GUGGENHEIM ( twenty five years after)

«Me han dicho que os han puesto en Bilbao un perro muy grande»…»Ya, ya, pues no veas la caseta»

Se está celebrando durante estos días el 25 aniversario de la inauguración del Museo Guggenheim Bilbao con gran éxito de público y crítica.

Gran éxito de público, toda vez que los augurios del personal de a pie de los primeros momentos – aquello de que estaba bien por fuera pero que poco había por dentro- no se han cumplido, contándose en estos años con un número inusitado de visitantes que también venían a ver las exposiciones – y a fotografiarse alegremente bajo la terrible araña («Mamam») de Louise Bourgeois.

Y, otro sí, con gran éxito de crítica, porque los juicios preliminares, unos más sopesados ,otros más interesados, sobre la ubicación del museo y sus fines,han sido ampliamente sobrepasados por los elogios que el aniversario está generando – no hay más que ver el reciente monográfico que le dedica la excelente revista El Cultural .

Probablemente nadie o casi nadie- más allá de la visión comercial avant-la-lettre a la que se ha referido en varias ocasiones su Director General , el out-sider Juan Ignacio Vidarte- había contemplado el auge del turismo global que iba a informar el siglo XXI, y tampoco la pertinencia de la reconversión de una urbe industrial en una ciudad de servicios ,aunque haya sido acaso de una manera un tanto precipitada : todavía se apologiza la llegada de grandes cruceros que ya están estigmatizados ,por ejemplo, en Venecia ( donde, por cierto hay otro Guggenheim) o Barcelona.

Por lado, parece haber quedado claro una vez más que el arte, en este caso arquitectónico, se adelanta proféticamente a la propia evolución de las sociedades, aportando, en este caso y como primicia , un diseño desafiante, modelo plástico de lo que luego iba a ser la digitalización líquida casi completa del mundo que nos rodea.

Signo, pues ,de sí mismo y heurístico de una nueva era – acaso anticipada por el siempre anticipado Joseba Arregi, alma pater post-teológica del proyecto – el guggi es hoy en día un gran navío en marcha, tal que aquel que

«Con diez cañones por banda,
viento en popa a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
..»

Publicado por

Vicente Huici

Sociólogo, neuropsicólogo y escritor.

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