Juegos reunidos de Río

 

https://www.youtube.com/watch?v=WkjxKXS1444

¿Tres mil millones, la mitad de los habitantes del planeta? Es la audiencia televisiva que algunas fuentes aseguran tuvo el pasado viernes la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Río. Todo tiende a ser grande, gigantesco, descomunal en la apertura del mayor espectáculo del mundo, como si la caída de los récords comenzase por batir el registro de espectadores. La enormidad no significa que sea mejor. De hecho suele ser al revés: menos es más, dice mi diosa de la belleza. No fue lo de Maracaná un acto minimalista. Fue exuberante, colorista, musical, exageradamente carnavalesco, un mensaje de radicalidad brasileña, desde su épica histórica hasta su sensualidad. El desfile de la modelo Gisele Bündchen, protuberante y sinuosa, a ritmo de la Chica de Ipanema se transformó en el icono de un país atravesado por la crisis económica y política, pero seductor y apasionante. En el arte de las comparaciones Río no fue mejor que Londres en los preliminares, quizás porque nada es ahora más feliz que hace cuatro años.

En lo que se igualan todas las Olimpiadas es en la borrachera de las banderas y la ostentación del orgullo patriótico. Aquí se ve la diversidad del mundo; pero no toda, porque algunos estados se componen de pueblos unidos a la fuerza o a disgusto. ¡Los refugiados, los palestinos, los catalanes, los vascos! El olimpismo es solo una aproximación lúdica de la realidad universal. Lo demás fueron las típicas y seguramente inútiles llamadas a la conciencia por la protección del medio ambiente y los estragos de las guerras. Queda bien este teatro, pero no deja nada. Son los Juegos Reunidos, como los de Geyper, en grande, para tres mil millones de seres humanos, cada uno con su estandarte y sus dados.

Es la hora de los héroes, lo único importante de los Juegos. El héroe inesperado y los que llegan a la meta medio muertos por no rendirse. Las lágrimas, los récords pulverizados, las medallas, los países pobres que ascienden al cielo del podio… El mundo está reunido en Brasil, asomado a la ventana de la tele.

gisele-kvAF--620x349@abc

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *