España, una partida de parchís

Hablamos de televisión

Contenidos del espacio emitido en Onda Vasca, el 4 febrero 2016,

dentro del programa de Begoña Beristain

 

1. A debate

Negociaciones para el nuevo gobierno español: una partida de parchís

La televisión es un escenario: la vida pasa ante nuestros ojos, con sus falsificaciones, sí, pero también con buena parte de lo que ocurre en realidad y que se presta, naturalmente, a nuestra interpretación subjetiva o a la de los propios canales. También la política desfila ante nosotros en la tele.

Y lo que estamos viendo estas semanas, a propósito de las negociaciones de los partidos para constituir el nuevo Gobierno español, es una gran partida de parchís. Pero en todo caso una partida compleja e interesante.

No voy a entrar en política, sino en su juego de comunicación. Lo primero que hay que decir es que la negociación tiene diferentes públicos, no es solo entre dos partes. El primer público de esta partida, ante quien se exhibe la disputa, es la gente, el electorado. Se trata de ganar la batalla principal: el de la opinión pública, el prestigio social. Si no contara tanto este aspecto, las negociaciones serían discretas o secretas. No se retransmitirían en directo en las pantallas. Ganar la batalla de la opinión pública es más importante que ganar el Gobierno. Mucho más importante.

En este sentido, hay cuatro jugadores (Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera) que miran de reojo a sus oponentes y miran de frente a la sociedad. Cada uno de ellos ha adoptado un papel para ganar esta batalla compleja, el juego del parchís, en el que hay que llegar a la meta comíendote a tus oponentes y sin que te coman:

Rajoy ha asumido el papel de perdedor. El suyo es un juego patético. Ha ganado pero está perdido. Asume con patetismo su rol de perdedor, con el que nadie cuenta. El niño con el que nadie quiere jugar. Su jugada es esperar: esperar a que su oponente, Sánchez, fracase. Es como el jugador pasivo, que espere los movimientos erróneos de los demás. Es un segurola, con riesgo de quedar el último. Es un papel discutible, pero coherente con la personalidad pasiva y resistente de Rajoy. Tiene todas las de perder, pero él cree que ganará.

– Sánchez ha adoptado el papel de héroe épico. Se proyecta como el jugador que no solo tiene que jugar contra sus rivales, sino contra sí mismo, contra su propio equipo. Se siente fuerte en este papel y sabe que es muy importante vender esa lucha mortal que le plantean su propia gente y el poder del dinero para evitar una alianza de izquierda. Ahora, ha hecho una jugada a la baja, intentar pactar con Ciudadanos, para intentar después una alianza con Iglesias. Tiene mucho que perder y mucho que ganar. Pero es muy interesante su juego épico, incluso dramático.

– Iglesias es el jugador tranquilo. Ha adoptado un juego agresivo, exigente, duro. Su jugada la tiene clara. Y va a por ella, porque sabe que solo puede jugar a eso, a la alianza de izquierda. Y juega con otra baza emocional, que le pone muchísimo: y es que sabe que da miedo a determinados poderes y eso le estimula. Hacer el juego de “coco” o demonio con cuernos y rabo es lo que le mola. Y ahí va a seguir hasta atraer a Sánchez a su juego. En ese momento, soltará un poco de lastre para hacer posible esa alianza de izquierdas de mínimos.

– Rivera es el último de la fila. Es el jugador que sabe que tiene menos que ganar y más que perder. Quedarse sin juego es lo que le da miedo. Es un jugador tocado, algo perdido. Le horroriza unas nuevas elecciones e intentará su máxima jugada: una alianza con el PSOE, que es su ideal para diferenciarse de Rajoy. Pero tiene que esperar, no tiene iniciativa. Depende de otros. Y está muy nervioso. Su problema es que todo el mundo le quiere comer. Y se lo comerán, tarde o temprano.

Este es el juego. Y hay que estar atentos, más allá de lo político. Interesa el juego de comunicación y quien se lleva la partida de la opinión pública.

