Muchísimas gracias a Fernando Soria por dedicarme este maravilloso artículo!
Conocí a Idoia Goiti por mera casualidad. Acababa de comprar mi nueva casa y me puse a curiosear por los blogs de interiorismo. Buscaba inspirarme a través de la creatividad de los profesionales de este apasionante sector.
En nuestra vivienda pasamos muchas horas al día (en mi caso más de lo habitual porque una parte de mi trabajo lo realizo en mi propio despacho) y, considerando que puede ser para toda la vida, es muy importante que nos sintamos bien y deseosos de disfrutarla.
Lo primero que me impresionó (he de reconocerlo) fue la imagen jovial y estilosa de Idoia. Pero ésta pasó a un segundo plano cuando me fui sumergiendo en la lectura de sus artículos y en las propuestas de decoración, más detalladas en su página de Facebook. Mi vista, ansiosa, Iba recorriendo cada una de las fotografías, aunque algunas no tuviesen relación directa con su profesión. Pero sí con su forma de concebir las cosas, donde la armonía convive con un controlado desorden.
Algún tiempo después tuve la fortuna de conocerla personalmente a través de una amistad común. Fue en Madrid, con ocasión de una de esas visitas que tanto le motivan por la luminosidad y la calidez que el sol transmite a la ciudad. Es lo único que echa en falta en Durango, donde tiene su prestigioso estudio (Iaba) con Amaia Asategi, que complementa su vasta experiencia con la impronta y la fuerza de la juventud.
Gracias a ese inesperado, pero absolutamente revelador encuentro, comprobé que el arte, en todas sus expresiones, constituye la fuerza de energía que da sentido a su vida. Su rostro se ilumina por completo cuando la conversación gira en torno a cualquier tema relacionado con la creatividad humana y le fluyen las palabras a borbotones, impregnadas de la pasión y el conocimiento que residen en su corazón y mente.
He sido testigo de largas conversaciones con compañeros de su profesión, donde el tiempo parece detenerse por largos momentos y el contraste de pareceres y experiencias, atropelladas por un constante aluvión de propuestas al respecto, parece no tener fin.
De pronto te encuentras como mudo testigo de una situación que te resulta imprevisible, pero que te sorprende gratamente por la profundidad y la vehemencia de sus protagonistas. Algo maravilloso e inolvidable.
Semanas después volvimos a cruzarnos en Bilbao, donde se ofreció como generosa guia en la que resultaba mi primera visita al Guggenheim. De nuevo tuve la oportunidad de comprobar la amplitud de sus conocimientos sobre cualquier versión del arte. Su personal visión de cada una de las obras del museo me obligó (y utilizo conscientemente la palabra “obligó”, porque sus planteamientos son irrefutables) a contemplarlas desde una óptica diametralmente opuesta a mí débil concepcion sobre dónde reside el verdadero valor de una obra de arte.
Si se están preguntando si Idoia me asesoró en la decoración de mi nueva casa, la respuesta es la que seguramente esperaban: Por supuesto que si. No se me hubiese ocurrido nadie más adecuado para ello, que presume de haber asumido aquello que su más querido profesor le recomendó: “nunca olvides que estás decorando la casa para tu cliente, no para ti”. Ello ha supuesto que solo ha conseguido que aceptara el 90% de sus propuestas.
Pero es en esa flexibilidad donde radica su éxito, porque nunca antepone sus directrices.
Dicen los sabios que el mundo evoluciona gracias a los creadores. En todas las facetas. E Idoia Goiti es una de esas personas privilegiadas. Gracias por convulsionar mi visión sobre el arte!
Fernando Soria
Periodista
Idoia Goiti muxu ha sido enseñar todo lo q tú sabes de tu trabajo. Q es por cierto muy gratificante, Me alegro por ti .. y ese futuro q esperas para ti y para Amaia … Q viene bien cargado de muchas , sorpresa…. un fuerte ABRAZO 🤗
Muchas gracias Txaro, eres muy amable, un fuerte abrazo