Propuesta radical educativa

Tras mi enérgica intervención el pasado Lunes en la comisión de educación en el Retiro madrileño que fue aplaudida…lo prometido, es deuda. Os presento mi trabajo fin de master que fue calificado para mi sorpresa con la más alta nota, a saber: Matrícula de Honor.

MÁSTER EN FORMACIÓN DEL PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA, BACHILLERATO, FORMACIÓN PROFESIONAL Y ENSEÑANZA DE IDIOMAS

TRABAJO FIN DE MASTER

Propuesta para el Sistema Educativo en Bachillerato

ESPECIALIDAD: CIENCIAS SOCIALES
CURSO: 2009/2010
CONVOCATORIA: JUNIO
DEPARTAMENTO DE DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
CENTRO: ESCUELA UNIVERSITARIA DE MAGISTERIO DE VITORIA-GASTEIZ

ÍNDICE

ABSTRACT 3

PRESENTACIÓN 4

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA 6

INTRODUCCIÓN 8

DESARROLLO DE LOS ELEMENTOS 9

ANÁLISIS DEL ACTUAL SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL EN SECUNDARIA Y BACHILLERATO 18

SÍNTESIS DE LA PROPUESTA EDUCATIVA PARA BACHILLERATO 36

BIBLIOGRAFÍA 41

ANEXO 42

ABSTRACT

Provided that any translation is a perfidy and the enormous quantity of expressed ideas, the best way of catching in English the essence of my work is by means of a metaphor in the shape of the famous song of Dada Feat «Lollipop»: I’ll lick your ice cream and you can lick my lollipop. It’s unbelievable what they say you don’t hear that everyday is it really what you got, show me that lollipop. My lollipop, your ice cream, we can get straight into it and do it nicely. My lips go round like that, I’ll lick your lollipop. I want to go to the candy shop. Yo daddy what you got move closer baby don’t stop gimme some o’ that lollipop. Get me some o’ that lollipop, take some of that wrapper off take my time and have a good suck.

PRESENTACIÓN

Motivación: el presente trabajo es una propuesta de modificación del Sistema Educativo español para la etapa de Secundaria o Bachillerato, encaminada a preparar al alumnado para estudiar en la Universidad y formar los futuros cuadros de mando de nuestra sociedad. La misma nace de la necesidad y el interés profesional docente para la mejora de las condiciones laborales e instrucción tanto del profesorado como de los alumnos. En la misma se recogen un conjunto de observaciones empíricas sobre las cuales se ha efectuado una detenida, prolongada y minuciosa reflexión teórico-práctica con la que se ha confeccionado ulteriormente un conjunto de medidas abocadas a la sustancial mejora de la educación en España para las futuras generaciones del siglo XXI.

Objetivos: Los objetivos de esta humilde propuesta son básicamente siete:
– Primero, ofrecer una alternativa teórico-práctica al actual sistema educativo vigente.
– Segundo denunciar abiertamente los enormes problemas que padece la educación en España de modo estructural, sustancial y accidental.
– Tercero, ofrecer posibles soluciones a los males que afectan a la práctica educativa de la actualidad.
– Cuarto, establecer los puntos cardinales de referencia que han de regir los parámetros del educador y el educando de cara a ser una función útil en la sociedad, que la demanda y sustenta.
– Quinto, a colación, armonizar la función educativa con la demanda social.
– Sexto, ejercitar la autocrítica sobre algunos de los elementos nocivos incorporados al sistema educativo o al modo en que los mismos se han puesto en práctica, verbigracia, la inclusión.
– Y séptimo, frenar en la medida en que ello sea posible, a corto plazo, la auténtica debacle acontecida en la Institución Docente, y si se puede, situar la Educación española en la cúspide de la vanguardia pedagógica en el transcurso de una o dos generaciones si se saben hacer las cosas en la consecución del bien común y no de resultados cortoplacistas a los que nos tienen acostumbrados los políticos.

Competencias: huelga decir que desde la primera hasta la última palabra del texto aquí presentado guarda estrecha relación con todos y cada unos de los elementos competenciales transmitidos en el Master y que me ahorro explicitar para no minusvalorar al lector. Evidentemente no siempre la relación de las ideas aquí reflejadas con las competencias educativas ha sido de halago, también ha habido alguna que otra modificación e incluso abierto rechazo, pues si bien la elaboración de las mismas ha requerido profundo análisis, no siempre lo teóricamente previsto se ha llevado a cabo con idénticos resultados y en ocasiones, hasta con resultados contrarios a lo que se decía perseguir. Sin embargo, para cualquiera que esté al tanto de las distintas competencias que hoy configuran el marco ideológico en el que se asientan las tareas educativas del docente respecto al educando, que en principio rehúyen la educación bancaria denunciada por Freire, será evidente que en su conjunto el texto participa del mismo espíritu en la consecución de sus objetivos y fines, no así de los medios y principios que sustentan las distintas estrategias aquí presentadas para su consumación.

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Contexto teórico: el trabajo que aquí presento, si bien nace de la experiencia y reflexión personal, radica en el humus teórico de la Educación Libertaria, tomando como referentes principales elementos Rousseaunianos, del Krausismo, la Escuela Nueva de Ferrer i Guardia, el proyecto Summerhill, las ideas pedagógicas de Paulo Freire y las recientes experiencias de la Escuela Nueva Neoyorkina.

Estado de la cuestión: es posible que las distintas experiencias pedagógicas aisladas habidas desde comienzos de la Ilustración, así como las múltiples voces teóricas que se esforzaron por reflexionar en torno a cuestiones pedagógicas, lograsen en su momento erigirse como faros y referentes para introducir mejoras en los distintos sistemas educativos nacionales habidos y por haber a lo largo de los últimos trescientos años, mientras la sociedad percibió en la escuela y en la función educativa un instrumento de transformación social o medio para la consecución de metas organizativas, formativas o laborales. Mas desde el último tercio del siglo XX, el continuo desgaste de esta positiva proyección social que ha sufrido la función docente y la pérdida consiguiente de prestigio ante la ciudadanía de una realidad del todo insuficiente para afrontar los retos del siglo XXI, ha hecho que, entre la teoría pedagógica, las experiencias educativas, la institución docente y la sociedad, se haya instaurado de una parte la incapacidad comunicativa de persuadir y de otra, la absoluta impermeabilidad a los mensajes emitidos, de modo que hoy es el día en que cada uno de los cuatro elementos citados anda desbocado a su suerte sin escucharse ni percibirse como referentes con los que interactuar de cara a unos objetivos comunes. Así, las experiencias actuales ya no tienen por objeto ser un modelo a seguir, de forma sectaria les basta con que se les deje en paz y crear su microcosmos particular que les permita la salvación propia de su comunidad y de los suyos; la teoría pedagógica se regodea en su glorioso pasado sin darse cuenta que hoy en día nadie hace caso de sus recomendaciones y hasta las facultades de pedagogía quedan en entredicho dada su total y absoluta inutilidad en un 95% de sus efectivos. Nadie precisa sus servicios, ni los requiere, ni los espera. Su situación, como facultad y conocimiento, ha quedado incluso por debajo de la Teología, que al menos sirve para ser cura; la Institución Docente, siempre en entredicho, atosigada por el alto índice de fracaso escolar, la insatisfacción del profesorado en su tarea, la merma del presupuesto, los continuos bandazos de las reformas y contrarreformas educativas…, la asemeja más a un alma en pena, que a cualquier otra cosa. Nadie en la Institución Docente hace el esfuerzo por incorporar los elementos positivos de otros modelos educativos que han dado resultado, ni hacen la más mínima autocrítica, se limita únicamente a arrancar hojas del calendario, pasando los días sin pena ni gloria, hasta el momento en que llegan las elecciones, ocasión en que se hacen discursos grandilocuentes, vacíos de contenido y a la postre, en el mejor de los casos, estériles, porque la mayor parte de las veces, de aplicarse y llevarse a cabo, son profundamente nocivos. Y por último, a la sociedad ni le preocupa ni le importa la educación de nuestros jóvenes. Sólo están interesados en la función educativa en la medida que ésta se pliega a la demanda horaria del sistema de producción y ofrece servicio de guardería y almacén de niños de 9 a 17 horas. A nadie le importa la realidad física e intelectual, indigente, deficiente, peligrosa y criminal en la que nuestros jóvenes pasan la mayor parte de su infancia y adolescencia.

Metodología: la metodología que he utilizado para la confección de esta propuesta tiene como base mi dilatada experiencia de no menos 37 años relacionado con la Institución Docente; primera fase, de los 5 a los 23 años únicamente como estudiante; segunda fase, de los 24 a los 32 simultaneando el rol de docente y de estudiante de doctorado y segunda carrera; tercera fase, de los 33 a los 41, únicamente como docente; y cuarta y última fase, a los 42, únicamente como estudiante de Master. Esta experiencia siempre ha estado sujeta en mayor o menor medida a una reflexión interna propia que también puede ser dividida en fases. Primera fase, de los 5 a los 11 años, fue de un estado placentero de gracia hacia un enfado y descontento sin saber muy bien por qué; Segunda fase, de los 12 a los 17 años, de un cabreo e inadaptación constante hacia el aprendizaje del disimulo y aceptar el status quo para poder sobrevivir al sistema; Tercera fase, de los 18 a los 23 años, desengaño de que la Institución me puede enseñar, comprensión de que tengo que aprender por mí mismo, aprender a pasar abiertamente de la Institución Docente; cuarta fase, de los 24 a los 42, crítica continua del sistema docente por medio de artículos e intervenciones en radio, prensa y televisión. No obstante, a esta experiencia y reflexión personal, desde los 18 años hasta hoy, la he alimentado, perfilado y pulido en abierto contraste con lecturas teóricas, libertarias y experiencias muy ilustrativas de los teóricos de la Educación, a lo que habría que sumarse dos cursos de Pedagogía General, dos cursos de Psicología General, algún que otro seminario, etc.

INTRODUCCIÓN

En este trabajo, tras la portada y el índice, se inicia con una presentación que incluye la motivación, los objetivos y la relación con las competencias educativas. Acto seguido aparece la fundamentación teórica, donde se encuadra el contexto teórico, el estado de la cuestión y la metodología utilizada en esta propuesta. Posteriormente aparece esta propia introducción, tras la cual viene el desarrollo de los elementos expuestos de forma ordenada, tras lo cual aparecen las conclusiones en forma de síntesis. Finalmente, cierra este texto una sucinta referencia bibliográfica.

Lo más reseñable de este trabajo es el discurso de mi experiencia vital, las reflexiones propias que ello me suscitaba, el análisis de la situación educativa que realizo, las medidas que propongo para enmendar en lo posible los males que acucian a la educación española, y todo ello en conjunto, lo que constituye esta propuesta como Trabajo Fin de Master.

DESARROLLO DE LOS ELEMENTOS

Mi tortuosa experiencia académica -pasé por más de 14 centros de enseñanza, desde los 5 a los 18 años de edad- lejos de suponer un trauma, me privilegió con una enriquecedora perspectiva institucional comparada para entresacar los distintos denominadores comunes que compartían todos y cada uno de los estamentos que concurren en la tarea educativa. Si a ello le añadimos, que desde antes de entrar a 1º de EGB, ya tenía plena conciencia de lo que me gustaba o disgustaba, era bueno o era malo, estaba bien hecho o estaba mal hecho,…porque un niño puede ser pequeño, pero no tonto, tenemos que la propuesta aquí traída no es otra cosa que el producto madurado sembrado, que cuando entonces, me prometí a mí mismo de adulto no olvidar todo cuanto deseaba desde la más tierna impotencia, cambiar de modo radical , si bien filtrada con el paso de los años por el debido tamiz psicopedagógico profesional reflexivo, creativo, transformador, del que participa éste Master. Traerles aquí esta humilde propuesta, es el último acto, pues desde que saliera del instituto, no ha habido año que no haya escrito artículos en prensa, criticando abiertamente distintos aspectos negativos de nuestro caduco sistema de enseñanza: desde “Niños no” de 1987, publicado en el Correo Español, hasta el último “A favor de la Selectividad”, Junio 2010, aparecido en varios medios de comunicación, han sido más de un centenar de textos tratando cuestiones variopintas desde la falta vocacional del profesorado, hasta el excesivo peso de las mochilas, sin olvidarnos de los deberes, las clases particulares, los patios carcelarios, la empupitración de la infancia, lo absurdo de los programas y un largísimo etc de quejas que arrastro agazapadas allá donde voy conmigo mismo, o sin mí, porque a veces, se me va la mano detrás de la inspiración.
Esa conciencia antedicha de saberme víctima de un sistema de explotación infantil académica, me salvó de un rotundo fracaso escolar al que iba encaminado cuando repetí 6º de EGB. Aquellas tremendas clases aburridas, ridículas y sin sentido, aquel profesorado al que parecía molestarle mis preguntas, aquellos libros de texto muy por debajo de los que yo tenía en mi casa y con conocimientos muy por encima de los que, como demostré con 12 años podían tener aquellos que me querían enseñar ¡a mí! dado que el profesor de matemáticas no sabía los participios en inglés, la profesora de inglés no conocía la estructura sexual de la flor, el profesor de naturaleza desconocía el pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo de la voz pasiva del verbo roer, y la profesora de lengua era incapaz de resolver un sencillo quebrado. Con los años comprendí que mi despierta rebeldía no era casual, sino fruto de la educación recibida en casa por mis padres, quienes en un ambiente cristiano-marxista entre plantas, discusiones comerciales, música de Chopin, ajedrez, periódicos, libros y abiertas discusiones en las que me dejaban participar como uno mas, forjaron pretendidamente un espíritu crítico escéptico respetuoso con exacerbado interés por todas las ciencias, las artes, los descubrimientos, la literatura, la historia y los juegos. Así las cosas, no era extraño que toda mi trayectoria académica la haya vivido como el peor de los castigos de Segismundo, encerrado los mejores años de mi vida en lugares más parecidos a prisiones que entornos saludables donde he debido permanecer, sentado, quieto, en silencio, atendiendo estupideces dichas reiteradas veces, de forma lenta, de las que luego, además me tenía que examinar. He tenido suerte de no salir imbécil del todo, aunque según iban pasando los años académicos, sacaba mejores notas, cosa que achaco a la aclimatación de mi mente, a tan indocentes condiciones de aprendizaje, que a todo se adapta uno.
De todo esto, yo ya era plenamente consciente entre los 14 y 16 años. Hacía tiempo que mi padre me hablaba de su sólida formación clásica cursada en el Liceo Italiano, de la importancia de leer a los autores griegos y latinos, cosa que hacíamos los domingos a la tarde entremezclando algo del marxismo fundamental. Por su parte, mi madre, que me había formado al margen de la infructuosa catequesis en los bíblicos pasajes principales, siempre me había hablado del centro brasileño en el que ella había cursado estudios, llamado Colegio SAA (Solidaridad, Altruismo y Amor), poniéndome los dientes largos al describirme un patio con árboles, estanques, columpios, clases al aire libre, laboratorio de biología, banda de música, concursos de poesía y un sin fin de imposibles que dibujaban mi particular Utopía. Entre ambos me dieron el mejor ejemplo de lo que significa estudiar, saber, aprender, sin necesidad de responder preguntas ante nadie y sin tener que aprobar tonterías, aprender por el placer de aprender, por satisfacer la curiosidad, trayéndome sin cuidado si era o no, importante o útil, dichos conocimientos, por ejemplo, mi padre fue un experto en mitología comparada y mi madre, políglota, hizo varias filologías, por supuesto ninguno de los dos trabajó en ello y se dedicaron al mundo de la industria de la anchoa y el inmobiliario, respectivamente. Así he salido yo, ateo con la carrera de Teología y Master de profesor partidario de volar con dinamita los centros escolares…
Trazadas estas dos vigas maestras que iban a discurrir en paralelo durante mi formación, evidenciaron desde el inicio, un marcado defecto en el rumbo de la parte institucional que se agudizaba clamorosamente según avanzaban los cursos escolares, si en principio en mi casa debían educarme como persona y en la escuela se pretendía instruirme en conocimientos, en cuanto aprendí a leer, escribir y las operaciones básicas del cálculo, pronto sufrí la tremenda insuficiencia y absurdidez de esta segunda vía que desde entonces más que viga maestra, sería cruz sacrificial de mi infancia y adolescencia. “Malditos, malditos” clamaba Charles Heston, frente a las ruinas de la Estatua de la Libertad, y yo con él, con la desesperación de saber que no tenía escapatoria viendo pasar los días unos tras otros, semana tras semana, mes tras mes, en una irremediable cadena perpetua de cacheos mentales a base de controles, exámenes, notas, y recuperaciones. “¡Criminales! ¡Sois todos unos criminales! El hecho de que los niños no sepan articular sus demandas, a diferencia de judíos, palestinos, sindicatos, movimientos nacionales de liberación, etc, no os exime de lo horrendo de vuestros actos” -pensaba para mí, ya en 8ºde EGB. “¡Mamá, no quiero ir a clase! ¿Por qué tengo que ir todos los días? ¿Qué más da que no vaya hoy? ¿Qué voy a aprender hoy que no me lo repitan mañana y pasado mañana? Hay un programa en la tele cuya canción de entrada dice ¡Todo está en los libros! Y si todo está en los libros, ¿para qué me queréis en la escuela? Es como lo de si Dios está en todas partes, ¿Por qué tengo que ir a misa los Domingos? ¡¡No quiero ir!!” Así eran muchos míos despertares, defraudado porque Dios no me escuchaba las plegarias de la noche anterior – a lo mejor por no haber querido hacer la Comunión- donde sustituí la ultima frase del Padrenuestro, por un “Y líbranos de la escuela, Amen!
Rara era la semana que no discutiera con profesores, con maestros particulares, con mis padres, la necesidad de aprender aquello que parecía tan importante, sobre el tener que ir todos los días a clase, de estar tantas horas allí metido, de la lotería que suponían los exámenes, de la injusticia de los deberes, del por qué tenía que aprender el puto inglés… las conversaciones y discusiones, lejos de convencerme que estaba en un error, fueron afianzando mi posición, según corroboraba que muchos compañeros míos compartían mis quejas, que mis padres me daban la razón abiertamente, pero que no había más remedio, que así estaba hecho el sistema y que había que amoldarse, respondiendo siempre que si quería hacer algo en la vida, tenía que demostrar ser capaz de superar esa prueba de la vida, pero el mayor refuerzo en mi posición provenía del profesorado a quien decidí observar detenidamente, comprobando cómo no se sabían la lección que nos tomaban, dado que preguntaban con el libro delante, y tenían escondidos los solucionarios de los problemas y ejercicios que nos ponían, aparte de que más de una vez asintieron resignados a mis argumentos.
Siempre rechacé estar donde estaba, aprender lo que aprendía, tener que examinarme, someterme a tortura física y mental; ello me salvó de aceptar e interiorizar este criminal sistema indocente de explotación académica infantil que está instaurado, y gracias a ello no padecí los claros síntomas de lo que Miller denomina “La pedagogía Negra” pues para colmo de lo que debía aguantar, todos me decían que era por mi bien, cuando yo, el supuesto interesado les estaba diciendo claramente que no me interesaba nada de cuanto me pudieran ofrecer, conculcando abiertamente para conmigo el principio ético enunciado por Adela Cortina en su celebérrima “Ética mínima” de que “Dos no pueden versar sobre lo que le conviene a un tercero, sin consultarse antes a éste”. Bien por la formación familiar, bien por mi innata estructura mental, incluso reconozco gracias a numerosas pero a la vez contadas excepciones, (recuerdo que he pasado por 14 centros escolares) siempre me he encontrado en la oscuridad del tortuoso camino una luz amiga en forma de buen profesor que hacía de contraejemplo positivo frente a la inmensa mediocridad imperante, como D. Alfredo, en párvulos, que me enseñó a tocar el acordeón y me regaló El Principito, libro que he leído muchas veces, o Mari Puerto en 1ºde EGB, que me hizo amar la ciencia y los descubrimientos a través de las grandes biografías, o D. Leopoldo, en 3º EGB, que me convirtió en un adicto lector desde entonces o Catali en 6º EGB, que me enseñó a trabajar duro y a esforzarme en mi vagancia, etc. Pero aprendí a rechazarlo aún más cuando abiertamente el profesorado se excusaba del poco tiempo que había para dar el programa, de los libros que nos hacían comprar y no usábamos, del tiempo que se perdía entre clase y clase, cuando se quejaban de que no aprendíamos, de que no estudiábamos, cuando nos dábamos cuenta el alumnado de lo mal que tenían organizados los temas, de cómo perdíamos el tiempo en el aula con una chorrada de tema y luego nos ponían deberes todos los profesores para el fin de semana, empezando ya a estar muy harto, de salir de clase para ir a particular y luego tener que hacer deberes hasta las 9 y10 de la noche, y tenerme que acostar día sí y día también con unas tremendas ganas de llorar por sentirme mal estudiante, temblar por las mañanas camino del examen, hasta el extremo de vomitar empezar a mentir para evitar un control y aprender a poner excusas por no presentar un trabajo, hasta que un buen día me planté y dije “Se acabó. A partir de hoy paso de todo y hago lo que se me ponga” Y empezó a irme mejor. Esto sucedió cuando tuve que repetir 6º EBG, y me prometí a mí mismo que nunca más me ocurriría.
La primera medida que tomé, fue diseñar mi propio ritmo de aprendizaje. Decidí no esforzarme en absoluto, en ninguna materia, no hacer deberes más de media hora fuera de clase, por lo que comencé a aprovechar las horas de otras materias, para hacer los deberes mientras ponía cara de estar atendiendo, al tiempo que nació en mí, la capacidad de escribir cuentos, escogí no dedicarle ni un minuto a las clases de inglés, tomé la decisión de no estudiar para ningún control, y seleccioné qué materias aprobaría en Junio y cuales en Septiembre. El sistema tuvo muchísimos fallos y lo fui corrigiendo con el devenir de los cursos. Reconozco que me la jugué y que he tenido muchísima suerte, pero creo que he salido mejor de lo que hubiera terminado de haber continuado por aquel sendero tan torcido, con 13 años ya tenía formada mi máxima “Voy a pasar por el aro, pero sin ser domado” y me prometí que algún día contaría todo esto y daría a conocer cómo haría yo las cosas si yo fuera Ministro de Educación. Pues bien, la vida no me ha llevado por los derroteros de la Partitocracia –rebotado del marxismo paterno, me hice amigo de Bakunin, Proudhon, Reclus, y esa panda de anarquistas- aunque sí por el sendero de la Indocencia, a la que yo, como ustedes, he contribuido con mi criminal comportamiento. ¡Oh sí! Yo también he pecado. Pero he visto la luz. Ahora se que estoy en el camino correcto…eso sí, siempre procurando introducir algo de humanidad en los campos de concentración juveniles en los que actuamos como funcionarios para salvar mi conciencia.
Sin embargo, ha llegado el momento en que dé a conocer a Ustedes y al Mundo, cuanto pienso. Y creo que no hay mejor momento como el que aquí y ahora se me presenta para hacerlo. En esta defensa de mi Trabajo Fin de Master, cosa que hago sin la menor autocensura y con la libertad que a uno le da no importarle la nota, sino únicamente poder llegar hasta aquí para decirles lo que les estoy diciendo, y que seguramente ustedes ya sepan teóricamente mucho mejor que yo, aunque soy yo y muchos como yo los que padecemos éste insufrible, calamitoso, vergonzante, caduco, injusto, inútil, idiotizante, sistema educativo que tenemos en España, siendo mi objetivo denunciar parte de sus defectos, no sin ofrecer una alternativa radical para transformarlo en algo provechoso, útil, creativo conservador de lo bueno, innovador, educativo, lúdico, para formar a personas y ciudadanos del siglo XXI.
Mas, antes de llegar aquí y marcarme este objetivo, mi andadura reflexiva no se detuvo en la experiencia académica descrita, ni en la educación familiar comentada. Al margen de mi secreta clandestina opción de ¡Pasar por el aro sin ser domado!, en cuanto tuve ocasión, ya mayor de edad, con 18 años en1º de Filosofía, resolví tomar a la institución universitaria como mera estructura formativa para obtener papeles, mientras entre tutorías, trabajos y mis lecturas caseras, me formaba de verdad en todas y cada una de las materias de mi carrera. Lo primero que hice, fue no ir demasiado a clase, si bien como quiera que veía que a los profesores les encantaba nuestra presencia, apliqué mi entrenamiento anterior para que delante tuvieran mi cuerpo mientras mi mente empezaba a escribir artículos; también decidí estudiar en los periodos de examen la ultima semana, por supuesto, procuré librarme de cuantos pude a cambio de trabajos que triplicaban en materia y esfuerzo, lo que el profesor impartía en clase. Aproveché estos retos, sobre todo en psicología y pedagogía, para estudiar los temas de los que siempre me hablaba mi madre y así profundicé en el proyecto SummerHill, La Escuela Libre de Enseñanza, las ideas de Ferrer i Guardia, el krausismo y experiencias similares que avivaron aún más si cabe, todas y cada una de mis convicciones. ¡Yo siempre había estado en lo cierto! Y ahora lo decía la ciencia pedagógica y la psicología. La universidad me parecía un colegio, pero más grande; entonces comprendí cómo con tanta gente que estudia, el mundo no cambia. El mundo se reproduce a sí mismo a través de la escuela a través de lo que se ha dado en llamar Curriculum Oculto; allí tenía a más de un centenar de futuros pedagogos y no menos de varios centenares de futuros profesores: yendo a la universidad como en su día fueron al colegio, al instituto y por lo que he podido comprobar después, a los seminarios, a los doctorados y a los masters; cargados de libros, aguantando rollos del profesorado, estudiando las insufribles chapas que les daban, acudiendo todos los días a clase más de 5 horas, no estudiando más que aquello de lo que se les iba a examinar… Por fin, dí con una de las piezas fundamentales de aquel engranaje infernal que como a Charles Chaplin en “Tiempos modernos” me había sometido al estrés, angustia y frustración narrados. Aquellos infelices habían padecido la “Pedagogía Negra” de la que habla Miller, habían sufrido ¡por su bien! el sistema educativo español durante toda su infancia, y ahora, lo estaban justificando para recrearlo posteriormente durante su etapa adulta. En aquel ambiente, decidí ir a clase con un cencerro, al modo en que Diógenes fuera con su linterna, pero nadie pareció entender la metáfora. Fue entonces, -y ahí sí ya en serio-, cuando tomé la decisión de escribir de continuo, y no solo cartas al director, como hasta entonces había hecho, contra el sistema educativo español, y lo ridículo que era dar las clases igual desde 1ºde párvulos hasta 5º de universidad, sentados, quietos, en silencio frente a una pizarra, un profe que habla, etc, etc. Recuerdo que hasta los descansos les llamábamos recreos. Fue entonces, cuando empezó a abrirse paso en mi de modo abrupto la idea maoísta de una Revolución Cultural. Cuando aquello solo podía contemplar como única solución práctica, demoler hasta sus cimientos las Universidades. Ahora que he creado una teoría a cerca de la Democracia sexual, prefiero que se conserven los edificios y se acondicionen, despachos, aulas, claustros y pasillos para acomoden en ellos los jóvenes que deseen experimentar las distintas artes amatorias, las prácticas sadomasoquistas, poder realizar las distintas fantasías eróticas, compartir fetichismos, etc.
Pese a las medidas preventivas para evitar que la peste académica me afectara más de lo necesario, con algunas clases inevitables lectivas y los períodos de exámenes, indudablemente ya no podía más. Si alguna vez albergué la esperanza de que la universidad fuera algo muy distinto al instituto, el segundo año académico me bastó para saber que tenía que huir de allí e irme al exilio. En cuanto supe que habían salido las becas Erasmus, que empezaron por aquel entonces, lo aproveché inmediatamente y me fui a la universidad de Florencia.
Y fue allí, en la verde y roja Toscana italiana, cuna de mis admirados Leonardo y Maquiavelo donde vi que era posible otra forma de docencia, no ya en como recuerdo materno o paternal enseñanza, sino vivida y como apreciarán, escarmentada en propia carne. Yo, que aquí, en el reino de Orbajosa de “Doña Perfecta”, me tenía por un crítico acérrimo del sistema educativo, una víctima de su estupidez, que me creía muy superior a mis compañeros por el volumen de lecturas, agudeza en los planteamientos, talante creativo, facilidad expositiva, comprensiva, etc, recibí un grandísimo varapalo y baño de humildad, durante los dos años que pasé allí. Si bien, mientras lo estaba recibiendo lo abracé como quien recibe una necesaria lección que hacía años añoraba:
La primera lección de humildad, en la Residencia de Estudiantes, donde hablando con compañeros de pasillo que estudiaban formación profesional, concretamente uno de ellos fontanería, descubrí para mi vergüenza, que los aspectos fundamentales de la historia de la filosofía los tenían muy claros y casi los dominaban con más soltura que yo. Ello me llevó a indagar sobre el sistema educativo en la Toscana y descubrí muchísimos aspectos en común con la formación que había recibido mi padre y que a mí me parecían rasgos a incorporar en nuestra enseñanza, como abundante programa de lecturas, redacciones sobre temas y argumentos por parte del alumno, debates orales semanales… Aquellos compañeros italianos, indistintamente de la rama de estudios que hubieran escogido, salieron de su liceo con los conocimientos claros y dominando los temas desde una perspectiva propia, cada cual la suya, mostrándose seguros en sus discursos, aun cuando sucediera que estos estuvieran parcialmente equivocados, cosa que no tenían problema en reconocer si así se resolvía durante la discusión. Me percaté de la facilidad con que se desenvolvían en el manejo bibliográfico y compilador de información, parecía que lo habían mamado desde pequeños, y así era. En los trabajos también descubrí no tenían miedo de decir su opinión y cuanto les viniera en gana, lo que me hizo sospechar que había algo en aquel sistema educativo que animaba a sus alumnos a ser metódicamente críticos. De hecho, en cierta ocasión, uno de aquellos vecinos de residencia y juergas nocturnas, andaba muy preocupado porque era incapaz de dar una opinión diferente a la que el autor expresaba, mostrándose plenamente de acuerdo con sus tesis. Y así con todos los elementos habidos y por haber de la docencia, espíritu crítico, capacidad de expresión oral y escrita, libertad mental, capacidad de búsqueda por sí mismo, etc. Estaba rodeado de los productos educativos que ofrecía un sistema en el que yo hubiera deseado ser formado. Y sin embargo…¡qué duro era recibirlo todo de golpe!
La segunda lección de humildad, la recibí al verme a mi mismo, totalmente perdido, aturdido, y desamparado como un niño que se ha extraviado en el campo llorando y llamando a su mámá…En la Facultad de Filosofía de Florencia, ¡no había clases! ¿Cómo que no había clases? ¿Cuál era la materia? ¿Qué entraba para examen? ¿Cómo no van a haber exámenes? Aquello era lo que yo siempre había querido, y ¡mucho más! Pero….no sé…un poco de orden, organización….¡Yo! Yo era el que me tenía que organizar, hablar con los profesores, recoger en secretaría el temario y la bibliografía, sacar los libros de la biblioteca, estudiar por mi cuenta, hacer trabajos, hacerme mi propio horario para acudir a las conferencias y mesas redondas del profesorado y coordinarme con los profesores para ir a sus tutorías a discutir de tú a tú sobre la materia, hacer preguntas y tomar café. Allí comprendí qué fácil me había resultado clamar por más libertad, y qué difícil resultaba ahora administrarla. Y…¡me dí una hostia de puta madre!
Mi tercera lección de humildad, provino de mi tutor, Mazzio Vagatello, una eminencia en Historia de Filosofía Moderna. Me puso de vuelta y media al ver mi trabajo sobre Hume; con diplomacia, pero con rigor, vino a decirme que: no había trabajado bien, ni suficiente la materia, que no había comprendido al autor, que no argumentaba exhaustivamente mi punto de vista, etc. Aquella conversación, cambió mi vida…el trabajo que le presenté aquí hubiera tenido sobresaliente, y allí no fue un suspenso, fue mejor: ¡Mi despertar! Si hasta entonces me sentía a gusto por leer a los autores en su fuente, empecé por esforzarme en que dialogaran en mi cabeza, vivirlos, sentirlos, soñar con ellos…para mi alivio, en un momento de la conversación, el profesor dejó caer la duda de si lo sucedido era debido a mi incapacidad, o a cómo se me había enseñado en España. Yo lo tuve muy claro: mitad y mitad…Aunque siempre realicé trabajos ingentes en cantidad, aconsejado por mi Madre que también es autora e investigadora, nunca entregaba las mejores ideas, reflexiones o productos de mi cabeza – de hecho, todavía vivo de desarrollar algunas de aquellas que dejé en el tintero- pero aquella estrategia nacida de la precaución contra posibles plagios, al final trabajó en mi contra y ¡me había dormido en los laureles! Y es que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Pues bien, recomencé mi aprendizaje con la humildad de un mendigo, desde el principio. Así, dediqué el resto del tiempo a desenvolverme por mi mismo en aquel sistema que parecía caótico más propio de la Dolce vita que de una universidad: acudí todos los días a la biblioteca con libros a la vista y al alcance de la mano, iba a conferencias y charlas filosóficas que ya no me importaban si entraban o no a examen y me especialicé en autores en lugar de materias. Fue así como encontré lo que buscaba como modelo universitario. Ya no fui el mismo y sufrí las consecuencias a mi regreso a la Caverna. Pero eso ya es otra historia.
Aunque era plenamente consciente de lo bueno de pasar por aquella catarsis, nadie me quitó de atravesar una muy profunda crisis personal que se agudizó todavía más al leer “El lobo estepario” ¿Era demasiado tarde para arreglarlo? ¿Me había engañado a mi mismo? ¿Podía yo arreglarme a mi mismo? Me costó reponerme, pero lo conseguí, y retomé mi camino, esta vez con más prudencia y humildad. El sistema educativo español, desde parvulitos hasta la universidad, era una puta mierda, pero yo no desentonaba nada, es posible que fuera distinta, pero mierda a fin de cuentas.
Tomar conciencia de que uno es una puta mierda, es el primer paso, bien para serlo del modo más perfecto posible, bien para dejar de serlo por completo. Opté por lo segundo. Y ahora desearía que el entero sistema de enseñanza español efectuara la misma elección, y que a ello contribuya decisivamente este humilde escrito que presento.

