Cuando accedí a sugerencia de mi amigo Jesús Peláez a leer la obra de Steven Mithen, no sospeché el uso inmediato que haría tanto de su título como de las enseñanzas que en el se recogen, cosa que, sin embargo, ha sucedido, al entremezclarse en mi mente las agudas observaciones que dicho autor realiza sobre nuestro querido lenguaje y la olvidada capacidad musical, con las noticias que me llegan a través de los medios de comunicación, del deplorable comportamiento diplomático mostrado por el Gobierno Español ante lo que está aconteciendo en el Sahara.
Steven Mithen, es de la opinión de que, las distintas especies Homo desde Ergaster hace más de un millón de años, ya contaban con un protolenguaje al que denomina Hmmmm acrónimo de Holístico, manipulador, multimodal, mimético y musical, capacidad que fue heredada por los Neandertales europeos a través del Homo Heidelbergensis, por supuesto en su forma más evolucionada, lo que le permitió sobrevivir a las glaciaciones y conservar casi intacta su desarrollada cultura y tecnología durante más de 200.000 años hasta su extinción, hacia el 35.000 antes de nuestra era.
La asociación de palabras que permite el rap y su primitivismo rítmico pueden ser claves ancestrales que explicarían su enorme éxito en el mundo musical contemporáneo. Claro que, hacer rap no es tan fácil como parece: las afinidades silábicas van mucho más allá del simple ripio, las relaciones internas vocálicas, la oposición de contrarios, las cadenas secuenciales, los giros previstos e imprevistos, modulan en nuestro inconsciente, la aparente lineal comprensión léxica del discurso superficial cuyos pliegues y repliegues, denotativos y connotativos, icónico-simbólicos interactúan libremente en nuestra psique sin necesidad de una gramática cromañón a la que estamos acostumbrados el Homo Sapiens que permitiría a los Neandertales cantar rap para transmitir milimétricamente los conocimientos adquiridos de generación en generación sin contar con otros artificios semánticos, morfológicos y sintácticos propios de las lenguas modernas que favorecen descubrir mediante traducción los distintos mensajes que se desea comunicar.
Para probar su teoría, he ideado el siguiente experimento mental en el que yo, sólo deseo participar con unas mínimas indicaciones, dejando a sus capacidades artísticas e intelectuales, el problemático resultado de los mismos, así como las consecuencias jurídicas que se pudieran derivar. El experimento mental, consiste en componer un rap Neandertal para denunciar el comportamiento del Gobierno Español respecto a lo que está ocurriendo en el Sahara Occidental. Sería bueno empezar por tomar en consideración, a parte de las habituales terminaciones silábicas que contribuyan en propiciar rimas asonantes y consonantes, el número de sílabas que constituyen los nombres y las palabras que deseamos casar. Así, si a Aznar en su día le correspondían adjetivos bisílabos como malo, feo, tonto, soso, lento, a Jiménez le ha de corresponder cómplice, traidora, cobarde, como a Rubalcaba y Zapatero es fácil acoplarles sinvergüenzas o hipócritas, para que haya una concordancia armónica interna entre el tiempo dedicado a un nombre y el adjetivo que le acompaña. Ciertamente es una técnica muy arbitraria, pues mientras a los trisílabos Marruecos o Mohamed, les puede corresponder los trisílabos invasor, criminal y canalla, al también trisílabo Sahara, en cambio, le puede acompañar con mayor propiedad exilio, auxilio, hartazgo etc. Hecha la selección de nombres implicados en esta ignominia y los calificativos que mejor se adaptan al significado y significante de cada caso, bastaría con hacer tres o cuatro oraciones y un poco de chumba chumba, para decirle al Gobierno entero ¡Hmmmm! por su despreciable comportamiento, cogerle a Trinidad Jiménez y hacerla ¡Hmmmm! por no llamar a consultas al embajador, mostrarle nuestro más enérgico ¡Hmmmm! a González Sinde por mandar callar a los artistas para que no denuncien lo que está ocurriendo como cuando en su día salieron contra Aznar, demostrarle las ganas que le tenemos ¡Hmmmm! a Rubalcaba por dar cobertura internacional a la desinformación alauí, mientras nuestro ¡Hmmmm! de Zapatero sigue sin condenar su actuación sanguinaria en El Aiún. ¡Hmmmm! les…¡Hmmmm! Si con todo no acertais a saber cómo hacerlo, os dejo con Frank-T y su «Gran obra maestra» donde el ¡Hmmmm! se intercala en el mensaje de modo Neandertal.