Latteate una sonrisa

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Aficionado como soy a enredar con las palabras y a inventármelas con o sin necesidad, no pude menos que mostrar especial interés por la expresión que encabeza estas líneas cuando tomando un café con mi amiga Irune Goyenechea, esta me incitó a lattear una sonrisa sobre su espuma con la cucharilla y a realizar una foto con el móvil para subirla a la red, proposición que por unos instantes me retrotrajo de súbito a la infancia cuando jugueteaba sentado a la mesa de la cocina con la taza del colacao provocando las más insospechadas formas en un desenfadado dadaismo cuya efervescencia creativa se deleitaba en comprobar como las mismas desaparecían conforme untaba las galletas en la leche causando idéntico placer agridulce al dilema planteado por la margarita del Principito, cuya belleza anima a arrancarla del jardín donde su contemplación, por descontado, es más hermosa y duradera que en nuestra mano, claro que por entonces, no contábamos con la tecnología actual capaz de capturar aquel arte natural de la improvisación, lo cual, en mi opinión, podría tratarse de una traición estética en toda regla a lo que representa la fugacidad del instante, oscuro pensamiento que me devolvió de golpe al crudo presente del adulto y preguntar eso que precisamente un niño de corta edad jamás se preguntaría sobre algo que le divierte, salvo que no entienda de inmediato su utilidad y a la que tan acostumbrados estamos los profesores…¿Para qué? ¿Para qué voy a hacer una sonrisa en el café? Y ¿Para qué le voy a hacer una foto?

Así, caí en la sutil trampa de ser informado de pe a pa de una iniciativa solidaria que esta física y química, gerente de la empresa Cafetera Gosoa, disfrazada de ama de casa, ha tenido a bien apadrinar en el corazón mismo de sus instalaciones, nunca mejor dicho: resulta que un alumno suyo, gerente del Bar la Tortilla de Bilbao llamado Mikel Alonso, conectó su Escuela de baristas con el trabajo de su mujer Nagore con personas con Síndrome de Down, ocurriéndosele la idea de crear un módulo para formar a sus jóvenes en expertos baristas, entiéndase personal especializado en poner cafés, infusiones, copas, etc, ofreciéndoles con ello una salida laboral y un modo más de integrarse en la sociedad. Ni corto ni perezoso, comentó la idea a Irune anticipándole que lo único que precisaba para poner en marcha el proyecto era un local adecuado donde pudiera disponer de todo lo necesario para su formación empezando por lo más imprescindible, las máquinas de café; bien sabía él que la generosidad de mi amiga es mayor que su espíritu empresarial y desde Septiembre, una decena de chavales de la Asociación Síndrome de Down se forman como baristas en sus propias oficinas donde se les ha acondicionado un aula con todo lo necesario para su formación.

Pues bien, a fin de dar a conocer al mundo de la hostelería y a su clientela en general, esta novedosa iniciativa, se ha puesto en marcha una campaña denominada “Latteate una sonrisa” consistente en que la gente ejecute sobre su taza de café una sonrisa, la haga una foto y la suba a la página electrónica homónima para participar en un concurso.

Puesto al corriente de este extremo, como quiera que en mi escala de valores la ética esté por encima de la estética, aunque soy poco dado a estas cosas, he decidido apoyar esta idea nacida de la voluntad personal por poner al servicio de los demás lo que cada cual puede aportar a la comunidad, de la colaboración espontánea de personas anónimas que trabajan juntas en favor del bien común sin necesidad de intermediarios especializados en la captación de subvenciones, por lo que yo mismo voy a lattear una sonrisa, eso sí, con gafas y perilla.

Dignas cartillas de racionamiento

El Presidente de Extremadura, José Antonio Monago, ha anunciado para después del verano la puesta en marcha de un “Bono solidario” destinado a la adquisición de alimentos y bienes de primera necesidad por las familias pertenecientes a la escoria social cuyo consumo de supervivencia se ha visto desplazado a causa de la crisis hacia los centros de caridad cristiana. Y como quiera que por el aumento exponencial que de este privilegio material del que goza nuestra desarrollada sociedad se venga experimentando, de ello empiece a resentirse el negocio de las grandes cadenas de distribución dirigido a su avituallamiento, conviene redirigir la caridad cristiana hacia fórmulas partitocráticas más provechosas para la triangulación universal del subvencionismo gubernamental-ciudadano-empresarial, mediante el cual, G otorga a C para que C adquiera en E, al objeto de que E dedique parte de su beneficio a su vez a P en forma de donaciones, donde P es el Partido del Gobierno.

