Chimeneas de leña, calor de hogar

Las chimeneas como todas las invenciones tienen un origen, un pasado rupestre, que sin embargo con la evolución de la civilización se ha ido adaptando a los tiempos.

No cabe duda de que las chimeneas son una herencia del pasado y nacieron por la necesidad del ser humano de mantenerse caliente y cocinar sus alimentos.

Sus inicios se remontan a la Edad de Piedra, ciertas comunidades Celtas colocaban chimeneas centrales en sus hogares, lo que les permitía agruparse y recibir calor, contaban con un agujero en el techo, lo que dejaba que el humo escapara con facilidad, siendo muy frecuentes los incendios y las inundaciones.

el tiempo fue pasando y la sociedad fue evolucionando…

Antes de los años 1600-1700, las chimeneas eran muy costosas y solo los reyes y las clases adineradas podían tener una, sin embargo fué durante este periodo cuando empezó a ser más común verlas en las casas de dos pisos.

Ya no eran fogatas colocadas en el centro de las estancias, sino que empezaron a construirse en las paredes que daban al exterior de la casa, curiosamente estos primeros modelos de chimeneas no poseían ventilación vertical, sino horizontal, esto provocaba que el humo volviera a la habitación en numerosas ocasiones.

Se considera que la salida de humos vertical es la innovación más importante en la historia del diseño de chimeneas, fué el conde Rumsford que rediseño la chimenea, haciéndola más segura y mejorando aún más las salidas del humo, lo que hizo que se adaptasen a las paredes de las casas, este fué el comienzo de la chimenea tal y como la conocemos en la actualidad.

En el año 1950 empezaron a usarse de forma más ornamental, pero hay que mencionar las primeras chimeneas de ladrillo que se optimizaron durante la revolución industrial, fue en esa época donde se buscó la funcionalidad unida a la estética que nos ha sido de mucha utilidad hasta nuestros días.

Hoy en día nada como una chimenea para calentar el cuerpo, con esa visión del fuego surgiendo desde la nada hasta hacerse poderoso, el placer de seleccionar las maderas adecuadas y colocarlas estratégicamente.

Las chimeneas con embocadura de madera son un clásico muy de moda, en salones modernos es mejor utilizar tonalidades claras y suaves, pueden ser un tesoro, el centro sobre el que gira la distribución de la estancia, podemos decaparla si es de madera oscura o destacarla con pintura si es de yeso.

Las líneas rectas predominan en el concepto del diseño limpio y sencillo, pero le daremos un aspecto muy interesante a la estancia si podemos añadirle algún mueble recuperado o de estilo clásico, consiguiendo el venerado estilo ecléctico.

También podemos buscar una embocadura antigua aunque no tengamos tiro para utilizarla, ocupa el mismo espacio que una consola, pero es muy grande la diferencia de estilo.

la chimenea es por si misma un punto focal muy potente que atrae la mirada, si la decoramos adecuadamente se creará un efecto muy interesante, unas simples botellas, unas ramas secas y algún objeto que tenga relación con el entorno suele ser suficiente, es también el lugar perfecto para colocar un bonito espejo.

Tambien funcionan muy bien las colecciones de objetos y las simetrías, no cabe duda de que las chimeneas son el centro de atracción de la estancia donde se encuentran, no solo son válidas sino que también tienen un poder estético y decorativo difícil de igualar, no solo dan calor, sino que también aportan la belleza y fuerza del elemento fuego, haciendo el hogar más acogedor.

Piedra, Ladrillo, Mármol, Hormigón, Hierro, Acero… la elección dependerá del estilo decorativo que predomine en la casa. Es tiempo de disfrutar de nuestras chimeneas que siempre nos evocan buenos recuerdos.

¡Lo único que deseo es una habitación en alguna parte, lejos del aire frío de la noche. Con una silla enorme, chocolate y una estufa de leña!

Audrey Hepburn


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