En 1982 se dio a conocer un análisis químico del papel pintado del estudio de la casa Longwood, donde Napoleón pasó los últimos seis años de su vida.
El papel tenía pintadas rosetas marrones y verdes, y el pigmento verde contenía arsénico.
Debido a la humedad y la falta de ventilación de la estancia, además de la colaboración de algunos hongos, que favorecían la descomposición del arsénico, se producían unos vapores que eran inhalados por los habitantes de la casa.
El veneno estaba camuflado en el color verde Scheele, llamado así en honor a su descubridor, el químico Sueco Carl Wilhelm Scheele.
Este verde fue el favorito del pintor romántico William Turner y también del Impresionista francés Edouard Manet.
El papel pintado verde mató a miles de familias en el siglo XIX.
Este moho acabó también con la vida del emperador.