ANÁLISIS DEL ACTUAL SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL EN
SECUNDARIA Y BACHILLERATO

Para poder presentar tan humilde Propuesta como la presente, es menester, efectuar un análisis de la situación previa que sirva de base para explicar ulteriormente en qué consiste y cuales con los puntos fundamentales de la misma. Este es el propósito de este epígrafe, ofrecer una panorámica de los elementos que concurren para poderlos abordar uno a uno antes de tratarlos en conjunto e interactuando entre si, para lo cuál, he atomizado lo más posible sus partes constituyentes, aun a riesgo de diluirse dichas relaciones en el análisis, dado que en la Propuesta, estas relaciones internas de la estructura estarán del todo trastocadas, no me merecía la pena comentar aquí lo que ya es caduco, para centrarme más adelante en el esfuerzo omnicomprensivo de captar las futuras convergencias, tangencias, y posibles disonancias de la nueva propuesta.

Elementos positivos a conservar del actual sistema de enseñanza español para secundaria:

He meditado mucho sobre qué decir en este obligado apartado del análisis que he efectuado y mucho me temo que mi sincera conclusión, sin ganas de hacerme el gracioso, sea que, no hay ni un solo elemento positivo a conservar en todo el actual sistema educativo español de secundaria. Como se podrá apreciar en el siguiente epígrafe, es algo de lo que estoy profundamente convencido, lo que no quita para que esté equivocado. Pero no creo…

Elementos a evitar en el futuro sistema educativo español de bachillerato:

Todo. No se salva nada. Si he situado en el epígrafe el término “Propuesta” en lugar de “Reforma” es porque creo humildemente que cualquier reforma que tome como lugar de partida, la actual realidad educativa, está inevitablemente abocada al más estrepitoso de los fracasos, si de lo que se trata es de construir un sólido, coherente, eficaz modelo y sistema polivalente de enseñanza que pueda dar respuestas al reto que supone el siglo XXI y no de hacerse la foto y ganar elecciones. En otras palabras, hemos de replantearnos todo, para empezar desde cero.

a) Sobre la ineficacia de toda reforma de un sistema corrompido, por fases: Aunque no soy determinista en los aspectos humanistas de nuestra formación, creo que en la medida haya un componente científico en los asuntos concernientes a la Pedagogía, en ellos hemos de conducirnos con la misma precisión que anticipara Laplace, para evitarnos corregirnos a cada momento, porque si rectificar es de sabios, también ha de serlo, aprender de la experiencia y los Maestros constructores, alumbrados por la luz de la matemática supieron ver que la cimentación de un edificio es capital para que no se cayeran las bóvedas con las que siempre habían soñado, de modo que antes de meternos ha hacer cualquier reforma estéril en un edificio en ruinas, a caso debamos plantearnos primero derruir hasta su base y revisar los planos, todo sea se nos caiga la Catedral Educativa encima y nos entierre con todos dentro, alumnos, profesores, políticos y pedagogos. De hecho, nunca he comprendido porque se pretende corregir defectos sobre la marcha en las peores condiciones posibles.
*Posible medida a adoptar a): Dar por perdida la partida actual poniendo en práctica la Propuesta en condiciones óptimas: Para que la Propuesta que presento pueda funcionar debidamente, es necesario que la misma no se introduzca a contrapelo o con calzador en la actual estructura del sistema en funcionamiento, dado que no se trata de una reforma al uso, sino de toda una suplantación por fases. Lo primero que se ha de hacer, es dar por perdidas las generaciones que ya hayan iniciado sus estudios de primaria, porque esta propuesta aquí traída, debe coordinarse con una anterior propuesta para primaria algo menos revolucionaria. En cualquier caso, suponiendo que aquella ya se hubiere llevado a cabo, lo que si es válido, es que esta no debería empezar a instaurarse, hasta que llegara la primera promoción del Nuevo Plan de Enseñanza. Aspectos a tener en cuenta entonces para poner en marcha este nuevo diseño: 1) El nuevo plan debe comenzar con la primera promoción sin contaminar por el actual sistema de enseñanza. 2) Estas primeras promociones estarán a cargo del profesorado nuevo o experimentado que hayan interiorizado la nueva pedagogía específica de sus materias cara a la enseñanza secundaria. 3) Estas nuevas promociones de alumnos y profesores, empezarán a llenar los primeros centros diseñados conforme a las nuevas directrices arquitectónico-pedagógicas y equipados con el material e instrumental adecuado al nuevo estilo de enseñanza… solo así nos garantizaremos el éxito, posibilitándose modificar o ajustar detalles, dado que se tendrán controladas las distintas variables que se integran en la propuesta. Es posible que se tarde entre diez y quince años en instaurar en todos los territorios el nuevo plan de enseñanza, pero no hay prisa para hacer las cosas bien. Además, todo el diseño requiere coordinación de varias áreas que pueden transitar a distintas velocidades. Pero eso ya son aspectos técnicos a resolver externamente por otros organismos.

b) Institucional, ministerial, consejerías… este sistema centralista, en manos de los políticos, gente del todo incapaz de hacer algo bueno buscando el bien, me parece una auténtica insensatez.
*Posible medida a adoptar b): Lo más oportuno en mi humilde opinión, sería dejar la enseñanza en manos de las Facultades de Magisterio y Pedagogía de cada espacio catedrático, quienes entre sus funciones estaría la obligación de tutelar todo el sistema educativo de su zona en estrecha relación con los centros de enseñanza. ¡Hay que poner a trabajar a la panda de vagos e inútiles que calientan los sillones! Salen demasiado caros como para que solo den clases inútiles: Creo que deberían ser las distintas facultades públicas de Pedagogía y Magisterio donde el profesorado se formaría para la enseñanza, las competentes para elaborar con entera libertad de cátedra sus distintos sistemas de enseñanza que hasta podrían ser contrarios al que estoy presentando. Sus diseños serían discutidos y discutibles por los responsables de los centros escolares quienes tendrían la libertad de adscribirse a ellos, o desadscribirse, de modo que los centros serían muy libres de cambiar de tutelaje académico cuando les viniera en gana, dado que desaparecerían los distritos. Cualquier centro tendría autonomía para adscribirse a cualquier universidad si accede a ello, y cualquier universidad podrá publicitar sus modelos educativos. Huelga explicar la infinidad de ventajas de esta nueva situación, donde los planes de estudio dependen de profesionales teóricos en estrecha relación con los enseñantes con experiencia práctica y que deban entenderse en igualdad. Los políticos deberían solo regular y preservar este modelo de descentralización y garantizar su estatus enteramente público.
c) La actual estructura injusta de enseñanza privada, concertada y pública: Aunque juzgo quitar las competencias de enseñanza a los políticos, ello no es óbice para que estos redacten una Ley que establezca como pública, libre, y gratuita toda enseñanza en el territorio español. No alcanzo a comprender, como tras la Revolución Francesa, todavía sigamos permitiendo que la injusticia social se vehicule de modo tan flagrante a través del Sistema educativo. Por muy bien que se diseñe una educación pública, si al lado tiene una vía privada, esta trabajará siempre en su contra de modo desleal y al final la pública siempre acabará resintiéndose.
*Posible medida a adoptar c): Toda la enseñanza pública: Que la enseñanza sea pública, y solo pública, fundamenta su realidad en crear una situación lo más igualitaria posible en lo que respecta a las condiciones de salida en la formación social, al margen de las diferencias genéticas del alumnado, pues es obligación del estado preservar que se agranden las diferencias Naturales con las provocadas por la realidad histórico social. Ello no quita para que dentro de la esfera pública puedan ofrecerse distintos modelos a cualquier nivel elegidos por los padres alumnos, etc, pero públicos. Cómo se consigue eso…muy sencillo, todos los centros de enseñanza serán públicos, todo el profesorado será público, los centros podrán escoger modelos de enseñanza, confeccionar sus regulaciones, etc. Se establecerán criterios universales para ofrecer distintos modelos allí donde el número de población lo precise.

d) Organigrama del centro educativo, Consejo escolar, dirección, claustro, AMPAs: este organigrama es demasiado complejo para un microsistema como lo es un centro escolar, por eso más que ayudar en la gestión de los asuntos y resolver los problemas del día a día, solo ha servido para dilatar los temas, marear la perdiz, echarse las culpas los unos a los otros, diluir responsabilidades, y allí donde parece que ha funcionado, ha sido, porque se trabaja como si no existiera.
*Posible medida a adoptar d): Disolución, adelgazamiento funcional, y proclamación de la Autogestión: El centro estaría gobernado por una asamblea de padres, profesores, alumnos y representantes de la Universidad a la que se adscribieran. Este órgano permanente escogería una ejecutiva de trabajo. La asamblea sería soberana para todos los asuntos y la junta acataría sus directrices.

e) Profesorado, formación de, practicas de, acceso a la profesión de, funciones de, distribución de la jornada lectiva de, supervisión de,: La profesión de docente, debería estar trufada de personas que llegan a ella por vía vocacional y no como sucede en la actualidad, como de carambola, rebotados y frustrados desde otras profesiones. Es más, debería impedirse que personas sin ningún tipo de experiencia en la rama que pretenden enseñar, puedan acceder a una plaza de profesor, de no ser que se hubiere preparado específicamente para ser docente de la materia en cuestión, en cuyo caso, no habría nada que objetar. Sin embargo hoy por hoy, esto no sucede, cuando lo suyo sería que en Bachiller rigieran los mismos requisitos que en Primaria, una formación precisa, especializada, y exhaustiva para la docencia; el profesorado que en la actualidad está llegando a las aulas arriba a ellas con una muy deficiente experiencia pedagógica, con el nocivo resultado de usar a sus tres primeras promociones como auténticos conejillos de indias, asunto grave ya que dada la amplia plantilla, las posibilidades de que más del 50% del alumnado se vea afectado en cada curso por uno o más elementos nocivos, es bastante elevada, pudiendo con ello contribuir al desprestigio de la profesión, y la calidad de la enseñanza; hoy la función del profesorado a tenor del tiempo dedicado en el aula parece más encaminada a enseñar buenos modales, a estudiar, a leer y escribir, etc que a lo que sería primordial, cuál es, transmitir conocimiento de cara a formar los venideros cuadros universitarios capacitándoles para la profunda comprensión crítica de los distintos ingredientes epistemológicos con los que habrán de tratar en un futuro cercano; La jornada laboral del profesorado hoy es demencial, cada dos por tres una clasecita, claustro, reunión, seminario, atención de padres, etc. Así no se puede trabajar adecuadamente, la mente está dispersa, no puede concentrarse en tareas primordiales y diseños ambiciosos si siempre hay intermitencias y demasiado ruido organizativo, o metaorganizativo…Por no hablar de los lugares de trabajo, que si la jornada es demencial, estos, los espacios, son dantescos, despachos pequeños, llenos de gente yendo y viniendo, entrando y saliendo, etc. Así es imposible trabajar bien; quizá por todo ello, se compense al profesorado con que nadie supervisa seriamente su labor y a nadie debe rendir cuentas más allá de fichar a la entrada y salida como cualquier funcionario y burócrata, pero ello es demasiado peligroso para mantener un mínimo de calidad, pues todos conocemos la debilidad de nuestra naturaleza humana, y la facilidad con la que la desidia nos embarga.
*Posible medida a adoptar e): Carrera de Magisterio para Bachiller y pasantía de dos años en prácticas tuteladas en centro: Las facultades a las que el centro esté adscrito, facilitarán el profesorado en ellas preparado. Estas facultades supervisarán las prácticas de sus licenciados y se exigirán dos años de prácticas reales en centro adscrito, antes de tener la licencia para poder ejercer. El horario y distribución del tiempo así como sus funciones, se verán muy trocadas tras los cambios operados en otras áreas, por eso lo trato con más amplitud en otro lugar. Pero sí recordaremos que el profesorado deberá trabajar más en interdisciplinaridad, no solo en reuniones de claustro, sino en las propias aulas.

f) Relación Profesorado/alumnado, disciplina, seriedad, normas de comportamiento: Hoy la relación del profesorado con el alumnado creo que ha degenerado en dos aspectos; de una parte se observa una distancia afectiva mutua que nace del desprecio recíproco y de otra, una indeseable cercanía de trato o familiaridad, de modo que el conjunto viene a ser ¡Qué guay eres! ¡Estúpido! Ello se traduce en un bajo nivel de preparación de las clases, y de otra una total ausencia de respeto intelectual y a veces de trato por parte del alumnado; la consecuencia es clara, ni los unos enseñan lo que deberían enseñar, ni los otros aprenden lo que deberían aprender, confirmando en todos sus extremos los prejuicios con los que ambas trincheras iniciaron su relación, ejercitando lo que se conoce como autocumplimineto de la profecía.
*Posible medida a adoptar f): Disciplina y espíritu de superación: Con un profesorado debidamente preparado para la docencia, con suficientes conocimientos de psico-pedagogía, y a sus espaldas una pasantía de docencia, es posible que muchos de los problemas apuntados, desaparecerían…aún así, creo necesario introducir algunas normas básicas de interactuación con el alumnado empezando por instaurar la Ley de “No contacto físico” también soy partidario de introducir uniforme y vestimenta diferenciada para el profesorado y siempre tratamiento de usted. Evidentemente estos elementos externos no sirven por si solos para nada, pero ayudan a crear un marco adecuado para una fluida y respetuosa relación: pero a la vez, se ha de crear una estrecha relación intelectual con el alumnado por medio del personal esfuerzo de hacerles vivir la asignatura y disfrutar de lo que estén en cada momento haciendo. Si se logra ambas cosas a la vez, hay una eclosión emotiva indescriptible que anima a todos a superarse todos los días. Un soporte rígido en sus formas y flexible en sus movimientos permite ir ganando espacios de libertad, pues los límites bien dibujados, las reglas claras y la responsabilidad en el modo de cumplirlas, facilita a la mente adolescente a seguirlas. Por eso aunque en un principio se le presente todo el marco como hecho, es conveniente dejarles que autoimpongan parte de las normas de comportamiento.

