Terrorismo no violento

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Las marchas pacíficas que todos los Viernes, los habitantes de una pequeña localidad cisjordana emprenden desde sus casas hacia el otro “Muro de las lamentaciones” para protestar contra el Apartheid al que son sometidos a diario ellos y en solidaridad con la vergonzosa situación de reclusión a la que son sometidos sus hermanos del Campo de concentración de Gaza, fueron catalogadas por el Estado Nasi – Nacional Sionista – de Israel, de “Terrorismo no violento” anécdota que relata el notable diplomático judío, Stéphane Hessel, autor del manifiesto “¡Indignaos!” de la que comenta que “Hay que ser israelí para calificar de terrorista la no violencia” apreciación que mucho me temo, empieza a estar caduca, ahora que los gobernantes occidentales han de torturarnos sin el verduguillo que les protegía de nuestra indignada mirada, que por algo reyes y faraones no se lo permitían a cualquiera, habiéndolos todavía que agachan la cabeza en señal de total sumisión al recibir los Premios “Príncipe de Asturias”, a la hora de entrevistarse con el director de una sucursal para solicitar un préstamo o sencillamente ante un maniquí vestido con traje de Christian Dior para mirar su prohibitivo precio.

Hace bien poco, la Generalitat de Cataluña, ha anunciado la creación de una brigada especial, al más puro estilo “Hombres de Harrelson”, para combatir lo que se ha dado en llamar “Guerrilla urbana” término que ni los silogismos garzonianos se atrevieron a emplear para designar los altercados en las calles vascas que prefirieron circunscribirlos a su nombre en euskera como Kale Borroka, como dando a entender que las famosas técnicas empleadas por los Mossos d´Esquadra en comisaria contra individuos indefensos, amedrentados, esposados y arrinconados, ya no valen cuando el Pueblo sabe a lo que va. Ello evidencia de una parte, la previsión gubernamental del cariz que van a tomar las protestas según se le vayan apretando las tuercas al Tercer Estado y de otra, con qué talante democrático se les va a tratar desde la autoridad y los medios de comunicación, a cuantos ciudadanos se resistan lo más mínimo a ingerir el jarabe de palo cuando tengan ante sus narices el pijamita de madera Prét á porter que se les ha confeccionado con sus impuestos.

Este filósofo, antiguo miembro de la resistencia, habla de rebelarse pacíficamente para combatir la tiranía actual de los mercados, poniendo como ejemplo a seguir los de Mandela y Luther King, a los que para rematar la faena, el bueno de José Luís Sampedro en el prólogo, se permite el lujo de añadir a Gandhi. Ya puestos, haciendo honor a su nombre, podía haber citado a Jesús y así todos hubiéramos tenido claro el camino hacia el calvario, el martirio y la crucifixión que se nos indica, pues no se lo pierdan ustedes, que también nos habla este buen hombre, de esperanza frente a exasperación, como única solución a los conflictos sociales, subterfugio bienintencionado por parte de quien se teme que la paciencia se ha agotado, sin atender que la esperanza aunque sea lo último que se pierde, también se pierde, de modo que si la derrota sobreviene sin lucha previa será la vergüenza y no la resignación la que nos prive de la dignidad por el autor reclamada.

En todo caso, leído Marcos, la resurrección brilla por su ausencia y no hay más esperanza que la que uno se pueda procurar por sus propios medios; Claro que, a lo mejor, todavía los hay que creen poder matar un cerdo a besos…en cuyo caso, ya pueden ir preparándose Concejales, Alcaldes, Junteros, Diputados, Senadores, Congresistas, Parlamentarios, Ministros, Presidentes y Familia Real al completo, para una avalancha de “Indignados” amorosos que se les echen encima en el transcurso de los plenos, inauguraciones, ruedas de prensa, recepciones, y demás actos oficiales, para darles besitos – algo ya se está ensayando en Chile – y abrazos como los que todos ellos buscan denodadamente durante las elecciones, solo que en esta ocasión, puede haber sorpresas emocionalmente fuertes, porque hay amores que matan.

