CRIMEN (y «accusatio manifesta»)

Un profesor universitario, casado y ligón, ha sido acusado de asesinar a una alumna con la que mantenía lo que se suele denominar «una aventura». Ante la falta de pruebas, ha salido absuelto del juicio pero también expulsado de la universidad debido al escándalo ocasionado.

Meses después, dicho profesor se presenta en la comisaría exhibiendo un caso similar reciente , y arguyendo su inocencia por medio de la teoría de la «construcción social de la realidad»: había habido un crimen, tenía que haber un culpable y  lo fue él para dar sentido a lo ocurrido y restablecer el orden social.

Al final se descubre que ha sido el mismo profesor el que ha cometido el primer asesinato y que ha inducido a un criminal profesional a llevar a cabo el segundo para exculparse definitivamente y volver así a la universidad.

Este es el resumen rápido de un capítulo de una serie vista recientemente.

Uno, que se dedica a esto, no puede contemplar este episodio con inocencia. Y no me refiero a la cuestión de los profesores ( y profesoras) ligones, sino al varapalo colateral a esa teoría de la construcción social de la realidad ( de  P. Berger y Th. Luckmann) que genera una oportunidad de ser copartícipes de lo que llamamos realidad, no admitiendo que sólo haya una, ni siquiera un único relato de la misma, ni por supuesto una Verdad Absoluta salvo que se disponga de los correspondientes guardaespaldas metafísicos, bajo la forma de dioses o héroes.

Pero parece que, tras estos años de revoluciones y postrevoluciones, de marxismo, nietzscheanismo y freudismo, desde el Imperio – que es el gran productor de series- nos van preparando poco a poco, en un descarte tras otro, para una nueva era hegeliana en la que el Estado volverá a ser el Dios en la Tierra, un Estado en el que el Individuo sólo lo será precisamente por medio del Estado y de su Relato Único.

Y eso a pesar de que, como se dice al comienzo de esta y otras series – y por si acaso: “The following story is fictional and does not depict any actual person or even”. Pero claro, por aquí , que sabemos latín, se suele decir aquello de «Excusatio non petita, accusatio manifesta»…

(DES)NUDISMOS

El viento del noroeste sopla impenitente y frío.El cielo está cubierto de nubes muy grises. Refugiados tras los cristales de un chiringuito posmoderno ,vemos pasar corriendo a buen ritmo a un tipo  bastante alto, de figura triangular y músculos de muchas horas de gimnasio, coleta y perilla, tatuado hasta en sus partes pudendas que , por cierto, lleva al aire en alegre biribilketa, pues es esta playa semi-nudista municipalmente.

Y entre trago y trago de una cerveza sin alcohol, recuerdo cómo el nudismo se convirtió en algunos de mis pasados tiempos en un rito obligatorio de la progresía, como el porro ( de maría) , las camas redondas sin pasar por las cuadradas , el vegetarianismo radical ( todavía no había veganos)…y el pringoso rito del kéfir. Vamos, que no había manera de ir con las amistades  concienciadas  a la playa y mantener el bañador en su sitio, lo cual que a mí me producía un cierto desasosiego no moral sino físico al no saber como colocar cómodamente mis atributillos genéricos. Otro sí que algunas de las colegas que me parecían atractivas dejaron de serlo ipso facto ante la contemplación natural de sus pilosidades. Pero por supuesto, yo no decía ni mú pues no quería dar a entender que había sucumbido a los proyectiles almibarados de la burguesía conservadora.

Pero bueno , a fin de cuentas aquellos desnudos eran bastante «naturales» ( todo consistía en desnudarse) y no se parecían nada al de este tipo que hemos visto que se lo curra y bien para ir excelente y magníficamente desnudo ( y supongo que por más ámbitos sociales que la playa).

