Puta inmediatez

Puta inmediatez, o puta idiotez: a Nicole Zedeck le hemos conocido muchos más de los que le conocían por hacer mal su trabajo. Dio una noticia grave (que Hamás había decapitado a 40 bebés) porque se lo había dicho un soldado. No lo comprobó ni fue a ver lo que le habían dicho. La noticia, por su espectacularidad, corrió. Corrió tanto que se tropezaron periodistas, consultores y políticos como Borja Sémper a Isabel Díaz Ayuso, a los que debemos exigir un poco más de rigor. Hoy nadie ha podido confirmar que lo que Zedeck lanzó sin cuidado es cierto, y ella misma se excusa. ¿Lo harán quienes le siguieron?

Periodismo

Zedeck ha cometido un error. Pero por muy grave que haya sido, tenemos que relativizarlo. Lo peor de nuestra profesión es que llevamos a la primera página nuestras meteduras de pata y las firmamos con nombre y apellido. Solo la repetición de los errores, la insistencia en las equivocaciones, deberían de acabar con las reputaciones. Pero lo que está claro es que esta guerra, como la de Ucrania, y como todas, necesitan periodistas valientes que vayan, vean y lo cuenten. Como Zedeck (sí, ella también), como Miguel de la Fuente (que volverá a hacer equipo con Óscar Mijallo) o como Mikel Ayestaran.

Malo

Por definición, una guerra no la gana nadie. Siempre hay víctimas, destrucción, odio… Ningún resultado de la invasión rusa sobre Ucrania o la respuesta militar aplastante de Israel sobre Palestina después del injustificable ataque de Hamás será positivo. Y si algún país o alguna empresa obtiene algo positivo de la guerra, ese tiene que ser nuestro enemigo. Aaron Pilkington lo señala con claridad en The Conversation: Irán será el “vencedor” del cruento enfrentamiento que estamos viendo. Según el investigador, cumpliría los objetivos antisemitas y yihadistas que el régimen se marcó.

Siempre lo estuvo

Me parece bien que “el jefe de Derechos Humanos de la ONU” recuerde “que el ‘asedio’ de Gaza está ‘prohibido’ por el Derecho Internacional” (Europa Press). Porque ese asedio de Israel sobre territorios palestinos, hoy militar y por medio de una violencia directa, siempre ha estado ahí, de manera estructural. Volker Türk, como el resto de dirigentes internacionales, pueden y deben plantar cara a Israel hoy más que nunca. El ataque de Hamás, coorganizado por Irán o no, conocido por el Mossad o no, puede servir para articular una respuesta internacional y medida, o puede ser la excusa de Israel para masacrar a quien ya asediaba.

Correcto

Con el paso de los años me he aprendido a relativizar, a ser menos visceral, pero también me he vuelto más crítico con lo que me parece mal. En resumen: me parecen mal menos cosas pero las que creo que lo están me parecen muy graves. Por ejemplo: no entiendo por mucho que me lo expliquen hasta con marionetas por qué un funcionario público vasco puede compaginar su función (mejor pagada que en una empresa) con el mismo negocio pero en la privada, como hacen algunas y algunos médicos. Leo en The Objective que en Nafarroa y Asturias son penalizados y, a diferencia de a la redactora de la pieza, me parece bien.

«Ha sido ETA»

La frase que hizo famosa José María Aznar como la mentira más grande en política jamás contada fue lo primero que me vino a la cabeza cuando vi la respuesta de Consuelo Ordóñez a Rafael Hernando, el portavoz que Núñez Feijóo ha recuperado para el Congreso: la víctima de ETA afeaba la réplica en Twitter que había recibido del pepero. Hernando aseguraba que Gregorio, asesinado por el terrorista Txapote, hoy también gritaría “que te vote Txapote” a Sánchez. Y aseguraba también que “Goyo” fue su amigo. La de COVITE decía no conocer a Hernando y que, visto su tuit, él no conoció a su hermano.