Tal y como ha declarado el propio Monago, dicho “Bono solidario tendría el aspecto de una tarjeta de crédito que dignifica a las personas en situación de pobreza por evitarles la vergüenza de tener que guardar las colas en los puntos de distribución solidaria de alimentos” iniciativa que según responsables del área social de la junta extremeña, “se ha inspirado en programas existentes en países como Estados Unidos o Brasil”, suponemos que aplicadas en los barrios del Bronx neoyorkino y de las favelas de Rio de Janeiro cuyo nivel de dignidad es el que se pretende conservar, aunque esto último ya lo añado por mi cuenta.

Aparentemente, no estamos en guerra; tampoco es que haya problemas de abastecimiento todavía; ¿Cómo es posible entonces que hayamos llegado a este extremo de ver a un mandatario público europeo reconocer abiertamente la necesidad de tener que establecer en su región, llámesele como se quiera, lo que en toda regla es una “Cartilla de racionamiento” para que una parte de su población pueda subsistir? Muy sencillo: porque éste es el único camino racional posible que hay por recorrer para el ganado humano dócil y obediente presentado por sus dirigentes para poder vivir en el futuro.

En breve, observaremos como en las escuelas los docentes a sueldo del Estado enseñarán a los escolares que el ser humano es un “Animal racional”, en su segunda acepción de, “dotado de ración”, para que las nuevas generaciones vayan asimilando desde pequeñitos no ya la pérdida adquisitiva de la economía familiar, sino la pura y simple desaparición del dinero de sus bolsillos que se verá sustituido primero por bonos alimenticios para ser canjeados por comida en las grandes superficies; de transporte para poder acudir puntuales a los “Minijobs” para los que habrán sido formados en la más sumisa desmotivación inhibidora; de estudio para adquirir material escolar con el que perpetuar su condena vitalicia en sus prole, etc. Pero más pronto que tarde, se dará paso a muy dignos brazaletes, dorsales, etiquetas con código de barras o cualquier otro dispositivo electrónico que permita identificar en todo momento a los que daremos en clasificar como “Consumidiarios” en función de la dignidad que ostenten, diseñando circuitos y recorridos urbanos en función de su categoría para evitar que las distintas dignidades tengan problemas de convivencia con el roce, preservando así la armonía y paz social que todos deseamos mantener para quienes mantengamos el rango de ciudadanos libres y de buenas costumbres.

Los moralistas consideran la dignidad de la persona y de los pueblos dentro de su abstracción, como una realidad estática que acompaña al sujeto en todo momento y circunstancia. Dando por sentado que la misma exista, lo cierto es que, su status, es susceptible de experimentar transformaciones. En este sentido, creo que los gobernantes criminales han sabido apreciar el cambio registrado en esta cualidad antes que nadie y para una comunidad integrada por individuos pusilánimes incapaces de su autodefensa, han sabido resituar las coordenadas de sus niveles de dignidad donde ciertamente les corresponde.

Amar al prójimo

Cruz Roja Española celebró el pasado Miércoles, el ‘Día de la Banderita’ bajo el lema “Ahora + que nunca”, cuya prevista recaudación cercana a los 30 millones de euros, como ha subrayado, Sanchez Espinosa, Subdirector de la campaña, irá íntegramente destinada por primera vez, no a ayudar a los pueblos de Ruanda o Etiopía como era costumbre desde que se iniciara este tipo de cuestaciones, sino a los ciudadanos españoles que se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad.

Cruz Roja Española, no contenta con dedicar simbólicamente un día a pedir abiertamente por los pobres españoles ante la atónita mirada internacional que se habrá hecho eco del asunto dada la relevancia que el acto ha cosechado con la presencia de los miembros de la Casa Real, ha dado a conocer con ocasión del acto, el contenido de su Boletín anual sobre la Vulnerabilidad donde se retrata crudamente la realidad económica aparecida en varios diarios estadounidenses y tildada por nuestros mandatarios como exagerada y fuera de contexto, cuyo extracto puede resumirse en que, el 82% de las personas atendidas por Cruz Roja vive por debajo del umbral de la pobreza con menos de 627,78 euros al mes, con una tasa de paro que triplica el engañoso porcentaje reconocido en los Tontodiarios del 24%. La mitad lleva más de dos años sin ningún tipo de cobertura, abundando los casos de familias con todos sus miembros en paro, niños que padecen en extremo la pobreza de sus padres en cuanto a vestimenta, cuidado, higiene y alimentación, personas mayores desatendidas sin pensión, gente sin hogar cada vez más jóvenes, todos con dificultades serias para subsistir como lo demuestra el aumento alarmante de la pobreza energética, con un 43,2% de hogares que no puede poner la calefacción en invierno, mientras que el 26,2 por ciento no puede permitirse una comida con proteínas tres veces por semana, y un largo etcétera del que habrán tomado buena nota en el Financial Times y el Washington Post.

