Retrato de una época sin fin

HISTORIAS DEL SEGUNDO CONFINAMIENTO

Nº 9 – 27 NOVIEMBRE 2020

Si la historia es la narración del pasado y el periodismo el relato del presente, la novela sería, creo yo, el espacio intermedio entre lo viejo y lo inmediato, su síntesis, mitad certeza y mitad ficción. Por lo menos, una especulación de la realidad. La historia está llena de dudas, mientras que los medios de comunicación están atravesados de prisas y cierta superficialidad. Una novela honesta, con peresonajes y hechos reales, sería una aproximación a la verdad.

Pilar Eyre (¡qué gran apellido para una escritora!) acaba de publicar un libro sobre el rey emérito de España, «Yo, el Rey», que he terminado de leer y que me ha dejado un buen sabor de boca, sin llegar a la exquisitez que busco en las grandes creaciones. Eyre disecciona al personaje, desde su nacimiento hasta el momento en que abdica como rey de España, ochenta años que son lo peor de la ya de por sí poco edificante his-toria de este Estado fallido y sin fuuro.

Juan Carlos, al que a lo largo de las 500 páginas, se le llama Juanito, el nombre familiar, nació en un hogar al que se puede llamar todo menos familia, marcado por el exilio en Italia y Portugal, la maldición de los Borbones junto con la hemofilia y la perversidad sexual, además del alcoholismo. En el caso del emérito se le añade un suceso ocurrido a la edad de 18 años, cuando en Estoril mató accidentalmente a su hermano Alfonso, de 14 años, jugando con una pistola que le había regalado Franco y que su madre, María, ese fatídico día les dejó usar a pesar de la prohibición de su padre, el triste Juan. 

Este hecho marcó la vida del emérito. Según Eyre, hay que añadir otros varios. Uno de ellos fue la disputa con su padre para ser nombrado heredero de la corona española por Franco, al que hizo la pelota todo lo que pudo. El dictador prefirió al hijo, a pesar de que no le consieraba muy listo. Pilar Eyre dice del emérito que sin ser tonto era muy astuto. Juan Carlos fue educado en un internado de Friburgo, en Suiza, donde los chicos de las familias más ricas de Europa la tomaron con él y le hicieron bullying sin piedad. 

Otro factor clave del emérito, según este relato, es su desmedido amor por el dinero. Las estrecheces de los Borbones (que ya quisíeramos los demás mortales) le crearon una fijación por conseguir pasta. A cualquier precio, nunca mejor dicho. Eyre sitúa a Manuel Prado Colón de Carvajal, amigo íntimo del emérito, como el gran estratega de los negocios que han convertido, ile-galmente, a Juan Carlos I en una de las mayores fortunas del mundo. El principio fue la crisis del petróleo de 1973, cuando los países árabes, después de la guerra con Israel, como represalia, cerraron el grifo a occidente. 

La buena relación que el entonces príncipe había establecido con sus hermanos-tiranos árabes la aprovechó para llevarse, por consejo del “manco de oro”, como llamaban a Prado, sustanciosas comisiones. Y así hasta hoy. De ahí a los demás negocios de representación empresarial solo hubo unos pasos más.

Lo demás, ya es conocido. Sus numerosas amantes, la Corinna, de la que se enamoró perdidamente, la triste existencia de la cornuda Sofía que, al final, se ha convertido en una especie de Lady Macbeth, ambiciosa y sin escrúpulos, para garantizar la continuidad en el trono de su hijo Felipe. Eyre relata la anécdota de Carrero, cuya esposa se lió con un oficial de la marina. Tuvo que intervenir López-Rodó, muy del opus, para poner orden en la familia. El pobre voló, años más tarde, con cuernos y todo. Es cómica y trágica a la vez la historia de este rey corupto, inmoral y vividor que, como sus antepasados, morirá en el exilio. Este libro trata de que no se blanquee su deshonor y cobardía.

3 comentarios en «Retrato de una época sin fin»

  1. Bueno, ya lo dijo Tolstoi: “todas las las familias felices se parecen, las infelices cada una lo es a su manera”. Y en estos temas de “cuernos”, infidelidades, latrocinios,… pues eso, unos tienen más posibilidades que otros, pero “el más tonto hace relojes”. La condición humana. Fariseismos los justos.

  2. Desconocía lo de la cornamenta de Carrero, mano derecha del asesino. Tanta escolta, tanto espía a su servicio y se la pega su señora. Los fascistas son muy cutres.
    Por cierto, el monumento del cornudo en Santoña es una ofensa permanente para las víctimas del terrorismo franquista.

  3. En el Estado español se vive una gran tragedia, por ello intentan pasar página a la “MEMORIA HISTÓRICA”, especialmente a la reciente…ya que los jerarcas políticos, militares y religiosos que dominan el presente saben muy bien que podían perder el poder heredado…el poder que había detrás de Franco…si hacen a un lado a las grandes familias y la banca española. “El poder político, por lo tanto, sigue sin cambios, convertido en el poder organizado de las clases poderosas para oprimir al pueblo”…es bueno pues que se acuerden de algo que es bien sabido, según las historias, y es que las tragedias de las sociedades no suceden por peleas entre un derecho y una injusticia…surgen del choque entre dos derechos…
    …por lo tanto, solo queda recordarle al pueblo que “quien vota a los corruptos los legitima, los justifica y es tan culpable como ellos. ¡DILES NO! …a los “DELINCUENTES POLÍTICOS”…única forma de lograr una auténtica “DEMOCRACIA”.

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