g) Gestión heterónoma del centro educativo, personal no docente, servicios: Los centros educativos se han estructurado a imagen y semejanza lamentable de la sociedad que los paga. Así hay una dirección que hace de gobierno, servicio de limpieza, bedeles que se ocupan de las fotocopias, servicio de comedor, etc. Todo ello a cargo de personal no docente y no educando, de modo que el centro, sea éste escuela, colegio o instituto pasa a ser como algo ajeno a las personas que allí estudian y enseñan. De modo que los más interesados en la buena marcha y funcionamiento del centro, sucede que a penas se ocupan de ello, porque dicha función pertenece a gente que trabaja de eso; con ello se enseña al alumnado a desentenderse del todo del cuidado, limpieza, funcionamiento de las instalaciones, ahorro de recursos…solo ha de ocuparse de utilizarlo sin el menor cuidado; pero luego se querrá enseñarle EPC.
*Posible medida a adoptar g): Gestión autónoma del máximo de servicios haciendo corresponsables y partícipes del mayor número de tareas posibles a los propios alumnos y profesores, como limpieza, reparación de daños, cuidado de instalaciones, decoración, transporte de muebles, fotocopias, servicio de comedor, etc. Con ello, a parte de crear centros autosuficientes, se educaría al alumnado en algo tan serio como es la responsabilidad social, cívica y democrática para con sus semejantes y consigo mismo. El asunto da mucho juego, porque paralelo al curriculum de materias habría otro de tareas, de modo que al final del ciclo educativo el alumno además de pasar con éxito por matemáticas, física teórica, o Filosofía, habría de haber desempeñado tareas como fregona, asistente de comedor, basurero, etc. Así es como se aprende a trabajar en equipo, y ya no sería necesario perder el precioso tiempo del aula en dicha capacidad.

h) Edificio del centro, situación de, tamaño de, distribución de áreas y espacios de, taño de aulas, patio de, decoración de,: Es posible que los edificios en los que se lleva a cabo la docencia de nuestros jóvenes y adolescentes, fuera apropiada en el siglo XIX, pero hoy es imposible que se ajusten a la buena educación; son pequeños, angostos, inapropiados, con los espacios porcentualmente muy mal repartidos, están ubicados dentro de las urbes con demasiado ruido del entorno, patios de recreo pequeños de cemento, aulas canijas, decoración hospitalaria en el mejor de los casos, cuando no carcelaria…todo ello lleva a apelmazar la psique de nuestros jóvenes que encierran su mirada en habitáculos reducidos haciéndoles constreñir su capacidad imaginativa no más allá de cuatro paredes, confeccionando su horizonte de sentido en coordenadas de escasas dimensiones no más lejos de donde llega su nariz. En ambiente semejante, es normal que no puedan aprender, los animales no se reproducen en el zoo, los monos recién capturados dejan de comer, y nuestros estudiantes…se rebelan de ese modo.
*Posible medida a adoptar h): readaptación de los centros docentes como cárceles, centros de internamiento de inmigrantes, manicomios, o en su defecto trasladar a ellos las dependencias municipales, autonómicas, estatales y de las sedes sindicales y políticas, con cuyos inquilinos podríamos practicar la Inclusión; a los edificios que siquiera quepa hacer lo anterior, recomiendo su voladura controlada y hacer un parque. Crear nuevos espacios educativos atendiendo las indicaciones pedagógicas de la propuesta: nuestros jóvenes merecen lo mejor, por consiguiente a la hora de levantar un edificio donde habrán de pasar buena parte de su existencia despierta, para que no se les embote el cerebro, hemos de pensar en los más avanzados diseños; el entorno no debe tener carreteras cercanas para evitar el ruido, han de estar rodeados de abundante vegetación que haga de pantalla acústica y visual, con espacios amplios donde pueda viajar la mirada que ensanche sus expectativas cognitivas; en este marco natural o artificial estilo jardín dieciochesco, el propio entorno haría de patio con huertas, rosales, estanques, piscinas, canchas deportivas, mesas de merendero para jugar al ajedrez o impartir clase al aire libre, habría casetas con material polivalente para el divertimento o la instrucción científica como peonzas, cometas, bicicletas, motores, herramientas, con los que el alumnado podría ser creativo en su tiempo no lectivo. En este entorno se puede estudiar la naturaleza, la física, matemáticas, filosofía, historia, de todo. La verdad es que de este modo el espacio representaría la también desdibujada diferencia que habría entre dar clase y divertirse, porque en mi modelo de enseñanza, casi no hay diferencia entre aprender y pasarlo bien. Yo mismo en mi vida, si no fuera porque a veces me pagan, no podría saber cuándo trabajo y cuando estoy de vacaciones…eso es lo que hay que lograr, que el alumno cree, recree, y aprenda dentro y fuera del aula…el centro no contaría con un solo edificio, sino varias áreas educativas o módulos de diversa decoración, desde el estilo neoclásico para las letras, hasta futurista para las ciencias, por ejemplo, con aulas ocho veces más espaciosas que en la actualidad, para albergar a un alumnado cuatro veces superior en número, con todo el equipo apropiado para la materia que se imparta en dicho aulaboratorio, por ejemplo si es el de historia, ocuparía el espacio correspondiente a un departamento de historia, uno o dos despachos de profesores, cuatro aulas de alumnos, y el actual espacio desaprovechado entre ellos, como pasillos, etc. En este espacio de historia habría ordenadores, pizarras electrónicas, proyectores, globo terráqueo en el centro, de las paredes colgarían mapas políticos, secuenciales históricos, retratos de Napoleón, Alejandro, habría bustos de Julio Cesar, etc. Iden para mate, natu, filo, lite, etc. Por supuesto, fuera de estos aulaboratorios de tal o cual materia, todas las paredes del centro servirían de soportes para exposiciones temáticas, para noticias de actualidad, dar a conocer las poesías, los cuentos o trabajos destacados del alumnado, etc. Porque ni los cavernícolas dejaron las paredes tan tristemente vacías como nuestros institutos. Bueno, una novedad es que no habría puertas, solo amplias zonas de entrada y salida, dado que tanto el profeasorado como el alumnado puede entrar y salir a cada momento de las zonas educativas en sus amplios horarios. Solo una persiana metálica y mecánica se alzaría y bajaría a la entrada y salida de los módulos.

i) Mobiliario, equipamiento, materiales, biblioteca, laboratorios, : empezando por los pupitres, auténticos potros de tortura, hasta las sucias pizarras, todo en un aula actual te hace retroceder a los tiempos de Maricastaña; apenas hay ordenadores en las aulas, carecen de bibliotecas o baldas donde asir de inmediato el conocimiento y satisfacer la curiosidad, las bibliotecas de centro como los laboratorios, parecen islas inhóspitas, mal ubicadas que no llaman a visitarlas por lo que normalmente están vacías sus deficientes instalaciones que estar, están, pero como si no existieran.
*Posible medida a adoptar i): Nuevo diseño y mayor inversión en equipamiento punta. En mis centros de enseñanza cada módulo educativo, llámesele aulaboratoriodepartamental, o como plazca, contaría con su particular y especializada biblioteca o banco de documentos en todos los soportes, por lo que no habría biblioteca central; cada módulo contaría con todo el material necesario para su asignatura, por ejemplo en el aula de Ciencias de la Naturaleza, habría microscopios, herbolario, hornillos, tubos de ensayo, alambiques…se parecería al típico laboratorio de Fausto o un alquimista…para aprender anatomía animal se iría a la cocina a deshuesar pollos para la hora de comer; el centro deberá contar con tecnología punta suministrada por empresas emparentadas con el centro y la universidad a la que estén adscritos. Se acabaron los pupitres y las sillas de tortura: todos trabajarán en mesas amplias de distintas formas y estilos y se sentarán igualmente en sillas, taburetes, sillones o en butacas, según sea su clase, para la clase de Filosofía creo que lo mejor sería o hamacas, o estar de paseo…al estilo peripatético.

j) Cursos y niveles según alumnado homogéneo: Actualmente los cursos en donde los alumnos pueden ingresar son todos organizados según criterios de homogeneidad de edad y nivel y en todas las materias, lo que es una grandísima insensatez, ahora que sabemos que la madurez mental de las distintas áreas cerebrales no van al unísono entre los sexos, en las mismas edades, ni en el propio individuo. No son pocas las ocasiones en las que nos encontramos con estudiantes muy buenos en ciencias y torpes en letras, que no aprueban idioma ni a la quinta etc. Para colmo de males, los cursos ocupan un aula, un determinado aula por donde pasa el profesorado, otra gran desventaja para el intelecto por cuanto estas aulas es imposible que estén suficientemente equipadas en todos los conocimientos que se imparten.
*Posible medida a adoptar j): Cursos abiertos, alumnado plural, taquillas para alumnos, aulas del profesor o del departamento, etc. Ya he explicado cómo son las aulas, ello supone que a ellas asisten los alumnos que no tienen aula asignada ni curso asignado, sino materias a las que están inscritos para cumplimentar su expediente que da acceso al título. Son el profesorado el que tiene asignada el aula. De este modo uno, dos o más profesores pueden impartir clase al mismo tiempo y ayudarse entre sí, como el alumnado. A los cursos por ejemplo de física se puede inscribir quien quiera, pero para ser aceptado, previamente ha de pasar un test de acceso sin el cual no puede cursarlo. Si está aceptado, no importa su edad, ni cuantos años lleva en el centro dentro de la legislación. Es lo que se llama elaboración del ritmote aprendizaje. Esta forma de hacer las cosas, puede ahorrar tiempo, dado que ciertos temas pueden darse a todos los cursos a la vez y evitar con ello, molestas reiteraciones curriculares. Es absurdo obligar al alumnado a seguir todos a una un mismo ritmo de aprendizaje en todas las materias; primero que no todos somos iguales, segundo, que a veces te apetece más de esto y menos de aquello; por eso conviene dejar en manos del alumnado confeccionarse su propio ritmo de aprendizaje, siempre y cuando se atenga a la normativa general de créditos que deberá terminar para obtener el diploma o título, de este modo habría la posibilidad de que alguien se diera un atracón de historia y menos de matemáticas, que cursara quinto de físicas y segundo de literatura…si al final van a llegar al mismo lado, a caso no es mejor así. Es más, aunque mi Bachillerato contempla cinco cursos, el mínimo para obtener el título no sería obtener el quinto grado en todas las materias, sino el segundo, claro que para completar los créditos necesarios sería preciso llegar a varios cuartos o algunos quintos…con ello evitaríamos la incultura general, pero facilitaríamos la especialización armoniosa con el carácter y la inclinación del alumnado.

k) Materias y curriculum impropio e inabarcable, : El curriculum,, y las materias, están hoy elaboradas de modo muy antiguo buscando trabajar todas las áreas del conocimiento humano, cuando debería centrase únicamente en lo esencial, dejando a la libertad de los padres materias como religión, ética, EPC, salud e higiene, cocina y alimentación, y a la enseñanza no reglada, la gimnasia, el deporte, la danza, la música, el teatro…
* Posible medida a adoptar k): Adelgazamiento drástico del curriculum sacando de la enseñanza reglada todo lo que no sea materia de estudio que requiera un gran esfuerzo intelectual. Para decirlo claramente, en mi propuesta, solo cabrían conocimientos de Filosofía, Matemática, Física, Química, Ciencias de la Naturaleza, Historia, Geografía, Lengua, y Literatura. Nada más. Siete materias de estudio y docencia, siete departamentos, siete módulos, con cinco grados cada uno y tres profesores. Sencillo.

l) Programas cerrados de contenidos, incoherencia de, por defecto y exceso de, tiempo de,… los programas de enseñanza, están hoy elaboradas de modo externo e impuestos desde fuera, como se hacían las cosas a toque de corneta. Se establecen máximos inalcanzables, con elementos superfluos, en sistemas cerrados, sin capacidad de elección para el profesorado ni el alumnado, presentándose así, como ajeno a la voluntad de ambos y generando una evitable resistencia a sus contenidos. El ritmo de docencia que requieren es demasiado pormenorizado sin capacidad de maniobra en los tiempos y la dosificación de estrategias distintas que ayudarían a abordar las materias bajo otras perspectivas. El resultado es una alta frustración y desasosiego mutuo del profesorado y el alumnado que les genera estrés, y complejo de culpa por no cumplir con los objetivos marcados.
*Posible medida a adoptar l): establecimiento de mínimos, programa con bifurcaciones para someterlo a elección de profesorado y alumnado, libertad de cátedra, libertad de exposición, eliminación de libros de texto…Hay tanto y tan importante que aprender, que salvo un mínimo esencial de la materia y el grado, podría presentarse los temas en columnas de tres para que el alumnado pueda escoger el tema del día; con ello está comprobado que prestan mayor atención y aprenden más. También es deseable que se pudiera insertar temas de actualidad o mediática, para lo que el temario debería dejar espacio programático a tal fin. Por ejemplo, rara es la semana que no surgen novedades en astrofísica sobre los Agujeros negros, las estrellas de neutrones, o algo relacionado con el acelerador de partículas…podrían servir de excusa las noticias para tratar los temas de clase. Es fundamental eliminar de secundaria y bachiller los libros de texto, son todo un atraso. El saber se halla en el mundo y cada cual que lo busque y lo aprenda a su modo, con ayuda de profesores especializados en dichos saberes. Además se observa que nadie usa los libros de texto, salvo para ceñirse al índice. Son un estorbo físico que obliga a llevar mochila, y suponen un elevado gasto innecesario a todo el sistema de subvenciones estatales y del bolsillo de los padres, viene a ser un dineral que mi humilde propuesta plantea dirigir a la equitación punta y tecnología.

m) Exámenes y evaluaciones, cadencia de, función de, tipos de, situación del Pecado Original, a posteriori, ritmos de aprendizaje,: Los exámenes hoy se hacen a final de curso para saber si alguien aprueba o suspende…¡Error! Deberían hacerse antes de iniciarse el curso para saber si puede cursarlo. Si el profesor trabaja como debe, los exámenes de fin de curso, son innecesarios. Otro asunto lamentable es que se establezcan categorías asociadas a la nota; debería bastar que alguien se examine y obtenga un 3 sobre 10, y punto. Para colmo, las pruebas evaluativas en vez de suponer que el alumno sabe todo, hace lo contrario, cree que no sabe nada, por eso, se le empieza a contar desde cero y se van sumando puntos, como aceptando su Pecado Original de supina ignorancia. Otro gran problema es la enorme diferencia entre cómo explica el profesor con apuntes y notas delante y cómo debe responder el alumno por escrito y de memoria en estado de estrés y supervisión…
* Posible medida a adoptar m): Eliminación de exámenes finales; exámenes orales, trabajos de evaluación, test de acceso al curso, etc. La propuesta aquí tratada, contempla un test de conocimientos para acceder tanto al bachillerato, como para cada uno de los grados. Sin pasar el test de acceso, no puede haber ni asistencia ni matriculación. Así evitamos la indeseable presencia de gente sin la debida capacidad. Por supuesto, el test de acceso marca mínimos, no máximos de acceso. Durante la duración del curso que no tiene por que ser de un año, puede ser de cuatro meses, o diez, no hay ni exámenes, ni controles, solo trabajo y supervisión diaria en clase, trabajos evaluativos mensuales, tutorías y charlas con el profesorado. Al finalizar el curso, el alumnado presenta su Trabajo Fin de Curso, de contenido original para su exposición y defensa pública ante tribunal. El tribunal estará integrado por el equipo del departamento, y un representante de la universidad a la que esté adscrito el centro.

n) Calendario y horario lectivo presencial excesivo, vacaciones, fiestas,: Tanto el calendario, como el horario de la jornada presencial y lectiva del alumnado, me parece excesiva, inútil para el aprendizaje y resta tiempo y energías para la sana preparación intelectual del alumno. Por el contrario creo que las vacaciones de tres meses en periodo estival, así como las Navidades y la Semana Santa, son demasiado largas y nocivas para el intelecto y la evolución del aprendizaje.
*Posible medida a adoptar n): Drástica reducción de jornadas lectivas durante la semana, jornada intensiva, y mitad de vacaciones. Así de fácil. El calendario lectivo de la propuesta contempla cuarenta semanas lectivas y doce vacacionales, ocho para el periodo estival una dos para Navidad, una para Semana Santa, y otra para como plazca al centro. Pero las semanas lectivas no serán ya de cinco días de Lunes a Viernes…serán de tres días lectivos, y dos para consultas. Los días lectivos serán Martes, Miércoles y jueves, dejando los lunes o viernes para tutorías consultas, trabajos…esto rige tanto para el profesorado como para el alumnado. Al profesorado le viene bien tener jornadas enteras dedicadas a la preparación de las clases, corrección de trabajos, claustros, etc y al alumnado contar con cuatro días seguidos para confeccionar auténticos trabajos sesudos con esfuerzo personal del cerebro y no solo de la mano que escribe tonterías a todo corre corre para cubrir el expediente. Pero la novedad no se queda aquí: apuesto por la jornada intensiva con entrada al centro a las siete y media y salida hacia las 13:30 horas. La idea es que el alumno coja el buen hábito de levantarse pronto y acostarse pronto para aprovechar mejor el adecuado ritmo biológico fotovoltaico que ayuda al riego sanguíneo del cerebro y por consiguiente a la comprensión; de este modo, la enseñanza reglada se reserva siempre el mejor horario para materias sesudas. Al trabajarse a fondo en el aula, el alumnado libre de deberes podrá decidir irse a casa a comer y echar la siesta, o jugar al futbol, hacer pintura, danza, teatro, aprender alemán, acudir al gimnasio, la piscina…todo ello queda de su cuenta…Las clases ya no serán de 50 minutos, ni habrían cinco al día. La jornada lectiva constaría de tres clases de cien minutos cada una separadas por periodos de descanso de treinta minutos, total 360 minutos que es lo que va de 7:30 a 13:30 horas. Las clases de 100 minutos posibilita al profesorado abordar los temas con profundidad, y ver trabajar los asuntos impartidos durante la jornada al alumnado. Actualmente se pierde excesivo tiempo entre entrar salir, etc. La clase dedicaría un tercio al tema teórico del día y los otros dos tercios del tiempo, al trabajo personal, nada de trabajo colectivo que es una gran pérdida de tiempo. Ello no quita para que los alumnos colaboren entre sí o compartan mesas y escenarios de trabajo, o pongan sus conocimientos en común…pero siempre a posteriori.

o) Los deberes injustos,: No comprendo la existencia de los deberes; si el profesorado hace su tarea entre la que se encuentra hacer trabajar al alumno, supervisarle y corregirle, etc…¿A qué viene mandarle tarea para casa? Que se la lleven ellos, si tanto les mola. La práctica de los deberes, imposibilita que el alumnado goce de la vida y realice sin remordimiento de conciencia sus aficiones y juegos con entera libertad.
*Posible medida a adoptar o): Prohibición absoluta de deberes. Expulsión de la profesión a quien ponga deberes. Los deberes restan tiempo a la formación extraescolar del alumno, a su ocio, etc. Son una aberración del sistema actual. En la propuesta los deberes quedan del todo eliminados. Alguien podría objetar que los trabajos evaluativos son deberes…pero no. Primero, si el alumno aprovecha el tiempo puede hacerlo en clase, y en las jornadas de consultas, pero es que hay una gran diferencia entre los deberes que son minuciosos en su estupidez y la amplia libertad de un trabajo mensual creativo…los deberes, preparan al alumno para trabajar en la cadena de montaje; el trabajo creativo original, le prepara para ser dirigente de si mismo, y si los demás hacen deberes, también de los demás.

p) Libros de texto inútiles, muy mal elaborados, antipedagógicos, necesidad de mochilas,: si ya me parecía absurdo traer y levar todos los libros todos los días de clase a casa y de casa a clase…que vamos a decir ahora que todo cabe en un Lápiz de memoria….detrás de esta estupidez, están los fabricantes de mochilas, los masajistas de espalda, y las grandes editoriales que untan a todos los escalafones del sistema, como hacen las farmacéuticas. Además he comprobado que aunque todos los años, curso sí curso también, el profesorado recomienda comprar los libros de texto de su materia, estos se usan poco o nada, porque por lo general son tan sumamente malos que no sirven ni al alumno ni al profesor, solo al que se forra vendiéndolos. Y los que se acaban usando, son perjudiciales para la formación dado que tienen los resúmenes hechos, las palabras clave en negrita, etc, contribuyendo con ello a idiotizar más si cabe al alumnado por si alguno salió indemne de Primaria.
*Posible medida a adoptar p): yo se los haría comer humildemente con patatas al profesorado y al ministerio literalmente. Prohibición de usar libros de texto.

q) Modo de transmisión de los conocimientos contraproducente: el profesorado tiende a transmitir el conocimiento de manera estática, sin soltura, sin la menor gracia, despojándolo de todo su atractivo, sin generar la menor curiosidad, de modo enlatado, apreciando el alumnado que quien le desea enseñar, a penas domina el tema, o que no lo vive como debiera, todo ello fruto de la procedencia del profesorado.
*Posible medida a adoptar q): Selección de profesorado con capacidad de transmitir alegría y gusto por saber. Evidentemente un profesorado con vocación salido de una facultad con herramientas adecuadas y estrechamente en contacto con la universidad a la que esté adscrito el centro, lo hará como se debe, y si no, será despedido por indocente, contrario al saber, y se le ofrecerá ir a trabajar a un almacén de residuos radiactivos.

r) Ineficiente uso de las nuevas tecnologías: cómo van a respetar a los profesores intelectualmente, si la mayoría de ellos anda muy atrás en el manejo de las nuevas tecnologías cuando sus alumnos ya nacen sabiendo…tampoco es que la institución se ha molestado mucho en actualizar colegios y aulas; hay que equiparse de ordenadores en todas las aulas, pizarras electrónicas, lápices de memoria, etc. El profesorado debería saber utilizar herramientas como los blogs, las wikis, los buscadores, páginas web, etc.
*Posible medida a adoptar r): Formación exhaustiva en estos elementos y talleres de formación permanente del profesorado. El profesor ha de conocer al dedillo las novedosas realidades virtuales como buscadores, Wikipedia, juegos educativos, Seconlife, etc para de este modo poder interactuar con el alumnado en la red, asistir a alumnos que se encuentren enfermos, de viaje, o que no deseen ir a clase presencia…también para conducirles en el modo de cribar la ingente información que les llega, y formas de usarla, etc.

