Cae una cúpula, otra más, de ETA. Suena o quiere sonar a la leche en vinagreta, perdóneseme la estúpida rima interna, pero el hecho en sí no merece mayores alardes discursivos. A mi no me tima el pirotécnico ministro Fernández. Sé que los detenidos, por más pedigrí que tengan sus nombres en comparación con otros que han ido cayendo en las sucesivas farsas montadas por Interior, no son más que el retén de guardia a cargo del cadáver de la bicha. Vaya a usted a saber desde cuándo estaban controlados cada uno de sus movimientos por guripas de este o aquel uniforme. Hasta que un día —ayer mismo—, que convenía porque hay un fuego en Catalunya, se da la orden de echarles el guante y mandar el heroico parte de guerra correspondiente. La filfa, es decir, la captura de unos tipos acorralados y ya definitivamente inofensivos, se convierte, con la ayuda de unos titulares salerosos y unas fotos resultonas, en una gesta de andar por casa. Para quien quiera comprarla, claro, que cada vez queda menos clientela interesada por el género.
Dicho todo lo anterior, sí le reconozco un mérito al señor español de la porra. Su guiñol ha servido, probablemente sin pretenderlo, para desenmascarar una vez más a los milongueros del nuevo tiempo. Con su impudicia habitual —bien es cierto que consentida por nuestro pardillismo digno de mejor causa— han salido a bloque a echar espumarajos contra la detención de tipos que suman, entre los cometidos por propia mano, los ordenados y los planeados, un buen pico de asesinatos. Pero claro, los inmovilistas y los que ponen palos en las ruedas son siempre los otros. Hay que joderse.
La verdad…yo creo que ya esto no da ni para grandes alardes propagandísticos ni mucho titular. Anoche en las emisoras «estatales» que escuché iba de tercera o cuarta noticia: detrás del ridículo de Rajoy con Alsina (por cierto; para mí de lo mejorcito del periodismo radiofónico, mejorando lo presente), de la crisis de los refugiados y de los de la Volkswagen.
Yo no sé si se ha elegido o no el momento de la detención. Puede ser perfectamente así. Pero me da igual. Tengo claro que están muy bien detenidos. Tienen una serie de asesinatos a sus espaldas. Debían ser detenidos. Deben ser juzgados y entrar en prisión. Otra cosa es cuánto tiempo deben pasar en prisión; si, según cómo evolucionen las cosas hay opciones de que no cumplan íntegras sus condenas…pero eso se verá. Ahora toca la que toca.
Si bien en el tema político el Gobierno de Rajoy tiene muchos problemas y, si sigue, más que va a tener, en este tema del final de eta…(me refiero estrictamente a la derrota militar de la banda armada) está ganando por goleada.
Y la razón es la incapacidad de eta para leer el partido; han ido perdiendo oportunidades y por eso ahora se ven abocados a un final patético. Por eso se pican cómo monas con viruela sus fans de la IA.
Es curioso lo de estos chicos de la IA. Alardean de que son los únicos que han hecho autocrítica. Para mi ha sido muy tímida (algo sobre quizás una falta de sensibilidad hacia determinadas víctimas y poco más) y porque no les ha quedado otra pero admitamos que algún pasito han dado. Pero sin incapaces de la más mínima crítica a ETA. Nunca, Jamás. Y dicen no tener nada que ver con eta pero se ponen histéricos con cada detención.
Eta sentó a negociar a todos los gobiernos desde Suárez a ZP. Desechó todas esas oportunidades.
Después, una vez ya derrotada, tuvo el lujo de la Conferencia Internacional de Aiete. Un paripé con figuras de relumbrón que se leyeron un dossier sobre qué iba la movida en el avión (por cierto; muy paletito tambiém cómo babeaban editorialistas de Gara ante asesores de Tony Blair o ex secretarios generales de la ONU a los que habían puesto a parir antes recurrentemente por los episodios de Iraq, etc) pero…un paripé muy bien montado. Con empaque.
Ese fue su momento de gloria. La ansiada solemnidad. Si ese teatro de lujo sirvió para que se animasen a bajar oficialmente la persiana…démoslo por bueno.
Pero ahí debieron finiquitarse. Y ahí ya no supieron leer el partido. Lo de la entrega de las armas…ya fue…un sainete que lo mejor que provocó fue indiferencia porque la mayoría del personal hasta se choteaba (me imagino el bochorno de los mediadores…profesionales, que cobran, por cierto).
Y ahora siguen empeñados en un final propagandístico con apariencia de negociación de desarme entre los dos bandos. Siguen queriendo sentirse importantes, maquillar su derrota aplastante. Pero ya perdieron todas las oportunidades ya ya nadie les sigue el juego porque son patéticos y nadie le importan una mierda.
Y el gobierno no les va a hacer ese juego, ni de coña. Porque no lo necesita para nada. Y en esta ocasión y en este punto…hace muy bien.
ETA está teniendo el final que merecía.