Ahora que tanto se habla de Patria a mayor gloria del relato, me permito recomendarles otro libro, en mi modesta opinión, más enjundioso y pintiparado para el momento actual, aunque su primera edición tiene cerca de dos años y medio. Les hablo de Ekarri armak o, en su versión en castellano, Un final para ETA, de Imanol Murua Uria. Si en El triángulo de Loiola o Loiolako hegiak el concienzudo Murua nos ofrecía la crónica más minuciosa y documentada sobre la fallida tregua de 2006 y aquellas negociaciones de película en el santuario ignaciano, aquí nos detalla al milímetro el largo e intrincado proceso para terminar con lo que algunos llaman en revelador eufemismo el ciclo armado de la banda.
Intuyo un nuevo volumen sobre lo que ha ocurrido desde su publicación hasta la vistosa escenificación del desarme el pasado sábado —ya verán qué sorpresas; las cosas a veces no son lo que parecen—, aunque quizá merezca la pena esperar unos meses para incluir la inevitable disolución. Con todo, lo fundamental está en las poco más de 300 páginas de este trabajo que suma una investigación exhaustiva a los testimonios en primera persona de quienes fueron no solo testigos sino protagonistas de unos hechos indudablemente históricos.
Aunque se trata de un ensayo y no de una novela, no les despanzurraré el meollo. Simplemente les apunto, ahora que tanto se habla de victorias y derrotas y que aparece hasta el lucero del alba a colgarse las medallas, que se harán una idea muy aproximada de por qué ETA se ha echado a un lado.
Se sigue hablando de Patria, en efecto. Y para decir, por ejemplo que día a día, letra a letra, la historia se irá escribiendo. Diría que el autor del comentario no sospecha siquiera cuánta razón tiene.
Por otra parte, no habrá tercer volumen, dice Imanol Murua:(https://twitter.com/imnl/status/850657932467417088).