Desde su creación en 1963, todavía con el bajito de Ferrol vivito y fusilando, el Centro de Investigaciones Sociológicas ha tenido 23 mandamases. Dejando de lado a los del franquismo puro y duro, como el chisgarabís Rafael Ansón, solo habían dado algo de qué hablar la nulidad cósmica que atendía por Rosa Conde (en el felipismo del GAL y tentetieso) y Pilar del Castillo, una antigua trotskista convertida en adoradora y marioneta de Aznar. El resto, vividores del cuento demoscópico pagado por las arcas públicas sin más, se limitaban a cocinar las encuestas al gusto del patrón. O directamente a esconderlas cuando no había modo de tapar el mondongo. Es lo que hizo, por ejemplo, el hoy olvidado Ricardo Montoro (hermano de Cristóbal) ante las elecciones vascas de mayo de 2001. Aunque sus muestras señalaban sin discusión la victoria de Ibarretxe, prefirió no interferir en la mentira prefabricada que anunciaba el vuelco constitucionalista, con Mayor Oreja de lehendakari y Nicolás Redondo hijo de segundo de a bordo. Doy fe de que a Isabel San Sebastián se le quedó sin estrenar su traje de noche.
En todo caso, y a pesar, insisto, de las manipulaciones sin número, había llegado a los niveles de desahogo del actual baranda de la cosa, el turbio José Félix Tezanos Tortajada. Desde que su inicialmente despreciado Pedro Sánchez lo puso al frente del carísimo juguete, cada barómetro ha sido un cachondeo mayor que el anterior, siempre a beneficio descarado del jefe y acreditando fiascos vergonzantes cuando tocaba confrontar sus pronósticos con el verdadero recuento. Pero ahí se las den todas. El CIS no es el CIS a secas, sino el CIS de Tezanos. Categoría.
Por no hablar de Francisco Llera y su vieja escuela de predicciones fallidas y precocinados varios
No recuerdo fiesta más loca un domingo por la noche ni resaca más agradable que la de aquel 13 de de mayo del 2001. Recuerdo que los programas de las teles Españolas sobre las elecciones duraron muy poco y que Isabel San Sebastián concluyó que había ganado «la autodeterminación sin pistolas». En cuanto a Tezanos pues nada nuevo en el PSOE; jeta de cemento y seguir tomando a la gente por imbécil. Poco más.
Si, han pasado veinte años pero ahí siguen Isabel San Sebastián y el PSOE cada uno en su bando y a lo suyo, demostrando una vez más que España no tiene remedio.
Las encuestas a día de no son más que “agit-prop”. No merece la pena darle más vueltas. Ahora, lo de Tezanos realmente tiene delito. Una cara de cemento armado.