Yo tuve una casa en Euskadi al pie de las colinas del Mugarra…

Yo tuve una casa en Euskadi al pie de las colinas del Mugarra…

Una casa fantástica que se restauró entera, el tejado estaba bien pero hubo que vaciar todo el interior para hacer una nueva distribución, limpiar y alinear un jardín que estaba abandonado, al igual que la casa, hacía ya muchos años.

Fué amor a primera vista y cómo en el amor no hubo cálculos, ni nada imposible de conseguir, yo sentía la necesidad de volver a poner en pie aquella maravilla, se compró la casa, que en su día perteneció a un sacerdote y ahora la habían heredado sus ocho sobrinos.


Arreglé la casa y también el jardín, respeté su esencia y cambié todo su interior, en el proceso ocurrieron cosas como la aparición de un arroyo que pasaba por debajo de la casa, se bajó 30cm el solado y se cubrió con grijo, lo que subió el costo de la obra considerablemente.


Bueno, al lío…
Mi hija no quería vivir allí, los problemas económicos iban creciendo y se decidió vender la casa.
Hubo unas personas muy interesadas en comprar la casa (incluso antes de ponerla oficialmente a la venta) eso si, a la baja, ¡la querían pero regalada!

Después de unas absurdas negociaciones se quedaron con la casa y nosotros jamás recuperamos en dinero invertido, (esto no es una crítica, al final fuimos nosotros los que aceptamos la venta)


Yo vivo en Durango y como en todos los pueblos siempre te llegan las noticias ( sobre todo las malas)
Estas personas que tuvieron todo el tiempo para examinar la casa antes de comprarla , llevar a algún técnico o lo que necesitasen, terminaron comprándola (a un precio irrisorio) y después se dedicaron a criticar y comentar por el pueblo que les habíamos engañado, que la casa no valía la pena y por supuesto me retiraron el saludo.


Pero el tiempo pasa…
Al lado de mi trabajo hay un restaurante que normalmente está más frecuentado
Por hombres que por mujeres , hoy a mediodía me he ido a tomar un vinito y a mi lado había un grupo de hombres entre los que estaba el señor que compró mi casa.

En el grupo, un buen vecino y mejor persona se desahogaba contando un episodio donde alguien le estaba negando el saludo por un tema que él no comprendía, este señor reivindicaba el derecho a contrastar, conversar y llegar a acuerdos y en definitiva a La Paz.


Por primera vez en mi vida he cogido una banqueta me he sentado en la mitad de ellos y le he comentado al señor que me compró la casa que no comprendía porqué había hecho comentarios falsos en el pueblo, y porqué me había negado el saludo a partir de entonces, La conversación ha sido esta:
-Idoia: os voy a contar algo que ocurrió hace siete años y este señor se comportó así conmigo
Todos escuchaban en silencio
-Idoia: me gustaría saber porque esta persona ha contado una historia falsa a la gente del pueblo y me niega el saludo.
-Mikel: no quiero hablar
-Idoia: yo te propongo con todo respeto que hables porque me ayudarás a entender.
-Mikel: no voy a decir nada
-Idoia: no dices nada porque no tienes argumentos
Mikel le cuchichea algo al compañero que tiene al lago , parece que le hace mucha gracia porque se ríe ( sé lo que es, es lo que he visto y oído muchas veces incluido en mi trabajo, cosas como, ¡a ver si alguien le echa un buen polvo a esta tía!, !la puta.féminazi de los cojones!,¡Esta tía está amargada porque le dejó su marido!etc…
(Por cierto mi marido no me dejó, me hizo un favor)


Todos estos hombres se han ido escabullendo y poco a poco han abandonado el bar, solo uno se ha quedado a darme la razón cuando no había nadie más ( no vaya a ser que lo vean)



¿Porque este hombre que se siente superior a mi solamente porque mide 20cm. más que yo, me mira por debajo del hombro cuando no ha podido rebatir nada en absoluto?

Al final me di cuenta que me había metido en medio de una jauría de lobos, a los que les molesta que una mujer saque el valor para decir lo que piensa y también esté dispuesta a escuchar.

Supongo que en el resto de su ronda de vinos se dedicaron a sacrificar mi osadía, y se acordaron de la madre que me parió y demás memeces.


No os equivoquéis mujeres de Euskadi, por mucha verdad que seamos y por mucho respeto que demostremos, y por muy empoderadas que nos creamos.
la mayoría de los hombres (que no todos) nos seguirían mandando a la cocina y calladitas!

Muchos de ellos siguen teniendo la misma capacidad cerebral de los hombres de Atapuerca, existimos para complacerles, no para dar por saco.

Es muy poquito lo conseguido, no podemos hacer nada a gran escala , pero como dijo Rigoberta Menchú, el mundo se compone de muchísimos pequeños entornos, si cada uno de nosotros luchamos por mejorar el nuestro el mundo será mucho más bonito.

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