¡No tengáis miedo!

 

¡No tengáis miedo! Ya no hay infierno. Pecado y culpa no están de moda. Nadie lee el Apocalipsis de Juan. Y por si esto fuera poco, las profecias de Malaquias, tienen los días contados.

La administración del Príncipe de la Paz Obama, junto a su fiel perrito faldero británico, ha ejecutado un alarde de adivinación al anunciar al Mundo entero que, algo, hecho por alguien, en algún lugar, en algún momento, va a suceder. Ni el peor de los horóscopos que figuran junto a los ocho errores, se hubiera atrevido a pronunciar augurio tan vago. Pero si quienes dan tan impreciso aviso, son las Agencias de Inteligencia de las mayores potencias…entonces todo cambia. ¡Alerta Mundial! ¿Pero qué utilidad preventiva puede tener una advertencia como la emitida?
La respuesta, quizá la hallemos en la mejor obra de interpretación histórica de la segunda mitad del Siglo XX escrita por la genio Naomi Klein “La doctrina del Shock” dónde se explica cómo manipulan a las masas a través del miedo colectivo los distintos gobiernos de turno. Pero como quiera que nuestro sabio hardware esté equipado para influir decisivamente en nuestro programado software, ocurre que las distintas sustancias químicas segregadas por nuestro cerebro en el transcurso de las situaciones que provocan miedo, temor, pánico, pavor o terror, hacen que éste, llegue a acostumbrarse a ellas, de mantenerse la alrma durante un lapso de tiempo demasiado prolongado, permitiéndole reestablecer su capacidad de reacción ante los estímulos sin verse apenas afectado por las indicaciones de riesgo continuas, acaeciendo como les ocurre a las personas que tienen saturado alguno de sus sentidos o a quien toma cualquier droga, una especie de inflación sensorial que obliga a aumentar las dosis, en este caso de desasosiego y preocupación, para que puedan ser percibidas en su intensidad anterior.
Por otra parte, el psiquiatra Rojas Marcos en su “Nuestra incierta vida normal” apunta al curioso fenómeno psicológico que parece contradecir la ley física de a mayor superficie le corresponde menor presión, que cuando se trata de emociones como las señaladas, la psique sobrelleva mejor el peligro racional que el irracional, arbitrario o azaroso, por lo que está más preparada para afrontar riesgos concretos que aquellos cuya incertidumbre resulta impredecible y ante la que no cabe otra solución que resignarse, que a su vez es un último recurso para enfrentarse al peligro antes de entrar en coma que es la última escapatoria que le queda para evitar en vida el dolor, la angustia y el sufrimiento.
De todo ello se colige que hemos arribado al punto crítico en el que ya no parece bastar el continuo bombardeo mediático con accidentes de tráfico, catástrofes en lugares exóticos o asesinatos en las grandes ciudades; Tampoco debe ser suficiente amedrentar a la gente durante sus comidas con las vacas locas, la gripe aviar, la gripe porcina; Supongo que el Cambio Climático hace tiempo que no asusta a nadie y que el fantasma de Al Qaeda únicamente actúa cuando se le necesita; Ya no digamos dónde ha quedado el miedo a una guerra nuclear, aunque de cuando en cuando, se le pasea a Irán y a Corea del Norte para hacer las delicias emocionales de ancianos Hippies y quienes crecieron escuchando a los Beatles o viendo películas de espías. En consecuencia, no les queda otra que echar mano de anuncios genéricos de uso universal que incidan en cada mente aprovechando sus particulares temores, sin necesidad de dar mayores explicaciones.
Merece la pena entonces, previamente a inducir el coma social al que parecemos abocados, traer a colación, las oportunas primeras palabras con las que el 22 de Octubre de 1978, el Papa Juan Pablo II inauguró su Pontificado desde la Plaza de San Pedro ¡No tengáis miedo! aunque parezcan haber cosechado el efecto contrario al deseado, como cuando desde esos mismos púlpitos que desean atenazar nuestro instinto de supervivencia, se nos hacen reiterados llamamientos a la calma, como a los niños que tras asustárseles con ogros, hombres del saco y el Coco, se les deja a oscuras en su cuarto con un besito de buenas noches.

De piratas a pescadores

Deseo ardientemente pescar a ese botarate que quiere convertirme en un vulgar grumete para enseñarle mi destreza como barbero. Le voy a cantar de oreja a oreja «El Figaro cui, Figaro la»