Dice  el  discutido sinólogo François Jullien , en su obra De la esencia o del desnudo,  que la apología del desnudo que se hace en Occidente ( como canon o como contra-canon) tiene mucho que ver con una idea esencialista del ser humano que sería así más humano cuanto más desnudo, un tanto al revés de como ocurre en las culturas orientales, pero a la vista de los andares del tipo  reseñado,  se podría llegar a pensar que cuanto más desnudo  se va  más Pithecanthropus erectus  se parece… Para bien y para mal, of course

N.B. No es habitual que esta columnilla la lean más gentes del centenar de colegas ( ¡Gracias!) que me siguen por afecto o por defecto. Cuando el lectorado sube, suele deberse a que he tocado, aunque sea de refilón, algún asunto polémico que , además, genera una controversia interna y escrita.

Tal ha ocurrido con esta que ha recibido…¡22.326 visitas!.Y como el tono de las intervenciones ha ido incrementándose hasta el desastre ortográfico, me ha parecido bien hacer las siguientes aclaraciones:

  1. No estoy en contra del nudismo, ni de ningún -ismo en general. Es más, supongo que son necesarios para vernos como grupo y reconocernos.
  2. Lo que relataba era una anécdota personal que, como suele ser frecuente, glosaba humorísticamente ,tirando de mi propia experiencia.
  3. En este sentido, repito que viví el nudismo a finales de los años setenta como un movimiento tan alternativo como cuasi-obligatorio entre la progresía, sin que en estos momentos tenga porqué tener las mismas características.
  4. No puedo aceptar como natural la categoría de «lo natural», pues todas las categorías son productos del pensamiento y por lo tanto culturales . A ello venía la cita del libro de François Jullien ( De la esencia o del desnudo), en un intento de comparar dos concepciones culturales tan diferentes como la occidental y la oriental.
  5. Aun así creo que es muy positivo que se discuta sobre este -ismo y sobre cualquier otro ( como el veganismo o el turismo), y tanto más cuanto que nos ha tocado vivir en una sociedad globalizada y multicultural.
  6. Dicho todo lo cual, confieso que me resultan más interesantes los relatos personales al respecto que las elucubraciones teóricas que, queriéndolo o no, pretenden generar adhesiones partidistas y de paso condenar, como siempre, a quienes piensan y sienten de manera diferente.
  7. Con este a modo de declaración doy por finalizada la discusión, al menos por mi parte.

GORGIAS ( y las «fake news»)

En estos tiempos de prevalencia de la opinión y de la apariencia en las redes sociales, quizá sería conveniente recordar que hace unos dos mil cuatrocientos años, Platón escribió un diálogo titulado Gorgias , haciendo hablar en él a uno de los mayores retóricos de su tiempo.

En dicho diálogo, el filósofo griego por boca de Sócrates, arremetía contra la retórica y la enfrentaba a la filosofía , aprovechando para, en perfecta equivalencia, oponer la comida a la medicina, la sofística a la justicia y la cosmética a la gimnasia. Ni que decir tiene que, partidario como era de una verdad única, se inclinaba por todas las segundas opciones que eran, para él, garantía de un conocimiento infalible, presentado a las primeras como meras simulaciones basadas en la apariencia.

Estas divisiones platónicas – y algunas otras más, importantes, pero que no vienen al caso- han llegado a ser durante muchos siglos esquemas fundamentales de la mentalidad occidental, y tanto más cuanto que la verdad platónica , una y única, se vio reforzada por la creencia en un y único solo Dios como consecuencia del triunfo político e ideológico del judeo-cristianismo.

La sustitución de ese dios todopoderoso por la Razón ( entre los ilustrados), por el Estado ( en Hegel) o por la Historia ( particularmente de algunos pueblos, desde el historicismo alemán) , no ha impedido que desde mediados del siglo XX lo uno y único haya sido sustituido por lo múltiple y plural en algunos ámbitos, de manera que hoy en día, dependiendo de grupos sociales e ideológicos, la verdad puede aparecer más vinculada bien a la único o bien a lo múltiple.

En este punto las viejas clasificaciones platónicas comienzan a disolverse y es posible atisbar , porque además así lo induce la mera observación, que la justicia tiene mucho que ver con la retórica, que la verdad suele ser una hija rebelde de la sofística o que, por poner dos ejemplos mucho más claros, la comida puede ser medicina y la gimnasia una muy buena cosmética.

