I’m a dreamer

HISTORIAS DEL SEGUNDO CONFINAMIENTO

Nº 3 – 2 noviembre 2020

Los sueños no son lo que ocurre en nuestra mente mientras dormimos, sino el deseo de las metas imposibles. Sueño mucho, porque soy realista y conozco la naturaleza humana y sus ilimitadas capacidades. Ayer tuve un sueño. “I have a dream”, dijo Martin Luther King hace más de 50 años en su famosa marcha por los derechos civiles. Aquel sueño sigue pendiente. El país más poderoso del mundo, Estados Unidos, sigue siendo una sociedad racista y discrimina a negros y latinos y otras razas que no sean la blanca. Ni la llegada de un presidente negro, Barack Obama, con su gestión decepcionante, pudieron acabar con esa lacra. Las diferencias se han hecho más profundas después de que en 2016 Trump llegase al poder.

Mañana el mundo se la juega. Los norteamericanos tienen que optar entre la continuidad de la locura de Trump y la pequeña esperanza que representa el demócrata Biden. Y yo he tenido un sueño; pero muy mal sueño. Una pesadilla.

He intuido en sueños que volvía a ganar Trump. Que un conjunto de factores, como el miedo, la frustración de los ciudadanos sin trabajo ni horizonte, la fuerza del dinero y, por supuesto, la mayor movilización de la derecha, el racismo, el supremacismo blanco, junto con las debilidades del sistema que encarna Biden, daban una victoria holgada al actual presidente. Lo he visto en mi peor pesadilla de estos días. Gana de nuevo Trump.  

He visto a Biden sin ganas ni fuerza ni ideas. Le he visto débil y sin ilusión. Sí, es más honesto y, por lo menos, es una opción no tan desgraciada. He recordado que dijo, con buen criterio, que se consideraba un presidente de transición, alguien que estará cuatro años para dar paso a una figura nueva, más joven, ajeno al régimen corrupto de Washington que impulse un rumbo de renovación interna y conciliación mundial. Era mi sueño de antes.   

He soñado que Rusia, a través de Putin, el otro loco que gobierna el mundo, volvía a meter sus narices en el proceso electoral, como ya lo hizo a favor de Trump en 2016. Las guerras ahora son cibernéticas. No las hacen los ejércitos regulares, sino una serie de soldados mercenarios, no oficiales, que hackean los sistemas informáticos y mueven los hilos de los medios de comunicación y las redes. En su libro “La Ley de Comey”, el exdirector del FBI James Comey, despedido por Trump, cuenta cómo se gestó la contribución rusa al triunfo electoral de Trump. Y cuenta las andanzas con putas en Moscú antes y cómo Donald y su guapa esposa montaron un numerito de “lluvia dorada” sobre la cama de la suite presidencial de un hotel moscovita en la que habían dormido Barack y Michelle Obama. El mundo no se imagina hasta qué punto Trump es un peligro para todos, pobres y ricos. 

En mi pesadilla la gente volvía a tener el rostro de odio y crispación de los alemanes de los años treinta, cuando Hitler ganó las elecciones en una sociedad humillada por el tratado de Versalles, que castigó a la Alemania perdedora de la Gran Guerra y que a la larga generó las condiciones para la segunda guerra mundial. La humanidad camina hacia la aniquilación porque muchas personas siguen la ley darwinista de que los más fuertes han de tener todo el poder. La derecha es darwinista y la izquierda, ignorante. Solo los románticos y su utopía pueden salvarnos.

Soy un soñador, pero no quería tener este sueño brutal. Mañana es el martes del terror o de la leve esperanza. Los americanos tienen, una vez más, la llave de la libertad o el cerrojo de la cárcel del mundo.

5 comentarios en «I’m a dreamer»

  1. «La derecha es darwiniana y la izquierda ignorante.Solo los románticos y la utopía pueden salvarnos». Esa aseveración lo saben los aludidos o solo usted?Entiendo que si la utopía nos salva deja automáticamente de serlo o no?Su capacidad de asombrar es infinita. Así que de una Paloma y una virgen salió una criatura es lo lógico.Amen

  2. Buen artículo para meditar sobre muchas cosas. La victoria de Trump depende del grado de simpleza mental de los votantes.
    La alternativa Biden parece que ha sido pensada por infiltrados para favorecer al perturbado de color naranja.
    Hay que ser muy fan de los demócratas para apoyar a una persona con aspecto de derrotado prematuro. ¿No tenían a nadie más?
    Clara victoria para el chalado en mi porra particular.

  3. No sé, Jose Ramón; tengo una sensación extraña con estas elecciones ya meses. Para empezar creo que nos llega una información muy sesgada desde EEUU y así es difícil hacerse una idea clara de lo que ocurre y, peor aún, de lo que puede ocurrir. Por ejemplo, tu mismo dices que uno de los factores que podrían cimentar la victoria de Trump sería “la fuerza del dinero”, cuando es público y notorio que las donaciones para la campaña de Biden son prácticamente el doble que las habidas para la campaña de Trump, y no creo que Biden se financie con crowdfunding.

    Pero a pesar de esta información sesgada, la impresión que tengo es que en esta campaña sólo hay UN CANDIDATO REAL. Vamos, que Trump compite contra Trump, y no es idea mía. Sabemos que si gana Trump gobernará Trump, con todos los condicionantes existentes, claro; pero¿si no gana Trump? ¿gobernará Biden? El mismo reconoce que está prácticamente amortizado ¿entonces? Creo que Trump podría hacer campaña con la inmortal viñeta de “Hermano Lobo”: “O YO O EL CAOS, Y POR SUPUESTO, EL CAOS TAMBIÉN SOY YO “

  4. Creo que el resultado de las elecciones en USA pueden suponer diferencias para la gente de allí pero, para el rresto del palneta, da un poco igual. Los Esatdos Unidos sólo miran por sus intereses y les da igual joder a quien sea mande quien mande.

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