Contra la Dictadura del Consenso

Debido a mi azarosa existencia, vivo a caballo de Cantabria, Euskadi, Castilla-León por no citar los alrededores, cosa que por una parte me ha permitido hacerme una idea personal del conjunto y el común denominador del Movimiento 15-M y a la vez me ha impedido participar directamente sobre el terreno de forma enérgica para mi bien y el suyo. Así, he podido observar entre mucha otras cosas positivas ya alabadas en otros artículos, algo que a mi modo de ver es un defecto, a saber: la búsqueda de estos colectivos por llegar a acuerdos y consensos, seguramente arrastrados por la Ley del Péndulo, para compensar el rodillo democrático parlamentario que hace y deshace durante cuatro años sin atender las reclamaciones de la ciudadanía. Es a este Movimiento del 15-M a quienes deseo transmitir lo siguiente:

La búsqueda de “Consenso” o acuerdo de todas las partes de un grupo respecto a la toma de decisiones, puede ser tendencia de la intención, fin de la voluntad y principio de acción, aunque no necesariamente meta de la misma, pues de suyo es que, el objeto del Consenso, a saber, las decisiones a tomar, no se vea eclipsado por su consecución, máxime, si participamos del espíritu democrático, entendido como aquel dispuesto para dirimir entre iguales las diferencias irresolubles mediante la libre votación respetándose el resultado de la mayoría.

Sea entonces que, en toda constitución de Asamblea, concurren dos Consensos tácitos y expresos: De una parte, un Consenso mayor, único, imprescindible e irrenunciable que surge desde el mismo momento en que se reúne la Asamblea y al que están sujetos cuantos a ella asisten, rigiendo desde su convocatoria y aún después de su término perviviendo en el cumplimiento de las resoluciones adoptadas, cuál es, el de aceptar como propias las decisiones adoptadas por la Asamblea debidamente reunida y respetar los resultados democráticos que de ella emanen, independientemente de si los mismos son los que cada cual haya apoyado personalmente durante el debate o la votación; Y de otra parte, cuantos Consensos menores se puedan alcanzar en el transcurso de una Asamblea que son múltiples, renunciables y del todo prescindibles cuando, después de haberlos buscado con sinceridad trabajándolos durante tiempo suficiente por medio de comisiones abiertas a quienes desearan realizar su libre aportación y presentarlos a pública discusión y debate previo antes de su votación, estos no acontecen.

Cuando una Asamblea cuenta con la garantía de que sus miembros participan del Consenso Mayor, nada tiene que temer por la consecución de esos otros Consensos menores, pudiendo dedicar toda su energía a dirimir abiertamente los objetos últimos de su prioritario quehacer sin preocuparse de aquellos, más de lo que viene por añadidura cuando las cosas se hacen bien. Otra cosa sucede, cuando en la Asamblea se permite participar a cualquier indocumentado en los Derechos y Deberes que comporta la asistencia, la toma de palabra y el poder de decisión en una Asamblea, porque entonces, sí hay motivos suficientes para barruntar que, ante la previsible ausencia del Consenso Mayor, auténtico garante de la aceptación y respeto a las decisiones tomadas por parte de quienes participan en ella, que puede poner en riesgo el apoyo de parte de sus miembros por sólo percibir como decisiones propias y correctas, aquellas que coinciden en cada momento con su parecer. En consecuencia, con semejante espíritu de reunión, lo que procede es, evidentemente, conseguir el mayor número de Consensos menores o en su defecto, las mayorías más grandes de las que una Asamblea sea capaz de albergar, para procurarse el mayor respaldo posible a las resoluciones, que en su circunstancia se limitará y corresponderá milimétricamente al resultado particular favorable de cada resolución, escenario fatal que efectivamente hace preferible cualquier Consenso menor a la mayor de las mayorías democráticas. Cuando a lo que debería aspirar toda Asamblea, sería a tener la convicción de que todos sus miembros apoyarán con idéntica fuerza las decisiones de la mayoría indistintamente de su opción personal, porque una vez votada la misma, pasa a ser del colectivo al que cada uno pertenece como el que más.

La mejor defensa que puede hacer una Asamblea para evitar el riesgo de que interfieran en su procedimiento agentes externos que perviertan en la práctica sus naturales procedimientos pensados para un colectivo afín, es evitar precisamente su entrada, que bastantes peligros tiene ya la Asamblea de por si, como para facilitar su destrucción desde fuera. Pues si nosotros hemos sido capaces de organizarnos para sacar adelante algo tan complejo, disperso y plural como este Movimiento del 15-M, mal haríamos en pensar que de ello, no son capaces fuerzas mejor adiestradas para lo contrario, más si tomamos en consideración que la convocatoria para hacer el bien requiere de mucho esfuerzo para escaso resultado que ya comporta desgaste y en cambio para hacer el Mal apenas se requiere una excusa para que acudan legiones en su favor y por lo general, con notable éxito, pues siempre es más sencillo destruir que construir dado que a su favor sopla de entrada que las cosas humanas abandonadas a su suerte acaban por consumirse ellas solas.

