Una bienintencionada apostilla a mi columna de ayer: “Ojo, que los palestinos tampoco son ningunos angelitos”. Aparte del pésimo vicio de la generalización y el prejuicio que supura tal afirmación, la frase es una radiografía en 3D de tantas y tantas conciencias a las que cualquier placebo, por tosco que sea, les sirve de traquilizante. Adminístrese con el desayuno, la comida y la cena, y sea inmune a la brutal injusticia de contemplar la masacre de sus semejantes —buah, total, están a 4.000 kilómetros— como si se hubieran ganado a pulso el diluvio de muerte que les cae del cielo. Allá quien lo haga. Lo único que le advierto es que la próxima vez que me venga a denunciar no sé qué iniquidad, probablemente el sablazo que le han dado por una caña y una ración de gambas o el penalti inexistente que pitaron contra su equipo, le voy a mandar educadamente a la porra.
No le pido a nadie que se eche a la espalda los problemas del mundo y menos, que se sienta culpable por algo que ni hace con sus manos ni propicia con sus actos. Nada más lejos de mi voluntad que ir calzando complicidades como quien lava. Pero, ¿qué tal unas gotas de empatía? Prueben, por unos segundos, a meterse en la piel de un habitante de Gaza. Desde el mismo instante de su nacimiento, ha sido un paria en su propia tierra. En el mejor de los casos, se ha movido en libertad vigilada. Ha perdido la cuenta de las veces que le han destrozado su hogar, y no digamos la de los familiares y amigos que ha tenido que enterrar. Solamente eso. Yo lo he hecho, y he llegado a una conclusión terrible: mucho me temo que tampoco sería un angelito.
… ¿hacia qué parte del Muro corren los palestinos cuándo amablemente les avisan desde Israel, «oiga, que vamos a volar su casa y la de sus vecinos» ?… Me pregunto si los sionistas les avisan por Whatsup, SMS o carta…
A los que avisan seguro es a sus correligionarios, que se sientan en lo alto de los montes a ver y ovacionar los bombardeos…
De la R.A.E.:
HOLOCAUSTO:
1. m. Gran matanza de seres humanos.
2. m. Acto de abnegación total que se lleva a cabo por amor.
3. m. Entre los israelitas especialmente, sacrificio en que se quemaba toda la víctima.
Apartemos la 2. por desuso y no venir a l caso.
Las otras dos acepciones cuadran con lo que está sucediendo. Y no sólo con la barbarie nazi en la II Guerra Mundial. Cuando utilicemos la palabrita, habrá que matizar.
¿Ahora somos todos alemanes?. ¿Miramos a otro lado?¿Por ejemplo a Brasil?.