Hipoteca inversa

La Banca criminal, conchabada con los Partidos antidemocráticos, auxiliados por una injusta legalidad y el concurso necesario de las fuerzas represivas de la sociedad inerme, tiene previsto hacerse con los bienes e inmuebles, de al menos, un tercio holgado de la indefensa población en un proceso denominado “Economía de resaca” o reubicación natural prioritaria del Capital, consistente en depauperar por todos los medios posibles a cuantos incautos forjados en las virtudes burguesas del trabajo y el ahorro pretendian escapar – si no ellos, sus hijos o al menos sus nietos – al sometimiento debido, gracias a la libertad que su independencia económica se les antojaba pudiera soportar.

Durante años, esta gentuza que merece Pena de Muerte – por supuesto dialogada, pacífica y democrática – se ha conformado con detraernos el capital valiéndose de oscuros mecanismos financieros así como con artimañas políticas: cada vez que un banco o gran empresa deseaba repartir dividendos entre sus accionistas o sencillamente elevar las primas de sus ejecutivos, sólo tenía que subir medio punto los tipos de interés para, de la noche a la mañana, sacar de nuestros bolsillos miles de euros, sin que nadie supiera bién por qué y a la vez, sin la menor ingenua resistencia al carterismo galopante consentido por los Gobernantes que creíamos velaban por nuestra seguridad vigilando el sistema financiero, cuando a lo que estaban, era a supervisar nuestro paulatino sometimiento y a controlar los pequeños conatos contestatarios que pudiera generar tal atropello. Igualmente, cada vez que los cómplices mandatarios deseaban dotar a sus camarillas parasitarias de terroríficas subvenciones o cubrir los agujeros dejados por su crónica corrupción programada, les bastaba con anunciar tal o cual subida del tabaco, gasolina o electricidad, como si fuera lo más normal del mundo… y que igualmente no recibía la debida repulsa ciudadana por participar idiotamente de la misma confianza antedicha que presuponía que cuanto esta delincuancia organizada hacía, era debido en última instancia al bien general que todo bien nacido desea para si y los suyos, y cuya opacidad a nuestro particular entendimiento era debida al complejo e intrincado sistema que rige nuestro destino, porque como se dice, los caminos del Señor, son inescrutables…Pero ajenos por completo a la sabia enseñanza del cuento de “La gallina de los huevos de oro” y la no menos prudente aplicación eclesiástica de “Dios apreta pero no ahoga” resulta que, su apetito insacible ha puesto sus ojos en lo único que nos queda, la vivienda, toda vez hemos logrado el objetivo de competir no ya con Corea, que también con Vietnam, Filipinas y Camboya, nuestro tiempo de trabajo vale menos y no resulta rentable dedicarle más del necesario a chulearnos la fuerza de trabajo, cuanto a rescatar del catastro lo que no ha dejado nunca de ser la fugaz ilusión de los títulos de propiedad, que como bien saben los refugiados de toda guerra, sólo se respetan en tanto en cuanto se respetan y se hacen respetar.

Los Partidos antisociales mayoritarios que deberían ser fusilados por traición, han pactado con la Gran Banca terrorista financiera merecedora de ser ejecutada en plaza pública, trabajar a destajo mientras la gente permanezca conmocionada con el fantasma de la crisis, en la dirección adecuada para cambiar el marco legal laboral y sobre todo el de propiedad, al objeto de despojar a un 40% de la población de su tradicional modo de acceder a la riqueza que generamos y por ende, abocarles inexorablemente a la pérdida de sus viviendas y comercios, para que de este modo, el Capital recupere la unidad primigénia consustancial al espíritu que le viera nacer, pues sólo la noción de Capital permite aglutinar unitariamente la natural dispersión de la riqueza, como si con tener nuestras nóminas atrapadas en las cuentas corrientes a la espera de ser continuamente mordidas por las domiciliaciones, no fuera suficiente.

La situación de Guerra civil implícita, todavía no alcanzan el rango de desobediencia civil explícita, más que nada, porque según los datos de la pirámide poblacuional, quien más quien menos, aguarda como agua de Mayo, una repentina redistribución inmobilioaria vía herencia de las casas que dejen libres los abuelos a sus nietos, cosa que en principio debería bastar para que las generaciones venideras pudieran llevar una vida plena, llena de eso que los expertos denominan ocio que nada tiene que ver con los descansos de la clase trabajadora, pues con una vivienda en propiedad y la suficiente cultura, haber quien les obliga a trabajar más de dos o tres horas al día, pasando el mileurismo de una condena en nuestra época a toda una bendición, situación social psicosomática espiritual que aquellos temen, cuanto estos la desean, mas mientras la alianza anticiudadana de la Partitobanquia está sigilósamente segando tan embriagadora perspectiva bajo nuestros pies, cimentando un nuevo modelo opresor durarero para varias generaciones, los bienaventurados de dicha esperanza, se mantienen mansos, a la espectativa de lo que sus anteriores, presentes y futuros verdugos les preparen, confiados como están en que tienen blindado el por venir. Por venir, que ya se han ocupado otros de que nunca acabe de llegar.