 

2. El impacto

El espectáculo del mar

Otra vez el mar nos ha ofrecido a través de la tele un gran espectáculo. A vecesson las olas, los tiburones y otros misterios y placeres. Esta vez ha sido la operación de remolque del buque Modern Express, completamente escorado. Es hoy y los días pasados una de las noticias que más han reunido a la gente ante el televisor. Ver esa enorme pieza de acero doblegada y arrastrada a duras penas hacia el interior del puerto de Bilbao no deja indiferente a nadie, dada su complejidad técnica y la enormidad del barco.

Estas imágenes se han podido se han podido ver también en todo el mundo y, en cierta manera, es una buena campaña de imagen para Bilbao y Euskadi, que la operación de remolque, sin vertido ni daños humanos ni materiales, y más allá de la suerte del buque, se haya realizado con éxito.

 

3. Audiencias. Lo que nos gusta y lo que no

Audiencias del mes de enero: el duopolio se refuerza

Las audiencias del mes de febrero muestran la misma tendencia de los dos últimos años: hay un duopolio, formado por os grupos Mediaset y Atresmedia, que acaparan más de la mitad de los espectadores a diario. Si bien, el gran engaño -y diría que corrupción encubierta- es que con esos datos se llevan casi el 90% de la inversión publicitaria. Algo ocurre, y no solo es porque TVE no tiene publicidad. Hay algo más que convendría indagar.

Telecinco vuelve a ser líder, con una pequeña baja, al situarse al borde del 14%. Le sigue Antena 3, 13,6%, a solo tres décimas de Telecinco, pero incapaz de adelantarle. La tercera es TVE, con un 10,1%, y después La Sexta, con 7,3% y Cuatro, con 6,6%.

En cuanto a ETB, se recupera un poco. ETB2 gana ocho décimas, para situarse en torno del 8% y ETB1, sube tres décimas y se coloca en el 2,1%. Se nota la influencia de El Conquistador, que es imbatible los domingos. Los miércoles, con el debate, no puede con el programa de Bertín, que sigue arrollador.

La emisión más vista en enero fue, precisamente, la entrevista de Bertín Osborne al cantante Alejandro Sanz el pasado miércoles, 27 de enero, con 4.100.000 espectadores de media. Este programa, que yo también vi, fue realmente bueno, todo hay que decirlo, más allá de que nos caiga mejor o peor el señorito Osborne.

El consumo de TV ha aumentado con el invierno y se ha situado este mes pasado en una media por persona y día de 255 minutos, o sea, 4 horas y 15 minutos, casi nada. En Euskadi un poco menos, con 251 minutos persona/día.

El anuncio más visto también tiene que ver con el invierno, Frenadol, seguido de Bisolfren, otro antigripal. Tendremos que hablar algún día de estos de la publicidad farmacéutica y su influencia en nuestra vida cotidiana. Estas serían las campañas más eficaces; pero el anuncio más visto es uno de la ONCE, lo cual no quiere decir que sea el anuncio más eficaz. La eficacia en publicidad se mide en términos de GRP, es decir, número de impactos sobre el público concreto al que me dirijo. Un anuncio no puede emitirse en cualquier momento, sino cuando más gente que me interesa está viendo la tele. Gastar mucho no significa ser más eficiente.

 

4. La buena publi

Bayer rectifica

Hace unas semanas denunciamos aquí el anuncio del antigripal Propalgina frivolizaba con los riesgos de muerte por gripe. Su tratamiento ofendía innecesariamente a los afectados por esta enfermedad. Contra el contenido de este anuncio se habrían levantado voces para que se retirara este anuncio. Y aquí también lo pedimos. Pues bien, Bayer ha cambiado este anuncio y lo ha hecho sustancialmente. Y no solo eso, ha retirado de YouTube el anuncio original.

Nos alegramos de esta rectificación por parte de Bayer aunque echamos de menos que haya pedido disculpas explícitamente por su enorme frivolidad.