Mas como quiera que nos empeñemos en dejar asistir, con voz y voto a todo peatón que aparezca por el lugar sin exigírsele un mínimo de conocimiento de los temas tratados, un mínimo de trabajo en común con los compañeros de reunión, un mínimo de seriedad y compromiso con los asuntos tratados y la Asamblea misma…sea entonces que os presente que la votación en primera instancia es la mejor defensa ante el peligro del Bloqueo por parte de terceros que busquen abusar de nuestro reglamento, ya que ello les obligaría a incrementar la Asamblea, de tal manera que perderían la batalla principal de nuestra apuesta, cuál es, la de construir una mejor democracia, antes de iniciarla, pues aunque consiguieran sacar adelante sus medidas, incluida la de nuestra disolución, estas ya no nos serían impuestas como sucede en la actualidad.

Me voy a ahorrar lo que pienso de los actuales reglamentos Indignados que en un alarde de Buenismo – terrorífica mezcla de idealismo ingenuo – permiten, a caso animan, que un solo individuo que acaba de escuchar una medida propuesta en Asamblea pueda echar para atrás la ardua labor de decenas de personas que han trabajado durante días en ella, más que nada, porque combatir un absurdo puede hacerte todavía más absurdo…Ya se ocupará la necesidad de los hechos, más que la lógica de los argumentos, de corregir la comprensible euforia inicial de quienes desean aprender por si mismos antes que de la historia, aunque ello les condene a transitar por los mismos senderos equivocados, no por haberla olvidado, sino por ni siquiera haberla echado un vistazo antes de descubrir de nuevo América, que bastaría hojear la magnífica obra de teoría política de Fernando Vallespín o si se prefiere algo más concreto la génesis del concepto “Democracia” de Joaquín Abellán, para ahorrarnos sembrar campos trillados durante siglos y dedicar el preciado tiempo a avanzar en su actualización efectiva.

Pero quienes buscando desesperadamente el “Consenso” confían poder corregir la situación elevando el listón de la denominada “Minoría de bloqueo” ¡se equivocan! No sólo no evitan el peligro anterior de caer a merced de un grupo externo, que además, despiertan el ingenio para que los mismos aparezcan en el seno de la Asamblea sin necesidad de que vengan desde fuera a hacernos el harakiri. Me explico:

Hoy, quien desee entorpecer el buen transcurso de nuestras Asambleas, sabe que puede hacerlo sólo, por lo que no se molesta en organizarse para ello. Su único problema es el de retratarse ante el colectivo de reiterarse su estrategia. Pues bien, al establecer una Minoría de Bloqueo, lejos de mitigar el mal, lo acrecentamos, pues los agentes externos profesionales en reventar Asambleas o mangonearlas, les dará igual, 1 que 10 que 20, si tienen el firme propósito de conseguirlo o les va en ello algún interés; Pero, la novedad perniciosa que multiplica el riesgo consiste, en que establecida una Minoría de Bloqueo, fuerzas internas tan buenas y sanas como las nuestras propias, auspiciadas por la lógica demencial del reglamento, irán en la dirección de aglutinar efectivos suficientes para presentar oposición y alianzas de apoyo mutuo no tanto para sacar adelante medidas, cuanto para evitar que salgan las de los demás de modo que fulanito apoya a menganito para que no salga esta y a la inversa en un desleal hoy por ti, mañana por mi, que sin ningún género de dudas enquistará las posiciones convertirá la Asamblea en un reino de Taifas. Por si esto fuera poco, los agentes externos que anteriormente debían descubrir su identidad y rotarla para ser eficaces en su labor de sabotaje, ahora, sólo tienen que esperar agazapados a que varios participantes sanos levanten la mano para ellos amparados en el anonimato apoyar con entera libertad.

