parece que estamos ante el último tramo de este espectáculo de las negociaciones políticas para la formación de un nuevo gobierno en España. La cosa es muy significativa y viene a ser algo así como el retrato de una sociedad en crisis y de una clase política muy por debajo del nivel de su sociedad.

En esto, la tele está en primera línea. De hecho, todo el proceso de negociaciones es un gran reality televisivo. Los dirigentes políticos muestran dos líneas contradictorias:

– Escenificación mediática de las negociaciones y acuerdos
– Enfrentamiento con la tele: descontrol emocional.

Centrémonos sólo en el segundo de los aspectos. Frente a los que dicen, creo yo que exageradamente, que es el uso adecuado de la televisión lo que garantiza el éxito político, si se sabe usar, hay otros políticos que entienden lo contrario: que están dispuestos a acabar con sus respectivas carreras por querer despreciar la herramienta de la tele.

Pongamos tres ejemplos: Esperanza Aguirre, Rita Barberá y Mariano Rajoy. Tres políticos del mismo partido empeñados en odiar la tele y hacer aún más complicado su quehacer de cada día.

El caso de Esperanza Aguirre es muy significativo. Aun sabiendo que la tele lo capta todo cuando compareces ante ella, Esperanza se empeña en subrayar su antipatía, su actitud de falsa superioridad y de desprecio a los espectadores y a los miembros de la prensa. La tele es un ojo terrible que lo capta todo: lo físico y lo emocional. Y esa actitud altiva, aristocrática, de falsa superioridad es lo que ha transmitido Esperanza en sus comparecencias de estos días. Esperanza desprecia a los periodistas. Los odia, directamente. Los maltrata abiertamente. Y le importa un bledo que se le note. Se empeña en lanzar sus invectivas contra la Sexta, a la que directamente llama, delante de todos, en público, “la Secta”, una ocurrencia muy vulgar y poco imaginativa. Esto le pierde, unido a su actitud altiva. No entiende que, más allá de lo que ella cree o sienta, la tele es un instrumento de comunicación que puede usar a su favor o en su contra. Y ha decidido inmolarse, y solo por odio y poca inteligencia.

El caso de Rita Barberá es parecido pero con un estilo más vulgar. La exalcaldesa de Valencia no entiende la comunicación. Esto le ocurre a mucha gente. No la entiende como fenómeno social complejo. Cree que la comunicación es un oficio despreciable y rudo, de pura falsificación, un oficio teatral, de imagen, artificial, como un paseo por un mercadillo. Y ahora que las cosas le van mal, Rita, en vez de hacer un esfuerzo para explicarse, además de huir, se empeña en mostrar su agresividad y su desprecio. No entiende que es ahora cuando hay que hacer un esfuerzo. Y ser inteligente. Usa el corazón, caramba; mueve tu calidad humana, entrégate a un discurso que te defina, te ampare, da lo mejor de ti misma si aprecias a la gente y tu ciudad y tu partido. Ayer, lo volvió a hacer mal, mostrando, desde el coche, una sonrisa falsa y un bienestar que no se lo cree. La tele también capta las sonrisas falsas. Porque antes que esa sonrisa está la actitud de ponerse delante de las cámaras y ser valiente, sincera y hasta atrevida. Rita es lo más negado para la comunicación y la tele, naturalmente, la odia.

Por su parte, Mariano Rajoy es el ejemplo más claro de desaprovechamiento de la tele y su autodestrucción política y personal televisada. Mariano es un hombre emocionalmente retrasado. Lo digo con conocimiento. Y su hostilidad contra la tele es manifiesta. Se esconde de las cámaras. Y lo que es peor, las teme. Y por eso, cuando no tiene más remedio que salir, se pone a la defensiva. Mariano Rajoy está permanentemente a la defensiva. No lleva el control de sus discursos. Le llevan, le sobrepasan. No tiene el timón de su política. Y eso lleva a la consecuencia de sus errores de concepto. No es que sea un perdedor: la tele le denuda como un perdedor, superado por sí mismo.

En fin, seguiremos un par de semanas más con este espectáculo lamentable.

