Todo en uno: tal como somos

 

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Los que desprecian la televisión -críticos de una comunidad inevitablemente mediática- tendrán que reconocer que el televisor sigue siendo un temible artefacto, hasta el punto de que se decreta el cierre o la interferencia de canales peligrosos. La tele es rebelde, problemática, radical. Invasora. Ocurre en Corea del Norte y Cuba con las cadenas extranjeras, que transmiten impurezas por el aire; y en Navarra, donde se ha ordenado por el Gobierno central la interrupción de las emisiones de ETB. Por vasca, qué caramba. Porque hay pánico a su perversa influencia cultural y política, no vaya a ser que los ciudadanos del Viejo Reino se hagan vascos todos. Y todas.

Esta capacidad transgresora es una fantástica contradicción de la televisión alienante y despótica de la que se lamenta con amargura la clase intelectual. No se entiende una cosa y su contraria. Que la tele fabrique a Podemos desde los foros espontáneos de la indignación social y cambie la sociología electoral de Navarra y, a la vez, promocione la ignorancia, el feísmo y el mal hablar y lleve al estrellato a esperpentos como Belén Esteban y Mila Ximénez. Y glorifique en las audiencias a los panameños Bertín Osborne, Imanol Arias y Ana Duato. ¿Qué está ocurriendo? ¡Ay, amigo mío!, es el difuso mundo postmoderno, la diversidad absoluta sin escándalos producto de un marketing total que acepta todos los modelos sin rechazo de ninguno, en nombre de la democracia, donde también cabe Donald Trump.

Vamos a tener dos meses de exuberancia en las pantallas, mayo y junio. Al cierre de la liga de fútbol, con Movistar TV regalando los últimos partidos a sus suscriptores, se suma el festival friki de Eurovisión, ya sin ikurriñas prohibidas pero con la representante española cantando en inglés y diecinueve palabras en castellano. ¡Y los debates electorales! A dos, a cuatro, a coro… Como si ese fuera el problema. ¿Si no saben dialogar en lo institucional, van a convencer en lo audiovisual? Así es la política estatal: conciben la tele no como medio, sino como remedio.

2 comentarios en «Todo en uno: tal como somos»

  1. El rechazo no es contra lo vasco, si no contra lo nacionalista. Ya vale de meternos a todos los vascos dentro de vuestras peleas.

    No os parece suficiente que paguemos cosas que sólo valen para que los nacionalistas sigáis manteniendo vuestro txiringo y que el resto de vascos os dejemos hacer sin importarnos si hacéis o deshacéis esto o aquello?

    Ya vale de confundir a todos los vascos con el nacionalismo.

    Se suponía que el país vasco se componía de una sociedad plural en lo político.

  2. Totalmente de acuerdo con su artículo.
    La televisión hace y deshace a su antojo. Tanto con las personas como con los productos.
    Ahora en época electoral todos los políticos usan y abusan de la televisión. Pero se olvidan de un gran detalle muy importante que hoy pueden estar arriba gracias a la televisión y también por este mismo artefacto tan horrible pueden estar mañana abajo.
    Muchas felicidades por su articulo.

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