Con estos desplazamientos, mas relacionistas que relativistas, no tiene porqué darse implícitamente la razón a Gorgias – que, según él mismo decía, podía defender una tesis e igualmente su contraria – sino que , simplemente , se abre la posibilidad de percibir la construcción social de eso que denominamos realidad, algo que puede llegar a aterrar si lo que se quiere o necesita son verdades absolutas, incluso para andar por casa.

Por todo ello, acaso sea el momento de huir de la polución supuestamente informativa que nos rodea, de abandonar la lucha por La Verdad frente a las «fake news», y de salir a pasear para mirarlo todo detenidamente y en absoluto silencio, al menos si queremos dar cuenta de lo que realmente (nos) está ocurriendo…

SENIORS BOMBERS ( o ¿tercera edad «activa»?)

Group of older mature people lifting weights in the gym

Mi estimado compañero de blogs – y experto en redes educativas- Iñaki Murua ofreció hace poco un link que ordenaba una serie de expresiones de singular interés.Entre ellos figuraba «Seniors Bombers» y se refería a eso que se ha venido en llamar «tercera edad activa».

Por motivos de curiosidad y condición – que diría Baltasar Gracián- me he quedado con este apelativo. Pues era antes la jubilación una etapa de júbilo como su propio nombre indica y se refería mayormente a un «otium cum dignitate» dedicado al estudio meditativo y a la ayuda mutua, o bien regentado en clubs ad hoc de cajas de ahorro y si acaso salpimentado, en ocasiones, por unos terciarios viajes comunitarios del IMSERSO.

En nuestros días, sin embargo, las universidades proponen cursos variados que van desde la Historia del Arte hasta la Expertización en Culturas Orientales pasando por la Gastronomía Glocal; los gimnasios ofrecen planes especiales de mantenimiento; la industria farmacéutica , efectivos tratamientos anti- aging; y , por no continuar, las más variopintas instituciones públicas y privadas, una sucesión de marchas, subidas , bajadas y medias maratones para todos los gustos.

Atravesados ( y atravesadas) por todas estas incitaciones, parece haberse creado efectivamente este modelo del «Senior Bomber» que se percibe en muchos ( y muchas) sesentones avanzados e hiperactivos y que se puede identificar por un mínimo común denominador que no es otro que el de la actividad deportiva – ese «turno de trabajo» que decía Ernst Junger- , una actividad , metáfora viva de cualesquiera otras que, por fin , abduce a muchos miembros (y miembras) de la tercera edad en esa figura del B-52, preparado para atacar con contundencia siempre y en todo lugar.

Pudiera pensarse que esta revolución en el planteo ( como dirían algunos colegas sudamericanos) de la jubilación no es sino un reconocimiento del valor, la autoestima y la salud personales de los tan dinámicos afectados ( y afectadas), pero no se puede eludir que estos «Seniors Bombers» constituyen un nuevo nicho de negocio , según afirman los tecnócratas avisados. Y que conste «que me parece bien», como diría el Príncipe Salina en El Gatopardo, pues tan sólo se trata de uno de los «signos de los tiempos». Aún así, es necesario matizar que , de hecho, la expresión en cuestión se refiere más específicamente a jubilados y jubiladas de lujo.

Pues, entre tanto, otros jubilados y jubiladas, a quienes no les da para tanto estudio, ni tanto gimnasio, ni tanta crema, ni tanta movilidad, continúan manifestándose todos los lunes reivindicando una pensión digna…

LA BATALLA ( del relato)

Tres artículos publicados recientemente en la prensa conservadora me han llamado la atención .

En el ABC madrileño Gabriel Albiac (1950), en sus tiempos maoísta de altos vuelos y – todo hay que decirlo- agudo ensayista, se desparramaba teóricamente sobre todas las religiones civiles surgidas a raíz de «la muerte de Dios», desde el socialismo y el nacionalismo de antaño hasta el feminismo de hogaño, presentándolas como aparatos genocidas en manos de nuevos sacerdotes y sacerdotisas oficiantes sin el freno de, precisamente, un dios moderador .

El también ex- militante marxista leninista Federico Jiménez Losantos (1951) volvía a su columna de El Mundo con una diatriba contra Macron afirmando que su oferta de ayuda para paliar los incendios de la Amazonía ha sido pura retórica interesada pues dicho pulmón vegetal terrestre, según sus informes, no ha sufrido más quema que en otras ocasiones.

