Diario de cuarentena. Día 93. Histéricos con los rebrotes

Después del largo período de confinamiento bajo el amparo (o desamparo) del estado de alarma, después de la estrategia del miedo sobre la población para tenerla conforme y acojonada en sus casas, llega la segunda etapa de esta miserable gestión de la pandemia: los rebrotes. No los rebrotes verdes, que es lo que preferiría decir Zapatero, sino los rebrotes del virus, una especie de segunda parte de la historia, cuya misión aparente es que la población “no baje la guardia” y cuide las medidas de autoprotección (mascarillas, higiene y distancia); pero que en realidad trata de sostener el tiempo del miedo para dar salida a las restricciones de la libertad individual que se avecinan. Los rebrotes son la amenaza para lo que queda de 2020.

Esta mañana he escuchado al ministro Illa, el hombre de la mirada más triste del mundo, amenazar sin tapujos con una vuelta al estado de alarma y el confinamiento más severo si no nos portamos bien. Y ha aludido a un posible rebote otoñal, sin que le conste un solo dato científico que lo avale, más allá de la mera especulación de que tal cosa vaya a ocurrir. También podía ser el fin del mundo, como han informado hoy algunos medios: “El fin del mundo llegará el 21 de junio, según el nuevo reajuste del calendario maya”. Ojo al parche.

Los rebrotes es el nombre del “nuevo coco”, para alargar el terror y tener a la gente bajo control, dentro de su concepto las personas, a las que se tiene por idiotas, irresponsables e incapaces de protegerse, lo que hace necesario acosarlas con sanciones y disminuir sus libertades básicas y democráticas.   

En Euskadi las cosas de la pandemia iban bien, como en otras partes; pero tenía que venir alguien -entornos políticos y sus medios afines, como El Correo Español y La Sexta TV- a romper esa imagen. Y aprovechando un rebrote específico en los hospitales de Basurto, en Bilbao, y de Txagorritxu, en Vitoria-Gasteiz, han exagerado estos hechos puntuales hasta el punto de detener la movilidad con Cantabria y Navarra y transmitir pesimismo a la población. La pandemia también es informativa y política.

El lehendakari Urkullu, hombre sensato donde los haya, se quejó amargamente ayer de que esta «realidad» del rebrote se ha visto “distorsionada en la interpretación pública”. Lo que quería decir, en román paladino, que esa prensa servil había exagerado al máximo la gravedad del caso para forzar a la ciudadanía vasca a un cautiverio más prolongado en el miedo. Que 42 personas se contagiaran en un entorno y 9 en otro, no dibuja ninguna situación catastrófica, que es como se la ha pintado en esos medios y en algún otro. El amarillismo sanitario es la nueva cara del viejo amarillismo fascista que hemos padecido durante años. 

Aun así, pese a este brote amarillismo español, Euskadi saldrá pronto del estado de alarma y podremos empezar a recuperarnos de sus estragos personales, sociales y económicos. Nadie nos hizo tanto mal como con el estado de alarma y el confinamiento. Nos costará sangre, sudor y lágrimas; pero nos pondremos en pie. Euskadi zutik ¡Saldremos!

2 comentarios en «Diario de cuarentena. Día 93. Histéricos con los rebrotes»

  1. Pensaba que era la página web del PNV por lo del eslogan final pero a fin de cuentas es lo mismo. Euskadi como muy tarde saldrá del estado de alarma el día 21 que es cuando decae esa situación para toda España como así lo decidió la mayoría del Congreso ( con los votos del Pnv incluidos).O como pronto el próximo viernes tras el acuerdo con Revilla.Hablar de prensa servil y amarillismo español puedo estar de acuerdo pero tal cual le ocurre a este medio que también ha informado de los brotes de Bilbao y Gasteiz.Menos mal que ha habido confinamiento y estado de alarma(votos del PNV incluidos) porque según algunos habríamos sido más libres aunque quedásemos menos.

  2. Ese » hombre sensato donde los haya «, se dedicó a su campaña electoral durante la fase de confinamiento, haciendo visitas a diversos centros para salir en la prensa, poniendo en peligro a todas las personas que por obligación le tienen que acompañar, no olvidemos que viaja con coche oficial, chófer, guardaespaldas y demás séquito.

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