Cuantos como yo hayan evolucionado hasta la idea mística de contemplar el suicidio como una opción vital – tengo la intención de suicidarme no sin antes asegurarme de hacer el viaje bien acompañado de enemigos y previamente anunciarlo en una opípara cena de amigos – nada han de temer ante la sibilina estratagema politico-bancaria de las “Hipotecas inversas” consistentes en, una vez a los abuelos se les ha sangrado lo suficiente durante su dilatada vida laboral para pagar su vivienda, ahora que ya la tienen en propiedad, valiéndose de la situación de miseria en que les ha dejado la pensión de viudedad o de jubilación, los mismos criminales que les firmaron los abusivos créditos hipotecarios para fianciarles eso que constitucionalmente debería ser primera obligación del Estado, ahora, les ponen por delante concederles deslumbrantes mensualidades durante el resto de su ancianidad, a cargo de ir recuperando para el banco la propiedad, para de este modo, asegurarse de que sus hijos no puedan heredarla y mucho menos sus nietos, por si quedaba alguno al que durante la crisis ficticia no se le hubiera conseguido desahuciar. El resto, quienes todavía tienen miedo a morir, ya pueden prepararse para vivir esclavizados bajo el yugo del temor y la angustia.

Ahorro digno

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Ya, a comienzos del pasado siglo, B. Russell advertía contra los peligros de una elevada tasa impositiva, aún del ahorro excesivo, por cuanto con dicho capital, Gobiernos y Banca no hacían otra cosa que emprender continuas guerras que a la postre arruinaba a los ahorradores y requería de nuevas medidas impositivas para sufragar su mantenimiento que únicamente cesaba, cuando la población exhausta, imposibilitada para soportar más cargas, dejaba de dotarles de los recursos que la guerra necesita, momento mismo en el que la población iniciaba de nuevo un ciclo de prosperidad.
A final de siglo, poco o nada había avanzado si no fue a peor, pues a las inversiones destinadas a potenciar la industria militar o el tráfico de armas, ahora también se sumaba toda actividad capaz de arrojar beneficio como, la especulación inmobiliaria, la acaparación de cosechas y alimentos, el tráfico de drogas, de órganos, la trata de blancas o la prostitución infantil, como bien se encargó de recordarnos Banca Vaticana cuyo escándalo internacional que costara la vida al mismísimo Papa Juan Pablo I sirvió para que muchos de nosotros empezamos a preguntarnos que diantres unos y otros hacían con nuestros ahorros e impuestos.
Pero, mientras la población tomó pronta conciencia de que tenía derecho a exigir transparencia en el manejo de los caudales públicos empezando a plantear lo que se conoció como objeción fiscal encaminada a evitar que los criminales gobernantes manchasen de sangre e ignominia a los contribuyentes con sus componendas y tejemanejes financieros, iniciativa de la que finalmente naciera la posibilidad de destinar cierto remanente presupuestario en la declaración de la renta para gastos sociales, para que la gente pudiera ver el Tontodiario con la tranquilidad suficiente que le permitiera comer frente al televisor exclamando internamente aquello de ¡ No con mis impuestos! ni por asomo aconteció algo similar en el más sórdido ámbito bancario, a caso por haber separado más de lo debido al individuo de la sociedad, la esfera privada de la pública, el interés particular del social, o como aquellos hicieran, a Dios del Mundo que les permitiera diferenciar entre la ética y los negocios.
Y es que, nuestra capacidad mental para distinguir lo que se debe hacer de lo que conviene hacer, y todavía más de lo que deben hacer los demás, no tiene límites. De este modo, hemos explorado gran cantidad de fórmulas para privar al Estado de nuestro capital, en cambio, nuestra contumaz resistencia a vernos impedidos de un beneficio privado inmediato ha frenado iniciativas similares encaminadas a que la banca haga lo mismo con nuestros ahorros, que si bien la condición de clientela, en principio, rebaja la responsabilidad moral de nuestra implicación en los crímenes para los que se emplea nuestros ahorros por ser la banca una entidad antidemocrática, el asunto parece cambiar desde que manda el mercado y parece ser que ya no se vota con papeletas, sino con dinero, depósitos y acciones.
Con el cambio de Milenio, a pesar de la contradicción que ello pudiera suponer, empezó a hablarse de Banca solidaria como medio para denunciar con la elipsis la condición moral de esa otra Banca que oprime y reprime a pueblos y naciones enteras a las que con nuestros ahorros condena a la miseria. Y algo de mella hizo, cuando rizando el rizo, la Academia del Nobel “Ilegal” de economía le fue otorgado al indio Yunus por los micro-créditos que fue presentado bajo esa etiqueta de moda, pero no tanto como para que la gente, a la hora de acudir a un banco a abrir una cuenta, exija como cliente un compromiso firmado, por parte de la entidad en el contrato donde figuran las comisiones y demás chanchullos de la letra pequeña, comprometiéndose a no emplear los ahorros en inversiones susceptibles de ofender la Ley de Dios o si uno es ateo, la conciencia del mismísimo padre del liberalismo Adam Smith.