s) Contraproducente moda de inclusión, integración, etc Me parece todo un despropósito la actual política de integración e inclusión en las aulas; es posible que en el gobierno haya dado sus frutos integrar e incluir de todo, pero en la enseñanza es un gasto y despilfarro de energía y recursos del grupo, para muy bajo rendimiento en pocas personas. Sí creo que se debe seguir una directriz al respecto, pero no del modo absurdo y contraproducente que se está haciendo.
*Posible medida a adoptar s): a cada cual según su naturaleza y realidad dentro de un sistema abierto y libre como el propuesto. Con los test de acceso, se acabaron las tonterías, quien tenga capacidad para estudiar, que estudie, atienda y aprenda, y a la mínima que no lo haga, a su casita. Quienes no tengan capacidad de atención, de aprender, o de respetar, que lo aprenda en su casa, o en centros específicos para tratar su caso, o que se adscriban a talleres ocupacionales para que estén todos juntos y a gusto, que supongo para los que no quieren, no pueden estar incluidos, también lo pasarán mal, al menos así no se lo harán pasar al resto. De este modo es muy fácil y grato dar clase. La Inclusión, es una estrategia de los Reptilianos para el atolondramiento general. ¡No hay partidarios de la inclusión entre el profesorado activo de secundaria! Por algo será…

t) Total ausencia de exigencia, supervisión, corrección, seguimiento, evolución del alumnado,: hoy en día parece como si el profesorado esperase a los resultados de los odiosos exámenes para saber cómo va el alumnado, pero para entonces ya es demasiado tarde; y si no le hace falta, entonces peor, porque ya nadie se molesta en corregir al alumno, se le deja a su aire para que se la dé en las pruebas evaluativas. Y es que es más fácil dedicarse a soltar el rollo y santas Pascuas. A caso por ello, tampoco se le exija demasiado al alumno, para que le sea posible aprobar, y así los dos cubrir el expediente. Y cuanto más se rebaja el listón de exigencia al alumno, menos se esfuerza este, para qué…hacerlo sería contraproducente para su autoestima, no vaya a ser que suspenda estudiando algo tan inútil y sencillo. ¡Les estamos idiotizando!
*Posible medida a adoptar t): Elevar la exigencia a nivel de lo que hoy es Primero de carrera, que esa es otra buena…Lo primero, educaría al alumnado a no aprobar, sino a hacerlo bien, porque en su casa no le dan de comer suficiente o raspadillo, sino o bien o mal. Lo segundo el profesorado debería transmitir con su propio ejemplo gusto por la perfección y preocuparse en todo momento que sus alumnos hagan las cosas como es debido durante el proceso de aprendizaje, no al final. Como garantía de trabajar con intelectos bien formados cuenta con que han aprobado el test de acceso, por lo que no tiene excusa si su alumnado no aprende, no como ahora, que como llegan sin saber leer, ni escribir, salen como han llegado, mientras se les explica trigonometría.

u) Ausencia en desarrollar el gusto por lo bien hecho, por la perfección, la superación, el esfuerzo olímpico intelectual, el sacrificio, dar lo máximo… no se incentiva en el alumnado el gusto por hacer bien las cosas, ello es debido a parte de lo comentado en el punto anterior, a que no se valora la creatividad, y el producto propio, es lógico que debiendo hacer lo que te mandan, nadie se esfuerce demasiado en hacerlo bien.
*Posible medida a adoptar u): Trabajos evaluativos originales premiados con su publicación, honores y becas en la comunidad, creación de concursos estilo olimpiadas de conocimientos etc. Hay muchos métodos ludico-agonales para atrapar al alumno en el trabajo duro, el esfuerzo propio, el interés por mejorar y dar lo máximo de uno como si se tratara de una disciplina deportiva. Sería excelente proponerse metas personales, retos en el aula, o competiciones intelectuales con otros centros…

v) Modo educativo bancario, ausencia del pensamiento crítico, reflexión escéptica, espíritu creativo,: se trata al alumno como elemento pasivo que se activa poco antes de los exámenes y al que se juzga del todo incompetente para aportar algo a su educación. De este modo, el alumnado está frente al profesor en el aula como lo está ante el televisor en el salón de casa, pero mucho más aburrido.
*Posible medida a adoptar v): Se dejará en manos del alumno la confección del curriculum, la elección de temarios, etc. Trabajará más por su cuenta…es lo que más o menos se ha ido proponiendo en las distintas soluciones anteriores; pero es que los alumnos también pueden enseñarse entre sí, dar algunas clases, exponer trabajos, etc. Esto es fundamental, la participación activa del alumnado en todas las áreas educativas, fases y pasos del aprendizaje.

w) Ausencia de autocrítica para evitar el Curriculum Oculto, el profesorado no parece preocupado en ser un instrumento al servicio del Poder canalla y explotador de un sistema que le paga. El profesorado actual es una casta parasitaria que participa del disimulo para aprovecharse de los infelices que han de ganarse la vida con el sudor de su frente.
*Posible medida a adoptar w): Una revolución cultural maoísta de dos años, periodo suficiente para extirpar a los elementos nocivos; el resto podría volver tras una etapa reeducativa, y bajo estricta vigilancia. Se ha de animar al alumnado a discutir, a investigar, tomar posición, formar criterio. Será necesario entonces que se hicieran debates en el aula, enseñar a argumentar, a expresar y ordenar el pensamiento, por medio de discusiones temáticas al estilo de la escuela bizantina.

x) Déficit grave de libertad de pensamiento, movimiento, religión, etc, . Se habla mucho de democracia, pero esta no se aprecia en el instituto de no ser que sea tan formal como la que hay en la sociedad, que casi casi es orgánica, temario, programa, actitud en el aula…todo remite a épocas de dictadura y regimiento. Pero que vamos a decir entonces de cómo se concibe la libertad religiosa: en lugar de permitirse todo en el colegio y que cada cual lleve crucifijos, mahomas, chador, budas, etc…todo se prohibe ¡Menuda libertad de culto! Y sin embargo nadie dice nada de las marcas de ropa y las coca trolas …
*Posible medida a adoptar x): aulas abiertas para que el alumnado entre y salga cuando le apetezca, libertad de símbolos al estilo del sistema griego politeísta…

y) Ausencia total de inhibidores de injusticia social, marcas, ropa,…
*Posible medida a adoptar y): vestimenta oficial para profesorado y alumnado. La vestimenta oficial del profesorado y del alumnado sirve para tomar conciencia de que se está en un espacio distinto al de la calle, que unos son profesores y otros alumnos, para evitar diferencias de clase por los atuendos, para dar sensación de pertenencia a un grupo…

z) Desconexión con el entorno familiar y social, es evidente… como mucho algunos padres se acercan en horario de visitas al centro y cuando lo hacen es por algo malo, con lo que no es muy apetecible que se le vea a uno. Tampoco hace demasiada gracia al profesor que los padres se enterasen demasiado por su trabajo, dadas las circunstancias y resultados…
*Posible medida a adoptar z): Implicación de padres, comerciantes, carpinteros, artistas….en la coeducación de sus hijos como amigos externos y en la gestión directa del centro. De este modo los padres verían cuanto sucede con sus hijos de primera mano, y nadie se lo tendría que contar. El modo de lograr esto es muy sencillo: se legislaría que las horas sindicales dado que son inútiles, serán rotativas entre los padres y madres para que acudan a los centros a visitar a los profesores, o a colaborar en su autogestión como cocineros, fontaneros, jardineros, dar charlas, etc.

SÍNTESIS DE LA PROPUESTA EDUCATIVA PARA

BACHILLERATO

Una vez expuestas las líneas generales del análisis de la situación, donde se han comentado algunos de los problemas del actual Sistema de enseñanza a reemplazar por esta humilde propuesta con las distintas posibles medidas y soluciones a poner en práctica, solo resta ensamblar los distintos elementos que la conforman para obtener lo esencial de esta propuesta. Como puede observarse, aunque continuo con el orden lógico de exposición seguido en el análisis anterior, no se da una exacta correlación entre los elementos denunciados y las medidas adoptadas por cuanto hay elementos que son fácilmente integrados en varias medidas, otros que no requieren tratamiento diferenciado, y algunas medidas son adicionales. Por eso, he seguido una numeración en lugar del alfabeto para evitar correspondencias que puedan llevar a equívocos.

1) Esta Propuesta de enseñanza en caso de ser aprobada, solo entrará en vigor allá donde previamente se disponga del marco adecuado para su puesta en práctica y donde todos los actores de la escena, concurran en óptimas condiciones según los requisitos previos anunciados. No se trata de una Reforma, ni de una revolución. Se trata de instaurar un modelo de nueva planta que requiere fundamentarse en terreno virgen para su éxito o factible corrección futura.
2) Esta propuesta, si bien requiere de la administración política para su legislación, reglamentación general, etc, su conducción técnica, organizativa, y puesta en práctica dependerá enteramente de las Universidades y Facultades de Magisterio y Pedagogía que asumirán en un sistema del todo abierto y descentralizado todas las áreas competenciales que en la actualidad tienen Ministerios y Consejerías de educación.
3) En la Propuesta, solo se contempla que todo el Sistema de enseñanza será Público.
4) En la propuesta los centros son autónomos en su gestión y adscripción a la Universidad. Para su autonomía contarán con una Asamblea General – los detalles de su constitución están por dilucidar – que escogerá una ejecutiva. La asamblea estará integrada en su mayor parte por los padres de alumnos, y profesorado del centro, aunque también tendrán cabida representantes de la universidad y estudiantes.
5) La Propuesta establece que todo el profesorado habrá cursado la carrera para ser docente de enseñanzas medias y bachiller cuyo contenido vendrían a ser tres años comunes de una especie de magisterio, dos para la especialidad de ciencias, filosofía, letras…con ello obtendría el título. Para ejercer, primero deberá pasar una especie de MIR educativo durante no menos de dos años, tras el cual, se le permitiría presentarse a oposiciones, si procede.
6) La Propuesta otorga el derecho y la obligación de los centros para Autogestionarse con los recursos propios y ajenos al Estado y Sistema Público de enseñanza. Por lo que los centros serán libres de contratar o no contratar personal no docente, profesorado externo, hacer excursiones, comprar material, contratar servicios de comedor, transporte, buscar patrocinios etc. El estado se ocupará íntegramente de las necesidades de la plantilla del profesorado, las instalaciones educativas, su equipamiento, pero nada más.
7) La Propuesta prohíbe explícitamente que se imparta clase en lugares donde el alumnado se encuentre hacinado, rodeado de un entorno hostil por la contaminación acústica, visual, y mental. Los centros deberán contar con amplias y saludables áreas de esparcimiento, grandes aulas, con decoración instructiva artística, lúdica, y afable…
8) La Propuesta velará por que el alumnado se halle cómodo en sus áreas de estudio, por lo cual, el mobiliario será el más confortable posible, para evitar la tortura del empupitramiento infantil. Así, sofás, sillones, tumbonas, y cuanto sea necesario, será adquirido por el centro para que el entendimiento no deba prestarle atención al sudor, al síndrome de la clase turista, a los dolores de espalda, etc.
9) La Propuesta constará de cinco niveles, grados, cursos, o como se desee denominar a las distintas fases de aprendizaje. A la enseñanza secundaria o bachiller podrán acceder cualquier escolar no menor de 10 años si pasa el test de acceso y son buenas sus referencias de primaria. Este test de acceso evaluará su comprensión y expresión oral y escrita, su capacidad de cálculo en operaciones básicas, su memoria, y conocimientos generales, así como actitud ante los estudios. Las edades de entrada a esta etapa formativa en su plan normal – quienes no lo hicieran en estas edades habrían de conseguir el título a través de otros planes de estudios- oscilarán entre los 10 y los 13 años, por lo que la edad para poderlos finalizar será entre los 15 y los 18 años, prorrogables a 19 años para casos excepcionales. Lo normal es que el alumnado acceda con 11 o 12 años y salga preparado para la Universidad con 16 o 17 años. El alumnado podrá regular su tiempo de aprendizaje pudiendo combinar niveles entre materias distintas o cursar varios niveles de una misma materia a un mismo tiempo. Al final habrá debido cumplimentar los créditos según la normativa que cada departamento pedagógico haya establecido. Los orientadores y tutores ayudaran en el asesoramiento a este respecto, pero será el alumno quien decida su ritmo de aprendizaje.
10) La Propuesta ya no mete en un mismo aula a un grupo estable de alumnado. Las aulas pertenecen al profesorado y al departamento de la materia que en ella se imparte. El alumando contará con taquillas personales para guardar en ellas cuanto desee.
11) La Propuesta de enseñanza solo impartirá aquellas materias troncales del conocimiento humano, principalmente de carácter científico como Matemática, Física, Química, y resto de asignaturas citadas en su correspondiente epígrafe. Para otros saberes como mecánica, informática, artes y oficios, tecnologías aplicadas, etc, habrá otro plan de enseñanza diferenciado anunque con los mismos elementos citados para estos otros estudios – Ya trataré de ello en otro lugar cuando proceda- Lo que está muy claro es que no se puede formar al alumnado en todo, y la propuesta apuesta claramente por la pronta especialización del alumnado, dejando a este la plena libertad para formarse en otros saberes de modo integral como danza, deportes, ajedrez, cine, etc.
12) La Propuesta, establece programas y contenidos abiertos para que el profesorado y el alumnado tengan una amplia oferta de posibles combinaciones epistemológicas dentro de un orden fundamental de mínimos, dejando todo lo demás a su genio y capacidades como individuos y grupos.
13) La Propuesta basa su realidad en la selección y preselección óptima de su alumnado para los cursos y niveles que se van a impartir. Para ello se establecen los test de acceso a cada nivel y materia y se eliminan los exámenes o evaluaciones a posteriori. Para evaluar al alumnado se instauran los trabajos evaluativos, los trabajos Fin de Curso, y la Tesina para obtener la titulación de Bachiller. Se eliminan los boletines de notas y aparecen los informes permanentes del seguimiento del alumnado de libre acceso al alumnado y sus padres en todo momento mediante claves de aceso. Los trabajos evaluativos serán por escrito, pero su defensa y discusión serán orales.
14) El Nuevo Plan educativo establece un periodo lectivo de 40 semanas y 12 semanas de asueto. Las semanas tendrán 3 días lectivos Mt, Mc y J, dejando L y V para el trabajo personal del alumno, tutorías, visitas de padres, investigación, estudio…El horario será de 7:30 a 13:30 horas, con tres sesiones lectivas de 100 minutos cada una, con periodos de 30 minutos de intervalo entre cada una. Cada departamento impartirá sus 9 sesiones. Será cuestión del alumno decidir la proporción de horas dedicadas a ciencias, letras u otros…
15) La Propuesta prohíbe la práctica de mandar tarea para casa. Las mañanas son para el trabajo y estudio intelectual. Las tardes son del alumno para que haga lo que le apetezca, deporte, arte, música, dormir la siesta, ver la tele….o pensar.
16) La propuesta educativa, no impulsará la compra, uso, o edición de manuales y libros de texto. El profesorado y el alumnado han de trabajar con multiplicidad de elementos y materiales educativos sin que por ley uno de ellos tenga primacía sobre los demás. Tanto el alumnado como el profesorado tiene derecho y obligación de manejar las fuentes educativas y formativas que le vengan en gana, para obtener su formación en el conocimiento.
17) La Propuesta educativa establece que las explicaciones del profesorado han de ser dinámicas de viva voz sin manejar apuntes, ni chuletas, dando ejemplo al alumnado de que se domina la materia, y se harán al estilo de pequeñas exposiciones, ponencias o conferencias… dejando a los libros y materiales de enseñanza la labor de erudición y precisión. El profesorado ya no tiene la función de ser un reproductor malo de conocimiento, sino la de transmitir gusto por este, e indicar el modo en como se puede y debe obtener.
18) La propuesta juzga imprescindible la incorporación de tecnología punta para la formación del alumnado. Por ello, todas las aulas dispondrán del equipo más avanzado posible; el profesorado estará formado para su buen manejo y aprovechamiento con el objeto de que transmita dichas facultades al alumnado.
19) La Propuesta no tolerará la incompetencia, ni la indisciplina en el seno de los centros educativos por lo que tanto el alumnado como el profesorado se verá sometido a un seguimiento tanto de trabajo, como de resultados. Quienes no pasen el mínimo de exigencia serán invitados a abandonar el centro, pudiendo solicitar el acceso a otro centro y trasladar su expediente. El alumnado será evaluado al respecto por el profesorado, y el profesorado lo será por la Facultad a la que esté adscrita el centro.
20) La Propuesta educativa contempla la posibilidad de obtención de becas, premios, distinciones…por medio de convocatoria de concursos y certámenes relacionadas con las materias como Olimpiadas de conocimientos, clubes de debates, retos de investigación e innovación, etc.
21) En los centros de enseñanza se vestirá de uniforme; profesorado y alumnado tendrán taquillas para vestirse y desvestirse a la entrada y salida del centro si lo desean así. No se permitirá el acceso al centro con material no autorizado.
22) La Propuesta permite y anima la integración de personal no docente como invitados para impartir conocimientos relacionados con las materias, así como las salidas docentes y excursiones educativas a lugares relacionados con los conocimientos impartidos en el aula. Será asunto del centro diseñar la debida programación de todo ello, pero sin usar las sesiones lectivas de las materias impartidas. Con ello se desea fomentar la interactuación del centro educativo con otros espacios sociales como la universidad, las empresas, o las instituciones, pero sin afectar al programa de estudios reglados.

BIBLIOGRAFÍA

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SANTAMARIA, E. y GONZALEZ PLACER, F. (coords.)(2003) Contra el fundamentalismo escolar. Barcelona. Virus.

ANEXO

PROBLEMAS EN EL CENTRO DOCENTE
Por Nicola Lococo

PRESENTACIÓN

El texto que tenéis entre las manos, es mi particular garantía de tener algo que ofreceros a vosotros, mis compañeros de Master, dada mi patanería informática. En principio, me hubiera gustado daros una chapa de dos horas seguidas, explayándome en desmenuzar el contenido aquí expuesto, y aún mucho más, pues demasiada es la tela que cortar en éstas lides.

Si hubiera sido valiente, habría hecho lo que mejor sé hacer: daros una clase, a vosotros, personas ya formadas que estáis cursando asignatura de post-grado e intentar profundizar intelectualmente en las reflexiones que los distintos autores han trabajado en los distintos textos autorizados, y aprovechar así el tiempo de la forma que a mí me parece más correcta, como vemos hacen las profesoras y profesores de éste curso. Sin embargo, me ha entrado el miedo escénico de no saber bien cómo se me va a juzgar: ¿se me tendrá en cuenta la profundidad del análisis y planteamiento? ¿o por el contrario se me juzgará por la aplicación de las nuevas tecnologías al discernimiento y exposición del tema? ¿Se valorará mi esfuerzo de investigación, lecturas, síntesis? ¿O acaso se me supervisará el manejo del que dispongo en apretar botones y abrir y cerrar pantallas? Con esto no estoy degradando el valor de la aplicación de las nuevas tecnologías a la enseñanza; sencillamente doy a conocer mi vetusta realidad de preferir el boli al teclado, el papel a la pantalla, los libros a las páginas electrónicas, la tiza al puntero láser, la pizarra al Power Point… pero como digo, ello no se debe a nada en especial, salvo a que estoy educado a la antigua.

Como no lo he sido, me refiero a valiente, he buscado el modo de hacer las dos cosas, sin menoscabo de una de ellas, arañando tiempo al tiempo para, de algún modo, satisfacer mi naturaleza y por otro, converger con vosotros y ésta época:

Para estar satisfecho conmigo mismo, presento éste trabajo escrito, que por supuesto, no es nada del otro mundo, pero tampoco una exposición de una hora de un tema tan amplio y complejo como éste da para más, máxime si se tiene en cuenta que el solo planteamiento y desarrollo de los asuntos apuntados, requeriría varios minutos, y es mi deseo, también, realizar si bien una chapa, cuando menos, una chapa participativa para trasmitiros la culpa de la misma.

Para converger con ésta época de aparatos y chismes que cualquier día nos dejarán a dos velas, he recogido de internet algunos videos que he procurado insertar en mi wiki personal, pero está visto, que de personal no tiene nada, porque no me ha dejado ni empezar. Por ese motivo, uno que es apañadito, he colocado los videos de Youtube en mi correo electrónico, con los que iré diseñando la clase, según vea conveniente.

Pero, por si falla…

INTRODUCCIÓN

El tema que me ha tocado, como cualquier otro de los asuntos tratados en el Master, precisa un tiempo mucho mayor que el que se nos concede para dar a conocer mínimamente las cuestiones fundamentales de los mismos. En mi caso, tengo una hora para presentar el tema “Problemas en el Centro Docente”. La clase quiero presentarla que tenga un poco de todo: para hacer el aspecto puramente académico, os lo entrego por escrito. Para suplir a la palabra improvisada; para ilustrar alguno de los aspectos tratados, acudiré a videos de Youtoube de corta duración para suscitar el debate, cuyo criterio de selección ha tenido mucho que ver con su brevedad e impacto. Para hacer la clase participativa, ofreceré momentos de discusión al auditorio, cuya duración vendrá medida por una melodía escogida para la ocasión. Esta aportación original mía, tiene por objeto escenificar de algún modo la contaminación mental del alumnado, uno de los problemas que abordo en la exposición. Es mi deseo que mientras estemos hablando de temas importantes, se esté proyectando un video musical, lo suficientemente hermoso audiovisualmente, como para distorsionar vuestra conversación. Al mismo tiempo, por turnos, uno de vosotros acudirá al “ Rincón de la Luz” lugar en el que leerá en bajo un artículo; otra compañera/o pasará a tutoría privada, y puede ocurrir que alguien hable con una secretaria vía móvil de sus problemas personales….con todo ello, busco dramatizar el estrés de profesores y alumnos, pero a la vez, recrear una clase polivalente en la que cada cual recibe una clase distinta, obligando posteriormente a todos a una puesta en común de los elementos particulares. ¡Va a ser un kaos!

Problemas hay muchos, y dispongo de poco tiempo. Por consiguiente, he hecho dos cosas: primero, he clasificado los temas en cuatro categorías principales, institucionales, funcionalistas, académicos y sociales. Podría haber dividido y subdividido con mayor calado, pero esto no es una tesis doctoral y he decidido parar en un segundo escalón. Doy por supuesto, que faltan problemas por apuntar, y me he centrado únicamente, en los que para mí, tienen relevancia hoy por hoy. Como resulta que sucede que varios de vosotros también tocáis distintos problemas, he procurado limitarme a apuntar aquellos en los que son de vuestra entera competencia temática para respetaros y poder así tener tiempo para abordar otras cuestiones de interés. Pero como aún así son demasiados, si bien por escrito y de palabra los abordo todos, únicamente pongo video ilustrativo en aquellos que mejor se prestan para ello. No ha sido fácil encontrar videos de claustros de profesores o de diputados discutiendo sobre educación con profundidad.

En consecuencia, la clase tendrá una presentación; una introducción de los temas (hecha por mí), acto seguido se pondrá un video ilustrativo, si procede, luego vosotros tendréis la palabra mientras yo coloco el video musical y cuando finalice el mismo, ha terminado vuestro turno de intervención y pasamos al punto siguiente. De mientras, alguien lee un artículo, otro está en tutoría, y otra hablando por el móvil…

Sinceramente, espero que salga bien la experiencia y que todos disfrutemos y aprendamos de la misma.

PROBLEMAS EN EL CENTRO DOCENTE

Son muchos los problemas y muchas las soluciones, pero ni todos los problemas son problemas, ni todas soluciones son soluciones. En ocasiones plantear un problema, ya supone un problema, y paradójicamente, el no plantearlo, también puede suponer un problema. En estas circunstancias, es mejor tener problemas por tratar los problemas, que por no tratarlos. Pero ¿qué es un problema? Evidentemente, los problemas no son misterios, porque tienen soluciones, pero en ocasiones, pueden vivirse como tales cuando pase el tiempo y la misma no aparece. Yo creo que en la docencia, los problemas que tenemos son solucionables, si bien las soluciones son distintas, dependiendo de la época y del marco o contexto en el que aparezcan. Cosa desesperante para una mente que busca una única verdad, pero sumamente grata a quienes nos divierte el juego intelectual, dialéctico, post moderno, pero anclado en la racionalidad más estricta cartesiana, de localizar, entender y resolver, aunque sea de un modo subjetivo, los problemas con los que nos encontramos en nuestra vida particular. Y si la experiencia sirve para el resto de la humanidad, mejor.

A un centro docente le afectan, a mi entender cuatro clases de problemas: como institución que es, tiene problemas institucionales, también los tiene operativos en su día a día. Por supuesto, se entiende que los hay académicos, y dado que no viven en una burbuja aislado del mundo también repercuten en su seno, los sociales imperantes. Pasemos a analizarlos someramente.

