Casi no merece la pena ni indignarse. Más bien, procede ahorrarse el berrinche y tomarse a beneficio de inventario la penúltima —vendrán mil más— pasada de frenada del PP con las transferencias eternamente pendientes. Es verdad que al Gobierno vasco le tocaba, como ha hecho ayer mismo, poner el grito en el cielo por la ruindad sin límites que supuso haber promovido una moción en el Senado exigiendo al gobierno de Sánchez que incumpla la legalidad, es decir, que bloquee el calendario previsto para el traspaso de lo muchísimo que todavía queda por llegar. Sin embargo, el pronunciamiento, que ha resultado firme y tiene el valor de venir avalado por los dos socios del Ejecutivo, llega cuando ese capitulo de iniquidad ya ha sido desbordado.
Ahora estamos donde no hubiéramos imaginado ni en lo más crudo de los años del plomo. De hecho, hemos vuelto al lenguaje del epílogo del último parte de la guerra civil, cuando los vencedores eliminaron el sistema foral de las “provincias traidoras”, Bizkaia y Gipuzkoa. El pizpireto líder de las falanges genovesas, Pablo Casado, ha actualizado la terminología, pero los resabios son los mismos. “Comunidades desleales” es la nueva acuñación del individuo, que no tiene empacho en proclamar que cuando gobierne retirará las competencias que sea menester a los terruños que no observen la debida adhesión inquebrantable al régimen que pretende (re)instaurar con la ayuda del figurín figurón naranja y del cid campeador de Amurrio. Y el PP vasco, silbando a la vía. El 25 de octubre tendrán los santos bemoles de soltar que el Estatuto sobre el que se ciscan es el que une a los vascos.
A estos políticos Españolistas, orgullosos herederos del REGIMEN aterrador de los NACIONALES de 1939, en cualquier país avanzado del mundo, no les permiten ni siquiera ser bedeles de un parlamento democrático.
Pero aquí han hecho «carrera», ya que esta su finca ganada en propiedad por meritos del Nazi-fascismo, es la colonia veraniega perfecta (Aun con la deuda impagable que les han endosado), para que dichos países democráticos europeos tengan, donde enviar a sus ciudadanos de clase abundante y de bajo recursos, 15 días de vacaciones, o de jubilación terminal , con descorche y mantenimiento barato, que les recargue las pilas para su vuelta a la disciplina trabajadora y administrativa de sus respetables ESTADOS libres, justos y democráticos.
Estos CAUDILLOS de IDEAS y MENTES CORTAS totalitarias, cuanto más maleantes son, más se justifican y estafan con propaganda desinformadora del pecado capital de la ENVIDIA HISPANA.
Nos siguen atormentando y aterrorizando, buscando cobardemente ilusos culpables, de sus propios desatinos gobernantes administrativos, en su cueva de «ALI BABA».