Más de cuatro decenios después, el gobierno español se compromete a traspasar las gestión de las prisiones a la Comunidad Autónoma del País Vasco. La noticia debería ser el tremebundo e inexcusable retraso en cumplir con lo dispuesto en el Estatuto de Gernika, un conjunto de leyes votado mayoritariamente en los tres territorios y asumido (¡incluso celebrado!) como marco jurídico indiscutible por quienes ahora ponen el grito el cielo. Sin embargo, la triderecha hispanistaní —el PP, Vox y los restos de serie de Ciudadanos— y sus descangalladas terminales mediáticas claman que es una inaceptable traición al estado y vaticinan la inminente puesta en libertad de los presos de ETA.
Una vez más piensa el ladrón que todos son de su condición. No existe el menor motivo para sospechar y aventar semejante demasía. Simplemente se cumplirá lo dispuesto en un conjunto de normas que se dieron los vascos hace unas cuantas generaciones. Lo mismo, por cierto, que ocurría en la malvada Catalunya sin rasgado de vestiduras hasta que llegó el Procés. O, por citar otras comunidades menos sospechosas, lo que disponen los estatutos de Galicia, Andalucía o Canarias. Se retratan quienes pretenden que el tardío cumplimiento de un compromiso es motivo de rasgado de vestiduras. Por fortuna, sus ladridos casi ni se escuchan.
Es incomprensible después de tantos años, que todavia haya transferencias sin traspasar. La postura e impostura de las derechas españolas, dejan en entredicho el estado de democracia del que tanto alardean.
Los vascos, sabemos que esta transferencia sobretodas, es parte de el martillo pilón que la tri-tetra derecha hispanistani, utiliza para tener siempre ETAs en sus rancios discursos, y venir a esta tierra a tocar las pelotas, cuando toca sentar culos.
Magníficos y aventajados alumnos, de los que podían sentirse orgullosos, Manuel Fraga y Blas Piñar.
Qué después de 42 años estemos así, solo demuestra las pocas ganas de Hispanistan en dejar de ser la «grande y libre» con yugo y flechas incluido.
Pues tal tomadura de pelo que ha durado tanto como el reinado de Franco, toma ya, define cómo se entiende en España el cumplimiento de la ley por quienes se llenan la boca con el rollo del estado de derecho, la constitución y demás parafernalia seudo democrática.
Tampoco es como para echar cohetes, pero menos da una piedra.
Nunca es tarde si la dicha es buena.
Nunca es tarde si la transferencia es buena.
Lo cual no quita para que se destaque el retraso con el que llega, y la responsabilidad de los culpables del retraso.
Ahora llega la transferencia sobre la gestión de las prisiones, pues bien venida sea.
Que sigan viniendo el resto de las transferencias pendientes, y que seamos capaces de gestionarlas bien, en beneficio de todos.
No seamos tan necios como para que algo que llevanos esperando cuarenta años, cuando llega, nos pongamos a discutir entre nosotros.