Merlí, el mago filosofador

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No sabría decir cuál es la tesis de Merlí, si la reivindicación de la filosofía como parte esencial del currículo escolar o el heroísmo de la pedagogía creativa frente a la rigidez infértil de la enseñanza tradicional que ya abordara en 1989, con impactante éxito, El club de los poetas muertos y antes la mítica Rebelión en las aulas. Podría ser las dos cosas o ninguna, porque la serie, producida por la televisión catalana y ahora espantosamente doblada al castellano y estrenada en laSexta, es una comedia algo pretenciosa y con altas dosis de cinismo intelectual. Me inclino por pensar que Merlí es una obra romántica y que como tal muestra una rebeldía cáustica contra el sistema, vuelve su mirada nostálgica al paraíso perdido del pensamiento frente a la ciencia, proyecta una desesperada búsqueda de respuestas a las viejas preguntas y antepone las emociones a la conducta racional. No está mal, pero se queda en noble tentativa por sus autorrenuncias.

Quizás solo es una preciosa exageración. Un profesor sustituto, que ha perdido familia, casa y casi todo, no puede cambiar el mundo, ni siquiera un instituto, a golpe de Platón y Nietzsche; pero está bien que imaginemos, tras haber olvidado sueños y utopías, cómo un cincuentón descreído trata de movilizar las almas ingenuas de los adolescentes hacia las ideas y la poesía. A este quijote de las aulas lo devoraría el sistema a la primera clase. O le sancionaría por sexista y políticamente incorrecto después de decir a chicos y chicas “quiero que os empalméis con la filosofía”.

A lo más que podríamos llegar hoy en nuestras fantasías es a querer ser Finlandia en educación y no España, hundida en el fracaso escolar y los estragos de la ley Wert; pero enternece la historia de este maestro subversivo que dejará un rastro de admiración y patetismo, lo único que sugerimos los románticos. Creatividad, autonomía de pensamiento, espíritu libre y amor al arte son cosas demasiado serias, razón cobarde por la que Merlí ha optado por la comedia. O lo que es lo mismo, reír por no llorar.

Un comentario en «Merlí, el mago filosofador»

  1. He leído co atención su articulo. Me ha parecido muy interesate y me ha gustado muco como aborda el problema de la educación.
    Totalmente de acuerdo. Es cierto que en España esta fracasando el sistema educativo, pero los dirigentes no lo quieren ver o no se atreven por su enorme cobardía.
    Conjuntamente con la educación de antaño, la rigidez espantosa de quienes la sufrieron, que es denigrante en cuanto a la calidad de los seres humanos , hoy hay una total tolerancia hacia el alumno. Se lepermite «todo», y el pobre profesor esta ninguneado.
    si, siempre se hace referencia al sistema educativo de Finlandia, como el mejor. Hay que ser «valientes», y admitirlo y poder aprender de los errores, de la educación española. Un caos.
    el titulo de su columna,resulta muy divertido.
    Muchas felicidades por su comentario y con tanta valentía expresado.

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