Ya es oficial: se ha abierto la veda del funcionariado. En Catalunya y Castilla-La Mancha han empezado con munición mediana. En la CAV, de momento, con tiragomas, pero ya se ve que las primeras medidas adoptadas por el Gobierno López para tocar el bolsillo y los derechos de los empleados públicos —incluyendo una moción de tapadillo en las enmiendas presupuestarias— son apenas el trailer de la película que estará próximamente en nuestras pantallas. Y para que nadie me afee que ya estoy con mis obsesiones en bandolera, añado que un ejecutivo de otro color habría actuado igual que este. Aquí la partitura la escriben otros. No es casualidad que las descargas verbales del presidente de la patronal española contra los empleados de la administración vayan ganando octanaje de declaración en declaración.
En un mundo ideal, limpio de trampas e intereses bastardillos, no habría nada de malo en acometer un debate así. Es absolutamente legítima la preocupación por el tamaño y la utilidad exacta de la plantilla pagada a escote por todos. Su optimización con arreglo a las necesidades reales será en beneficio común. No oculto, incluso, que me cuento entre quienes piensan que se debe racionalizar la función pública y, desde luego, cerrar la puerta a comportamientos parasitarios que, como tengo ojos, veo exactamente igual que todo quisque.
Ocurre, desgraciadamente, que esa idea que acabo de citar como excepción o simple dato entre otros muchos, se nos vende como norma general e indivisible. Si siempre ha pesado sobre los funcionarios y funcionarias la sospecha de que se pegan la vida padre sin dar golpe, en los últimos tiempos el recelo se ha multiplicado por diez y ya es pura inquina. En ese terreno interesadamente abonado no hay lugar para el debate. Ahí sólo juegan las tripas, que vitorearán a los gobernantes que empuñen la podadora contra los supuestos privilegiados. Por eso lo hacen.
Si hay bajada de sueldos, que se baje en proporción la de los políticos, y a su vez, que se vigile, por favor el fraude, de todo tipo. Tanto o más nos cuesta el fraude fiscal. Qué lecciones de moralidad nos van a dar éstos, Barcina y compañía, como muestra. Sin obviar que, de lo que yo conozco, entre el profesorado de la red pública se debe vigilar al que se coge bajas al principio de curso y el alta justo en vísperas de navidad. Y seguido la baja en enero, hasta semana santa, etc. Aquí hay mucho fraude. Pero, de quién es la responsabilidad? No es del médico que expide la baja?
Los Arturos Fernández, Roselles y demás gentucita de la patronal claman con entusiasmo por la reducción de los salarios de los empleados públicos y demás trabajadores. ¿Quién les va a consumir sus productos y servicios? ¿Algún empresario inteligente estaría a favor de que redujesen la capacidad económica de su clientela?
Sería bueno que los trabajadores recordásemos que los limitadísimos derechos con que veníamos contando hasta ahora se consiguieron con mucho esfuerzo.
¿Y cual es el tamaño y la utilidad real de lo que si que es ingente, y es la cantidad de jefaturas políticas que existen en las diferentes administraciones publicas?.
¿Cuanto dinero gastan los anteriores en dietas, coches oficiales, transporte pagado, pluses, etc?
Yo como funcionario también pago mis impuestos por lo cual ¿me pago yo también a mi mismo?, ¿ me pagan solo con sus impuestos aquellos que no son funcionarios?.
Un 40% de funcionarios son EVENTUALES, es decir NO SON FIJOS, por lo cual conocen las colas del INEM o de como se llame ahora más que nadie y de quienes son fijos los han conocido también, y si trabajan es por haber estudiado y pasado unos examenes una y otra vez muchos de ellos hasta conseguir el puesto, no lo han conseguido por ser amigo de. por ser amigo de están los jefes, se llame la empresa, área o lo que sea Metro, Eusko-Tren, Ertzaintza, Bomberos, Osakidetza, transportes, educación, carreteras, guardas forestales, jardineros, y demás.
De racionalizar algo se debe de racionalizar los cargos políticos, los suavemente llamados «cargos de Confianza», los cuales son cada vez más y cuales pulgas en un perro parasitan lo que tocan, y con unos sueldos que oscilan entre los 60.000 y 80.000 € anuales LIMPIOS.
Los funcionarios hemos estado y estamos ahora más que nunca bajo mínimos en cuanto a personal, y con ello se da un servicio PESIMO.
Un día de estos como ertzainas, bomberos, sanitarios, maestros, etc, paremos en serio y todos a una, algunos verán Paris sin acercarse a la muga, y a este paso se va a llegar.
Las condiciones laborales de los funcionarios deberían extenderse a todos los trabajadores, no al reves. Como hace poco decía un lider sindical creo que de ELA, nadie con nómina debe ser sospechoso ante otros trabajadores. La estrategia del «divide y venceras» es evidente. Y si en el mismo viaje se pueden limitar unas condiciones que son un referente peligroso para el resto de los trabajadores, mejor que mejor.
No deberíamos hacer el juego a unos dirigentes patronales sin escrúpulos que pontifican desde la cubierta de su yate.
La veda? Cuantos sobran? Cuantos estan desde la epoca de la dedocracia? y luego cada grupusculo tratando de meter ahi a los suyos! Yo no estoy en contra de ningun trabajador, pero el funcionariado es una raza que come aparte! Esos en lugar de servir al pueblo que para eso estan, piensan que el puesto les da derechos sobre los ciudadanos y eso si que es democracia y ahi no se aparta ninguno de derechas ni de izquierdas!
Y los sindicatos? Asi que entre unos y otros los funcionarios se han convertido en una mafia , trabajen donde trabajen y no me vale de que son eventuales!
Conozco un monton de gente que se ha pasado anos estudiando solo para oposiciones, ya sea a barrendero como a juez! Y eso sin hablar de la corrupcion!
Mª Luisa, no conozco funcionarios a día de hoy que estén trabajando gracias a la dedocracia.¿ Conoces tu a algún maestro, sanitario, bombero, policia, barrandero, fontanero, … que esté en la situación que denuncias? lo dudo y mucho.
Lo que conocerás será a nuestros jefes los cuales NO SON FUNCIONARIOS, no al menos en el puesto que ocupan, y si están por dedocracia del partido que gobierna en ese momento y en esa administración, sea Gobierno español, Gobierno Vasco, Diputación o Ayuntamiento.
Ahora que el PP «gobernará» el estado, los funcionarios estatales seguirán siendo los mismos, lo que cambian son los jefes.
Los sindicatos son unos parasitos tanto en el sector publico como en el privado, estos a nivel general son los vagos entre los vagos, y se hacen sindicalistas cogiendo meritos de vaguedad.
FUNCIONARIO II: barrenderos y fontanteros funcionarios públicos? Yo no lo sé. Eso existe?
Funcionario: todos los funcionarios que entraron en la franquistada! osea todos los que tenían 18 anos en 1975 y siguen trabajando. 35+18=53 les quedan 15 anos aun para jubilarse! Estan ahí los conozco ! En el Inem, en los consulados, en Hacienda, en Justicia…
De los sindicatos mejor no hablar! completamentge de acuerdo pero no olvides que todos esos que has citado maestros, policías etc etc están sindicados así que ídem de idedm a la corrupción y la vaguedad y hacer favores al partido o la guerra siucia y hacer desaparecer a la gente si hace falta como me esta pasando a mi!