Este es el nuevo anuncio, ya rectificado:

 

Ikea y el misterio del orden

Otra vez Ikea nos regala un anuncio espectacular. Así como otras veces nos ha mostrado sus catálogo, sus ofertas para terrazas, mesas y dormitorios, en esta ocasión se centra en el orden en casa, como a tener los cacharros y las cosas en un orden conveniente, ante tanta avalancha de objetos. Que no se pierda nada, no tener que comprar lo que ya tenemos, encontrar las cosas es un misterio en una casa.

El anuncio es como una pequeña película de misterio, porque eso es el orden en casa, una aventura cada día, para que podamos encontrar las cosas y que no pierdan en el caos. El anuncio provoca una sonrisa, pues nos vemos retratados en é, y nos gusta verlo una y otra vez. Otra pequeña maravilla.

 

https://www.youtube.com/watch?v=DkwcqlmtKcE

 

5. Recomendaciones para el fin de semana

Dos recomendaciones y las dos para este sábado, alternativas, porque coinciden a la misma hora.

Aconsejable el debate político de La Sexta Noche, con Iñaki López. Este sábado, a partir de las 22:00 h. Aquí, en este programa y ahora, vamos a ver las primeras escenificaciones de la segunda partida de ajedrez de los líderes políticos y sus respectivos partidos. Hay que estar atentos al movimiento de fichas. No se trata de ver lo que dicen exactamente, sino cuál es su juego, qué pretenden, cuales son las segundas intenciones o el propósito final, con sus descartes y fintas.

– Una peli de Woody Allen. Para los que pasan de la política y quieren ver buen cine, mi consejo es que vean este sábado, en la 2 de TVE, a las 22:00 horas, “El sueño de Casandra, de Woody Allen. Es la historia de la ambición, desde una perspectiva irónica, con dos actorazos, Ewan McGregor y Colin Farrell.

¡Hasta el próximo jueves!

Expediente X y la necesidad del misterio

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Por si no fueran suficientes los misterios que nos provee la vida (el azar, el amor, la belleza, las cuentas de Osasuna…), la televisión y sus hermanos, el cine y los libros, se permiten imaginar otros muchos. Vivimos mejor entre enigmas y ocupados en tratar de comprenderlos, pues confirman otras certezas maravillosas y terribles. Tenemos alma de descubridores, es lo que ocurre. Para regalarnos su ración de misterio, tras catorce años de ausencia, ha regresado Expediente X.

Fue el martes pasado, dos días después que en Estados Unidos, cuando hemos vuelto a ver, esta vez en la cadena Fox, a nuestros entrañables agentes federales Mulder y Scully ocupados en desentrañar casos de seres extraterrestres, abducciones y otros mitos modernos. Esta pareja, con sus aventuras al límite y también con su amor en precario, marcaron una época de la tele. Acaparan 150 premios.

De especial la serie tiene el hacer razonable el portentoso género de la ciencia ficción. Hay que ser muy corto en presunciones para no aceptar la hipótesis de la existencia de otros mundos inteligentes e incluso de su camuflada presencia entre nosotros. El retorno tiene un punto de nostalgia culta.

Para que un enigma tenga sentido tiene que darse una gran desigualdad a favor de lo racional y ninguna prueba de lo imposible. Además, las autoridades deben ser diligentes en la ocultación de todo atisbo paranormal y desacreditar a quienes fomentan semejantes fantasías.

La misión de Expediente X es recordarnos que aún no estamos preparados para saber ciertos hechos, que conviene guardar en secreto, porque las costuras de nuestra mente se romperían ante su conocimiento, pobres humanos primitivos. Nos educan para el futuro. Su contrapunto es Cuarto Milenio, un espacio contradictorio al que acuden unos locos adorables que deshonran la verdad profunda e inabarcable.

Puede más cualquier corazón abierto que los científicos antisistema. No cabe prescindir de los misterios porque existen, no para entretenernos unas horas. La realidad común, esa sí que distrae y nos reduce.