Cuantos argumentan que la Minoría de Bloqueo es un baluarte contra la tiranía de las mayorías, parecen desconocer la existencia del Consenso Mayor o no participar de él. El respeto a las “Minorías” aparece cuando se trata de Minorías étnicas, culturales, raciales, intelectuales, físicas, idiomáticas, políticas, religiosas…pero no votacionales, más de lo que se entiende como respeto personal al adversario discursivo y no de la posición que pierde una votación. Porque de confundirse las “Minorías” anteriormente citadas, con la minoría de una votación, entonces, mejor no hacer votaciones, para que no haya vencedores ni vencidos en una Asamblea sin espíritu democrático carente del Consenso Mayor, pues en una verdadera Asamblea que cuente con el Consenso Mayor, tras la votación, la mayoría representa a todos y nadie se siente vencedor ni perdedor y no hay minoría que respetar. Este afán por los Consensos menores huyendo de la Tiranía de la mayorías, puede arrastrarnos a la “Dictadura del Consenso”, que puestos a agregar y asociar palabras para confundir a la mente, a mi no me gana ni Usía.

Nuestras Asambleas nacidas de la indignación ciudadana están en proceso de construcción, maduración y arraigo – como lo demuestra la necesidad de esta reflexión palurda – y uno de los factores que las hacen más débiles y presas fáciles de organizaciones criminales como sindicatos, oenegés y partidos avezados en estas lides de destruir la autogestión popular, es precisamente tan retorcido proceder como el que voy a describir que ni es justo, ni ágil, y mucho menos inteligente.

Actualmente, los ciudadanos que lo desean, se organizan en comisiones abiertas que trabajan los temas elaborando propuestas a lo largo de semanas; Luego, estas propuestas, limpias de polvo y paja, siendo el polvo y paja las discusiones internas y los consensos alcanzados, se ventila en una sucinta exposición pública para que personas que ni saben del asunto, ni lo han trabajado lo suficiente, ni están al corriente de las claves omnicomprensivas con las que los representantes de las comisiones manejan en su comunicación, se pronuncien sobre su aprobación o rechazo, preguntando, voz en grito, al auditorio amorfo sobre si hay o no hay consenso ¡y lo que es peor! provocando a algún tímido retraído despistado a que se anime a levantar la mano, con lo que se frena la propuesta y se envía a un “Comité de Sabios” que además de sabios, deberán ser Magos para en menos de diez minutos sacarse de la chistera una reformulación que consiga lo que sus compañeros de Comisión no han logrado en días. Si esto es un procedimiento adecuado…¡Venga Obama y lo vea!

Todas las leyes del Universo y las fórmulas científicas que dan cuenta de él, se rigen por la economía. Toda la realidad transcurre de lo más complejo a lo más sencillo; lo que no sigue esta pauta marcada por la flecha del tiempo, es por aberración o decadencia, como sucede a las sociedades humanas que terminan en colapso. En consecuencia, evitémosle a la Asamblea, reglamentos extremadamente intrincados que entorpezcan el desarrollo de los asuntos que importan, para evitar que la buena gente que se nos aproxime por primera vez, no se lleve una idea equivocada por la impresión que les cause nuestras pajas mentales metodológicas más propias de la rollística jerigonza jurídico-parlamentaria, que de unos ciudadanos interesados en resolver los problemas que acucian al barrio y la ciudad, porque sinceramente, este menda, confiesa abiertamente desconocer todavía bien los rebuscados mecanismos con los que se ha decidido conducir el Movimiento del 15-M que de momento se mueve por la inercia del arranque, pero que no goza del eterno Motor Inmóvil aristotélico corriendo el riesgo que de no dotarnos de una estructura más ágil, inteligible y manejable, esta acabe por frenar su espontáneo empuje primigenio. No seré yo quien postule contra el trabajo teórico que ha de fundamentar nuestra futura existencia como colectivo, pero como el movimiento se demuestra andando y es más sencillo andar que explicar como se anda, sin olvidar nunca la advertencia de Einstein de que “la fórmula de la sopa, no sabe a sopa”, sea entonces, que pongamos más cuidado en que la reflexión, no frene la acción.

Un adecuado y correcto esquema para conducirnos a la hora de abordar los urgentes asuntos que dan razón de ser a nuestra indignación, podría ser el siguiente: Planteamiento público del asunto; Llamada a la libre reflexión personal y colectiva sobre el tema e invitación a participar en trabajos de las Comisiones; Presentación de propuesta, análisis, solución, o cualquier otro producto del esfuerzo intelectual personal o colectivo, ante la Asamblea; Debate o discusión de lo presentado si procede; Y votación. El resto…¡Sobra! Y sólo sirve para marear la perdiz.