 

2. El impacto

Rajoy se traba y acentúa su patetismo

Rajoy, ya lo hemos dicho, se lleva mal con la tele, muy mal. Paralelamente a su imagen de líder derrotado y perdido, le vimos en una entrevista con Susana Griso y dio muestras de auténtico patetismo. Lo que vemos ya no es un político superado por los hechos y sus errores: lo que vemos es un hombre humillado por sí mismo y los acontecimientos. Muestra de ello es este vídeo en el que, queriendo transmitir una posición humana, lo que consigue, al trabarse y equivocarse, es mover a la risa.

Rajoy da pena, pero él es el único culpable, si atendiera a quienes le aconsejan y tuviera la serenidad necesaria en este momento de mala racha. A mí, la verdad, y más allá de la política y sus maldades, me da pena:

https://www.youtube.com/watch?v=twuvSHCKT9M

 

3. Audiencias. Lo que nos gusta y lo que no

– Éxito de Eskamak Kentzen en su estreno el pasado martes.

Excelente estreno de la nueva serie en ETB1 que ha obtenido un 4,3% de share, que equivale a casi triplicar la media de la cadena. La serie llegó además al 10,3% de cuota entre el público euskaldun, alcanzando 90.000 telespectadores de audiencia acumulada. Es importante este resultado en la medida que un buen comienzo en una serie significa que el resto de los episodios, en este caso ocho, pueden continuar con el éxito.

– TVE retira el programa de Patricia Gaztañaga

Esta vez es un fracaso. La nueva apuesta de Patricia Gaztañaga en TVE no ha salido bien. Apenas quince días después de su estreno, “Cuestión de tiempo” ha sido retirado de la primera cadena de TVE, por la misma razón de siempre: por sus malas audiencias. El programa arrancó el pasado 8 de febrero con un 4.8% de share y 516.000 espectadores, y no ha terminado de consolidarse. Una pena que lamentamos. Es cuestión de producto, no de Patricia, que volverá a tener su oportunidad. Porque la vida, el alma de la vida, es la oportunidad.

Así es la tele. A unos les va mal, como a Patricia, y a otros les va muy bien, como a Bertín Osborne, que sigue triunfando con su programa de entrevistas “En la tuya o en la mía”. Ayer, en su entrevista con Iker Casillas, obtuvo un rotundo 24,7%, más de cuatro millones de espectadores. Nos guste o no, eso es lo que prefiere la gente, porque hay emociones por medio y una forma de exponerlas amable y positiva.

 

4. La buena publi

La estrella y sus caprichos

Mercedes no solo es una gran marca de coches, es también un excelente anunciante. Nos gustan sus anuncios. En este caso, no solo hace un buen anuncio, adecuado para el modelo que se trata, sino que nos hace sonreír y nos identifica con la historia.

Es un anuncio de estrella, es decir, de famoso. De famosa, para ser exactos, con la actriz Maribel Verdú. Usa el concepto de estrella, del símbolo de su marca, para identificarlo con la actriz. Y nos muestra a una mujer que quiere cuenta la anécdota de sus rodajes y los recuerdos que se lleva de ellos, para llegar al “momento estrella”: quiere el coche como recuerdo. Claro, no es un coche cualquiera. Es un Mercedes. Es perfecto. ¿Es un capricho? No, es un recuerdo que tiene su sentido, que se justifica y que, emocionalmente, apoyamos.

Nos gusta la sencillez de la idea y lo adecuado de unir la historia del rodaje de una película de una estrella del cine, al momento estrella, de querer un recuerdo especial. Emocionalmente perfecto. Y muy bueno para la marca:

 

5. Recomendaciones para el fin de semana

Dos propuestas para este último fin de semana de febrero:

– Sábado, en la 2 de TVE, a las 12 de la noche: “La alargada sombra del expolio nazi”, reportaje sobre el robo de obras de arte por los nazis en los países que ocuparon, sobre todo en Francia. Un tema que no se ha esclarecido de todo y que todavía hoy sorprende con nuevas revelaciones. Muy interesante.

– Y el viernes, en Cuatro, a las 00:50, para noctámbulos, una muy buena peli: El Laberinto del Fauno. Dirigida por Guillermo del Toro, con un buen plantel de actores y actrices, entre ellas Maribel Verdú y también el malogrado Alex Angulo. Película fantasiosa, muy premiada.

¡Hasta el próximo jueves!

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