El im-pacto del Euro

La imagen vale más que mil palabras, aunque sus palabras en este caso, ciertamente no lleguen a mil…Sobre el asunto, les contaré un chiste que se me ocurrió hace algunos años y que dice así:
Un niño extiende la mano para que su padre le de la paga y cuando recibe una monedita de un euro, va y le dice:
-Niño: ¡Papá! ¿Porqué cada vez trabajas más y ganas menos?
A lo que el padre le responde:
-Padrer: Por el mismo motivo que tú, cada vez gastas más y compras menos.

Muy ilustrativo

Sin perder de vista la presunción de inocencia del socialista francés, lo cierto es que, los actos denunciados de retención ilegal, intento de violación y huída del intercepto, vienen como anillo al dedo para ilustrar el grado de atropello, prepotencia y desprecio por la dignidad humana que el organismo que preside el honorable Strauss Kahn, ha mostrado de continuo desde sus más tiernos inicios, hace ya más de medio siglo, por las sociedades, pueblos y personas de las economías que se dejaron tutelar por sus expertos financieros inmunes al dolor ajeno, quienes sin escrúpulo alguno, concedían a las élites de dichos países ingentes créditos, aún a sabiendas, de que los mismos en vez de emplearse en la mejora de las condiciones de vida de la población, serían malversados para enriquecer a sus despóticos mandatarios que a su vez, en plena sintonía con ellos, les devolverían el favor comprometiendo aún más las maltrechas arcas públicas de sus respectivas naciones adquiriendo material militar a las industrias de los países occidentales que en principio, sustentan el FMI, proceso indigno de triangulación que la población autóctona de las regiones traicionadas, acabaría pagando muy caro en forma de intereses de deuda eterna, obligada por el chantaje internacional de las mismas potencias que ampararon tan vil operación, cuando lo justo hubiera sido que se la exigieran a aquellos tiranos y dictadores con los que tanto les gusta hacer tratos comerciales a los mandatarios demócratacriminales.

En virtud de la relevancia internacional del personaje, Presidente del todopoderoso FMI, así como del lujo y ostentación que rodea a los hoteles donde esta gentuza suele alojarse, lo suyo hubiera sido que el abuso de fuerza y poder, se hubiera perpetrado contra una joven empresaria neoyorquina, una diplomática de la ONU o en su defecto una turista que andaba por allí; ¡Pero no! Quiso la oportunidad que fuera una camarera africana la que entrase en su habitación para que la omnipotencia divina grecolatina hiciera de las suyas en una escena digna de cualquier estancia imperial de Calígula, Nerón o los Borgia. Bien es verdad, que para el servicio que me presta, también podría haberse tratado de una hispana – el término es poco menos que “puta” en los EEUU de ahí la recomendación de remarcar la españolidad de las hijas que enviéis allí a estudiar inglés, todo sea que aprendan la lengua de Mallarme – o una asiática, aunque estas, gracias al prestigio de Japón y sobre todo el auge chino, empiezan a ser respetadas un poco más de lo que hubiera deseado Sánchez Dragó y a lo mejor hubiera recibido un trato especial estilo Pretty Woman, que es el modelo a seguir por muchas de nuestras jovencitas. Y es que, África sabe como nadie lo que es estar bajo el yugo de organismos internacionales como es éste, al extremo de que ha desaparecido de su geografía la tan reconfortante expresión de los Setenta “Países en vías de desarrollo” y así como los cascos azules de Bélgica, Holanda y demás, violan y corrompen a sus madres, esposas y niñas con la inmunidad que presta el paraguas de la ONU…el FMI o el BM, se turnan en joder cuanto pueden sus economías, cuyas consecuencias no las padecen principalmente las clases dirigentes de las naciones donde se aplican sus draconianas exigencias, sino aquellos infelices que trabajando dieciséis horas al día, los siete días de la semana, sin vacaciones, sin derecho de ningún tipo, sea sacando de las minas el coltán para nuestros móviles, tejiendo de sol a sol en talleres de uralita nuestra ropita del todo a cien, cosechando el café y cacao que desayunamos en nuestra casita leyendo en la prensa sus desgracias…apenas llegan a alcanzar el mínimo de subsistencia.