Por fin, el profesor y parlamentario de Navarra Suma, Iñaki Iriarte (1971) se quejaba en el Diario de Navarra, – a propósito de las continuas vejaciones a la escultura que recuerda la letal intervención policial de julio de 1978 – del relato que «la izquierda radical» y «el nacionalismo» (vasco, of course) hace de tal episodio, relacionándolo arbitrariamente con el ataque fascista de Montejurra en 1976 y la muerte a tiros de la ecologista Gladys del Estal en Tudela en 1979.

Como se puede observar, los tres artículos se reclaman de un relato alternativo de hechos más próximos o más lejanos, inscribiendo esa reclamación en una «lucha por el relato» que parece ser uno de los ejes de la actual estrategia conservadora en estos tiempos de «fake news».

Pudiera considerarse que esta estrategia estaría balizada por el pensamiento posmoderno – bien que simplificándolo hasta el esperpento- y que denotaría un conversión democrática en aceptación de una pluralidad de versiones , pero la tenaz insistencia en la posibilidad de relatos siempre alternativos y sucesivos, muestra más bien un deseo de generar la duda sobre todos los relatos y de enredar en esa duda todo posible debate sobre los hechos .

Por lo demás, y salvo en el caso de Iñaki Iriarte ( por su juventud histórica ), en los de los talluditos Albiac y Jiménez Losantos, su intento de enhebrar nuevos relatos rezuma una culpa todavía no expurgada que también es observable en otros camaradas de similares camadas

ABANDO HABITABLE ( Compás de espera, tiempo de negociación )

Con el declinar del estío vuelve la atención hacia la situación del proyecto del Obispado de Bilbao para convertir la parcela de la Escuela de Magisterio diocesana- BAM , sita en el barrio bilbaino de Abando, en un gran edificio multiservicios con el concurso de la mútua privada Mutualia y de la constructora Murias.

Por ahora todo está paralizado a la espera de la decisión que adopte el juez sobre la legalidad de la recalificación del terreno, y el Gobierno Vasco acerca de la protección del edificio. En este sentido la paralización es evidente pues no se ha iniciado el derribo anunciado para mediados de agosto, y todo indica que BAM iniciará el curso 2019-20 en su sede actual.

Sin saber todavía cuánto tiempo durará este compás de espera, entre tanto sería muy positivo que las partes implicadas retomaran las negociaciones antes de que las pérdidas económicas sean mayores – parece que al respecto hay nueva documentación – y las sociales, irreversibles.

Aún así, las pérdidas morales, sobre todo para la Iglesia Católica, ya han sido gravísimas ( del nivel 4 de la antigua clasificación moral de películas que imponía la tal Iglesia) , al menos a tenor de la opinión de algunos presbíteros y de algunos representantes de comunidades de base que, viendo en esta operación urbanística un «pelotazo inmobiliario» incompatible con el espíritu cristiano, hasta han llegado a proponer no marcar la famosa «x» en la casilla correspondiente al sostenimiento religioso en la próxima declaración de la renta.

Enfin, y una vez más: todavía se está a tiempo de rectificar. Pues «rectificar es de sabios» y «doctores tiene la Iglesia»…

EL DESAYUNO DE LOS MARTES ( entre C. Tangana y Tarantino)

La Junta Extraterritorial del Desayuno de los Martes (1) se ha reunido hoy sábado a partir de la una del mediodía en la subsede oficial de primera preferente del bar Periflú. A la convocatoria han acudido todos los miembros y miembras de la susodicha Junta, en congratulación colectiva por vernos de nuevo con ocasión de las fiestas patronales in medias res del estío.

Servidos los correspondientes preparaos, y aprobada el Acta de la Reunión anterior, Mikel ha planteado la necesidad de abordar dos tanganas recientes que han sido serpientes de verano, esto es la tangana del caso C. Tangana y la tangana de la última película del incombustible Tarantino.