Peor es el que la manipula

Estoy seguro de Santiago Abascal no es tan mala persona como nos transmite con sus declaraciones: “Avisa de que los primeros votantes de Sánchez serán ‘violadores, pederastas, golpistas, Txapote y Mohamed’, en referencia al rey de Marruecos”, informan en Europa Press. Estoy seguro de que Abascal no es consciente de la gravedad de sus palabras, de lo que significa lo que pronuncia. De hecho, me preocupan poco él y sus burradas, y me preocupa mucho el que se las escribe, el que se las hace memorizar, el que le asegura que eso es lo que tiene que decir, ¿para qué? ¿Quién gana generando odio? Sí sé quién pierde.

Esto está mal

El boicot, provocado o accidental por una presión mal medida, de los trabajadores de Navantia en Cádiz a Yolanda Díaz, que estaba dando un mitin en la ciudad, está mal. Está mal, para empezar, porque lo dice la ley, que es clara sobre el derecho de la ciudadanía a ser informada durante una campaña de las intenciones de quien se presenta. Y está mal porque algunos sindicatos y, lo que es peor, los movimientos asindicales (según El Independiente, estos trabajadores de Navantia acudieron “sin estructura sindical”) se han alejado del posibilismo para acercarse a la extorsión, y han cambiado el largo plazo por el cortísimo.

¿Quién es Tamara Falcó?

Sé quién es Tamara Falcó, sé que trabaja en “El Hormiguero”, sé que es una estrella en Instagram, sé que es el clavo al que se agarran las revistas del papel couché para conectar con la siguiente generación y sé que la creación de las estrellas “del corazón” es un fenómeno arbitrario. Pero me ha sorprendido la cantidad de información que toda la prensa ha publicado de su boda. Lo que no me ha sorprendido es que, como tuitea Tortondo, “los invitados a la boda de Tamará Falcó son como la programación del Canal Historia: nazis y tiburones”. Niñas y niños pijos con empresitas y descendientes de fascistas declarados. Qué cuadro.

¡Ah, sí, el cara a cara!

Por supuesto, también sé que ayer se celebró el esperado “cara a cara” entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. No estoy tirándome el pisto, no tengo mucho interés en él porque sé que si uno y otro han hablado de Euskadi habrá sido para mencionar lo peor de nuestro país: ETA y quien justificándoles. El poco interés que tengo es puramente profesional: ver cómo dos políticos que aspiran a gobernar un país se fajan en un diálogo televisado. Por el mismo motivo, por lo genérico, la pieza en The Objective de César Calderón me ha resultado de las más interesantes de la previa: “Siete formas infalibles de perder un debate electoral”.

Marruecos, también

No me sorprendió lo de Qatar y tampoco lo ha hecho lo de Marruecos: alguno de los eurodiputados acusados de aceptar sobornos de la dictadura que ahora alberga el Mundial también podría haber recibido generosos detalles de Rabat para influir. “El Catargate abre ya una caja de Pandora que podría ser mucho mayor”, adelantan en Público, y no les falta razón: La justicia belga ha abierto el melón sobre las posibilidades de influencia de países y, por qué no, de empresas en el Parlamento Europeo. Una cámara muy importante, decisiva, y muy alejada del control y la presión mediático necesarias.

Solo el fútbol

De Marruecos me quedo con el fútbol y con las celebraciones de quienes conviven con nosotras y nosotros, y han sabido jalear a su equipo sin provocar ningún desperfecto grave en el mobiliario urbano. Pero su gobierno, lo hemos visto durante toda la vida, deja mucho que desear a casi todos los niveles. También su propaganda, con la que intenta lanzarse como líder del mundo árabe gracias al Mundial (y con el permiso de Qatar): “Durante mi paso por Qatar vi muchas banderas de Palestina, pero no encontré una sola bandera saharaui… Una causa olvidada para los propios árabes. ¿Alguien ha visto alguna?”, tuiteaba Mikel Ayestaran.

