Causas aún desconocidas. Causas que se están investigando. Traduzcan en nueve de cada diez de los casos que realmente hay bastante poco que conocer o que investigar. Vamos, que dos y dos tienden a ser cuatro y, con sus excepciones, las cosas son lo que cabe imaginar. La navaja de Ockham, creo que le dicen en fino. Otro asunto es que por no cargar las tintas con las víctimas de una desgracia, incluso aunque haya sido autoprovocada, tiremos respetuosamente de la muletilla como quien corre un tupido velo.
Hablo de varias de las dolorosas noticias de los últimos días, y por no hacerme demasiado daño con las más cercanas, me centro en la que tuvo lugar el pasado sábado a 600 kilómetros. A la hora de escribir estas líneas, siete muertos —entre ellos, dos menores de edad— y quince heridos al ser arrollados por un coche que participaba en el rally de A Coruña. Espanta más que sorprende la brutal tozudez de quienes siguen sosteniendo a machamartillo y contra la macabra evidencia que era imposible que sucediera lo que sucedió. Y no es únicamente que nieguen la realidad.
Cualquiera que trate de argumentar echando mano de esquelas y partes médicos, será tildado de cuñado y de metete. Solo tienen derecho a opinar los doctos en motores, y si ellos dicen que la curva de una carretera de asfalto manifiestamente mejorable por donde pasan coches a toda leche es un sitio absolutamente seguro para ver la competición, el resto de los mortales asentimos sin rechistar. Pues no será mi caso. Estas siete vidas perdidas no debemos cargárselas a la fatalidad sino a la estúpida, prepotente y reiterada imprudencia.
«Hablo de varias de las dolorosas noticias de los últimos días, y por no hacerme demasiado daño con las más cercanas, me centro en la que tuvo lugar el pasado sábado a 600 kilómetros. »
¿Por no «hacerse» daño hablando o escribiendo?, ¿cómo es eso posible?. En todo caso las personas que se dieran por aludidas… por no verse descubiertas o por defender sus intereses irían a hacerle daño a usted, ¿no?
Una cosa es ponerse en peligro deliberadamente asumiendo un riesgo y otra que alguien decida que su propia existencia molesta.
Te tenía mejor considerado como periodista por los temas políticos que tratas y dominas, pero en este caso te columpias como tantos otros juntaletras que no han visto un rallye en su vida y se creen con derecho a opinar de lo que no tienen ni puta idea.
El triste accidente del Rallye de La Coruña ha sido una fatalidad y un participante se ha salido donde nadie esperaba que podría hacerlo.
Hay que tocarse mucho las narices, motorrak. Pero ya estaba previsto y tal cual lo decía en el post. Contra la macabra evidencia de SIETE MUERTOS, rulta que «nadie esperaba». Yo solamente con dos ojos y un cerebro gastado lo veía altamente probable.
«Yo solamente con dos ojos y un cerebro gastado lo veía altamente probable»
¿ Y no has avisado a nadie para evitarlo?
¿ Que propones para evitar otro suceso parecido en el futuro ?
¿ Prohibimos los rallyes ?
¿ Dejamos de salir de casa por si nos cae una maceta en la cabeza ?
¿ Prohibimos los encierros y los toros porque hay muertos ?
¿ Prohibimos los coches porque hay accidentes ?
No te veo dando soluciones, sólo aprovechando la noticia para tener tu momento de gloria. Mañana mismo no volverás a hablar de automovilismo, salvo que ocurra otra desgracia como tantos y tantos periodistas generalistas.
Un saludo.
Me encanta ver cómo se utiliza el lenguaje en esta época de postmodernismo afrutado a olor a benzol que vivimos, llegando a la bonita frase siguiente: «El triste accidente del Rallye de La Coruña ha sido una fatalidad y un participante se ha salido donde nadie esperaba que podría hacerlo».
Toma ya!
Adamaskada:
¿Usted lee a Ortega y Gasset?
Lo siento, no tengo palabras. Ahora no es noticia la muerte de siete personas. ¿Maceta en la cabeza y ponerse en una curva por donde van coches a toda leche? No jorobemos. En resumen, motorrak. Es la realidad la que se ha equivocado.