Oigo la risa de Berlusconi

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Hablar mal de la tele y la política es, además de una vulgaridad, una forma de autocrítica, porque, salvo que seamos parte de la minoría abstemia de televisor y urna, el uso del mando a distancia determina la programación y elegimos a los políticos que nos representan. Son nuestro autorretrato aproximado y despotricar de lo uno y lo otro es una evasión de responsabilidad, de la telebasura a la corrupción. De estas incoherencias se nutre la ética malvada de Paolo Vasile, rey del mambo audiovisual y embajador plenipotenciario de Berlusconi en España. Ha declarado que “al público no hay que mejorarlo ni educarlo, sólo quererlo”. Pues verá usted, signore, la tele no es maestra de escuela, ni formadora on line; pero le pedimos que al menos no sea maleducadora y no envilezca más las cosas, ni degrade a la comunidad situando sobre el escenario la bajeza y la infamia, lo peor de las personas. No pedimos que sus cadenas sean cátedras de moral o institutos de rectitud. Le rogamos que no nos joda, que ya es bastante.

El commendatore ha dicho también que el subproducto Sálvame no se ha vendido a ningún otro país del mundo “porque nadie tiene las pelotas que tenemos nosotros para hacerlo”. Donde él pone pelotas otros anteponen escrúpulos, ese mínimo ético que marca la frontera entre dignidad y repugnancia. Es muy listo. Conoce la naturaleza humana, ha estudiado antropología y entre sus profundas grietas ha introducido el virus del gusto por la mierda. De la coprofagia extrae el dividendo y el liderazgo en audiencia, una sociedad de moscas. También en Euskadi, donde Telecinco lleva infinitos años a la cabeza. Claro que su éxito se funda en el fracaso paulatino de la emisora pública vasca, que se desangra con todo el talento de su gente y la épica muerta de una nación contradictoria. Lo de ETB es muy doloroso.

Si la mafia en su país, dottore, tiene el sector de la basura como parte residual de sus negocios, usted ha proporcionado su versión hispana, no menos asquerosa. Oigo la risa de Berlusconi cuando habla de España, un chollo.

Un comentario en «Oigo la risa de Berlusconi»

  1. Totalmente de acuerdo con su articulo.
    Es una vulgaridad y vergonzosa los programas que emite telecinco.
    un fiasco la telebasura.
    Yo animo al boicot a esta cadena.
    Que no se vean estos programad.
    Es muy facil.
    Muchas felicidades por su reflexion.

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