El gobierno español, junto con el resto de los de la Unión Europea, va a impedir la difusión en su territorio de los presuntos canales de noticias Russia Today y Sputnik. Y aquí es donde imagino a buena parte de los lectores diciendo para sus adentros que no tenían ni idea de la existencia de tales medios. Como mucho, les podían sonar remotamente, pero apuesto y sé que gano a que solo una ínfima minoría ha gastado un minuto de su tiempo con cualquiera de los potitos informativos que suministran las citadas cabeceras. Y serán menos todavía, si es que hay alguno, los que hayan conformado su opinión en función esas piezas.
Lo anoto para que quede constancia de la más que probable nula eficacia de la medida. De hecho, lo único que se ha conseguido, además de dar a conocer a estos contumaces difusores de trolas putinescas, es que la retroprogresía fetén se haya lanzado a clamar contra el intolerable ataque a la libertad de expresión que supone silenciar este par de pasquines. Quizá no les faltara razón a nuestros aguerridos campeones siderales de la dignidad, si no fuera porque se pasan la vida pidiendo la clausura del cagarro digital de Eduardo Inda o porque aplaudieron con las orejas que Twitter chapara la cuenta del nauseabundo Donald Trump.
Por mi parte, me declaro dispuesto a acatar lo que se determine como más correcto… pero en todos los casos. Si censurar está mal, lo está mal siempre. Si es admisible porque se persigue un bien superior, será admisible siempre. Por lo demás, y como norma general, prefiero pensar que la gente es mayorcita para saber qué se cree y qué no.
Pues lo mismo, exactamente lo mismo pensé cuando lo del autobús naranja aquel del «Hazte oír»; sí, hagan memoria, el del vehículo color naranja que lucía por todos sus costados el mensaje, por llamarlo de alguna manera, «los chicos tienen pene y las chicas vulva; es lo natural».
Pues bien, me permito recordarles que la reacción en muchos municipios fue que los mismos partidos que (dicen que) defienden la libertad de expresión, lanzaron todo tipo de invectivas contra el autocar de marras, prohibiéndole el acceso y el paso por el término municipal, utilizando para ello el argumento de que los promotores de la idea incurrían en un delito de odio. No hablo de localidades como Villarriba o Villabajo, integrada por sectarios montañeses. No: me refiero sitios como Madrid, Barcelona, Valencia y, of course, las capitales de EH.
Y es que, por lo visto, cuesta hacer ver que la libertad de expresión es única; es decir, o existe o no. Pero no hay términos medios. Pero el ser humano, gili por naturaleza, se ve que no lo entiende, no lo quiere entender, o le cuesta horrores. Y así vamos…
Morder con la boquita pequeña. Europa sabe que ante Rusia poco más puede hacer. Alguien puede creerse que con las sanciones económicas van a obligar a Rusia a parar la guerra? Con que gente cuentan los dirigentes de Europa para luchar en el frente ucraniano? Creen que la gente entre 18 y 60 años van a dejar todo para servir a la patria? Seamos realistas, Rusia hará que el mundo occidental reconozca que su patio trasero es suyo. Lo mismo que los USA hicieron con el suyo. No me pises el sembrao que se dice en el campo. Rusia tiene gente, armas y tiempo suficiente para alargar la guerra lo que quiera. Se sabe vencedor. Cuanto mas larga la guerra, mas cara le saldrá a Europa y los europeos no están educados para sufrir. Cuestión de tiempo. Somos la vieja y acomodada Europa.