Ahorro digno

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Ya, a comienzos del pasado siglo, B. Russell advertía contra los peligros de una elevada tasa impositiva, aún del ahorro excesivo, por cuanto con dicho capital, Gobiernos y Banca no hacían otra cosa que emprender continuas guerras que a la postre arruinaba a los ahorradores y requería de nuevas medidas impositivas para sufragar su mantenimiento que únicamente cesaba, cuando la población exhausta, imposibilitada para soportar más cargas, dejaba de dotarles de los recursos que la guerra necesita, momento mismo en el que la población iniciaba de nuevo un ciclo de prosperidad.
A final de siglo, poco o nada había avanzado si no fue a peor, pues a las inversiones destinadas a potenciar la industria militar o el tráfico de armas, ahora también se sumaba toda actividad capaz de arrojar beneficio como, la especulación inmobiliaria, la acaparación de cosechas y alimentos, el tráfico de drogas, de órganos, la trata de blancas o la prostitución infantil, como bien se encargó de recordarnos Banca Vaticana cuyo escándalo internacional que costara la vida al mismísimo Papa Juan Pablo I sirvió para que muchos de nosotros empezamos a preguntarnos que diantres unos y otros hacían con nuestros ahorros e impuestos.
Pero, mientras la población tomó pronta conciencia de que tenía derecho a exigir transparencia en el manejo de los caudales públicos empezando a plantear lo que se conoció como objeción fiscal encaminada a evitar que los criminales gobernantes manchasen de sangre e ignominia a los contribuyentes con sus componendas y tejemanejes financieros, iniciativa de la que finalmente naciera la posibilidad de destinar cierto remanente presupuestario en la declaración de la renta para gastos sociales, para que la gente pudiera ver el Tontodiario con la tranquilidad suficiente que le permitiera comer frente al televisor exclamando internamente aquello de ¡ No con mis impuestos! ni por asomo aconteció algo similar en el más sórdido ámbito bancario, a caso por haber separado más de lo debido al individuo de la sociedad, la esfera privada de la pública, el interés particular del social, o como aquellos hicieran, a Dios del Mundo que les permitiera diferenciar entre la ética y los negocios.
Y es que, nuestra capacidad mental para distinguir lo que se debe hacer de lo que conviene hacer, y todavía más de lo que deben hacer los demás, no tiene límites. De este modo, hemos explorado gran cantidad de fórmulas para privar al Estado de nuestro capital, en cambio, nuestra contumaz resistencia a vernos impedidos de un beneficio privado inmediato ha frenado iniciativas similares encaminadas a que la banca haga lo mismo con nuestros ahorros, que si bien la condición de clientela, en principio, rebaja la responsabilidad moral de nuestra implicación en los crímenes para los que se emplea nuestros ahorros por ser la banca una entidad antidemocrática, el asunto parece cambiar desde que manda el mercado y parece ser que ya no se vota con papeletas, sino con dinero, depósitos y acciones.
Con el cambio de Milenio, a pesar de la contradicción que ello pudiera suponer, empezó a hablarse de Banca solidaria como medio para denunciar con la elipsis la condición moral de esa otra Banca que oprime y reprime a pueblos y naciones enteras a las que con nuestros ahorros condena a la miseria. Y algo de mella hizo, cuando rizando el rizo, la Academia del Nobel “Ilegal” de economía le fue otorgado al indio Yunus por los micro-créditos que fue presentado bajo esa etiqueta de moda, pero no tanto como para que la gente, a la hora de acudir a un banco a abrir una cuenta, exija como cliente un compromiso firmado, por parte de la entidad en el contrato donde figuran las comisiones y demás chanchullos de la letra pequeña, comprometiéndose a no emplear los ahorros en inversiones susceptibles de ofender la Ley de Dios o si uno es ateo, la conciencia del mismísimo padre del liberalismo Adam Smith.

Manifestación 19-J Valladolid

Ayer estuve en la manifestación de los indignados de Valladolid y debo decir que los medios de comunicación no han dado cifras veraces sobre la cantidad de gente allí reunida. La prensa habla de entre 5.000 y 6.000 personas…yo os digo que allí había unas 12.000 como mínimo. Para su cálculo, me baso en que en la PLaza Mayor de dicha localidad, según la policía Municipal, caben unas 22.000 persona; Pues bien, al finalizar el recorrido, la plaza esta a tres cuartos, por lo que siendo cautos, es muy fácil que allí hubieran más de 12.000 almas indignadas. Y si esto ha sucedido sólo en Valladolid, a la cifra que se baraja global sobre 300.000 indignados en todo el Estado, creo que la cifra es muy superior.
La manifestación, fue una vez más una lección de civismo y educación: la gente acudía desde los distintos barrios hacia la Plaza Colón en un ambiente lúdico-festivo en marchas llenas de indignación pero también de esperanza. La gente se traía de su casa pancartas y fotocopias bajadas de la red, con lemas sin insultos y sin mencionar a un partido o banco en concreto, siguiendo las consignas de la organización del movimiento, transmitidas en esta ocasión desde el cuartel general acampado en Fuentedorada.