1. Problemas Institucionales. Son aquellos que el centro docente tiene, como cualquier institución.

a. Problemas ideológicos. Como no vivimos en una democracia, sino en una partitocrácia, el mayor problema que tiene ahora la institución docente, es que todos quieren manipularlo para sus beneficios a corto plazo, de modo que se confunde los intereses de partido con las ideas educativas. Necesitan pasar dos o tres generaciones, para que el estado español solucione éste problema. Sólo se curará cuando toquemos fondo y hayamos degradado suficientemente la educación de nuestros jóvenes. Le queda poco.

b. Problemas económicos y presupuestarios. Como tenemos al frente del Ministerio de Educación, a políticos incapaces, resulta que para nuestros gobiernos es más importante el gasto militar que el gasto educativo. No voy a decir que el dinero soluciona todos los problemas, pero muchos de los problemas que repercuten en el campo educativo, se verían resueltos con un aumento en las partidas presupuestarias.

c. Problemas burocráticos. Toda sociedad compleja tiende a la burocracia. Y toda burocracia tiende a su perpetuidad, de modo que de lo complejo se pasa fácilmente a lo superfluo. Hoy sobran estudios, investigaciones y datos para decirnos lo que ya sabemos, pero entretanto, confunden con la saturación informativa a las personas decididas que prefieren actuar cuando es necesario.

d. Jerarquía. La institución docente tiene más puntos en común con un ejército militar, que con una empresa. Está todo podrido de títulos y de incompetencia, demasiado reglada para el material que se quiere trasmitir. Es un sistema caduco, antediluviano, cuyo sentido es más absurdo que otorgar el título Honoris Causa a Don Juan Carlos I. Mientras no desaparezca la titulitis y la jerarquización de la docencia, pocas cosas cambiarán en el sistema educativo. Un modo de solucionarlo es con una revolución cultural, estilo Mao, y otra, es por medio de una educación recurrente, en donde nada se de por sentado.

2. Problemas de funcionamiento. El centro considerado en sí mismo, es un organismo vivo que goza de cierta autonomía para regularse en algunos aspectos, que si le vienen dados, desde una forma heterónoma, no son un problema en su decisión pero sí en su aplicación, pero de ser un tema autónomo, el problema aparece en su discusión y en la toma de decisiones. Veamos algunos casos:

a. Confección de calendarios y horarios. Confeccionar un calendario y horario escolar parece cosa fácil, pero no lo es. Hoy en día, todo está supeditado a la producción. La educación del niño es lo de menos. Por tanto, se ha de coordinar que, mientras la sociedad produce, al alumnado hay que tenerlo en el almacén de niños, como a lo viejos en el asilo, a los locos en el psiquiátrico y a los ladrones que roban por libre sin permiso del estado, en la cárcel.

b. Servicios externos. Evidentemente para poder estar conforme a la producción, los niños necesitan ser transportados en autobús, bien lejos de casa, comer en el cole, etc. Un centro educativo bueno, por tanto será, el que ofrece más servicios que un hotel. Dentro de poco veremos cómo tienen lavandería, peluquería y tiendas de ropa en los vestíbulos…

c. Limpieza, higiene y sanidad. Un centro educativo tiene los mismos problemas que los centros masificados, por ello,sin llegar a ser un hospital, ha de velar por la salud de las personas que en él conviven para evitar infecciones y trasmisiones de enfermedades.

d. Instalaciones e infraestructuras. Lo más importante debería ser que un centro educativo contase con los medios adecuados para realizar la docencia en condiciones óptimas, mobiliario, materiales, amplios espacios, etc. Pero como de lo que se trata es de rentabilizar el presupuesto mientras nuestros políticos gozan de coches oficiales y lujosos despachos, el profesorado apenas dispone de los recursos apropiados para una labor teórico-práctica como la suya. Se precisan urgentemente laboratorios bien equipados, centros polideportivos acordes a nuestro nivel de vida, infraestructuras renovadas, etc.

e. Órganos de dirección. Bueno. La verdad es que sobran, hay demasiado consejo escolar, demasiada secretaría, demasiada dirección. Yo suprimía ¾ partes y eliminaba la burocracia a su mínima expresión. Son un reflejo de nuestra sociedad donde tenemos 3.200.000 funcionarios, y únicamente 2.150.000 personas en la industria. Así vamos.

3. Problemas académicos. Como centro docente que es, ha de tomar partido en el diseño de su función, de sus objetivos, de sus programas, etc.

a. Diseño docente. Orientación. No me voy a extender en este punto porque ya viene suficientemente abordado en las fotocopias IRUNE.

b. Confección de programas. La confección de programa y su impartición es todo un problema, porque los diseñan gente inepta y los ponen en práctica gente obediente. Los programas deberían ser diseñados mínimamente por el Ministerio y ampliamente por el profesorado que tiene que afrontar su implantación.

c. Selección de textos y materiales. ¡Qué les voy a contar! Son sumamente inapropiados pues están hechos para la más absoluta mediocridad. El intelecto no debería ser como la moda donde se puede vestir pret-a-porter.

d. Sistemas de evaluación. No se puede enseñar lo que no se sabe y mucho menos exigírselo a los demás. Los sistemas de evaluación imperantes son todo un insulto a su inteligencia. Elegir el sistema de evaluación ha de ir acorde a la materia impartida, el modo en cómo se ha impartido, la naturaleza del educando… cosa que no se hace.

e. Reparto de funciones. Dentro de un claustro de profesores, se puede desempeñar muchas funciones y no siempre es fácil su reparto. Esto es un problema, quién es tutor, quién vigilante de pasillo, por cuanto tiempo, cualidades…

4. Problemas sociales. El centro docente, al estar inserto en una sociedad tiene los problemas propios de la misma, pero también tiene problemas particulares, propio de un núcleo masificado y cómo no, acorde a la naturaleza de los sujetos que alberga; en nuestro caso, jóvenes adolescentes. Como éstos temas son de dominio público apenas me explayo, pues creo que su sola mención es suficiente para suscitar la discusión entre nosotros.

a. Problemas relacionados con la violencia: prefiero no hablar de la violencia estructural de un sistema basado en la coacción, en la obligación e imposición, como es un instituto. Tampoco trato aquí otros problemas de violencia que se abordan en otros apartados de éste trabajo.
i. Del profesor al alumno, y del alumno al profesor.
ii. Entre los alumnos.
iii. Mal trato infantil en el hogar.

b. Problemas relacionados con la sexualidad.
i. Pedofilia en el aula y en el patio.
ii. Abusos sexuales entre los alumnos.
iii. Cómo abordar la educación sexual del adolescente.
iv. Educar en la igualdad sexual, que no en el igualitarismo.
v. Homofobia.

c. Problema de las drogas
i. Drogarse dentro y fuera del colegio
ii. Consumo de drogas legales
iii. Cómo tratar el problema de la drogas con los adolescentes

d. Problemas ideológicos, político-religioso
i. Hablar de política y religión, Sí o No
ii. Educar en la tolerancia o en el respeto/ imponer o prohibir
iii. Cómo tratar asuntos del telediario, como aborto, eutanasia, pena de muerte, tortura, guerra… educación en valores.

e. Problemas de integración social. El adjetivo social, pone de manifiesto que hay otros asuntos susceptibles de integración, pero que prefiero tratarlos aparte, como el de la homofobia o el de la deficiencia mental.
i. Adaptación de los programas a la realidad multicultural.
ii. Quién ha de integrarse en quién.
iii. Xenofobia y racismo

f. Autoridad del profesor y disciplina en el aula.
i. Autoridad-respeto. Figura del profesor
ii. Derechos y deberes del alumnado
iii. Disciplina/control
iv. Asuntos de orden, higiene personal, vestimenta, vocabulario
v. Respeto a la intimidad del alumno.
vi. Libertad y libertinaje.
vii. Derrotismo del Profesorado y alumnado.

g. El problema del ocio
i. Ocio, tiempo libre, descanso
ii. Instalaciones para el ocio recreativo del alumnado: deportivas, culturales, patio, entornos natural, etc

h. Diversidad del alumnado en sus capacidades
i. Integración de la discapacidad física y adaptación del aula.
ii. Educación especial de las personas con deficiencia mental
iii. Detección y tratamiento de los superdotados

i. Problemas psicológicos y mentales. Aquí trataré los más comunes.
i. Anorexia/bulimia
ii. Depresión/riesgo de suicidio
iii. Detección de psicopatías incipientes y tratables médicamente
iv. Soledad
v. Dislexia, Problemas de aprendizaje…
vi. Autoestima, complejos…
vii. Incertidumbre ante el futuro…
viii. Falta de vocación docente

j. Influjo de las nuevas tecnologías.
i. Influjo en el alumno dentro y fuera del aula
1. Televisión
2. Internet
3. Móvil
4. Aparatos varios, MP3, MP4, Ipods

ii. Influjo en el profesor dentro y fuera del aula
1. Como en el alumno,
2. Para su profesión docente
3. Aplicaciones en el aula de pantallas electrónicas, ordenadores, wikis, blogs, etc.

TRABAJO: Mapa conceptual Interrelacional del marco educativo

PREÁMBULO

Me hubiera sido fácil y sencillo reproducir, copiar y pegar aquí cualquiera de los muchos mapas conceptuales y esquemas al uso cuyos nichos específicos se amoldasen a lo requerido. En pero, aprecio en ellos la deficiencia divertidamente tratada en el pedagógico libro de divulgación científica “Planilandia”. Cuando trabajé con varios colegas filósofos-matemáticos, los modelos del universo de Hawking y Penrosse quedé prendado de cómo la ciencia pitagórica desde sus mas tiernos inicios con las habas contadas siempre moldeaban la teoría en resortes tridimensionales para mejor comprensión de la mente, asunto este sobre el que también incidió Einstein, dando con ello la razón a Hume y Berkeley quienes mantuvieron que toda idea compleja se sustenta y descompone finalmente en impresiones intuitivas, apreciación que posteriormente les sirviera de punto de partida al mismísimo Kant para escribir su “Crítica de la razón pura” donde en su estética trascendental matiza a los anteriores que si bien todo el conocimiento proviene de la experiencia, esta se atiene a los principios categoriales y a la configuración misma de los sentidos, salvando de algún modo la tradición cartesiana de corte platónico, perspectiva insatisfactoria no obstante por establecer la presencia del “Noumeno” y la cosa en sí que propició la crisis del conocimiento y la razón instrumental iniciados con el planteamiento socrático en occidente con aspiraciones absolutas y de verdad, fisura kantiana que recogida por la fenomenología y el relativismo a conducido tras la explosión de la bomba atómica a una imparable huída hacia delante, precipitando los tiempos en una abrupta y no madura postmodernidad que nos ha cogido a todos con el paso cambiado.
Por todo ello, creo hoy trascender el esquema conceptual euclidiano y pasar a la tercera dimensión como es su día hicieran Gaus, Reimman y Milkovsky en quién se basó Einstein para alumbrar la Teoría de la Relatividad. Así pues, he elegido la forma de un cubo para exponer lo requerido.

CUBO DESPLEGADO

Aquí tenemos el cubo desplegado. En cuanto cubo representa el conjunto de la experiencia educativa tomando como punto de partida el tema de la violencia sistémica, en sus 6 caras externas separadas:
– Cara 1- Sentimientos: Empatía, miedo, venganza. vergüenza, odio, sentimiento de culpa, impotencia, celos, ira, frustración…
– Cara 2-Motivación: Curiosidad, entretenimiento, autonomía, experimentación, funcionalidad, sentido…
– Cara 3-Creencias: Axiología, ética, religión, política, ideología, espíritu crítico, filosofía…
– Cara 4-Autoconcepto: Autoestima, proyección, prejuicios, complejos, perspectivas de futuro, capacidad introspectiva…
– Cara 5-Origen social: Familia, grupo de iguales, raza, procedencia, profesión, cultura, clase…
– Cara 6-Tipos de inteligencia: Espacial, lingüística, lógico-matemático, musical, corporal-cinestética, intrapersonal, interpersonal y asistencial.

Como se comprenderá la interrelación de estos elementos entre sí en un Mapa Conceptual Euclidiano (MPC) haría inútil el propio mapa por crear más rayas y relaciones que un gato jugando con un ovillo de lana, porque para mi todo está interrelacionado con todo huelga decir que participo del Panteísmo de Spinoza.

INTERRELACIONES DEL CUBO EN SU CONJUNTO Y PARCIAL

Aquí podemos ver las interrelaciones del ámbito educativo en su conjunto. Para ello se requiere una gran capacidad prospectiva que se acerca mucho al intento del conceptualismo y el cubismo por superar el insalvable Noumeno Kantiano. La mirada parcial y sesgada de la relación binómica entre dos puntos del cubo puede proyectar como de ve en el esquema una sombra perniciosa sobre otros elementos de la circunstancia si tomamos el ámbito educativo como un todo no consistente únicamente en la suma de sus partes, costumbre esta demasiado extendida en la teoría de la educación.

EL MODELO EDUCATIVO SIEMPRE EN EVOLUCIÓN PLURAL Y DIVERSO

El cubo de la izquierda vendría a ilustrar el mapa conceptual tal y como lo desea la teoría educativa: racional, estático, cuadriculado, para su fácil manejo y estudio. Sin embargo mi modelo cubo de Rubik tiene la capacidad de cambiar los elementos de sitio, ilustrando con ello la evidencia de la imposibilidad y viabilidad de un modelo estático, dada la versatilidad y dinámica de experiencia educativa siempre en crisis y evolución constante. No obstante si el Teórico-Pedagogo desea tomar una muestra o fotografía de la situación esta podría ilustrarse como el cubo de la derecha, que refleja la variedad, la diversidad, la inclusión de los distintos elementos. Con todo…
… Chocamos de nuevo con la imposibilidad físico-intelectual de concebir la realidad educativa en todo su conjunto, que vendría a ser la cosa en sí, o el Noumeno Kantiano. Lo que podemos apreciar siempre es su fenómeno, podemos intercambiar experiencias relativas, poner espejos que nos permitan ver todas sus partes, incluso desmenuzarlo para ver sus entresijos, pero nuestra capacidad introspectiva choca con el río de Heráclito que lloraba por no poder bañarse dos veces.

TRABAJO: Reflexiones de Nicola Lococo publicadas en distintos medios de comunicación entre los años 2008-2010

LA JUVENTUD VA DE CULO

Nuestra juventud, toma buena nota de como a la gente le da por el culo -hablando en plata barata- que la realidad deje con el citado al aire, al político demagogo y que los sindicalistas amarillos se bajen de continuo los pantalones ante la patronal, que ora sí, ora también, seguirá confiándoles el destino de sus vidas como esclavos que son. La mímesis que este mal ejemplo genera entre los adolescentes, tiene su más temida y extendida consecuencia en el conocido pasotismo juvenil que se corresponde y adecua a la desidia social por ellos observada –quien sabe si transmitida o heredada- de sus mayores y que les capacita para vivir sin problemas ni frustraciones dentro del sistema. Pero últimamente he recapacitado sobre esta temprana desazón ante un sombrío y desalentador horizonte sin trabajo, sin casa propia, sin independencia, sin posibilidad de cambio, que le convertirá en la generación del Sin-Sin…que ha dejado de ser una mera moda que aunque consuele saber que “lo que está de moda, pasará de moda” todo presagia, que la misma no ha hecho más que empezar.
Cuando a las niñitas les dio por mostrar el tanga alentadas por las empresas de compresas y las revistas femeninas, la psicología, sociología, antropología y etología humana, se apresuraron a anticipar que el fenómeno respondía a la presión social y mediática sobre la juventud de cara a que procrease y ello empujaba a las hembras de la especie a tener que multiplicar los inequívocos reclamos de apareamiento emitidos ante el macho, toda vez se le ocultan al olfato y a la vista los signos naturales emitidos por las hormonas bajo colonias, jabones y desodorantes, por mucho que las féminas amazonas fueran enseñando progresivamente sus carnes desde comienzos del siglo xx, primero tobillos, luego rodillas, muslos, minifaldas, bikinis….. Pero, bien la hipótesis, o en su defecto la propia estrategia, hacía aguas, pues al mismo tiempo se les facilitaban toda suerte de anticonceptivos químicos, instrumentales, y psicológicos como pildoritas para el antes y el después, preservativos a gógó, e imposibilidad real de independizarse del techo paterno, que a la postre se ha revelado como el mejor método anticonceptivo, a parte de la muy recomendable abstinencia pontificia, y la riqueza insultante. Por consiguiente, otra debía ser la causa.
A fuerza de ver tanguitas y ombliguitos que alegran la vista –todo hay que decirlo- llegué a la errónea conclusión de que se trataba de un inequívoco avance social hacia la sana, inocente y alegre desnudez colectiva, paso previo decisivo para alcanzar el tan anhelado progreso del futuro pretérito de vuelta a la sencillez y la naturaleza del buen salvaje preconizados por religiosos como San Francisco de Asís, poetas como Góngora, filósofos como Rousseau, y más recientemente a falta de otro talento, por todo ecologista que se precie.

Hacía tiempo que escudriñaba con preocupación el desarrollo de los acontecimientos de este particular, que en sus inicios catalogué de síntoma social, luego de moda pasajera, e incluso de fenómeno postmoderno cuando reparé en que los jovenzuelos educados por mámá tele y pápá Estado, también han empezado a mostrar sus calzones, como lo hacen sus modelos ideológicos Bart Simpson y Sin Chan cosa explicable en los chicos gays, pero no en una proporción muy superior a la cuota del 12% que corresponde a esta tendencia sexual. No fue hasta el otro día, camino de Vitoria en el regional – en el Ave seguramente no hubiera ocurrido, que hasta en las costumbres hay clases- que pude contemplar sin remedio que semejante destape, responde más a una protesta en toda regla, que a cualquier otra cosa enunciada. En un solo vagón y en un solo trayecto, pude registrar la siguiente tipología de casos: dos tanguitas ceñidos y estiraditos hasta dibujar la y griega por los vaqueros, tres boxer sacados a la altura de la cintura para que se leyera bien que pertenecían a Kewin Klein también, cinco tercios de culetes asomando sus medias lunas buscando con desespero la camisetita que colgaba a lo lejos, y ¡lo nunca visto! dos pantalones a la mitad del muslo que a penas dejaban algo a la imaginación. Pero el asunto no llamó mi atención más de lo habitual, hasta que un hecho inédito en mi experiencia, me forzó a reflexionar detenidamente en la circunstancia. Como de costumbre, aprovechaba el viaje junto a la ventana para leer, cuando de pronto, una chiquita de buen ver se sentó al lado, pero no codo con codo, sino sobre el brazo del asiento del pasillo, dando conversación a un chico que estaba al otro lado del pasillo, y a mi, su espalda y su prominente trasero al descubierto. Al principio, yo y los dos pasajeros que tenía en frente, suponíamos que sería cosa breve, y el asuntillo no pasaba de anécdota graciosa, y dependiendo con que ojillos mirásemos, hasta cachonda. Pero según transcurrían los minutos, aquello empezaba a incomodar, pues no era cuestión de recrearse abiertamente en el tema, máxime cuando otro estaba justo delante de ti. Al principio, los tres pudimos rehuir aquella panorámica, perdiendo las pupilas por la ventana, pero tras atravesar un túnel, ninguno resistimos el impacto y desviamos las miradas al techo y suelo, pues reparamos con nitidez, que aquel pandero tenía el don de la bilocación, y si a babor teníamos su encantadora presencia, a estribor aparecía su reflejo en todo su esplendor. Mi congénito estrabismo sartriano excusaba mis furtivos y fugaces recorridos expectantes, pero no así los de mis sufridos compañeros de viaje que finalmente optaron por cerrar los ojos dado que no podían mirar para otra parte, si es que no deseaban ser confundidos con penitentes cabizbajos, o implorantes cabialzados. Entonces comprendí: comprendí que aquel imponente culo que con su tercer ojo miraba descarado, exultante, exuberante, altivo, impenitente, y que tanto nos incomodaba a nosotros los adultos, era la mejor respuesta que un joven puede ofrecer a las generaciones que le anteceden y que les tiene jodidos en lo fundamental de la existencia humana: ¡la libertad! Y así como los animales en cautividad no se reproducen y las mascotas ofrecen el lomo cuando se enfadan, los adolescentes hacen lo propio. Mi escapatoria particular, fue mi socorrida libreta de notas, donde tomé a volapluma estas líneas furtivas…Pero, mientras escribía este artículo para ustedes, la juventud europea convocaba en Facebook una especie de Performance consistente en ir con el culo literalmente al aire en los metros de las grandes capitales. Lo cual, me hace sospechar que le han cogido gusto al asunto. Sin embargo, una cosa es enseñar el culo, y otra muy distinta bajarse los pantalones.