El pasado 28 de Septiembre, la encarnación del Olímpico Coby, el Ministro de exterior Moratinos, asistió junto al Presidente de Somalia, Sheikh Ahmed, en rueda de prensa, para comunicar que España va a invertir en programas de formación en dicho país con el fin de convertir “piratas en pescadores” para contribuir a una mayor seguridad y estabilidad en la zona. Se trataría de repetir allí el modelo de colaboración pesquera que mantenemos desde hace años con países como Senegal, Mauritania o Gambia.¡ A buenas horas! ¡Mangas verdes!
Una vez más, la necesidad en lugar de la inteligencia, obliga a tomar la decisión adecuada, pero con mayor esfuerzo del que hubiera requerido la operación, de haberse hecho caso al Papa Juan XXIII, cuando aludiendo a Lao Tse, recordó aquello tantas veces repetido de “Dale un pez a un hombre y comerá un día. Dale una caña, y comerá siempre.” Porque en los problemas sociales rigen las mismas leyes que en física, en esta ocasión, la entropía, pues, si es fácil que los pescadores en determinadas condiciones dadas, se deslicen al contrabando, el tráfico de armas, drogas y personas, o acaben dedicándose a la piratería, no lo es tanto que una vez hechos piratas, desanden su trayectoria y cambien sus subidones de adrenalina combativa por la calma chicha esperando a que piquen los peces. Para entendernos, que en este caso, es más probable que un pescador se convierta en pirata a que un pirata se haga pescador, como es más sencillo que un Estado se transforme en terrorista como le ocurrió a España con los GAL, a que unos terroristas se transformen en Gobierno – a excepción del Estado de Israel por lo de Ben Gurión y compañía- de igual manera que es más probable que un Banco actúe como un ladrón, a que un ladrón, actúe como un Banco; Y no me vale el personaje de ficción Robin Hood, porque aquel repartía el botín sin necesidad de avales…
El mejor ejemplo de que nadie del Gobierno cree de verdad en semejante iniciativa, lo tenemos en las propias declaraciones del Ministro, que sin sonrojo anunció que España ¡La décima potencia económica del mundo! va a destinar la escandalosa cantidad de 3 Millones de Euros para la reconstrucción de infraestructuras y dotar a la población civil de servicios básicos como agua potable. Compromiso que ha sido contestado de inmediato por el representante de la ONU para Somalia A. Mahiga presente en la conferencia internacional celebrada en Madrid, quien ha solicitado para Somalia un esfuerzo no inferior económicamente al que se ha hecho con Irak y Afganistán. Pero me temo que lo de “económicamente” se lo van a pasar en su propia casa, por el forro de los cascos azules, porque ya andan pensando en enviar al teatro de operaciones una fuerza internacional de 20.000 soldados, seguramente por lo mucho que se aburren en el Congo.

¡Qué bien vivimos en España!

So-mos, cám-peones, en per-sonas con ganas, de trá-ba-jar...

A los de mi generación se nos enseñó en la escuela que éramos la primera potencia exportadora de naranjas con las mayores reservas mundiales en minas de mercurio. Hoy, los medios de comunicación no paran de aludir a los continuos méritos deportivos de Nadal, Alonso, Contador, para exacerbar el alicaído amor patrio, tan denostado, cuando el mismo florece al margen de la españolidad.
Mientras los sindicalianos justificaban durante los pasados días su cuadriañal liberalidad calentando la cabeza a los privilegiados que todavía quedan con capacidad de huelguear; Mientras los cuatro millones y medio de personal disponible –castrista expresión revolucionaria para referirse a los trabajadores suplentes- se debatían entre aprovechar la ocasión para ofrecerse de esquirol o hacerle el caldo gordo a los titulares de los puestos laborales; Mientras toda nuestra industria minera hace senderismo reivindicativo; Mientras el parque móvil de policía, hospitales y hasta del ejército hacen cálculos para cuadrar desplazamientos y reservas de gasóleo; Mientras los Exmos Aytos hace tiempo que se han declarado en suspensión de pagos a las PYMES; Mientras se rebaja el sueldo a funcionarios, los padres ven recortado su derecho de paternidad, los jóvenes tienen impedido el acceso a una vivienda, la banca no conceden crédito a los hogares… todos los Tontodiarios se han apresurado a dar la noticia de que España ha sido invitada a participar en el G-20 como miembro de pleno derecho, porque como expuso el próximo anfitrión de turno, Corea del Sur, nuestro país es una de las diez mayores economías del planeta. Y ¡menos mal! que se han dado prisa en publicitarlo, porque con lo peor de la crisis por llegar, es probable que ni nos hubiésemos enterado.
La idea es que, esa gente que las pasa canutas para llegar a fin de mes, que no alcanza para pagar la hipoteca, que ha redescubierto la utilidad de subastas, casas de empeño, y sabe dónde está Caritas o el Banco de Alimentos, al menos, puede sacar pecho ante esos inmigrantes sin papeles provenientes de sitios como Etiopía para prosperar, porque nosotros somos miembros del G-20 y podemos decir aquello que exclamara a comienzos del Siglo XX una anciana mendiga junto al Teatro Real de Madrid, cuando a la salida de una recepción, vio a todo el mundo vestido con sus mejores galas entrando y saliendo por la alfombra roja del luminoso umbral a los lujosos carruajes dorados de la época ¡Que bien vivimos en España! Pero es para mosquearse que Etiopía también haya sido invitada.

