Diario de cuarentena. Día 40. Libros, muchos libros

Extraño Día Internacional del Libro y de San Jordi, bajo encierro domiciliario. Quizás no me haya enterado, pero en estas circunstancias en que la lectura es un elemento equilibrador del alma, no entiendo cómo la industria editorial no ha lanzado una gigantesca campaña de venta de libros, en papel y digital. Este era un buen momento. ¿Por qué no se ha hecho? ¿Por qué las editoriales han suspendido los lanzamientos de los libros programados para esta fecha? De hecho, estaba esperando la publicación del último título de Paulo Coelho, “El camino del arquero”, y la última novela de Care Santos, escritora que me gusta mucho, cuya novela “Seguiré tus pasos” ha sido aplazada sine die.

No entiendo los libros como pasatiempos. No hay libros para el verano, ni para los fines de semana, ni para viajar en metro. Hay libros. Bueno o malos. De diferente género. Pero no son un entretenimiento. Los libros transmiten experiencias, conocimientos e ideas vividos o imaginados por otros y que comparten con nosotros. Y nos enriquecen. O nos dejan indiferentes. A mí los libros me salvaron la vida en momentos críticos. Me proporcionaron un mundo alternativo y un refugio frente al dolor. No, los libros no son pasatiempos. Ni adornos en la estantería. ¿Y cuántos libros se quedaron sin leer? Esta es la tragedia de un libro, que llegue a tus manos y no te lo comas de gusto.

No entiendo a la gente que rechaza la lectura en soporte electrónico. Yo también era reacio y hoy es el día que solo leo en mi Ipad. Tiene innumerables ventajas, desde el precio hasta su archivo, relectura, apuntes y subrayados, búsquedas… El rechazo del libro electrónico por quienes hablan con nostalgia del olor a tinta, el tacto del papel y como objeto sagrado tiene tan poco sentido como el afán imperecedero por la magia del cine en salas comerciales. No, amigos, el coche sustituyó al carro de caballos. ¡Evolucionad!

En mi experiencia lectora tengo anotado como hecho glorioso el día que descubrí “El Quijote de la Mancha”. Como todos los niños, no entendía su lenguaje y la engorrosa obligación de su lectura. Aquella disciplina escolar llevó a millones de niños a aborrecerlo. Los italianos dicen que no nos quejemos, que ellos tienen como título forzoso en la escuela “La Divina Comedia”, de Dante, mucho más difícil, y en verso clásico, que las aventuras de El Quijote de Cervantes. Jamás se ha escrito ni se escribirá en el mundo un libro más hermoso, más denso, más divertido y más profundo que El Quijote, aunque pasen cien mil millones de años. Solo hay que aprender a leerlo, como se aprende a amar y a disfrutar de las delicias de la vida.

En Catalunya lo hacen de maravilla con el regalo de la rosa y el libro en este día de San Jordi. Por eso y por su romántica lucha por la libertad admiro y envidio al pueblo catalán ¡Qué bueno unir amor y lectura en la misma fiesta!

4 comentarios en «Diario de cuarentena. Día 40. Libros, muchos libros»

  1. Hoy no estoy muy de acuerdo con algunas de sus afirmaciones. No son incompatibles los libros en papel y en digital, son complementarios. Y éso de romántica lucha del pueblo catalán por sus libertades…, habría mucho que hablar, pero no es el caso. En cualquier caso, felicitaciones por su columna aleccionadora a la lectura. Y toda la razón con El Quijote. Saludos.

    1. Cabe la influencia del euskera en la expresión Quijote. Algún trato tendría Cervantes con el euskera. Los capítulos de El Vizcaino son una referencia.

  2. Ahora que lo pienso, cervantes fue soldado en varias guerras, preso, quedo manco, y fue un enorme escritor, con unos personajes surrealistas, peculiares y muy peninsulares para completar una novela suprema, un caballero admirable Cervantes, que sin duda ennoblece a su lengua, la lengua de Cervantes.

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