LA GENERACIÓN DEL SIN-SIN

Vivimos una época que participa del gusto escolástico por la conceptualización y de la afición dieciochesca por la clasificación, que podía haber concurrido en el placer propio de la etapa freudiana conocida como anal-retentiva que tuvo su esplendor durante el siglo XIX con la aparición de la numismática y sobre todo la filatelia, empero, en nuestro tiempo industrial consumista ha preferido inclinarse por el etiquetado principalmente del laterío y envases, pero no solo. El gusto abusivo por el etiquetado de productos, ha propiciado la necesidad de ponerle pegatinas a todo, sea orgánico, inorgánico, material, abstracto, o intelectual. Así, a los animales de granja se les grapa distintivos en las orejas, a los domésticos se les pone collar, como las masas se clasifican en derechas o izquierdas, el arte es impresionista, expresionista, etc. Este compulsivo afán por poner etiquetas, ha llegado al extremo de bautizar a las generaciones según van apareciendo, como antes los historiadores tardaban sus siglos en nombrar toda una Edad. Así de rápido se suceden las cosas hoy. Yo sufrí lo mío cuando los gurús mediáticos me adscribieron a la generación X cuando yo quería pertenecer a la del Kronen, más que nada para volver al instituto cuando me llegó la hora de ir a trabajar, y encima, pagar impuestos por ello. Ahora, otra vez parece que toca llevar al pilón y andan buscándoles una etiqueta, barajándose para la ocasión “ Generación Pokemon” “ Generación 2000” o “Generación Ni Ni” Pero al paso que va la burra, si el nombre como pensaban los antiguos, ha de describir o al menos anunciar algo consustancial al sujeto que lo recibe, y la etiqueta contemporánea, debe detallar lo que hay…creo que la presente generación, será la “ Generación del Sin-Sin” no porque se hallen en una jaula de oro modelo, comidos, bebidos, drogados, cuidados, recogidos, desocupados, con sexo vigilado y regular, sin necesidad de trabajar, sin las molestias de tener que votar, pero privados de libertad como si estuvieran en la cárcel, sino porque están sin responsabilidades –si nos descuidamos sin hacer los recados- sin empleo, sin casa propia, sin hijos, sin parejas estables, sin sexo satisfactorio, sin perspectivas de futuro, y pronto se van a quedar sin becas, sin subvenciones, sin seguridad social, sin pensiones, sin jubilación y sin esperanza. Claro que muchos de ustedes opinarán que por esas, también podría llamársele la “Generación Con-Con” con tele, con DvD, con ordenador, con videoconsola, con Mp3, con Mp4, con pen drive, con móvil, con HI-FI, con TdT, … Es posible que acabemos llamándola la “Generación Sin-Con”

COBARDE PEDAGOGÍA

Aún tengo fresco en la memoria el día en que, con mi poca vista, divisé a lo lejos, en la Barrera de Castro Urdiales, cómo una mujer rolliza, y entrada en años, propinaba un tortazo tras otro a un indefenso chavalín, que apenas levantaba tres palmos del suelo. Ingenuo de mí, cual presto Quijote, acudí a la escena, con ánimo de interceder por el crío, y tan pronto como llegué al lugar en cuestión, recriminé a la señora por su actitud. Para mi asombro, la intercepta, lejos de rectificar o excusarse por su comportamiento, me largó con total naturalidad e indiferencia una réplica, que por su automatismo, decía mucho de su sinceridad “¡¡Es mi hijo!!”. A lo que yo no pude reprimir una respuesta igual de ágil y contundente que me nació del alma: “¡Pues aproveche, que cuando crezca, ya no podrá!”. La anécdota reseñada, no fue ni la primera ni la última que me ha acontecido en el cotidiano transitar, pero la misma, sí ilustra la realidad social y el espíritu corporativista y cómplice con el que estamos familiarizados en cuanto a un malentendido derecho paterno sobre los hijos, que hunde sus raices en el mismo humus en el que naciera el derecho del amo sobre el esclavo para disponer de su cuerpo y de su muerte como bien tuviera parecer.
La asociación Save the Children, ha puesto el dedo en la llaga sobre un fenómeno que no por extendido, está justificado, cual es, el castigo físico de los infantes en su educación. Ciertamente, el legislador se encuentra con una difícil paradoja y es que mientras el Código Civil permite veladamente corregir de forma razonada y moderada a los hijos, el Código Penal, reprende a cuantos osasen usar la fuerza con terceros. Si hasta la fecha, el cuerpo jurídico sobre el que se sustenta ésta contrariedad no ha reaccionado, sólo es posible por un tácito consentimiento ciudadano, porque quien más quien menos, ha recibido y ha dado un azote, un cachete, o un capón con ánimo de enderezar el comportamiento de hijos, alumnos o tutelados. ¿Pero no ha llegado el momento acaso de replantearnos la cuestión de si el castigo físico con los niños es bueno o malo? Y en el caso de que nuestro juicio sea que el castigo físico es malo en la educación de los niños, ¿no será hora ya de erradicarlo por completo?
El asunto traído aquí, es extremadamente escurridizo, pues introduce diversas variables que no siempre ayudan al discernimiento, como son: el derecho del Estado en asuntos familiares, qué se entiende por violencia, qué se entiende por educación. Etc. máxime cuando toda la ciudadanía, como he expresado anteriormente, participamos bien como agentes activos, o pasivos de dicho fenómeno que es reforzado desde nuestra más tierna infancia con consabidos dichos y refranes que enmarcan un sentir general que justifica un proceder que de no ser incontrolado, habría de juzgar como sádico o enfermizo, “Quien bien te quiere, te hará llorar”, “La letra con sangre entra”, “Mozo bien apaleado, mejor será educado”, “En el culo, el azote, en la espalda el cinturón, dále mientras sea él pequeño y tú mayor”… que dicen bien a las claras, sobre qué fundamentos científicos, culturales y antropológicos, se asienta la teoría del buen cachete y el bofetón a tiempo.
A cuantos defienden ésta teoría, propia de una pedagogía cobarde, a parte de fracasada, habría que someterles a la misma, en sus puestos de trabajo, en las aceras, en las colas del autobús o en una inexistente escuela de padres, cuando no realizaran bien su labor, no andaran por su derecha, o se colasen en la fila, o no llegasen a tiempo a la escuela para recoger al niño, respectivamente. Dejando a un lado esto, entiendo que lo del cachete a tiempo, será siempre después de que el infante haya cometido una travesura, y no antes, pues, no es raro que quienes propugnan ésta teoría pedagógica, defiendan también la técnica del Cachete retroactivo que aparece cuando se comprueba a posteriori que en esa ocasión no había motivo suficiente para su aplicación pero que merecería igualmente por haber hecho algo con anterioridad, o el no menos socorrido tortazo preventivo que en idénticas circunstancias aparece porque si no ha hecho nada ahora, ya lo hará. Y respecto al buen bofetón, hemos de tener cuidado porque donde cabe uno, caben dos, y si el bofetón es dado con la suficiente fuerza, el niño puede poner la otra mejilla y anime al padre justiciero a propinarle un segundo guantazo del todo justificado, porque si un bofetón es bueno, mejor serán dos.
Soy tremendamente comprensivo con todas aquellas personas que en algún momento hayan usado el castigo físico con los niños, por no ver mejor modo de hacerles entender a los mismos, que su comportamiento no es correcto, pero estas personas, de mí, sólo pueden esperar comprensión, que no justificación, pues suele ir parejo que el número de cachetes que se dan a los hijos, disminuyen según avanza la edad de los mismos, pues llega un momento en que éstos, los hijos, les pueden devolver los golpes, momento curiosamente, en el que los padres, dejan de azotar, abofetear, y castigar físicamente a su prole, pues consideran oportunamente, que ya son responsables para guiarse en la vida y que a partir de entonces, ya se ocupara la policía y el Estado, de golpearles cuando proceda. En éste orden de cosas, conviene observar que si los niños tuvieran la cabeza de hierro, y las mejillas con púas, pocos serían los padres que por el bien de sus hijos, les dieran un tortazo, pues en ese caso, ciertamente, les dolería a ellos, más que a sus hijos, como suelen decir.
Estoy convencido, que estamos a punto de inaugurar una nueva era, en la que la violencia física en tiempos de paz, desaparecerá de los hogares y de la vida ciudadana, y que el refinamiento de las formas y de las maneras de los castigos, pasarán a ser psicomentales por medio de la nanotecnología y la realidad virtual, donde se someterán a los infantes a implantes neurobiológicos que les refrenen sus naturales instintos y terapias correctoras de nuevo cuño que les disuadan de reincidir en tal o cual conducta, pues de igual manera que ahora nos avergonzamos de la tortura medieval, o del maltrato a la mujer en otras culturas, no está lejos el día en el que sintamos sonrojo cuando sepamos que alguien, para educar a su hijo, tira de los mismos azotes, que en el siglo XVIII hicieran gozar al Marqués de Sade, en el siglo XIX sirvieran para educar a las jovencitas esposas a manos de sus maridos, y en el XX dieran lugar a la famosa disciplina inglesa en colegios y burdeles. Espero que para entonces, los padres se regocijen contemplando como sus hijos adolescentes descubren el sexo y el erotismo y en cambio se escandalicen cuando les pillen mirando una película de las que eufemísticamente llamamos de acción, en las que sólo aparecen tiros, muertes, bombas, y asesinatos, y en las que el que más mata es el bueno, que se erige en paternal castigador y justiciero colectivo y social.

DE CÓMO PEGAR A LOS NIÑOS (POR SU BIEN)
Como quiera que nuestra sociedad resista a la demagogia política, permitiendo el castigo físico de los niños a manos de sus padres, se me antoja deficiente que la autoridad no haya regulado tan delicado derecho sin establecer siquiera la cabal obligación que comporta el seguir un método al ejecutar el mismo, pues no es de recibo que suceda que haya niños que reciban buenos cachetes mientras otros, desdichados, deban conformarse con una torta mal dada.
Como bien saben los etólogos, pegar a los propios hijos en el cálido hogar es una
de nuestras señas de identidad en cuanto especie respecto al resto de primates que a diferencia prefieren cebarse en prole ajena, toda vez el homo sapiens evolucionó y comprendió que pegar al hijo del vecino podría enfrentarle al vecino mismo, y con ello, poner en riesgo la convivencia y paz social. Así, se optó por no pegar a nadie salvo a los propios hijos, demarcación cívica que sirve para distinguir el maltrato del castigo. Los antropólogos subrayan que ésta costumbre se debe más a una pauta de conducta aprendida que a un instinto natural, como prueban la infinidad de culturas primitivas que aún se localizan por Micronesia y Amazonía, donde los niños viven, se educan y desarrollan sin el menor atisbo de violencia …. pero así luego salen ellos, y sus sociedades a quienes bien hacemos en llamar Salvajes y Atrasadas. En consecuencia, hace tiempo que desde los distintos ámbitos se clama por una urgente intervención de la UNESCO para proteger éste legado de la civilización y que se vele por la buena trasmisión a las futuras generaciones, de tan ancestral tradición que nos ha forjado como humanos cuál es, la de pegar a los niños durante su infancia.
Pero por razones que escapan a mi entendimiento, en apenas cuatro lustros, los acomplejados adultos hemos perdido toda capacidad -¡quién sabe si las ganas!- de reprender los malos comportamientos juveniles con ánimo de enderezarles. Así, ha desaparecido todo castigo físico: del capataz hacia el aprendiz, del oficial hacia el recluta, del maestro hacia el alumno…. y en consecuencia hoy es el día en el que asistimos perplejos a enlaces donde entre ambos cónyuges no han recibido una sola pastilla de Espabilina corriéndose con ello el antedicho riesgo de ver interrumpida la tarea comunicativa que trasmite la herencia cultural de la especie, pues difícilmente estarán en disposición de legar a sus hijos la vital experiencia del castigo físico, quienes previamente se han visto privados de ella por negligencia de sus progenitores. ¿Qué sera de esos niños? Los pobres crecerán entre carantoñas, mimos y caricias sin que nadie se atreva nunca a propinarles un azote.
Y es que no son pocos los psicólogos y pedagogos que en privado reconocen al castigo físico, entre las necesidades a cubrir por los padres en la infancia, dados los beneficios psico-somáticos, cívico-morales y espirituales que de su correcta aplicación se siguen para el educando: Aunque no lo parezca el niño reclama de continuo una especial atención a este respecto, de ahí que no pare e insista hasta que se le castigue y reprenda. El niño pide a gritos que se le pegue, pues de las collejas recibidas, a falta de un buen entendimiento lógico-lingüístico, es de donde colige su escala de valores y aprende a conducirse en la vida que no otra cosa es educar. La abundante casuística demuestra que los niños malcriados entre continuos mimos y caricias, son los primeros en apasionarse por los juegos de guerra, y en adquirir patrones violentos fuera de casa, buscando en la calle, lo que les falta en el hogar entregándose con desenfreno al atractivo gamberrismo urbano, al jerárquico pandillaje, o a la moda del activismo antisistema, pues como dice el refrán, En casa de cristal, se arrojan piedras.. por consiguiente, los paternales cachetes dados con cariño, amor y psico-pedagogía, previenen éstas tendencias. La correcta aplicación de las distintas técnicas ayudan al niño a comprender su propio cuerpo, los azotes en el culo, las tortas en la cara, pellizcos en el brazo… Técnicas que ponen a prueba, potencian y estimulan su sistema cardiovascular, el sistema nervioso central y su circulación sanguínea. Por si fuera poco, pegar al propio hijo, afianza como ningún otro acto la filiación y el parentesco, pues si bien cualquiera puede curarlo, alimentarlo e instruirlo, nadie salvo los padres, pueden pegarle, y eso el niño lo agradece en su fuero interno, aunque sus lágrimas y berridos aparenten lo contrario. Cuando el niño recibe un buen tortazo, íntimamente traduce el gesto en ¡¡Éste es mi papá!! Otra cosa es, si quien le pega es el fontanero, el cura, o el profesor. Entonces, ¡¡el niño se puede traumatizar!!
Así las cosas, urge que el Ministerio del Interior o Instituciones Penitenciarias conformen un protocolo que explique a los padres inexpertos, cómo deben pegar a los niños por su bien. A mi juicio, éste manual habría de versar sobre el dónde, cuándo y cómo se ha de aplicar los distintos castigos físicos, dando cuenta con todo lujo de detalles de las distintas técnicas según sea la fuerza, el impulso, posición, localización y cuantos datos incidan para que se pueda distinguir no ya entre un azote y un puñetazo o patada, sino también la enriquecedora diversidad que tercia entre el sopapo, la torta, el cachete y la bofetada. Si me lo permiten, les resumo en una gráfica, donde (x) es la edad e (y) el número de golpes e intensidad, el posible contenido de ésta guía práctica para pegar a los niños por su bien:
En una primera fase, que va desde recién nacido hasta los 3 añitos, se observa que en los 12 primeros meses del bebé, el castigo físico brilla por su ausencia dada su ineficacia en un cuerpo que no está capacitado para comprenderlo, con todo, una acción verbal contundente acompañada de un zarandeo, podría ser un buen comienzo. Una vez cumplido éste período de gracia, pueden empezársele a dar sus primeros azotitos, que entre el pañal y la impresión de la palmadita que le dieron al nacer, apenas sirven para asustar, pero por algo se ha de empezar. De los 18 meses a los tres años, es un buen momento para incrementar la intensidad y frecuencia de los azotes, e introducir los típicos y saludables pellizcos.
La segunda fase, se inicia con los tres años y se prolonga hasta los 6, etapa ideal para tirarles de las patillas, cogerles por la oreja y… por qué no, darles a conocer el guatazo, la colleja y el soplamocos. Este trienio debe ser aprovechado por los padres para castigar a menudo a sus hijos, pues aunque el cuerpo de los mismos ya está configurado para recibir golpes de intensidad, por suerte su cerebro todavía en formación, carece de las sinapsis suficientes como para grabar las escenas en la memoria y evitarle como a los animales, el sufrimiento, al igual que ellos, los golpes solo les provoca dolor, el suficiente para corregirlos y disciplinarlos, ayudarles a adquirir buenos hábitos y a rehuir las malas costumbres. En buena lógica la abundancia del castigo físico entre los 3 y los 6 años, redundará en su reducción en fases posteriores, cosa que el niño agradecerá.
Si todo ha ido bien, en una tercera fase, entre los 6 y los 11 años, la intensidad y frecuencia del castigo físico habría de estabilizarse. Para compensar este estancamiento en la ascensión de los correctivos, es bueno aumentar la variedad de los mismos. Es entonces cuando deben aparecer las buenas tortas, los estupendos cachetes, las soberbias bofetadas, e introducir su combinación, como sucede al cruzar la cara, donde se empieza con una torta y se termina con un sopapo. Esta pluralidad de elementos, hace que el castigo físico no sea tedioso y aburrido para el niño, impidiendo con ello que decaiga su atención. La lección, si es divertida, mejor será aprendida.
Por último, tenemos la cuarta fase que va de los 11 años en adelante. En este periodo, el castigo físico hacia el propio hijo cae en declive y en franca decadencia en relación inversamente proporcional al crecimiento de la masa muscular del educando, que le capacita para emitir respuestas coherentes en el contexto dado. Es hacia los 14 años cuando los psicólogos y pedagogos recuerdan a los padres el famoso complejo de Edipo, y aconsejan que a los jóvenes se les eduque en el diálogo, el amor al prójimo, en pacifismo, el antimilitarismo y la no violencia.
Esta gráfica, a mi entender describe el sombrero o bombín con el que la respetable sociedad cubre el castigo físico de respeto durante la infancia, pero claro, que donde yo percibo un bombín, el Principito de Saint-Exupèry seguro que ve una boa que se ha tragado un elefante. Pero eso ocurre porque de pequeño nadie le dio dos tortazos bien dados.

SÍMBOLOS SAGRADOS. MARCAS DIABÓLICAS

Es posible que como mantiene Darwin, evolucione la especie. Lo que ya no tengo tan claro, es que lo hagan las personas. Los mismos intransigentes espíritus que abocaron a Europa entera a las denominadas “Guerras de religión” si cuando entonces, no dudaron en apoderarse de los resortes eclesiásticos para imponer tras sotanas y hábitos su restringida perspectiva obligando a sus respectivas sociedades a lucir por todos los rincones una simbología coercitiva que se avenía a sus intereses de influencia y persuasión, hoy no pestañean en acaparar los cargos políticos trajeados y encorbatados de democracia y constitucionalidad para de nuevo forzarnos a todos a comulgar con sus rígidas doctrinas consistentes en desposeernos de todo referente simbólico-espiritual para vaciar de sentido nuestro horizonte vital, y poder así mantener el control de nuestro comportamiento intimo y civil, conducido hacía metas futiles y efímeras, nada trascendentes, para facilitar nuestra sumisión en el sistema de producción, nuestra obediencia en el galopante consumismo, y nuestra pasividad ante las insoportables injusticias que nos rodean. Y es que, cuando el discurso del Antiguo Testamento fue manipulado por sus retorcidas inteligencias, y a Dios se le presentaba como Pantocrator vengador y justiciero, les venía como anillo al dedo hacerle omnipresente desde el nacimiento hasta la muerte, pues con ello, se justificaba el statu quo. Pero ahora que Cristo es amigo y compañero, lleno de Amor y Gracia, ya no interesa ese discurso Evangélico Nuevotestamentario que contradice al entero entramado político económico imperante que, a duras penas soportamos, máxime cuando ha dejado de ser el “Opio del Pueblo” que como decía Marx, a modo de elogio, “era la única institución que aliviaba en algo su sufrimiento….”para convertirse en un revulsivo que abre los ojos, destapona los oídos, acelera corazones, yergue a las masas, y las pone en marcha contra tiranos y crápulas tan pronto escuchan la Palabra y los hechos de Jesús. Y por su puesto, no conviene, se vea su figura, para evitar que cale su mensaje y ejemplo, hoy que la gente sabe y puede leer por su cuenta, todo sea que dejen de creer en la verdad mediática y se conviertan en herejes del sistema. Es así como podemos explicarnos el escandaloso apoyo que, desde los Estados, Instituciones y Gobiernos Europeos, más corruptos que la corte de Herodes al completo, se está imprimiendo a esta Cruzada salvaje contra la más mínima expresión de nuestra fe identitaria, cual es el Crucifijo con nuestro querido Jesús yaciente y sufriente irradiando esperanza a los desposeidos de la Tierra…y como se ha comprobado con el reciente fallo del inquisitorial Tribunal de Estrasburgo con igual sorna y escarnio con la que a nuestro Señor los legionarios romanos le ciñeron en la cabeza una corona de espinas, amparándose en la libertad religiosa, para dictar sentencia a favor de quienes solicitan quitar los sagrados símbolos de las aulas, pues a mi modo de ver, la libertad de uno, no consiste en impedir a los demás ejercer su fe, sino en practicar cada cual la suya, disguste a quien disguste, mientras haya respeto mutuo y sin imposiciones. Pero curiosamente, al mismo tiempo que sucede todo esto, y el asunto después de décadas de falso laicismo, y pseudoprogresismo ha logrado quebrar el espinazo con este punto de inflexión, a nadie parece importarle que nuestro jóvenes despojados de crucifijos, velos, levitas, y cualquier signo que les pueda recordar los puntos cardinales de su realidad cultural, familiar o personal, hagan continua genuflexión y penitencia luciendo marcas desde los talones hasta en las gafas como vulgar ganado humano en el que les han convertido esos pastores de rebaños mansos que desde tan altos y prestigiosos púlpitos les animan a portar esos logos de pertenencia y que rinden culto a Satán, Lucifer, y El diablo. Pues todos sabemos que las más reconocidas marcas, son verdaderas sectas satánicas que manejan un lenguaje diabólico subliminal que convierte a las tiernas e inocentes mentes infantiles, en auténticos esbirros de intereses luciferinos y hace de ellos esclavos de por vida atrapados en un dantesco engranaje de producción y consumo contante que les mantiene prisioneros del sistema infernal, que aquellos, los que prohíben los crucifijos, desean potenciar. A diferencia de estos lacayos del Hades, nunca veréis a la Iglesia Católica asociada a marca alguna; tampoco sabréis de campaña publicitaria en la que se mezcle con esos indeseables endemoniados; y no le faltan oportunidades: ni en sus púlpitos, ni en sus misas, ni debajo, ni arriba de los crucifijos, ni en los pasos de Semana Santa, ni en los Nacimientos, ni en el Vaticano, ni en los pórticos de las catedrales, ni en sus parroquias, ni en sus publicaciones, ni en sus Bíblias, etc, etc, etc. Nunca las marcas han tenido cabida en la iglesia. ¡Y nunca la tendrán! Y ello, resulta insoportable para quienes lo han intentado, y lo intentan sin éxito, pues saben que sin la bendición de la Santa Madre Iglesia, parafraseando a Unamuno ¡vencerán, pero no convencerán! Y encolerizados, ahora arremeten de este modo con el aplauso general, no ya del racional ateo que hace lustros se desmarcó del asunto, sino del más insensato interlocutor de San Anselmo, que al tiempo que hace el caldo gordo a los representantes de Satán en la Tierra, disfrutan ellos con las lecturas de Dan Brown, y sus hijos con las de Harry Potter, buscando todos en los horóscopos para sus atormentadas mentes, el refugio psicológico, y la paz espiritual que tan alegremente han despreciado.

NO ME PARECE MAL

En una pequeña y concurrida calle peatonal de Bilbao, entre bulliciosos bares y mobiliario urbano, contemplé una escena más propia de la remota memoria, que de nuestros días, aquella en la que se ve a un nutrido grupo de infantes jugando al modo tradicional, pero a diferencia de entonces, en un terreno que ya no les pertenece y se les presenta como hostil a sus andanzas y travesuras, entre vainas gigantes que circulan a su paso sin reparar en ellos, obras de todo tipo y voraces coches subidos a las aceras que les acoge. A duras penas, podían desarrollar su quehacer en el añejo Un, dos, tres, carabimbombá, o en el otro, más difícil todavía, Chorro-morro, pico, tallo, que, tarea que se antojaba harto difícil, debido a las amplias terrazas repletas de los pertinentes pertrechos, las entradas de los comercios, y lo anteriormente descrito. Y es posible que les esté bien empleado a nuestro jóvenes, el haber perdido la calle, como lugar de esparcimiento… no merecen otra cosa, toda vez, la han despreciado en favor de la tele, el internet y la videoconsola. A decir verdad, no me parece mal, que los niños a día de hoy, no puedan jugar en la calle, siempre, claro está, que puedan hacerlo en otro sitio, donde las condiciones indispensables para ello se lo permitan.
Si el niño no puede jugar en la calle, en algún sitio habrá de hacerlo, pues es en el juego donde durante la infancia, se interiorizan las claves cívicas que en ulteriores etapas habrán de aplicar en la convivencia cotidiana con sus semejantes. Este sitio donde el niño juega, se divierte y relaciona con sus compañeros, no es otro que el antaño centro de estudios, también denominado, colegio. Es en el colegio donde el niño quema sus calorías como buenamente puede, en un recinto preparado para ello, cuales son los patios de recreo, y las aulas donde ejecuta las distintas actividades ludico-formativas. Mas como en cualquiera de los casos sean recintos de asfalto y hormigón, la natural necesidad de desfogarse en la libre mirada y con el enérgico músculo, tan propio de otras épocas, se ve sumamente mermada e insatisfecha, se ven empujados a prolongar sus ansias de juego en las propias aulas de estudio, donde se supone que debe aprender los conocimientos que habrán de prepararle académicamente para el futuro. De modo que, difícilmente podrá concentrarse, estudiar y aprender, si en el aula está distraído con aquellos juegos que no puede desarrollar plenamente en su horario de recreo, y difícilmente los profesores podrán desarrollar su tarea docente con un alumnado tan inquieto y estresado que está más preocupado de chatear con el móvil, que de atender a la aburrida pizarra. Y no me parece del todo mal, que los niños jueguen y se diviertan en el aula, cuando no lo puedan hacer en la calle, siempre y cuando aprendan lo que precisan aprender en otro sitio.
Y ese sitio, que ya no es el colegio, la escuela o el instituto, no es ni más ni menos que la propia casa, donde nuestros jóvenes meten el mayor número de horas lectivas, que se han trasladado del centro escolar a la vivienda familiar. Como resulta que los niños en el colegio se relacionan más que estudian- prueba de ello es que la evaluación del profesorado versa más sobre la actitud del alumno que de su grado de conocimientos- los padres pasan a ocuparse de la tarea formativa de sus hijos y les ayudan a hacer los deberes, hasta altas horas de la noche, o bien, les meten a clases particulares, de modo que el tiempo y el espacio en el cual debería trasmitirse los mínimos valores educativos de la persona, y las relaciones humanas entre padres, hijos y hermanos, se ven seriamente interferidas por tareas propias de la instrucción científica y académica, que no pueden desarrollarse ya en el centro de estudios, que es donde el niño juega lo que no puede jugar en la calle….dándose el caso extremo de que la misma se ve en ocasiones solapada por la relación profesor-alumno, como lo demuestra el hecho de que unos y otros hacen girar sus vidas, vacaciones, miedos y afectos en torno a las notas, exámenes, y demás realidad computable. Y sinceramente les digo que tampoco esto me parece mal, si dichos valores humanos, familiares, y personales,, la juventud puede absorberlos bajo otras formas que le ayuden para la relación social, que habrán de ejercitar en la etapa adulta. Y qué mejor sitio para ello, que la propia calle.
Es en la calle, donde nuestra prole aprende los valores propios que han de regirle en adelante y los aprende de su cuadrilla, de sus colegas y amigos que le enseñan cuanto debe saber sobre el sexo, las drogas, la solidaridad, la lealtad, la disciplina, la amistad, cosas que ya no hay tiempo para trasmitirle en su hogar, debido a que en el mismo, han de desarrollar su carrera académica. Es imitando a sus amigos y tomando de ellos los ejemplos pertinentes, sus hábitos de conducta, sus héroes a admirar, etc, como nuestros hijos sobreviven afectivamente en nuestros días, no perdiendo detalle de cuanto ven y escuchan, según pasamos a su lado, mientras permanecen con auriculares en las orejas, móvil en mano, vaso de cerveza en la otra, apostados en los rellanos de los portales, subidos a los bancos con los pies donde deberían sentarse, o agazapados entre los coches que les rodean, frente a los bares donde pasan la mayor parte de su tiempo libre. Y una vez más, debo decirles que de ningún modo esto me parece mal.
Y no me parece mal nada de cuanto les cuento, porque para que me pudiera parecer mal, debería haber opción -una opción buena, se sobreentiende- pero dado que esto ya no parece tener remedio, prefiero asumirlo tal cual es, y prepararme moral y anímicamente para la venidera sociedad, que se está gestando.

