Tengo a mi entorno futbolero con un enorme disgusto entreverado de cabreo. Como imaginarán, su rebote viene a cuento de la decisión del Gobierno vasco de mantener vigente la actual limitación de aforos en los estadios, a pesar de que en el conjunto de Estado ya este fin de semana se podrán llenar los graderíos al cien por cien. Lamentan que en los tres territorios de la CAV siempre vayamos por detrás y no son pocos los que se encomiendan a San Cosme y San Damián, es decir, a San Javier Tebas y San Luis Garrido para que vuelvan a tumbar la medida, como la vez anterior. No me cabe la menor duda de que si hay recurso, así será.
Comprendo en lo humano el malestar de los aficionados al llamado deporte rey. Sin embargo, creo que el retraso de unos días para volver a la capacidad completa de los campos es una contrariedad perfectamente asumible. Todos tenemos ganas de recuperar la vida anterior a la pandemia, y si somos medio sinceros, reconoceremos que incluso en el fragor de la quinta ola que tenemos ya cautiva y desarmada, hemos hecho muchas cosas que quizá no debíamos; las cifras del turismo o de la hostelería este verano así lo atestiguan. Los datos actuales y, por encima de todos ellos, la vacunación del 95 por ciento de la población diana, invitan, esta vez sí, a mirar al futuro con optimismo. Pero ni las prisas ni las ansiedades han sido jamás buenas consejeras. Dentro de menos de una semana, salvo sorpresa monumental, el LABI levantará las restricciones que quedan —excepto el uso obligatorio de la mascarilla en interiores— y estaremos en condiciones de decir que lo peor ha pasado.
Es buen termómetro de la supuesta derrota parcial del bicho que los bonos de hostelería se agoten a toda pastilla.
Me comentaban hoy comerciantes del ramo de la alimentación que Septiembre está siendo un mes malo para ellos.
No deja de ser curioso que no haya cash para pechugas de pollo ni para tomate y lechuga, pero que los bares y restaurantes tengan una clientela fiel, ajena a gastos colegiales o abundancia de facturas post veraniegas, así como la de tan cacareada electricidad.
Me imagino a los prebostes eléctricos pensando que hay que achuchar más o nos lo gastamos en vino.
No estarían mal los bonos para vainas y filetes.
….y nos ira mejor con gripes y catarros.
Totalmente de acuerdo contigo. Soy socio de la Real y tengo ganas de volver a ver el ambiente que se respira con el estadio completo, pero esta medida que ha adoptado el Ministerio es cuando menos paradójica. He leído que tiene que haber una distancia interpersonal mínima de 1,5 metros y eso es absolutamente imposible, al menos en Anoeta (supongo que en el resto de estadios también), donde mi asiento está pegado al de al lado. Y qué decir de las gradas de animación.
En fin, no hay por dónde cogerlo.
A por el último empujón contra el COVID-19. Pero sería bueno que todos a una, para obtener unos mejores resultados. Lo de autorizar el 100% de ocupación en los estadios y pedir una separación entre personas de 1,5 metros es propio de alguien que no aprobó las matemáticas ni de primero de la ESO, o sino que me explique cómo se consigue.
Y sobre tener en Euskadi algunas normas más restrictivas que en otros lugares, parece que da y ha dado buenos resultados.
A los datos me remito….
Según el Instituto Nacional de Estadística, el incremento de la mortalidad en el año 2020 con relación al 2019, en el conjunto del Estado ha sido de un 19,98 %, y en la Comunidad de Madrid ha llegado a un 42,98%. Y aquí viene lo bueno, en Bizkaia ha sido sólo un 12,19%.
Por lo tanto menos quejarnos por las restricciones que hemos tenido y seguimos teniendo, y un poco más de reconocer que algo se habrá hecho bien, para obtener estos resultados.
Gargantua juridico y Tebas Falange guiando los pasos de los negacionistas futboleros, nada puede salir mal.
Y a los del Athletic todo esto ademas nos pilla con las defensas bajas tras perder finales.
Tiene gracia que después de que el interterritorial acordara recomendar a las autonomías no permitir el 100 % hasta que se llegara al índice de 14 dias por debajo de 50 por 100.000, y que no habiendose llegado a dicho índice en las principales zonas de la Liga (Cataluña Euskadi, Madrid, Baleares..), ahora sea Euskadi el malo, el que incumple la pauta marcada. Todos con prisa por llenar los estadios.. y nunca se llenan.
Esas prisas y ansiedades por ocupar el cemento no se han traducido nunca en aforo máximo permitido, en algunos casos ni a la mitad del mismo, ni con el 30% ni con el 60%. Así que la avidez de espectáculo in situ quedará, desde luego, para los casos muy cercanos de tu entorno, Javier.
Por otro lado las recaudaciones no llegan, de media ni al 15 % de presupuesto de ingresos de los Clubs, así que el empecinamiento en conseguir la ansiada libertad de pan y circo por parte del baranda de camisa azul no se justifica más que en la testosterona de enmendar la plana a un tío raro elegido en las urnas que hace caso a unos enterados con un cursillo que se reúnen en una chorrada llamada Labi.
Me parece que deberíamos de ser cautelosos y no iniciar una maratón de diversión sin freno de repente porque ha bajado la incidencia ,El virus sigue hay y no tenemos ni idea de su comportamiento a futuro ni cercano ni lejano . A ver si nos tenemos que arrepentir de nuevo por hacer las cosas mal y sin paciencia .