Diario de cuarentena. Día 91. Vuelve la señora censura.

Parece que la cuarentena, con toda su crueldad y su desprecio a las libertades de la ciudadanía, está en sus últimos días. Este diario vive sus últimas páginas. ¿Serán 100 páginas, 100 días? Aun así, con la amenaza fantasmal de los rebrotes del virus, no podemos darnos por liberados del arresto domiciliario y la angustia. ¡Lo que le gusta a este gobierno tenernos en un puño, bajo el miedo y su control!

Han abierto las salas de cine, ese lugar donde se viven los sueños y donde antes las parejas hacían manitas al amparo de la oscuridad. Espero que el ímpetu de los soñadores y los corazones irredentos ocupen de nuevo las butacas. No somos nada sin relatos. A propósito de esto, he leído que la plataforma HBO ha eliminado de su catálogo “Lo que el viento se llevó”, mítica película. El motivo es el contenido racista de algunas escenas. Espero que sea una broma, porque si esta idiotez se extiende, en el contexto de las protestas contra el racismo, entraríamos en una dinámica censora que nos llevaría a la edad de piedra. O a la quema de libros por los nazis y al Index de la inquisición.

La película recoge una realidad que existió, pero no la ensalza, que es lo que sería rechazable. Por la misma razón, o sinrazón, tendrían que quemar en una pira al mismísimo Quijote. Conozco bien este libro, la obra literaria más hermosa que jamás se haya escrito y nunca será superada ni aunque pasen mil años. Cervantes recoge, a través de sus personajes, expresiones despectivas hacia los árabes y los judíos. Solo una cita relativa a los turcos a los que el “manco de Lepanto”, no guardaba, por causas biográficas, mucha simpatía. Escribe en el capítulo LXIII de la segunda parte: “Turbéme, considerando el peligro que don Gregorio corría, porque entre aquellos bárbaros turcos en más se tiene y estima un mochacho o mancebo hermoso que una mujer, por bellísima que sea”. Ahí queda eso: los turcos son pederastas homosexuales.

Hace unos días, una señora negra declaraba en Radio Euskadi que había que eliminar de nuestro lenguaje la expresión “una merienda de negros”. ¡Mujer! ¿Tiene esa frase hecha un sentido humillante? Yo no lo veo.

En las protestas antirracistas de estas semanas los activistas del movimiento “Black Lives Matter” están derribando estatuas de personajes históricos a los que se tiene por negreros o defensores del esclavismo. Quieren tirar la que Winston Churchill tiene delante del parlamento de Westminster, en Londres. “Churchill was a racist”, han pintado en su pedestal. Creo que es injusto para un gigante que salvó al Reino Unido del nazismo.

Por mí, como iconoclasta convencido, deberían desaparecer todos los monumentos. Ni dioses, ni héroes, ni generales, ni caudillos, ni santos, ni vírgenes, ni nadie, ni muertos, ni vivos. Ya basta de idolatrías y adoraciones serviles. Somos seres humanos, iguales y libres, y a nadie hay que elevar al pedestal. Por nuestra autoestima humana. Admiremos la inteligencia, el arte y la creación, la bondad y el amor, pero sin mantener los ídolos en la tribu. Pero esto se hará a medida que superemos esta etapa histórica de ignorancia. Ni censura ni idolatrías. 

7 comentarios en «Diario de cuarentena. Día 91. Vuelve la señora censura.»

  1. Yo no sé si hay que retirar la película lo que el viento se llevó o no, pero que es racista se ve a la legua, al igual que la expresión merienda de negros.
    En la película se representa a los esclavos negros de una manera ridícula, como si estuvieran contestos con su situación y siempre preocupados en complacer a sus amos blancos.
    En cuanto a la expresión merienda de negros solo hace falta sustituir negros por otra palabra más cercana como vascos, para ver lo mal que suena.

  2. España es el país donde más Timos existen y donde más tontos hay.respuesta a un comentario de su artículo un cocodrilo en Valladolid.

  3. somos seres antihumanos, envidiosos y cobardes, y por eso adoramos nos sometemos al dictador, al cruel al malévolo. Yo creo que en síntesis es así. Ahora no me confomro yo no paso por el aro, o lo intento.

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