Como hasta la fecha, ningún Tribunal Penal Internacional ha cursado orden alguna para detener, encarcelar, juzgar y condenar si quiera al más insignificante miembro de esta omnipotente institución, me parece, que no sólo la posible víctima desconocía a quién había denunciado, que tampoco lo debían de saber quien cursó su búsqueda y captura ni quienes llevaron a cabo su arresto. Aunque nunca se sabe; Los caminos del Señor son inescrutables y a Al Capone le pillaron por los impuestos.

Apretarse el cinturón

Como era de esperar, durante el pasado 2010, los más de cinco millones de desempleados, sumados a los inmigrantes que han retornado a sus países de origen, sin olvidarnos del descenso generalizado del poder adquisitivo de funcionarios y pensionistas, ha provocado la primera caída del consumo en alimentación de la historia, a decir de Horacio González secretario general de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas, exactamente un 2,3% en los hogares y otro 4,4% en el consumo exterior en cafeterías, bares y restaurantes, lo que se ha traducido en la desaparición de un 1,4 de empresas del ramo respecto al ejercicio anterior.

Curiosamente, parece que al sector no le ha ido nada mal en cuanto a las ventas exteriores que han crecido en el mismo periodo un espectacular 10% que sitúa a nuestro país en el tercer exportador dentro de la Unión Europea, detrás de Italia y Francia, cosa que en nuestro caso, lejos de acercarnos a dichos países en cuanto a modelo de sociedad desarrollada próspera y equilibrada, nos iguala a aquellas otras naciones que, pese a nutrir de alimentos y materias primas a todo Occidente, sus gentes a penas tienen para subsistir.

Cuando el Tontodiario alardeaba de una España invitada al G-20 como décima potencia económica mundial, para acto seguido hacernos tragar el papel que debíamos jugar como tal en el escenario internacional con nuestras tropas en misión humanitaria llevando la paz y la reconstrucción por todo el orbe, nadie medianamente informado, perdía de vista a los especuladores financieros que buscaban quebrar el espinazo de nuestra endeble economía basada en una alicaída industria turística auténtico sostén de la burbuja inmobiliaria que habría de estallarnos algún día, toda vez durante los ochenta, para competir con Corea, finiquitamos, a instancias de Alemania, toda nuestra industria pesada de Sagunto y Vizcaya tras las que se fueron las del automóvil, los astilleros, acerías, talleres metalúrgicos…Por si fuera poco, encandilados con los fondos estructurales, también accedimos a los deseos franceses de cerrar nuestra minería, reducir la cuota láctea, aceitunera, vinícola, liquidación de la flota pesquera, etc que según decían, eran muy deficitarias. Igualmente, nos sumamos al desmantelamiento del Estado y se privatizaron las empresas que más beneficios podían generar… Por supuesto, no lo hicimos gratis: durante años, recibimos ingentes subvenciones europeas que exacerbaron la autóctona crónica corrupción generalizada mitigando los estragos superficialmente en la vida cotidiana de los ciudadanos que consintieron cínicamente la situación al amparo del típico ¡Llámame perro y tírame pan! sin percatarse que, aquello que corroía los cimientos de nuestro Estado del Bienestar a medio plazo, era ¡pan para hoy y hambre para mañana! Porque ni aquí ni en Europa ¡Nadie da duros por pesetas! De modo que, ahora, el FMI y el BM, se nos quedan cortos para paliar la ruina total en la que nos vemos sumidos, dependientes como somos de las apetencias ajenas y expuestos como estamos a los vaivenes financieros de Tokio, Frankfurt y Wall street. Dios no lo quiera, pero no está lejos la hora en que la UNICEF tenga que socorrer a nuestros hijos, a los mayores la Cruz Roja y a todos el Banco de Alimentos, donde el pollo, los huevos, la harina, la leche y el pan, han empezado a cotizar al alza.

Ahora que media ciudadanía estará sometida a dieta forzosa, antes de comprender que de la “Lucha de clases” marxista lo que ha desapareció de verdad durante los Noventa fue la lucha y no las clases, aprenderá en sus propias carnes menguantes el verdadero significado de “apretarse el cinturón”, que no es sinónimo de aguantarse las ganas o refrenar el gasto como algunos por desmemoria han llegado a asimilar, sino de precisamente lo que dice “apretarse el cinturón” para evitar se caigan los pantalones cuando se llegue a estar famélico. Eso, o se apuntan a la moda juvenil de ir enseñando los calzones estilo Cantinflas, cosa que no debería avergonzar a nadie, que también los habrá vestidos de traje que como Charlot en la intimidad de sus casas llegarán a cocer suelas de zapato.