 

Pan con chocolate y otros regresos

https://www.youtube.com/watch?v=_2MO5c4H0tM

Nadie debería subestimar los anuncios y mucho menos despreciarlos por molestos o cómplices del consumismo. Los anuncios acompañan los cambios sociales. Son sus mensajeros. Todas las transformaciones producidas en los hábitos de alimentación fueron precedidas de campañas en la tele machacando el inconsciente colectivo. La comida basura es un hecho generalizado por influencia directa de los anuncios. Dejamos de comer y beber bien con la activación de determinados complejos. ¿La culpa entonces es de los anuncios? No, ellos solo hicieron su trabajo y rindieron las dietas sanas por mandato multinacional. Anular las legumbres, rechazar las verduras, marginar las frutas, odiar el pan, el aceite de oliva, el azúcar y el vino y demás catástrofes alimentarias fueron fechorías experimentales de grandes empresas. Los anuncios tuvieron clara su táctica victoriosa: hacernos creer que comer lo que comíamos era cosa de pobres. “¿Te acuerdas cuando bebíamos agua?”, nos decía por entonces con particular malicia una marca de gaseosas para asociar el bendito consumo de agua al subdesarrollo y la famélica legión.

Ahora, Nestlé se ha embarcado en la reversión de aquel desastre y, mediante una preciosa campaña plena de buen criterio, aspira a que los niños y niñas del siglo XXI vuelvan al pan con chocolate, la nutritiva merienda de la infancia de los sesenta. No sabemos si lo conseguirá, tras años de colonización de la pastelería industrial y los bocadillos de la peor charcutería; pero si tal cosa ocurriera podríamos pensar que los milagros son factibles no por fe, sino por constancia ética de los anuncios.

Desear el regreso de lo bueno no es nostalgia, es sabiduría. Nos alegramos por eso del retorno de Patricia Gaztañaga. Será el lunes próximo en TVE, con un talk denominado Cuestión de tiempo, un espacio de emociones. También en esta cuestión, tras el fiasco de la inteligencia emocional, convendría regresar a Spinoza y descartar a Descartes, nuestro tirano mental durante siglos. Nada más humano que la añoranza del paraíso perdido.

 

Felices regresos

Hablamos de televisión

21 enero 2016

Contenido del programa en Onda Vasca, con Begoña Beristain

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1. A debate

Vuelve Patricia Gaztañaga

La historia de la televisión, la corta y la larga historia, es la historia de las personas que la hacen. Sobre todo, de las personas inmediatas, las que dan la cara. Estas personas se convierten en parte de nuestras vidas y en referencia de muchas horas de ocio y emociones compartidas. Una de estas personas es Patricia Gaztañaga, una profesional todo terreno, una gran chica, que ha pasado por todos los escalafones de la tele, comenzando en la escuela de la radio.

Patricia Gaztañaga es un producto de la radiotelevisión pública vasca. Inicialmente, fue conductora de programas de debate en ETB, importantes allá por los difíciles años 90. Y después tuvo su gran éxito en Antena 3 con su “Diario de Patricia”, un programa de testimonios e historias de la gente, que fue líder durante muchos años. Es un tipo de programa discutible, en la que la clave es la puesta en escena y difusión de las intimidades de la gente. Si hay personas que quieren contar sus historias personales, a veces graciosas y a veces dramática, es algo que podemos criticar. Yo lo critico; pero la tele tiene preferencia por lo auténtico. Y estas historias, de amores y desamores, de odios y amistades, de favores y de traiciones, tienen la virtud de su espontaneidad y de provocar risas y lágrimas por doquier.

Aquel “Diario de Patricia” se acabó, como todo en la tele y Patricia regresó a Euskadi. En estos últimos años, Patricia Gaztañaga no ha tenido suerte. Ha pasado por concursos que apenas tuvieron audiencia y también ha probado a enseñar las casas y mansiones de los más ricos y famosos. Y tampoco ha tenido suerte. Ahora, Patricia vuelve con un programa parecido al que la encumbró a escala estatal. Y será en TVE. El programa se va a llamar “Cuestión de tiempo”, que podríamos clasificar como un programa de sentimientos. Se basa en que una persona deposita en una caja un mensaje que le quiere transmitir a otra persona. Esta caja con el contenido se le enviará a una persona determinada y solo se abrirá en una fecha concreta. Suena a “Lo que necesitas es amor”, el mítico programa de Isabel Gemio y Jesús Puente de los años noventa; pero es en realidad un talk, un espacio de emociones y de historias muy personales. Un espacio de intimidades, de eso que muchos no contaríamos a nadie, porque constituyen nuestro fondo de secretos.