¡ME CAGO EN DIOS !

La otra mañana, según entraba al aula, oí sin remedio un profundo y muy sentido “¡Me cago en Dios!” que retumbó entre las cuatro paredes, proveniente de una acalorada garganta estudiantil con las hormonas algo alteradas. Para quitarle hierro al asunto, y no darle más importancia de la que tenía, inquirí carente de esperanza, pero no exento de picardía, a propósito de su expresión para indagar hasta que extremo era dueño de su lenguaje más allá del dominio técnico-memorístico demostrado en un examen donde ha de distinguir quién es el sujeto en la oración “Juan ata al perro”. Pero la ESO no deja de asombrarme, y enseguida comprendí que el intercepto en cuestión, no tenía ni pajolera idea de lo que sus palabras significaban una a una y solo tenía una ligera noción de que era un desahogo, pero no ciertamente el que preconizaba voz en grito.
Ya puestos a tirar del hilo de Ariadna para no perderme como Teseo en el laberinto del minotauro educativo, me interesé por cómo le iba con la EPC Educación Para la Ciudadanía y si acudía a clases de religión. Sin pillarme la ironía me contestó con un lacónico “Bien” y “No” para darme a entender “ A qué venía eso” Sin darle tiempo a el ni a sus compañeros a atrincherarse en un juvenil defensivo silencio de hombros encogidos, le saqué de dudas preguntándole de nuevo sobre si creía en Dios…a lo que ufano contestó de inmediato sin mediar reflexión alguna que le evitara la aporía venidera que él era ateo y que no creía en nada. ¡Muy bien! Le espeté y le animé a que me explicara entonces como hacía para cagarse en Dios…Fue entonces, cuando la luz se abrió paso en su mente, pero solo para mantener su posición, y basó su defensa en que aunque él fuera ateo y no tuviera Dios, lo hacía en el de los demás. Aquella descarada argumentación numantina, vislumbraba que su cerebro, pese a ser esollado por el sistema educativo imperante, albergaba todavía neuronas ágiles y autónomas, aunque solo fuera para llevar la contraría. Animado por haber excitado su hipotálamo y haber captado su atención y la de sus compañeros, no perdí ocasión de informarles sobre cuestiones teológicas de primer orden, y así les hice saber que si bien, judíos, cristianos, y musulmanes, tenemos en origen el mismo Dios, solo los primeros y los últimos son monoteístas, pues nosotros los cristianos tenemos tres: El Dios Padre que compartimos con judíos y musulmanes y al que ellos llaman Yahvé y Allá respectivamente, el Dios hijo Jesús que es nuestra seña de identidad como religión, y el Espíritu Santo que conforma la Santísima Trinidad cuya realidad ni en la carrera de Teología me supieron explicar. Y todo, para hacerle ver que de cagarse en algún Dios, este sería o judío o musulmán, pero no cristiano, al menos de una sola vez, pues para cagarse en el Dios cristiano requería tres culos, o en su defecto decirlo tres veces seguidas y especificando la persona sin esperar a la escatología apocalíptica de San Juan para aprovechar la “Parusía” la segunda llegada de Cristo y que aconteciera una especie de “Perijónesis” que le posibilitara tan magna faena. Llegados a este punto, todos avinieron que en teoría, es más fácil cagarse en Yahvé y Allá, pero que en la práctica es menos peligroso suponer que cuando nos cagamos en Dios lo estamos haciendo en el Cristiano, por cuanto este, pasados las herejías, las excomuniones, los Templarios, las Cruzadas, las Guerras de Religión, la Santa Inquisición, y cuantas formas ha tenido la Iglesia Católica de defender la fe, carece de la convicción y la fuerza suficiente como para castigar blasfemias, vengar afrentas, y corregir comportamientos de mal gusto, a diferencia de sus hermanas que cuentan con fanáticos sionistas y Ayatolas que andan ojo a vizor y no se andan con chiquitas como el Vaticano; Con ellos uno se caga, pero de verdad.
Estaba siendo una clase memorable. Por una vez creí haber suscitado el debate, creado dudas, generado inquietudes, abierto horizontes mentales….Para cuando me quise dar cuenta ¡Tocó la campana! Y con la velocidad del rayo, aquellos zalameros zascandiles me hicieron sentir peor que Prometeo, Sísifo, y Tátanos frente a los dioses del Olimpo. Salieron por la puerta cagándose en todos los dioses conocidos y por conocer sacados de los Asterix y resto de comis. En esos momentos reconozco que a mí también me entraron unas tremendas ganas de imitarles, pero me acordé a tiempo de una gran enseñanza aprendida cuando de estudiante en el Instituto Diocesano de Estella Ntra. Sra. Del Puy, nos llevaron de excursión a la localidad aragonesa de Sos del Rey Católico, donde recuerdo que obré a conciencia y comprendí sin necesidad de explicaciones ilustradas de dónde provenía la muy saludable otra expresión que compite con la precedente en nuestros labios por llevarse toda la gloria expresiva de la que somos capaces, junto a nuestras madres y padres. Y se me olvidaba: el perro es el sujeto y aprovecha para cagarse en la RAE en su gramática y en su sintaxis.

INFANCIA EMPUPITRADA
El otro día, a eso de las 8:30 de la mañana, camino del trabajo, contemplé una escena propia de éstas fechas que no por repetida deja de llamarme la atención, a saber: Un niño de corta edad berreando a los cuatro vientos arrastrado por su madre camino del colegio. Uno, que ha presenciado la matanza del cerdo, no podría distinguir cual de los dos infelices ejercía mejor su papel de víctima, pues la vuelta al cole no es como nos la describen en la pantalla televisiva los grandes almacenes: un idílico paraíso de críos guapos y sonrientes con reluciente uniforme, rodeados de amigos en un marco de amplios horizontes naturales… mas bien ilustra con mayor acierto el tan cacareado síndrome postvacacional que dicen padecer los adultos con el regreso al trabajo, por no hablar del carcelario patio de recreo rodeado de cercas y asfalto, y las vomitivas raciones del comedor cuyo aroma compite en pestilencia con el de las papeleras y granjas industriales de las gallinas y pollos de croqueta. Aquel desdichado que lloraba a moco tendido, tenía como tantos otros, verdadero motivo para actuar de esa manera, pues lo que le espera tras un verano de playa, piscina, monte, fútbol, siesta, juego del escondite, bicicleta, patinete, etc. no era otra cosa que permanecer entre 5 y 6 horas sentado en un pupitre los cinco días de la semana, de septiembre a junio. A nosotros, los altos, que se nos llena la boca hablando del maltrato y la explotación infantil en el sureste asiático, no se nos ocurre mejor modo en que un pequeño pueda pasar su infancia, que empupitrado entre las cuatro paredes del aula de un colegio, pero ya se sabe, que los renacuajos zascandiles con su rebosante imaginación, tienen en sus tiernas mentes otras fórmulas, absurdas y ridículas, como pasarse el día jugando y brincando por ahí, sin hacer nada de provecho.
Es posible que condenar a nuestra juventud a pasar su infancia y adolescencia empupitrada, pueda parecer desde su insolente e irresponsable perspectiva, poco menos que la práctica de la tortura denunciable ante la UNESCO y Amnistía Internacional, sin embargo, nuestra sociedad requiere de su menudo sacrificio, pues de qué otro modo podríamos procurarnos un entrenamiento mejor para el día de mañana contar con gente dispuesta a trabajar de cajeras de supermercado, en cabinas de autopista, de oficinistas, recepcionistas, operadoras telefónicas, controladores aéreos, o en una cadena de montaje…sin necesidad de recurrir a la conspiración del flúor. También es posible, que sin éste adiestramiento previo de la empupitración de la infancia, serían muchos más los problemas de la clase turista, que aparecerían no sólo en los vuelos trasatlánticos, sino incluso en los de corto recorrido de autobús. Son por estos y otros motivos, que los padres y madres con todo el dolor de su corazón, empupitran día sí, día también a sus jóvenes retoños para que se vayan acostumbrando a lo que va a ser su vida venidera. Claro que dado que hablamos de futuro y el futuro de todos nosotros es la muerte y pasar la eternidad en un ataúd, a lo mejor se me ocurre que ya dispuestos a prepararnos para el futuro, mejor sería dejarlos dormir en sus camas después de ver la tele hasta altas horas de la noche y se quedaran así, tumbados lánguidamente soñando con los angelitos.

CURIOSOS MOCHILEROS

Ayer, de mañana, a eso de las siete y media, andaba yo tomando un café por las inmediaciones del Puente Colgante. En eso que advertí un nutrido grupo de jovenzuelos provistos de mochilas y distintos atuendos. Uno de aquellos zascandiles cruzó intrépido la calle hacia donde yo estaba, provisto de un donut en la mano. Fue entonces cuando sin saber muy bien porqué, se me ocurrió preguntarle que a dónde iban de excursión… Ni les cuento con la cara de Tínfano que me miró. Ni se dignó en contestarme.
Sin darme tiempo a comprender el porqué aquel chaval no me había respondido, apareció el autobús que les recogió a todos aquellos mochileros. Fue entonces cuando caí en la cuenta de que no se trataba de una excursión, sino de que en pleno verano, acudían al colegio para recuperar las materias que habían suspendido durante el año. ¡Sin comentarios!

2007 diciembre 12

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NICOLA LOCOCO FILÓSOFO
De cómo pegar a los niños (por su bien)
Como quiera que nuestra sociedad resista a la demagogia política, permitiendo el castigo físico de los niños a manos de sus padres, se me antoja deficiente que la autoridad no haya regulado tan delicado derecho sin establecer siquiera la cabal obligación que comporta el seguir un método al ejecutar el mismo, pues no es de recibo que suceda que haya niños que reciban buenos cachetes mientras otros, desdichados, deban conformarse con una torta mal dada.
Como bien saben los etólogos, pegar a los propios hijos en el cálido hogar es una de nuestras señas de identidad en cuanto especie respecto al resto de primates que a diferencia prefieren cebarse en prole ajena, toda vez que el homo sapiens evolucionó y comprendió que pegar al hijo del vecino podría enfrentarle al vecino mismo, y con ello poner en riesgo la convivencia y la paz social. Así, se optó por no pegar a nadie, salvo a los propios hijos, demarcación cívica que sirve para distinguir el maltrato del castigo. Los antropólogos subrayan que esta costumbre se debe más a una pauta de conducta aprendida que a un instinto natural, como prueban la infinidad de culturas primitivas que aún se localizan por Micronesia y Amazonia, donde los niños viven, se educan y desarrollan sin el menor atisbo de violencia… pero luego así salen ellos, y sus sociedades a las que bien hacemos en llamar «salvajes y atrasadas». En consecuencia, hace tiempo que desde los distintos ámbitos se clama por una urgente intervención de la UNESCO para proteger este legado de la civilización y para que se vele por la buena transmisión a las futuras generaciones de tan ancestral tradición que nos ha forjado como humanos, cual es, la de pegar a los niños durante su infancia.
Pero por razones que escapan a mi entendimiento, en apenas cuatro lustros, los acomplejados adultos hemos perdido toda capacidad -¡quién sabe si las ganas!- de reprender los malos comportamientos juveniles con ánimo de enderezarlos. Así, ha desaparecido todo castigo físico: del capataz hacia el aprendiz, del oficial hacia el recluta, del maestro hacia el alumno… y, en consecuencia, hoy es el día en que asistimos perplejos a enlaces donde entre ambos cónyuges no han recibido una sola «pastilla de Espabilina», corriéndose con ello el antedicho riesgo de ver interrumpida la tarea comunicativa que trasmite la herencia cultural de la especie, pues difícilmente estarán en disposición de legar a sus hijos la vital experiencia del castigo físico quienes previamente se han visto privados de ella por negligencia de sus progenitores. ¿Qué será de esos niños? Los pobres crecerán entre carantoñas, mimos y caricias sin que nadie se atreva nunca a propinarles un azote.
Y es que no son pocos los psicólogos y pedagogos que en privado reconocen el castigo físico entre las necesidades a cubrir por los padres en la infancia, dados los beneficios psicosomáticos, cívico-morales y espirituales que de su correcta aplicación se siguen para el educando: Aunque no lo parezca, el niño reclama de continuo una especial atención a este respecto, de ahí que no pare e insista hasta que se le castigue y reprenda. El niño pide a gritos que se le pegue, pues de las collejas recibidas, a falta de un buen entendimiento lógico-lingüístico, es de donde colige su escala de valores y aprende a conducirse en la vida, que no otra cosa es educar. La abundante casuística demuestra que los niños malcriados entre continuos mimos y caricias son los primeros en apasionarse por los juegos de guerra y en adquirir patrones violentos fuera de casa, buscando en la calle lo que les falta en el hogar entregándose con desenfreno al atractivo gamberrismo urbano, al jerárquico pandillaje o a la moda del activismo antisistema, pues como dice el refrán, «en casa de cristal, se arrojan piedras…»; por consiguiente, los paternales cachetes dados con cariño, amor y psicopedagogía previenen estas tendencias. La correcta aplicación de las distintas técnicas ayudan al niño a comprender su propio cuerpo, los azotes en el culo, las tortas en la cara, pellizcos en el brazo… Técnicas que ponen a prueba, potencian y estimulan su sistema cardiovascular, el sistema nervioso central y su circulación sanguínea. Por si fuera poco, pegar al propio hijo afianza como ningún otro acto la filiación y el parentesco, pues si bien cualquiera puede curarlo, alimentarlo e instruirlo, nadie salvo los padres pueden pegarle, y eso el niño lo agradece en su fuero interno, aunque sus lágrimas y berridos aparenten lo contrario. Cuando el niño recibe un buen tortazo, íntimamente traduce el gesto en «¡Este es mi papá!». Otra cosa es si quien le pega es el fontanero, el cura o el profesor. Entonces, ¡el niño se puede traumatizar!
Así las cosas, urge que el Ministerio del Interior o Instituciones Penitenciarias conformen un protocolo que explique a los padres inexpertos cómo deben pegar a los niños por su bien. A mi juicio, este manual habría de versar sobre el dónde, cuándo y cómo se han de aplicar los distintos castigos físicos, dando cuenta con todo lujo de detalles de las distintas técnicas según sea la fuerza, el impulso, posición, localización y cuantos datos incidan para que se pueda distinguir no ya entre un azote y un puñetazo o patada, sino también la enriquecedora diversidad que tercia entre el sopapo, la torta, el cachete y la bofetada. Si me lo permiten, les resumo en una gráfica, donde x es la edad e y el número de golpes e intensidad, el posible contenido de esta guía práctica para pegar a los niños por su bien:
En una primera fase, que va desde recién nacido hasta los 3 añitos, se observa que en los 12 primeros meses del bebé el castigo físico brilla por su ausencia, dada su ineficacia en un cuerpo que no está capacitado para comprenderlo; con todo, una acción verbal contundente acompañada de un zarandeo podría ser un buen comienzo. Una vez cumplido este período de gracia, pueden empezársele a dar sus primeros azotitos, que entre el pañal y la impresión de la palmadita que le dieron al nacer apenas sirven para asustar, pero por algo se ha de empezar. De los 18 meses a los tres años es un buen periodo para incrementar la intensidad y frecuencia de los azotes, e introducir los típicos y saludables pellizcos.
La segunda fase se inicia con los tres años y se prolonga hasta los 6, etapa ideal para tirarles de las patillas, cogerles por la oreja y, por qué no, darles a conocer el guantazo, la colleja y el soplamocos. Este trienio debe ser aprovechado por los padres para castigar a menudo a sus hijos, pues aunque el cuerpo de los mismos ya está configurado para recibir golpes de intensidad, por suerte su cerebro, todavía en formación, carece de las sinapsis suficientes como para grabar las escenas en la memoria y evitarle, como a los animales, el sufrimiento; al igual que a ellos los golpes sólo les provoca dolor, el suficiente para corregirlos y disciplinarlos, ayudarles a adquirir buenos hábitos y a rehuir las malas costumbres. En buena lógica, la abundancia del castigo físico entre los 3 y los 6 años redundará en su reducción en fases posteriores, cosa que el niño agradecerá.
Si todo ha ido bien, en una tercera fase, entre los 6 y los 11 años, la intensidad y frecuencia del castigo físico habría de estabilizarse. Para compensar este estancamiento en la ascensión de los correctivos, es bueno aumentar la variedad de los mismos. Es entonces cuando deben aparecer las buenas tortas, los estupendos cachetes, las soberbias bofetadas, e introducir su combinación, como sucede al cruzar la cara, donde se empieza con una torta y se termina con un sopapo. Esta pluralidad de elementos, hace que el castigo físico no sea tedioso y aburrido para el niño, impidiendo con ello que decaiga su atención. La lección, si es divertida, mejor será aprendida.
Por último, tenemos la cuarta fase que va de los 11 años en adelante. En este periodo, el castigo físico hacia el propio hijo cae en declive y en franca decadencia en relación inversamente proporcional al crecimiento de la masa muscular del educando, que le capacita para emitir respuestas coherentes en el contexto dado. Es hacia los 14 años cuando los psicólogos y pedagogos recuerdan a los padres el famoso complejo de Edipo y aconsejan que a los jóvenes se les eduque en el diálogo, el amor al prójimo, el pacifismo, el antimilitarismo y la no violencia.
Esta gráfica, a mi entender describe el sombrero o bombín con el que la respetable sociedad cubre el castigo físico de respeto durante la infancia, pero claro que donde yo percibo un bombín, el Principito de Saint-Exupéry seguro que ve una boa que se ha tragado a un elefante. Pero eso ocurre porque de pequeño nadie le dio dos tortazos bien dados.
2008 abril 23

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Nicola Lococo Filósofo
Contra la lectura y la escritura
Con motivo del Día Internacional del Libro, Nicola Lococo ofrece una irónica y divertida reflexión acerca de la utilidad, a estas alturas del desarrollo científico y técnico, de los libros, dado que «la población no precisa saber leer ni escribir más allá de lo que la capacite para entender las etiquetas de los productos que va a comprar».
Durante milenios, el hombre se ha servido de la escritura para trasmitir su experiencia vital a su descendencia y así poder evolucionar socialmente al modo en que nuestro cuerpo lo hace en la naturaleza en cuanto especie. Sin embargo, gracias al avance científico-técnico propiciado por esta herramienta cultural y su gregario efecto de la lectura, nuestra civilización ha alcanzado el grado de madurez suficiente para, desde el imperio de la imagen, poder prescindir de ambos hábitos, cuya utilidad hasta fechas recientes en modo alguno negamos, pero que a día de hoy ven menguada su capacidad e incluso pueden suponer todo un lastre como en su día lo fueran otras técnicas, entre las que se encontraba la tradición oral, que veían en ella una decadencia mental por cuanto descuidaría la memoria personal y colectiva, y durante siglos no fueron pocos los ilustres personajes de la historia que se negaron a dejar por escrito su saber y enseñanzas, entre ellos Sócrates y el mismísimo Jesús. Así, hoy muchos temen que el no educar a la infancia en el manejo de estos vetustos procedimientos comunicativos será toda una hecatombe cultural y el acabóse de la civilización humana entregada sin freno al culto de la táctil interactuación de los medios audiovisuales. Bastante tributo se les ha dispensado ya haciendo de su presencia el inicio de la historia. Eso nadie se lo puede quitar. Mas va siendo hora de que prescindamos de tan arcaica forma de comunicación y apostemos firmemente por formarnos en el dominio de las nuevas tecnologías icónico-simbólicas que en un futuro cercano jubilarán a la escritura y la lectura y, junto a la ortografía y la caligrafía, habrán de dar paso a una nueva forma de relación interpersonal más libre y ágil que capacite a los jóvenes para comunicarse con mayor velocidad y eficacia en los vertiginosos tiempos del incipiente siglo XXI.
Es en este sentido en el que me congratulo por los continuados éxitos obtenidos a manos de los sucesivos gobiernos habidos, pues gracias a sus continuas reformas educativas los niveles e índices de lectura y escritura disminuyen de modo progresivo, y todo apunta a que en breve el Estado Español se encontrará a la cabeza del mundo desarrollado en suprimir perniciosa continuidad entre nosotros, al tiempo que entre la infancia ha aumentado considerablemente la sana costumbre de ver la tele, pasarse las horas conectados a internet y adquirir provechosas habilidades apretando botones en videoconsolas, móviles, mp3, 4, 5… que seguramente les serán de enorme provecho cuando tengan que trabajar de cajeros en los supermercados o recoger los pedidos en un MacDonalds. Pero, con todo, creo que no se hace lo suficiente.
Y digo que todavía no se hace lo suficiente, porque todavía puede contemplarse con estupor la publicación de cuentos para niños, secciones infantiles en las bibliotecas, edición de concursos literarios para jóvenes… Como comprenderán, así no se puede. ¿Qué es lo que se pretende con éstas campañas a favor de la lectura, si no es dar pábulo al negocio editorial y de comer al conjunto de advenedizos escritores, poetas y dramaturgos que tras la pluma esconden lo que en otro tiempo se llamara una vulgar charlatanería? La humanidad ha vivido la mayor parte del tiempo sin necesidad de estos instrumentos y puede continuar haciéndolo varios milenios más sin ellos, porque en verdad la población no precisa saber leer ni escribir más allá de lo que la capacite para entender las etiquetas de los productos que va a comprar en los comercios, reconocer las marcas que le anuncian por la tele y que debe adquirir en las grandes superficies, y poder recibir las órdenes que desde distintas instituciones, empresas y organismos oficiales se le lleguen a comunicar con no más de cinco palabras seguidas como, por ejemplo, «Hacienda somos todos», «Si bebes no conduzcas», «Vota a Fulanito», «Ven y cuéntalo»; o sencillamente «Siempre Coca-Cola»… Nivel parecido al que mostramos en matemáticas, con el que nos basta y sobra para reconocer los números del 0 al 9, y para de contar. No se entiende entonces el enorme empeño y esfuerzo institucional derrochado en convertirnos a todos en poco menos que literatos, como pretende la secta del Círculo de Lectores, asaltándonos por las calles, metiéndonos la lectura por los ojos.
Si no deseamos que nuestros jóvenes se conviertan en auténticos parias de la civilización venidera y carezcan de los conocimientos básicos para moverse con soltura en la nueva cultura de la imagen que se está forjando, hemos de evitar en lo posible que adquieran los primitivos usos de abrir un libro o coger un bolígrafo. Por supuesto, esto requiere un gran sacrificio por parte de todos, empezando por las familias, donde se ha de dar ejemplo al niño: Nada en casa ha de recordar la presencia antigua de enciclopedias, diccionarios o sencillos periódicos; en consecuencia, los muebles han de estar desprovistos de baldas o estanterías; por supuesto, nada de tebeos, cómics, mangas o como quiera que ahora disfracen su nombre, siquiera con abundantes dibujos, que por ahí se empieza. ¡A ver la tele en la sala o a escuchar música al cuarto! En las escuelas las clásicas pizarras deben sustituirse inmediatamente por pantallas de plasma donde con una sencilla presión del dedo puedan realizarse todas las operaciones sin necesidad de escribir en ellas, y en lugar de incómodos pupitres han de instalarse terminales de ordenador, desde luego sin los innecesarios teclados decimonónicos; los libros de texto pueden editarse en CD y DVD donde todo el mensaje venga recogido con imágenes o en explicaciones auditivas, y los únicos lápices que se vean serán los que cuelgan del cuello como si fueran amuletos o modernos cencerros en los que pasear la memoria escolar de varios mega-gigas. El estado, por su parte, y todos sus organismos oficiales, primarán el no saber leer y escribir, por cuanto ello puede resultar perjudicial para la comunicación con la ciudadanía -como sucede en la Seguridad Social, donde a los médicos sólo les entiende la letra el farmacéutico-, y como ejemplo editará todos sus documentos, a modo de telediarios, con pequeños rótulos y abundante reportaje gráfico, empezando por el propio BOE, etc.
Indudablemente, estas milenarias costumbres, cuales son las de la escritura y la lectura, que en su día se adquirieron más por necesidad que otra cosa, no desaparecerán de la noche a la mañana, toda vez que algunos se resisten a perder el poder que les otorga dominar su técnica, como en su día los sacerdotes y escribas se resistieron a que dicho conocimiento se extendiera al resto de la población, olvidándose por entero de su quehacer esclavo. Llevará tiempo eliminar por entero su uso e incluso su realidad. Pero tan pronto la gente advierta que sólo leen los pobres por no tener otro medio con el cual divertirse, o aquellos pueblos subdesarrollados que carecen de la fibra óptica con la cual poder avanzar hacia ésta nueva cultura de la imagen, la erradicación de la lectura y de la escritura será más fácil y rápida, quedando relegada y reducida su presencia a clubes literarios de nostálgicos y a los museos. De ahí a que se olvide por completo sólo será cuestión de tiempo. Y así como hoy hay lenguas muertas, como el sánscrito, el arameo, el latín o el griego, esperemos que para el siglo XXII lo que verdaderamente esté muerto y en desuso sean precisamente la escritura y la lectura. La propia UNESCO, que algo sabe del asunto, parece haber emprendido una drástica campaña de concienciación global y ha informado al mundo de que en el pasado 2007 ha empezado a eliminar libros por medio del también antiguo procedimiento del fuego, al que fueron a parar no menos de cien mil ejemplares. ¡Todo un ejemplo!