Muros lamentables

 

El pasado 16 d

¡Cuánto me gustaría atreverme a hacer lo mismo ante la sede del BBVA!

e septiembre, cinco jóvenes antimilitaristas del MOC, Alberto Estefanía, Mikel de Luis, Julene Eiguren, Jon Joseba Marco y Miguel Ángel Martínez, fueron juzgados por haber ocasionado pequeños daños al muro lamentable del Gobierno Militar de Bilbao hace más de año y medio, durante una jornada conmemorativa por el XX aniversario de la Insumisión. La acción pacifista de carácter simbólica realizada a plena luz del día con picos y mazas, pretendía simular la demolición de los Muros lamentables institucionales que sustentan gobiernos militaristas embarcados en guerras que, como la de Afganistán o la de Irak, se realizan intramuros, por miedo a una opinión pública reticente que ni las aprueba, ni las apoya y que por supuesto las sufraga con sus impuestos.
Esta noble acometida, propia de quijotes sociales, que yo hubiera defendido como intrépida Performance o escenificación artística dirigida a la reflexión filosófica civil, en cambio, ha sido contemplada como un grave delito contra el Ejército por una vergonzosa fiscalía, incapaz de dar la cara ante los medios de comunicación, donde brilla por su ausencia el nombre de quién ha sido capaz de solicitar 23.000 euros por una nimiedad que ninguna casa de seguros se hubiera molestado en recurrir. No se me ocurre otro motivo para que la fiscalía de este ridículo caso, se esconda, como lo hace, de la prensa evitando el ineludible compromiso democrático con la transparencia que incluso es mandamiento entre los entrenadores de fútbol, cuál es, el de explicar a la sociedad públicamente los argumentos que tiene para reclamar tan desproporcionada multa. Sólo la falta de ellos o la profunda vergüenza que siente al esgrimirlos, podría justificar su inefabilidad antidemocrática. Todo lo contrario de la Juez Mª Jesús García Pérez, quien segura de su profesionalidad en el desempeño de su cargo, no tiene ningún problema en que el pueblo vigilante y observador le reconozca donde quiera que se encuentre, para animarla por correo electrónico, bajo la ventana de su despacho, o en persona, a que no ceda a las presiones a las que se ve sometida desde las altas esferas y se atreva a impartir justicia y no mera legalidad, como es su más íntimo deseo.
Pero, como amores son hechos y no buenas palabras, no me conformaré con escribir estas líneas para denunciar una situación anacrónica, donde lo apropiado para resarcir a un Ejército profesional como el Español, hubiera sido enviarles a Pepe Gotera y Otilio ¡Chapuzas a domicilio! De modo que, he tomado la personal decisión de animaros a todos a acudir conmigo el próximo Viernes 1 de Octubre a las 12:00 horas frente al Gobierno militar de Bilbao, para emular a los Judíos que se dan de cabezazos contra el Muro de las Lamentaciones. Porque es lamentable que Muros de la vergüenza como esos, se mantengan alzados ante nuestros ojos sin que hagamos nada por derribarlos.

Retorciendo palabras de amor

Una de las ventajas de consumir ¡chumba! ¡chumba! Anglosajona, es no tener ni pajolera idea de lo que sus ridículas letras transmiten, significado que chiquitea en nuestro subconsciente al modo en que lo hacen estribillos como “El aserejé” o “el Auamba buluba balambanbú” de modo totalmente inocuo para nuestra salud mental. Nada que ver entonces, con los crípticos mensajes ocultos de algunas melodías nativas cuyos intérpretes parecen regodearse coqueteando en dificultad comprensiva con tratados de Ontología, Mecánica Cuántica y Arte Abstracto, verbigracia de lo que habla Amaral en el conjunto de su obra, que mal que bien, cruzando la letra de sus enigmáticos complejos Sencillos puede uno entender que, si se pasa toda la noche en la calle, le parezca que no quedan días de verano…de ahí, que diga, que este mundo no lo entiende, ni falta que le hace.
Pero hay momentos, en que la coyuntura ayuda lo suyo en la labor de exégesis, como me ha sucedido con la canción de Alaska “Retorciendo palabras de amor” Sinceramente, reconozco que aun con el texto en la mano, era incapaz de adivinar el sentido de unas estrofas sabiamente enrevesadas en una espiral melódica aparentemente carente de sentido. Por más vueltas que le daba y por más veces que analizara el video colgado en Internet, la clave de interpretación se me resistía, hasta que el otro día, escuchando a Zapatero durante el Tontodiario explicándonos las medidas para hacer frente a la crisis económica, me puse de pronto a tatarear la dichosa cancioncilla: “No, no pretendas tener la razón, no me vengas pidiendo perdón, no me digas que ha sido un error que lo sientes. En fin, de que sirve un futuro ideal, construido en terreno ilegal
un pasado que me hace dudar del presente.” ¡Increíble! Pero…¡Cierto! La letra de Alaska era una premonición, una profecía cantada, comparable en oscurantismo a las famosas Cuartetas de Nostradamus. Y yo, he revelado su sorprendente secreto. Les animo a todos ustedes a escuchar la obra entera y comprobar por si mismos cuanto digo.