La nueva aventura de nuestra Patricia Gaztañaga comenzará el 1 de febrero. Será a las tardes en TVE. Y lo que queremos es que, más allá de lo discutible o no del formato, que tenga suerte. Es lo que les deseamos desde aquí siempre a los nuestros que viajan a las cadenas estatales: a Iñaki López, a Adela González, a Sobera. Le tengo mucho cariño a Patricia y espero y deseo que tenga mucho éxito.

Estaremos atento a “Cuestión de tiempo”.

 

2. El impacto

Pedrerol y su mal carácter

Josep Pedrerol es uno de los periodistas deportivos más veteranos y conocidos de la televisión. También es uno de los personajes de la tele más imitados por los humoristas. Su evolución le ha conducido de la información a la opinión y hoy dirige una de las tertulias futbolísticas más polémicas, “Jugones”, en la Sexta. Se atribuye a su programa el deshonor de ser algo así como el “Sálvame” del fútbol, es decir, una tertulia de muy malas formas, con gente excesiva, con mucho grito, mucha radicalidad en las posiciones y poco fundamento.

Le vimos denigrar a unos becarios de su equipo, de lo que se disculpó. Hace unos días, volvió a demostrar su mal carácter cuando ocurre algo que no le gusta. Un espectador presente en el plató criticó la manipulación de su programa y Pedrerol perdió los papeles. Es lo peor que puede ocurrir en la tele: que las cámaras te dejen en evidencia.

 

3. Audiencias. Lo que nos gusta y lo que no

La sorpresa de un mal programa

No hay manera de saber a priori si un programa va a triunfar o fracasar. Nadie tiene esa capacidad de previsión. Un mal programa puede ser un éxito y un buen programa puede fracasar. La calidad no decide. Hay muchos factores que intervienen.

Ha ocurrido con un mal programa, Casados a primera vista, cuyo éxito de audiencia es difícil de entender. Es un programa muy discutible, al borde de la telebasura. Pues ahí está en Antena 3, con un 15,1% y 2,558.000 espectadores el pasado lunes.

“Casados a primera vista” es un programa al límite. Es un espacio de citas y parejas, conducido por una psicóloga, una sexóloga y un psiquiatra. Viene a ser una versión española de un programa danés. En él ocho parejas se dejan llevar por estos expertos que mediante test de compatibilidad deciden quién se casa con quién. La boda se produce de verdad, civilmente. Al cabo de un mes de convivencia las parejas casadas deberán optar por continuar casados o divorciarse. Es una frivolización de las relaciones de afecto y casamiento, llevados al límite. Pero ahí está su éxito. Mucha gente ha decidido casarse con este subproducto.

 

4. La buena publi

Vuelve el pan con chocolate, la merienda de los niños

¿Puede la televisión alterar las costumbres alimenticias de una sociedad? Puede y de hecho así ha venido siendo desde hace décadas. Y lo mismo que ha difundido la comida basura y los alimentos hipercalóricos, también puede fomentar una alimentación sana. En este sentido, la multinacional alimentaria Nestlé, es todo un ejemplo. Ahora, en su 150 aniversario, la multinacional, quizás con mala conciencia o solo por cálculo de marketing, se ha propuesto que los niños y niñas vuelvan a la merienda más tradicional: el pan con chocolate.