Para ver el albun de fotos realizado por el amigo Ignacio, pinchen en http://www.facebook.com/media/set/?set=a.10150218919919452.331051.617934451&l=287bd4a099 así juzgar por si mismo.

¡Vosotros soís los violentos!

Aunque aparezca a continuación de NICOLÍAS CONTRA LOS VIOLENTOS, lo cierto es que el anterior, fue desarrollo del que presento y que naciera la pasada noche del Viernes al Sábado tras asistir a mi tercera asamblea de Indignados en Fuentedorada de Valladolid, a quienes primeramente dedico esta reflexión en forma de letanía para que con ella hagan buena pedagogía de quienes son los verdaderos violentos, mas de su buen uso puede tirar todos los indignados del Mundo. Su modo de empleo, consiste en alguien que con voz profética encarne el personaje de Democratias, mientras el resto de la gente haga el coro de indignados. Disfrutadlo con ¡Salud! ¡Fuerza! y ¡Unión!

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-Profeta Democratias: Vosotros banqueros que con nuestros ahorros invertís en tráfico de drogas, prostitución, trata de blancas, guerras y armamento…
-Indignados: ¡Vosotros! ¡Vosotros! ¡Vosotros sois los violentos!

-Profeta Democratias: Vosotros políticos que con nuestros votos bombardeáis a la población civil de otros Pueblos, incluyendo ancianos, mujeres y niños mientras nuestra repulsa os importa un pimiento…
-Indignados: ¡Vosotros! ¡Vosotros! ¡Vosotros sois los violentos!

-Democratias: Vosotros empresarios que amenazáis al obrero y al inmigrante, con la pérdida de su empleo y del país expulsarle, para mejor explotarle, vosotros que os valéis del miedo colectivo y el social amedrentamiento…
-Indignados: ¡Vosotros! ¡Vosotros! ¡Vosotros sois los violentos!

-Democratias: Vosotros periodistas propagadores de falsedades, ocultadores de la verdad, manipuladores eternos, que nos desinformáis cuanto podéis sin miramientos…
-Indignados: ¡Vosotros! ¡Vosotros! ¡Vosotros sois los violentos!

-Democratias: Vosotros altos ejecutivos que os ganáis la vida y un sobresueldo despidiendo plantillas enteras sin importaros nada vuestro causado sufrimiento…
-Indignados: ¡Vosotros! ¡Vosotros! ¡Vosotros sois los violentos!

-Democratias: Vosotros jueces injustos que colaboráis con los bancos en continuos desalojos, desahucios y alzamientos por medio de citaciones angustiosas que rayan el acoso social, el bestialismo moral y el sádico ensañamiento…
-Indignados: ¡Vosotros! ¡Vosotros! ¡Vosotros sois los violentos!

-Democratias: Vosotros corruptos que usáis nuestras instituciones para particular aprovechamiento y con ello nos priváis de hacer escuelas, hospitales, casas de acogida, residencias para desamparados, sin ningún remordimiento…
-Indignados: ¡Vosotros! ¡Vosotros! ¡Vosotros sois los violentos!

-Democratias: Vosotros que con nuestra confianza llegasteis hasta el Parlamento, ahora nos condenáis a la miseria mientras os eleváis el sueldo haciéndonos al resto perder poder adquisitivo y subiendo los impuestos…
-Indignados: ¡Vosotros! ¡Vosotros! ¡Vosotros sois los violentos!

-Democratias: Vosotros policías que obedeciendo órdenes, armados hasta los dientes contra ciudadanos indefensos actuáis con energía innecesaria contra la evidencia pacífica de nuestro educado movimiento…
-Indignados: ¡Vosotros! ¡Vosotros! ¡Vosotros sois los violentos!

-Democratias: Por eso, en verdad en verdad os digo que nuestro Movimiento es justo y necesario para devolver la Paz social que los violentos han arruinado.