Otorgada que se le ha la palabra, ha continuado nuestro viejo camarada señalando que la del Tarantino es una «peli para modelnos, es decir para posmodernos no pasados por la modernidad» (sic) y «mayormente veganos que desean combatir su seriedad ontológica con un poco de cine cómico, y su déficit de proteína animal con unos chorros de sangre on the screen» ( sic, too).

Patxi ha comentado que no irá a verla porque «no quiero salir sulfurado como cuando fuí a ver 8 Apellidos vascos- La película, florido antecedente de Patria» (sic) – son sobradamente conocidas las obsesivas opiniones de nuestro realizador de la Gran Vía sobre el nexo de unión entre ambas obras. Koldo, por su parte , ha exigido un tercer preparao sin que nadie se hubiera percatado de que ya hubiera tomado dos, y dando cuenta del mismo de un trago, ha señalado levantando el dedo índice de su mano derecha que Érase una vez en Hollywood es «el ite missa est» ( sic) del cine contemporáneo, sin que nos hayamos aclarado de si es su final o comienzo definitivo ( del cine contemporáneo y de Tarantino.

Había permanecido hasta ese momento en silencio el gineceo interno de forma acordada , pues que, a continuación y sin solución de continuidad, Marta, Itzi, Laura y Amanda han abordado al unísono la segunda tangana, protagonizada precisamente por C. Tangana. Calificado en catarata de varios adjetivos irreproducibles pero perfectamente imaginables, las chicas se han manifestado a favor de la defenestración pública del mentado rapero, duras con los responsables de su programación y durísimas con «los tontolabas que confunden libertad de expresión con apología de la violencia contra las mujeres» (sic), según un documento elaborado por nuestra jurista Amanda que, sometido a votación, ha sido aprobado por unanimidad ( de todos y todas.

Y no habiendo más temas que tratar se ha levantado la sesión a las quince horas y cuarenta y tres minutos, cuatro rondas más tarde.

De todo lo cual doy fe,una vez pasada la resaca, ante diem V Kalendas Sep. Anno DCCXVIII ad Bilbao urbe condita.

[ firma ilegible]

(1)https://blogs.deia.eus/el-paseante/2016/11/20/dramatis-personae/


INTEMPESTIVAS ESTIVALES ( y última : «El momento del reflujo …»)

Hangchow

En estos tiempos de reflujo estival , cuando van descendiendo lentamente las horas de sol y se consumen las últimas fiestas en barrios y pueblos, suele emerger un ansia otoñal, un deseo íntimo de sombra y de silencio .

Y no por casualidad he recordado que el escritor chino Lin Yutang, en su célebre obra La importancia de vivir, cuenta cómo en una ocasión una buena amiga recibió la sorprendente propuesta de subir a una colina de Hangchow con el fin explícito de no ver nada.

Subió y efectivamente no vio nada, incluso en algunos momentos ni siquiera a sus compañeros de excursión o a sí misma, de tan espesa que era la niebla que le rodeaba. Según Lin Yutang, una vez que su amiga bajó de la colina , ya no quería sino volver a subir, pues, según decía, se había sentido en aquella cumbre como en un antiguo templo de una civilización olvidada.

Con el transcurrir de los años suele ser inevitable incorporar a nuestros hábitos cotidianos la visita, más o menos reiterada, a determinados lugares de muy diversa condición. Pueden ser bares apartados o cafeterías concurridas, estrechas calles o anchas avenidas , quizá largos puentes, estaciones de ferrocarril abandonadas o caminos perdidos en el monte.

En todos estos lugares se experimenta durante un tiempo limitado, a veces mínimo, un a modo de abstracción de nuestra vida cotidiana, de nuestros haberes y deberes, y una leve dulzura nos invade mientras caminamos lentamente, leemos un periódico, contemplamos absortos el trasiego de la gente o nos dejamos llevar por el ruido del tráfico como si fuera una música encantadora.

Este pequeño arrebato, que podría calificarse como una limitada vivencia mística, suele gustar tanto que tendemos inconscientemente a repetir las visitas a estos lugares, en un proceso ritual de cuya importancia no nos percatamos hasta que, por un suceso imprevisto o, a veces, por mera pereza, se quiebra la costumbre abocándonos a un breve disgusto.