“Os creéis dioses”

Yo no sé qué se cree Pablo Iglesias, pero sí sabemos, porque no se corta, lo que va opinando del periodismo (él lo hace mejor) y algunas y algunos periodistas en concreto. Su cruzada contra la prensa, la misma que le ayudó a llegar donde está, ni es justificable ni es justa (esta vez, le ha tocado a Iñaki López). Si uno escribe, como hago yo cada día, como hace él, tiene que aprender a leer (lo que digan de mí). Lo que no resulta razonable es que Iglesias pretenda que él y las y los suyos estén por encima de la opinión, por injusta que esta sea. Por cierto, ¿cuándo hablamos de cómo ningunea él a Belarra como líder de Podemos?

Algo no está bien hecho

No dudo de las buenas intenciones de Irene Montero cuando impulsó su cambio legislativo, como no lo dudo de casi ninguna política o político. Pero es evidente que en el caso de la ley del “solo sí es sí” algo no está bien hecho: “El Supremo rebaja a la mitad la condena de un abusador de menores por la ley”. “El número de condenados que se ha visto beneficiado por el nuevo marco de penas asciende al menos a 60”. Me desagradan por completo las y los periodistas que alientan el alarmismo, pero frases como esta de El Periódico de España tienen que provocar una reflexión, por lo menos: “12 personas han sido excarceladas”.

Son de chiste

Que Vox vuelva a pensar en Santiago Abascal para liderar otra moción de censura después de no haber encontrado a una candidata o candidato no político seguro que ha dibujado una sonrisa a Sánchez o Núñez Feijóo, y a mucha más gente. Pero la que da para la carcajada es esta nota de Europa Press: “Vox votará en contra de los Presupuestos de Ayuso en la Comunidad de Madrid”. Entre sus argumentos, el partido de extrema derecha asegura que “no pueden votar a favor ni abstenerse ante ‘un presupuesto de la izquierda con el PP’”. Son de chiste, es cierto, pero también son quienes han vivido muy bien siendo fachas de toda la vida.

Que nadie se mueva…

Nadie quiso moverse el lunes en el PP, todas y todos estaban estáticos, fijados por la foto que se sacaban y tuiteaban, ipso facto, votando al nuevo líder, al aclamado Núñez Feijóo. ¿El 99,63% de los votos? Pues me parecen pocos, igual Pablo Casado voto en blanco, o nulo, haciéndolo a Homer Simpson o con una rodaja de chorizo en el sobre. Nadie sabe quién será la díscola o el díscolo que no ha permitido ese 100% redondo en el haber del nuevo presidente del PP, que lleva ejerciendo como tal desde que Vox entró en el gobierno castellano y leonés. El nuevo PP empieza a la búlgara, por el bien de todos, que no acabe a la madrileña.

Que ya lo hacen otros

Nadie se mueve en el PP porque todas y todos quieren ser inmortalizados votando correctamente a Núñez Feijóo, y porque los de los vaivenes tienen que ser los del PSOE. Miquel Roig, una vez más, clavaba su tuit: “El Gobierno dice que ha informado a Argelia de lo del Sáhara y Argelia responde que es mentira (ahora el Gobierno dice que ya tal). El Gobierno anuncia que ya ha llegado a un acuerdo con los transportistas y a los 20 minutos tres nuevas patronales se suman al paro. El Gobierno anuncia la semana pasada que limitará el precio de la luz a 180€ el MW. El Gobierno anuncia hoy que ya no se plantea limitar el precio de la luz”.

No es un pedazo de tierra, es su ciudadanía

Cuando Zelenski habla de no ceder territorio ante Rusia no se trata de un pedazo de tierra, que en sí mismo es importante, por cierto. Se trata de una parte de la ciudadanía ucraniana que quedará bajo el yugo de un país al que rechazó democráticamente en 1991. Eduardo Saldaña recuerda en Twitter el mapa de aquel referéndum, en el que hasta en las zonas más prorrusas los votos a favor de la independencia fueron el 80% o más. Cuando hablamos de países hablamos de las personas que los habitan, que nadie olvide esto al mostrarse a miles de kilómetos templado contra invasiones o belicoso contra el derecho a defenderse.

