«El alcalde le dijo al obispo
viva Cristo… viva Cristo….
y el obispo le dijo al alcalde
viva Cristo…bal Colón…»
He recordado, paradójicamente, esta simpática canción de mi adolescencia al enterarme del plan de demoler la Escuela de Magisterio diocesana – Begoñako Andra Mari ( BAM) – y construir en su lugar, aprovechando el amplio patio de que dispone, un enorme edificio de ocho plantas y cinco sótanos.Y me ha entrado una triple tristeza.
Por un lado, como ex-profesor de BAM ,al imaginar que mi querida Escuela pueda difuminarse – no desaparecer, espero- entre otras dependencias del Obispado , al caer bajo la piqueta el lugar que ha sido su sede desde que llegó de Derio.
Por otro lado, como vecino de Abandoibarra, por la pérdida definitiva de un edificio singular, además recientemente ampliado y restaurado, y hasta cierto punto icónico por sus dos hermosísimas palmeras.
Y finalmente, como ciudadano, al contemplar cómo ,según parece, se puede modificar una planificación urbana, recalificando un terreno con la ambigüedad suficiente como para hacer luego de él lo que se quiera.
Por supuesto, no estoy en contra de que un ente privado o público adecúe sus instalaciones a sus necesidades, pero, en este caso, todo el proceso parece haber sido demasiado opaco – según dicen los expertos (1) – tratándose de una fuente orgánica de moralidad transparente como es la Iglesia Católica.
Por lo que he visto y oído , hay al respecto opiniones varias, desde quienes ven en este proyecto un simple pelotazo urbanístico concertado con la constructora Murias al vender parte del terreno a Mutualia, una mutua privada, hasta quienes conceden todo el derecho a la operación pensando que sacarán futuros y pingües beneficios de proximidad.
Pero, en fin, aún desde la tristeza, espero que se abra un diálogo sincero, y se llegue a un acuerdo antes de que una resolucion judicial a mitad de obra paralice el desarrollo de los trabajos y provoque un desastre urbanístico ,así como enormes pérdidas económicas a Murias, a Mutualia y , por supuesto , al Obispado, dejando a BAM ,acaso, en la cuerda floja…
Aún así, supongo que todo esto dará que pensar a más de uno y de una sobre la vara de medir el rigor moral, y también sobre los peculiares vasos comunicantes que han vinculado los poderes públicos , recientemente sancionados, con los intereses privados y no precisamente espirituales.
Y quizá también, y mejor pronto que tarde, los respectivos responsables ,deberían acaso reflexionar serenamente sobre si actuaciones como las que se sospechan no contribuyen – y muy justamente – a la pérdida de la fe tanto en la política como en la religión, tanto en el obispo como en el alcalde …de la canción.
¿Qué está pasando Vicente?
He resumido las últimas entradas en esta nueva versión de lo que se publicó a mitad de junio, para no ser repetitivo. Gracias por el interés.
Lo he preguntado, porque la gente que conozco vinculada al tema por tener hijos en el centro-, alguno de los cuales ha comenzado a leerte- se ha mosqueado.
Y al haber desaparecido la carta de G de Durana, mucho más.
(Yo también)
Gracias por el comentario. He intentado resumir mi posición en este último post.El texto de Durana y otros relativos al asunto pueden leerse en el link que he incrustado al final:
https://arquilectura.com/