Luis Egidio Meléndez
Nápoles 1716, Madrid 1780
Meléndez vivió toda su vida rodeado de una gran miseria, a pesar de su gran talento pasó con más pena que gloria por la historia de la pintura.
Los cuadros de Meléndez, por lo general, son de una gran sobriedad y están ejecutados con un realismo perfeccionista que alcanza hasta los más mínimos detalles.
Su ambición hizo que no comercializara sus obras como lo hacían otros artistas, esto le proporcionó una situación de pobreza extrema.
Murió como un pobre indigente en 1780, ignorado y abandonado por todos.
Hoy en día se le considera uno de los mejores pintores de naturaleza muerta del siglo XVIII.