La medida sin precedentes en la historia de la Cruz Roja Española, – que ante mi le devuelve la dignidad perdida con el asunto de los objetores – es una bofetada en la cara de la casta política gobernante por si se les había enfriado el tortazo propinado por el Juez Pedraz con lo de “la decadencia”, por lo que como a aquel, no tardarán mucho en linchar mediáticamente, a los máximos responsables de la centenaria entidad por haberse atrevido a ofrecer tan mala imagen del país, saliendo huchas en mano a pedir para nuestros pobres, como si esto fuera el tercer mundo donde el Estado del Bienestar no tiene capacidad de hacerse cargo.

Pero en mi fuero interno y en el de otros muchos ciudadanos, hace tiempo que aguardaba lo que antaño hubiera temido, cuál es, ver realizada a lo grande y sin complejos, una iniciativa de este calado en cuanto a denuncia de la realidad existente ya comentada en los párrafos anteriores y de paso un revulsivo moral para la ciudadanía; me explico:

No se si ha sido culpa de la Iglesia como Institución, de los oficiantes de la Santa Misa, de quienes la escuchan de medio lado o sencillamente del eterno problema de la comunicación de masas donde el mensaje ni se envía ni se recibe, sino que se transforma, el caso es que, el episodio de Mt 22, 34-40 donde un representante de los Fariseos dirigiéndose a Jesús pregunta por ¿Cuál es el mayor Mandamiento de la Ley? A lo que nuestro Señor respondió “Amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y toda tu mente. Este es el mayor y el primer Mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos Mandamientos depende toda Ley y los Profetas”, hace tiempo que se entiende mal o cuando menos de modo muy parcial como se apreciará en lo que sigue.

Aparentemente, Dios y el prójimo han de ser los primeros referentes de nuestro amor. Mas, de prestar atención a la coletilla “como a ti mismo”, primero observamos que al prójimo se le ama en función del amor que uno siente para si y de inmediato, comprendemos que el mismo proceder opera para con Dios, pues difícilmente se puede proyectar la acción amorosa sobre otro sin antes haberse gestado en nuestro interior. Descubierto entonces que el amor a los demás empieza por uno mismo y que sólo cuando acaba en uno mismo hemos de considerarlo egoísmo, nada hay de malo en atender las propias necesidades del sujeto activo de la solidaridad si es que se desea estar en condiciones de socorrer a terceros que precisan de nuestra ayuda. Si además tenemos en cuenta que la palabra castellana “prójimo” deriva del latín “próximus” cuyo primer significado etimológico es “más cercano”, “próximo”, pronto advertimos lo acertado de la medida de la Cruz Roja.

Sin embargo, la feligresía guiada, quien sabe si por el caritativo “haz el bien y no mires a quien”, ha enviado cada vez más lejos al prójimo,, a Nicaragua, Mozambique o el Congo Belga, para poderlo ayudar cuando apetece ser bueno por Navidad y no cuando se nos necesita, evitándonos así las molestias propias de los pedigüeños a ras de acera o llamando a nuestra puerta cada vez que precisan de ayuda, tarea aliviatoria a la que se dedican en exclusiva las Oenegés.

Con todo, debo reconocer que lo de amar al prójimo, para ayudarle, socorrerle, sobornarle, taparle, encubrirle, disculparle, absolverle, esconderle, rescatarle… ¡sí! ha sido adecuadamente traducido por “semejante” entre los políticos, grandes empresarios, banqueros, estafadores, ladrones, criminales y cuantos nunca perdieron de vista en que consiste la verdadera solidaridad, sentimiento genuino espontáneo que únicamente surge entre iguales cuando perciben como propia la incertidumbre del destino colectivo que les puede situar de un plumazo de gente sin problemas, en necesitados. Por eso, me creo también lo que dice el informe de Cruz Roja, que pese ha haber aumentado peligrosamente el número de familias atendidas por la entidad en el último ejercicio, con la crisis, también se han visto incrementadas las donaciones y los voluntarios.