El pan con chocolate, es decir un bocadillo con varias onzas de chocolate con leche, fue la merienda de los niños de los años sesenta. Eran tiempos de salud famélica, derivada de los rigores de la postguerra. Era una merienda barata y sana. Pero llegaron los bollycaos, los tigretones, los bucaneros y demás basura sintética, que también eran de chocolate, y se acabó la tradición del pan y chocolate y la merienda sana. No obstante, la merienda que destronó finalmente al pan con chocolate fue la Nocilla, ya sabéis: leche, cacao, avellana y azúcar. Y su eslogan: “Nocilla, qué merendilla”. La Nocilla fue, y en parte sigue siendo, la merienda de los niños de los setenta y ochenta, los de la EGB.

Aquí está el anuncio con el que se propone recuperar la tradición. Un anuncio lleno de nostalgia que comienza con imágenes en blanco y negro, música publicitaria de la década de los sesenta. ¿Lo conseguirá? Pues ojalá.

 

5. Recomendaciones para el fin de semana

Vamos con un par de recomendaciones. Hay donde elegir:

El sábado, en la segunda de TVE, hacia las 00:30, y dentro de uno de los mejores programas que podemos ver en la tele, La Noche Temática, podremos ver “La cultura del grafiti”. Quizás es el momento de desterrar viejos prejuicios sobre este género artístico urbano, que tanta guerra da a los gestores del transporte público y a los alcaldes con sus pintadas, a veces absurdas y provocadoras. Muy interesante.

También, el sábado, pero en Antena 3, a las 22.00, una peli europea, con cierto rigor: The International, dinero en la sombra. El oscuro mundo del poder financiero. Con Clive Owen y Naomi Watts. Aunque no tiene nada que ver, esta película puede ser un referente de mi favorita para los Oscar de este año, “La gran apuesta”, “The big short”, un pedazo de historia intensa, crítica, surrealista, genial y auténtica que nadie se debería perderse, actualmente en las salas comerciales. Apuesto por ella para el premio a la mejor película y desde luego para el mejor guión adaptado.

¡Hasta el próximo jueves, ya en febrero!

 

El bebé de Bescansa: juicio de emociones

 

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No han entendido nada, ¿verdad? ¿Aún no se han enterado de lo que ocurrió en la constitución del Congreso y Senado el pasado miércoles? Ustedes, líderes políticos y de opinión, se niegan a reconocer que se ha producido un cambio y que esta leve e inicial transformación se ha transfigurado en determinadas imágenes, divulgadas profusamente por televisión, que se les antoja anecdóticas, incluso circenses, pero que se han impuesto con tal fuerza emocional entre la gente que a ustedes les han descolocado. Y las rechazan y, lo que es más inquietante, las critican. No hay reacción más estúpida que refutar una emoción. ¡Las emociones no son discutibles ni se enjuician, oigan! Se sienten -del verbo sentir-, coño.

Las rastas, las charangas, la silla de ruedas, la diputada negra, las lágrimas de Pablo Iglesias, las bicicletas, las fórmulas creativas de juramento y, sobre todo, el bebé de Carolina Bescansa son tan poderosos símbolos y gestos comunicativos que harían bien los poderes clásicos, si no quieren verse superados por la rotundidad de las urnas y el corazón de los ciudadanos, en aceptar su real significado y naturaleza radical.

El coro de reproches, de izquierda a derecha (que se igualan en sus miedos hacia el enemigo común que los desplaza), que ha recibido la congresista de Podemos por acompañarse de su niño en el escaño es toda una impugnación del modelo de la transición. ¡Los esquemas del sistema desbaratados por un bebé! Impresiona la debilidad de la política ante una imagen tierna que humaniza un escenario rancio y con olor a cerrado. Y produce algarabía su percepción como amenaza para las tradiciones y vicios de las instituciones congeladas.

Además de divertido, ha sido un abrumador juicio de intenciones sobre la espontánea decisión de Bescansa que ni siquiera tuvo carga reivindicativa de la conciliación del trabajo y la maternidad. ¡Qué elementales son la clase política y los medios españoles! Mientras estos mostraban su cólera de etiqueta, la gente estaba sencillamente emocionada. Siguen sin enterarse.