2009 noviembre 24

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Nicola Lococo Filósofo
Juego de niños
Todo consiste en distraer el cerebro de los niños para mantenerlos en una actitud dócil y pasiva del todo antinatural a su condición infantil, situación en la que son mas fácilmente manipulables
Dos amiguitas de diez años se hallan frente al televisor. Llegados los anuncios, una le dice a la otra: «El otro día vi un condón junto a los columpios», a lo que su compañera replicó: «¿Qué es un columpio?». El chiste ilustra la situación en la que se encuentra la infancia, transcurridos veinte años de la Convención de los Derechos del Niño desatendida por unos mayores demasiado ocupados en producir bienes de consumo y en ganar dinero, y educada por empresas desaprensivas que les inculcan lo peor del sistema capitalista, como es el egoísmo, la competitividad, el consumo conspicuo, el despilfarro y cuantos males aquejan la contemporaneidad. Y es que el «juego de niños» es algo muy serio.
En su excelente ensayo «Homo ludens», Huizinga pone de manifiesto la relevancia que tienen los aspectos lúdicos y agonales para el desarrollo armonioso de nuestra psique en cualquier edad, pero sobre todo en la infancia.
Se sabe que «los niños aprenden jugando» y que «si la lección es divertida… mejor será aprendida», pero hoy se ha optado por descafeinar tan sabia enseñanza y todo consiste en distraerles el cerebro para mantenerlos en una actitud dócil y pasiva del todo antinatural a su condición infantil, situación en la que son mas fácilmente manipulables. Para ello, no se escatiman medios y se pone a su entera disposición una vacua e insulsa programación infantil repleta de publicidad explícita y subliminal que los convierte en zombis consumistas de un mezquino e hijodeputa merchandising bastante caro para su poder adquisitivo y aún el de sus padres, y junto a ellos sufrirán la frustración correspondiente de no poderlo adquirir o la decepción de ver insatisfechas sus expectativas, que se esfuman en cuanto se abre el producto… basado en personajes de las series a los que se les ha hecho amar y desear como sólo aman y desean los niños. Éstos interiorizan su cruel existencia con la misma gracia del muñeco diabólico, y dado que no se les permite dar patadas a un balón ni andar en bici, ni jugar al escondite ni a la peonza, ni al yunque, siempre bajo la espada de Damocles que les recuerda: «¡Eso no se dice! ¡Eso no se hace! ¡Eso no se toca!», desahogan su rabia y desesperación apretando botones de la videoconsola.
Lo que no saben los padres es que cuando un niño se pasa las horas matando bichos o cuando aplaude cuando Terminator pega un tiro en la cabeza a un cyborg, en verdad, como dicen los expertos en psicopatologías, lo que está haciendo es asesinar simbólicamente a sus padres, sobre quienes ha acumulado un largo resentimiento por haberlo abandonado al cuidado hostil de niñeras mecánicas que lo han mantenido prisionero del lado oscuro de la tecnología, y le han originado lo que se conoce como «síndrome de separación afectiva». Ya no son los juguetes los que cobran vida por las noches como en «El soldadito de Plomo», sino los propios niños que, inquietos entre tantos medios electrónicos, ordenadores, mandos, móviles, mp3, cuya radiación y campos magnéticos alteran sus sueños, abren los ojos y deambulan emulando al héroe de la catana o el cortador de cabezas por las habitaciones, sopesando a qué van a jugar mientras sus padres duermen.

La tiranía de los genes

http://www.youtube.com/watch?v=yamvQ4SU1Kk

A la mayoría, ha pillado por sorpresa la hipótesis planteada por la CEOE de que la herencia genética determina en mayor grado el rendimiento escolar del alumnado que su entorno socioeconómico, por cuanto dicho supuesto contradice abiertamente la unánime opinión de los expertos redactores del informe PISA…¡A mi no!

Durante la infancia, adolescencia y juventud, me formé en esa feliz idea de que el entorno moldea al individuo, revistiéndole de una segunda naturaleza, cual es la cultura, que con ayuda de la tradición, la costumbre y sobre todo la educación, modifica a mejor la anterior, haciéndonos plenamente humanos y no meros salvajes, por muy buenos que nos los presentase Rousseau. Eran tiempos en los que era muy fácil rehuir toda responsabilidad descargándola primero en el inconsciente freudiano que regía mi voluntad al extremo de extinguir mi libertad, sucumbir cual marioneta en la dialéctica materialista hegeliano-marxista de la historia y ¡cómo no! echarle toda la culpa a la sociedad, que eso de confesarme resultaba demasiado personal e insuficiente para poder vivir tranquilo con mi comportamiento bipolar de pensar una cosa, opinar otra, decir algo distinto, hacer lo contrario y desear no haberlo hecho, pues a fin de cuentas, yo – no sé Ortega – no era otra cosa que mis circunstancias…Desde la República de Platón, hasta el Proyecto Summerhill, pasando por la aristotélica máxima “El hombre es social por naturaleza” y los empeños de toda religión por mejorarle, tal fue el esfuerzo encaminado a fundamentar en mi mente tan conveniente planteamiento antropológico que permitía hacer lo que me diera la gana sin ser partícipe de las consecuencias, que hasta me lo llegué a creer de modo totalmente acrítico, llegando a defender la tarea pedagógica, como base para iniciar la única revolución social con posibilidades de éxito, habida cuenta del errado camino de intentar cambiar las mentes de las personas ya formadas en patrones anteriores que reproducen una y otra vez los modelos que en su malograda voluntad precisamente anhelan desterrar de la faz de la Tierra.

Mas, como quiera que la segunda piel de los pobres, cuál es, el pantalón vaquero, no sangra al rasgarse ni suda al hacer calor, así sucede que aquella primera naturaleza humana asoma y prevalece sobre ese barniz de humanidad con el que el mono desnudo de Desmond Morris gusta vestirse de seda, cosa que me quedó clarísima, no precisamente estudiando Bioética, a caso los fundamentos biológicos de la personalidad y sobre todo, profundizando en conocimientos de genética de la mano de Matt Ridley cuya lectura me despertó de mi particular sopor dogmático en el que plácidamente me había entregado a la sombra de un fauno.

Hasta ese momento, militaba en el buenismo partidario de la igualdad social como mejor forma de alcanzar la plena felicidad de la entera humanidad en la que sólo padecerían aquellos que se lo merecieran y en la que cada cual recibiría según su necesidad y mérito. Pero hete aquí, que este autor me hizo caer en la cuenta de que semejante propósito, lejos de conseguir los objetivos que ingenuamente decía perseguir, provocaría lo que se ha dado en denominar la Tiranía de los genes, por si no fuera poco ya la doctrina de Dawkins que preconiza su egoísmo. Y es que, efectivamente, si por un casual, las fuerzas reaccionarias cedieran en su ánimo de oponerse al progreso humano, a lo mejor sucedería que partiendo todos desde el nacimiento de la misma condición y circunstancia, siendo la genética nuestra única diferencia, los mejor dotados genéticamente a penas deberían preocuparse por hacerse con el poder y lo que es peor, perpetuarse en el sin que pudieran intervenir azarosas e incomprensibles variables que dieran al traste con lo que les es dado por añadidura, y no como actualmente sucede, por mucho que algunos nos quejemos de la galopante injusticia del mundo.

Ante esta perspectiva que parecía conducirme a un callejón sin salida y hacerme plenamente conformista con lo que hay abrazando el mejor de los mundos posibles de Leibniz, sólo me quedó apostar por la eugenesia como salida factible que tiene la humanidad para lograr una situación justa y armoniosa en la que todos los espíritus puedan actuar libres de la circunstancia y el entorno en plena igualdad, aunque el proceso llevaría tarde o temprano a la clonación y de ahí a la Común Unión de conciencia, luego a la conciencia única y finalmente a la extinción en la Nada spinoziana que todo lo identifica.

Por eso, aun compartiendo la anterior premisa científica corroborada en laboratorio, aireada a los cuatro vientos sin la debida cautela por la CEOEE, no así acepto por inmadura e impaciente, la consecuencia de que el gasto actual en educación no sea lo más importante en la obtención de resultados. Antes de suprimir la educación pública obligatoria – nada desearíamos más – esta debería ser del todo innecesaria, cosa que ciertamente estará a la vuelta de la esquina gracias a los implantes cerebrales, la terapia génica y sobre todo la aceptación voluntaria por parte de la población de una medida tan sana e inteligente como es la eugenesia a nivel mundial para toda la especie humana. Pero hasta entonces, la inversión en educación se ha revelado una excelente herramienta para eliminar desigualdades de todo tipo, incluidas las genéticas, pues facilita las relaciones sociales entre desiguales y ello enriquece el número en acto que no en potencia de las combinaciones genéticas sanas, que pese a llevarnos del determinismo social al genético, todavía somos libres de eligir a cuál de los determinismos deseamos sacrificar nuestra humana libertad.

EpC: Cómo leer un periódico público

Ya me ocupé con anterioridad de cómo leer el periódico del bar y creo que me quedé algo corto en mis apreciaciones, pues me detuve comprensiblemente en aquellas actitudes que se me antojaban más deplorables. Al objeto de completarlas, paso a ocuparme de las personas que sin mala fe, atrapan un diario en cuanto cae en sus manos, como si fuera suyo dedicándole a su lectura horas enteras sin percatarse de que se trata de un bien público y que a diferencia de un libro, su contenido caduca al día siguiente, por lo que no está bien que de su servicio, pongamos por caso en una biblioteca, disponga sólo un usuario durante toda una tarde.

Hay individuos que educados en comerse todo lo que le echan en el plato, leen el periódico de igual modo, sin dejar un anuncio por palabras, hasta los hay que lo leen de principio a fin empezando por la cabecera y terminándolo por el extremo inferior derecho de la contraportada, como si se tratara de una novela. Ya digo que no lo hacen con malicia, pero va siendo hora de aprender a leer la prensa con un poco de criterio.

Para empezar, un periódico más que información, lleva noticias y estas casi casi, están perfectamente recogidas en los titulares, por lo que una ágil ojeada a los mismos, puede ser suficiente a una inteligencia media para hacerse una idea, no sólo de lo que quieren que te enteres, que también de la línea editorial y aun de quién la paga si atendemos a las páginas de publicidad que la acompañan. Continuamos advirtiendo a estos acaparadores de la letra impresa que, no por que alguien lo haya escrito, otros tienen la obligación de leerlo, de modo que aun cuando se hubieran comprado el periódico entero, no están forzados siquiera moralmente a escudriñarlo hasta la última palabra del crucigrama y menos, si como en el caso que nos ocupa tampoco es que sea suyo el ejemplar. Por supuesto, hemos de hacerles caer en la cuenta de que un diario, aun pudiendo contener conocimiento, es dudoso que su calidad requiera de sesuda investigación y estudio dada la brevedad y ligereza con que se tratan los asuntos en sus páginas por lo que, es desaconsejable su memorización para mantener sana la mente, pues al margen de la fe de erratas cometidos humanamente en la transmisión de todo acto comunicativo, la hemeroteca demuestra que sus contenidos se contradicen aun antes de entrar en imprenta, sobre todo si nos interesa la crónica política. Menos todavía conviene que pierda el tiempo leyendo los pronósticos meteorológicos publicados hoy para mañana, pues son los de ayer, como tampoco tiene mucho sentido intentar sacar el problema de ajedrez si es que no sabe, así como leerse todos los horóscopos por mucha doble personalidad que uno tenga, o toda la programación de todas las televisiones, más que nada porque no le dará tiempo a verla, o dedicarle ni un minuto más a los deportes de los que son absolutamente imprescindibles para averiguar el resultado…

Si todos siguiéramos estas pequeñas indicaciones, no se precisarían cinco minutos para leer toda la prensa del día, algo más si por un casual le da por atender mis artículos, y los ejemplares circularían con mayor fluidez que lo hacen.

EpC: Cómo hacer para que te presten atención

Es posible que si usted fue educado en época predemocrática, todavía confíe en el poder de la palabra de una sola persona para mover a las masas a su antojo, como los bebés intentan mover los objetos a voluntad por medio de la mirada, lo que traducido en hechos le hará probar abrirse paso entre la multitud exclamando el anticuado ¡Por favor! antes de tomarse la molestia de desplazar su volumen sirviéndose de patadas, codazos y empujones, de rogar el trasnochado ¡Silencio! hasta quedarse afónico cuando desea dirigirse al gentío e incluso hacer acopio de grandes dosis de la caduca ¡Paciencia! para que le atiendan debidamente sus demandas sea ante un funcionario o una operadora de atención al cliente de Timofónica. Pero para algo he modificado los materiales de la asignatura EpC, de modo que atienda los casos que a continuación le presento, si es que verdaderamente pretende que se le haga caso en esta Era de Postmodernidad.

Se suele definir al hombre – más que a la mujer – como animal racional, en cualquier caso queda claro que sobre el primero de los términos no tenemos duda alguna y en consecuencia como tales deben ser tratados y del mismo modo que los actos reflejo nacen en la médula espinal sin necesidad de que intervenga el cerebro, así hemos de procurar que sea la pronta respuesta de nuestros semejantes – fórmula de cortesía – a nuestros requerimientos, cosa que antaño podía entrañar cierta dificultad que requería de ciertos conocimientos psico-sociológicos, pero que gracias a lo extendida que está en el espacio-tiempo las técnicas de manipulación mediática en aras del consumo por medio de la publicidad, la situación es favorable para que cualquiera pueda aprovechar de inmediato los beneficios que se siguen de su aplicación.

En el primer caso, nos hallamos por ejemplo intentando salir de un bar abarrotado de gente con una copa de vino en una mano y en la otra un pincho de tortilla; El modo antediluviano de pedir paso consistente en ¡Por favor! ¿me permite? y similares, es evidente que no funciona, entre otros motivos porque ¿A qué objeto esa gente que está disfrutando relajada de su momento puntual de felicidad ha de interrumpirlo para que usted cómodamente haga lo propio con el suyo? ¿Qué derecho asiste a una persona que desea que todos los demás se incomoden para su único beneficio? Estas impresiones mentales enviadas sutilmente por miradas esquivas a su paso son proyectadas sobre usted al extremo de que se ve forzado a pedir perdón según va avanzando, cuando lo hace…¡Olvídese de esa educación apolillada! Empiece a aplicar los nuevos métodos conductistas versados en la observación científica del comportamiento humano. En este caso en concreto, lo apropiado es echar mano del instinto básico de todo animal de evitarse un mal próximo; A tal efecto, no vale gritar ¡Fuego! que es lo que se recomienda para que la gente se asome a la ventana cuando te veas amenazado de noche en la calle, dado que chillar ¡Socorro! ¡Auxilio! precisamente provoca la respuesta contraria, aquí lo más apropiado es proferir sin demasiado énfasis ¡Cuidado que mancho! Fórmula que he ensayado con éxito en infinidad de situaciones y jamás me ha fallado.

Para ilustrar la segunda situación, podría valer querer tomar la palabra en una asamblea de vecinos: hoy levantar la mano para que un moderador te conceda hablar, es tanto como declararte públicamente de parvulitos que necesita que la seño le permita ir al baño…lo que se lleva es ponerse a gritar como hace el resto y no parar hasta que los demás cedan ante tu chorro de voz; Mas como quiera que los espíritus refinados, tranquilos, tímidos o retraídos sean incapaces de amoldarse a estas técnicas austrolopitecas, aquí les ofrezco la solución a sus remilgos. ¡Déjense de pedir silencio! En su lugar, les recomiendo valerse del segundo instinto primordial de todo bicho viviente, cuál es, atender a toda posibilidad de hacerse con un beneficio inmediato. Para ello, usted no precisará más que exclamar una sola vez y no demasiado alto, la siguiente pregunta ¿Se le ha caído a alguien estos cincuenta euros? También esta técnica ha sido probada con resultados siempre positivos en cualquier tipo de reuniones, desde las deportivas hasta las de APAs.

Una tercera oportunidad para probar estas estrategias nos la brindaría, por ejemplo, estar delante de una ventanilla del Exmo. Ayto. para tramitar un permiso de obra; Esperar diligencia, prontitud de respuesta y similares es demasiado para nuestra administración, podemos darnos por satisfechos con que no se nos diga aquello de ¡Vuelva usted mañana! o su actualización ¡No funciona el ordenador! En esta tesitura, no hay nada como apelar a la costumbre de escuchar conversaciones ajenas combinada con el instinto de supervivencia. Así, acuda al mostrador provisto de un móvil, y mientras el funcionario de turno le hace esperar, usted mantiene el siguiente monólogo “ te he dicho que ¡No! No hay conciliación…¡Me da igual que le echen a la puta calle! Yo me he tenido que joder…denunciarle, ir a juicio…ahora que cumpla la sentencia…que me hubiera atendido debidamente…” Y entonces comprobará su reacción, que bien por temor, bien por ahorrarse un mal rato, suele ser habitual que imprima a su labor un ritmo más rápido y servicial de lo que es su costumbre.

Podría continuar hasta la saciedad comentando como aprovechar la superstición, el espíritu de competición, la envidia, la codicia…de los sujetos de los que queremos atraer su atención, pero creo que ya tienen bastante para probar su eficacia. ¡Ya me contarán!

Valcárcel y el misterio de la filantropía

http://www.youtube.com/watch?v=z9Z-HCq5EeU

El otro día, el Presidente de Murcia, expresó en voz alta, groso modo, lo que seguramente es la medida estrella del famoso plan oculto del PP para atajar la crisis, que suele resumirse malintencionadamente en titulares como “Copago” para deslizar la subrepticia falacia entre la ciudadanía de que, el actual usuario de los servicios públicos no los paga y ha de empezar a hacerlo en solidaridad elíptica, con un Ente misteriosamente filantrópico que hasta la fecha lo ha dado todo gratis y parece algo hastiado de la situación, que acertó a explicar delante de su jefe de filas, Rajoy, con la siguiente reflexión: “Es necesario tomar medidas valientes para financiar la sanidad o la educación (…) servicios básicos que no pueden ser soportados sólo por las regiones o la nación; Urge plantearse que los ciudadanos asuman parte de su coste, en el porcentaje que sea.”

Dado que su discurso, hoy por hoy es del todo impopular, el haberse atrevido a plantearlo en público en víspera de elecciones, dice mucho de la sinceridad de Valcárcel y del grado de su convencimiento en la bondad y solidez de la propuesta a la que se adhiere; Mas ello, no le evita caer de pleno en la trampa advertida con todas sus consecuencias.

Para empezar, de cuantas fórmulas existen al objeto de ahorrar dinero a las Arcas públicas, evitar el derroche de los Gobiernos, las instituciones y las administraciones, o generar nuevos ingresos, la del mal llamado Copago, es la menos valiente de las que se conocen, pues lejos de actuar contra el fraude fiscal, la evasión de capitales, la economía sumergida, la corrupción, castigar la especulación, las mala gestión empresarial o la usura bancaria, técnicas bien transitadas por las élites de nuestra sociedad, incide con recochineo en el mismo problema que afecta a nuestros precios de mercado y a los impuestos indirectos, a saber, el de no tener en consideración las enormes diferencias socioeconómicas de la ciudadanía, aplicándolas con idéntica severidad a privilegiados como a desfavorecidos del sistema.

Luego, podríamos continuar con una sutileza, cuál es, que siempre que se habla de Copago, esta amenaza se asocia a la Sanidad y la Educación, casualmente, las que más preocupan y afectan a los peatones de la democracia; Al menos por una vez, no estaría mal que se hablara del Copago ligado a la Seguridad, para que sean las industrias de armamento, las petroleras y del motor las que se ocupen de los gastos de las intervenciones militares y el mantenimiento del Ejército, y los comerciantes y empresarios se hagan cargo del sueldo de la policía, del sustento de las cárceles y de la población reclusa, dado que son estos sectores los que más se benefician de sus servicios.

Pero lo más ofensivo y preocupante reside en esa concepción errada que se nos quiere transmitir de que, los ciudadanos gozamos de unos servicios gratuitamente, cuando aquí ¡Gratis! no hay ni las ¡Gracias! Concretamente, los ciudadanos pagamos el cien por cien de los servicios públicos con nuestros impuestos y mejor que no les cuente – mis queridos idiotas – el porcentaje que con dinero público se sufraga de los servicios privados que sólo goza una minoría.

Valcárcel, como tantos otros, ha sido víctima del misterioso fantasma terminológico que comporta el concepto trampa de “Copago” Cuando decimos “Copago” la mente del hablante representa una acción compartida, en este caso la de pagar, entre dos o más entidades; Pero sucede que en nuestro sistema, los servicios públicos son pagados con el dinero recaudado por Hacienda que a la hora de hacer la declaración nos recuerda por activa y por pasiva que somos todos, por si el IVA, las retenciones en la nómina, la matriculación del coche y el resto de impuestos nos hacían creer que sólo éramos nosotros, y en buena lógica, de establecerse un “Copago” este haría mejor en llamarse “Bipago” “Doble Pago” “Repago” “Superpago” o si lo prefiere el PP podría denominarse en su honor “Pago Pago” lo que me hace caer en la cuenta de que a lo mejor….no es tan mala idea esa de que haya un Ente misterioso que corra, si ya no es posible con la totalidad de mis gastos, al menos con parte de ellos y pueda beneficiarme del Copago de mis vacaciones de crucero por Samoa.