Esta casa del siglo XIX perteneció a un acaudalo sacerdote, la restauración fue un verdadero reto para mí.
El estado en el que se encontraba era de semi-ruina, ya que lo único que conservaba en buenas condiciones era el tejado y las paredes exteriores.
La casa se vació completamente dejando solamente un muro de carga que sujetaba el edificio.
Se cambió toda la distribución original, consiguiendo espacios mucho más amplios y diáfanos.
Un minucioso estudio decidió que especies podrían recuperarse en el jardín.plagado de árboles centenarios, cerezos, Nogales, perales, ciruelos, manzanos y una preciosa Higuera.
aqui os dejo unas fotos que publicó en su momento la revista Casas de Campo.