Son estos lugares, lugares sagrados, templos civiles que nos otorgan todavía la posibilidad de un encuentro puntual con nosotros mismos , un encuentro que no es sino una disolución paralela de nuestro yo duramente labrado. Lugares, pues, que hay que descubrir con aplicación, aceptar con humildad y venerar íntimamente, pues en ello nos va una gran parte de nuestra felicidad.

Y he concluído que quizá sea ahora uno de los mejores momentos para que cada uno y cada una haga la visita a su colina de Hangchow, como en el caso de la amiga de Lin Yutang…

Pero,querido lector,querida lectora,¿cuál es tu colina de Hangchow ?

C.TANGANA ‘S CLUB

Han pasado por medio de la calle poco después de las ocho de la mañana. Eran cinco .Cuatro de ellos se habían quitado las camisetas y hacían manoletinas con ellas mientras el quinto les animaba por delante , vuelto hacia ellos y vociferando un «¡puuutas, puuutas, puuutas!» que los otros, a su vez ,coreaban con entusiasmo.

Tenían toda la pinta de haber comenzado a prepararse para ir a alguno de los dos conciertos poligoneros que esta tarde dará gratis el supuesto rapero C.Tangana.

Bueno, en realidad, y según las informaciones, los conciertos van a ser dos, los dos gratuitos y en un conocido after-hours en el que no sé si la consumición estará incluida en la entrada.

En cualquier caso, que el supuesto rapero C.Tangana pueda cantar sus letras sexistas sin mayor limitación es una buena manifestación de que no se le ha coartado su «libertad de expresión » y que la «censura institucional» ha funcionado correctamente, no pagando con dinero público lo que combate abiertamente la política institucional contra el sexismo y la violencia contra las mujeres.

Y, en fin, quienes han visto en este caso una gran publicidad indirecta por defecto, quizás ahora se den cuenta de que esa especulativa interpretación tan sólo habrá llegado a los ya convencidos, como estos tipos matutinos que he visto desde mi ventana…Y también a quienes les gusta juntar churras con merinas para llevarse el agua a su molino…O sea , a los ( y las, que también ha habido) oportunistas de siempre…

INTEMPESTIVAS ESTIVALES ( 5: «Entre uniformes y…¡ con chanclas y a lo loco!»)

El juez llevaba la toga obligatoria sobre una camiseta de tirantes de la que salía una buena mata de pelo canoso. El médico cubría con la bata blanca de rigor un bañador de barras de colorines,mostrando unas piernas doradas y musculadas. El catedrático acudió a la defensa de la tésis en bermudas y chancletas…

Y si los profesionales han renunciado a sus uniformes generales básicos, ¿ por qué no iba a hacerlo todo dios ( o diosa, of course)?

Sin duda, la horizontalidad metafísica generada por las redes sociales tiene mucho que ver, como modelo, con las sucesivas horizontalidades físicas que se pueden percibir dando un paseo: buena prueba de ello es la indistinción entre patinadores,bicicleteros, segwayeros y viandantes por las aceras.

Así mismo – y sin connotaciones de moralina fácil- ya es difícil distinguir entre lo propio y lo ajeno , lo vernáculo y lo exótico, y lo sexual y lo genérico , toda vez que la horizontalidad tiene toda la apariencia de democracia aunque se aproxime más a las antiguas definiciones de demagogia, en las que unos pocos ( no hay constancia de pocas) podían convencer a todos y todas.

Y así, enfebrecidos/as por la confusión entre horizontalidad e igualdad, el juez ( no me imagino a la jueza colocándose la toga sobre el sujetador) pierde la dignidad de lo ecuánime, el médico ( idem supra) renuncia al efecto placebo de su apariencia doctoral, y el catedrático ( idem idem supra) combate la paciencia del doctorando con su prisa manifiesta.

Y todo ¿ para qué? Para que una nueva uniformidad global ( camiseta/ pantalón corto/deportivas y/o sandalias) con sus marcas aleatorias y escaladas ( Roland Barthes, El sistema de la moda ) se imponga con pretensiones de un coleguismo universal que se proclama sotto voce como un sorpasso de clases sociales, estamentos, castas y géneros…