Y no es Meta, es Rusia

Finalmente, no ha sido necesario que Meta (la empresa propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp) tome la decisión de abandonar el país de Putin: “Un tribunal prohíbe Facebook e Instagram en Rusia por ‘extremismo’. Acusa a estas redes sociales de difundir informaciones sobre Ucrania que no coinciden con lo que Moscú considera oficialmente ‘verdad’ y por contribuir a la difusión de manifestaciones por la paz” (Xavier Colás, en Twitter). Es Rusia quien aísla mediáticamente a su población para intoxicarla, para manipular el aislamiento económico y moral que está sufriendo la dictadura rusa (a la que algunos aún siguen justificando).

Definitorio

Tiene razón Borja Barba cuando tuitea que esta noticia de Europa Press: “El Defensor del Pueblo recibe quejas de ciudadanos que han invertido en ‘criptos’ y ‘han perdido todo’”, es un rasgo “definitorio de una sociedad que nunca jamás es responsable de nada y siempre exige explicaciones por sus propios errores”. Es así de sencillo: nos hemos convertido en una sociedad que solo exige y que hasta cuando una pandemia mundial limita su acción se queja, vía sindicatos, cómo no, ante los gobiernos, como si estos no fueran parte de la sociedad, sino entes a los que señalar, reclamar y seguir exigiendo.

Feijóo ya ha perdido

Núñez Feijóo ha empezado realmente mal su etapa como líder del PP en toda España… Y eso que todavía no ha sido designado. Titulares como este en El Independiente describen una derrota por KO en el primer asalto y ante un rival de risa: “Feijóo y Abascal pugnan por liderar la alternativa económica a Sánchez en 2023”. Si el gallego es percibido como un par del alavés, y además en el área económica, en la que Vox ni ha plantado batalla más allá de cuatro ideas básicas y poco realistas, es percibido como un líder político de bajísimo nivel al que no veíamos como tal solo porque Galiza queda lejos de los focos.

Como todas y todos

Núñez Feijóo habrá perdido en lo político, pero como sociedad estamos perdiendo todos: estamos secuestrados por bandas de intermediarios que se han hecho dueñas de todo mientras consumidoras y consumidores nos hemos dejado convencer con migajas de comodidad. En plena escalada de los precios de la gasolina sin que suba el petróleo, “las gasolineras se hacen de oro en el inicio de año y facturan un 40% más” (La Información). Y ahora nos secuestran los transportistas sin que sepamos si se trata de los sindicatos de extrema derecha o la patronal en busca de más beneficio.

Ya basta

Las y los trabajadores normalitos y, a la vez, consumidoras y consumidores abnegados, vemos cómo se ponen en fila para extorsionarnos quienes, encima, dicen hacer las cosas en nuestro nombre o por nuestro bien (y al final todo se reduce a “págame más”), mientras tanto, la radio o la televisión está puesta de fondo y oímos el horror de la guerra: el vídeo que Volodímir Zelenski exhibió ante el Congreso estadounidense muestra una Ucrania que bien podía ser Euskadi antes y después de los bombardeos. Con estos ingredientes estoy agrio y no necesito más cabreos de los que llevo encima ni que me den lecciones de nada. Y solo es lunes.

La vida de Valeria

Se llama Valeria Shashenok pero es conocida en TikTok como “valerisssh”, y es muy conocida: casi 900.000 seguidores tiene esta chica que lo ha perdido todo. Valeria ha contado en esta popular red social cómo ha cambiado su vida en menos de un mes: ha vivido el asedio y los bombardeos en Kiev y lo ha mostrado, también nos ha enseñado cómo ha salido de Ucrania y cómo ha llegado a Polonia. Y lo ha hecho todo con el estilo habitual de TikTok, haciendo visible la invasión rusa y sensibilizando a cientos de miles de chavalas y chavales que, como millones de personas adultas, no pensábamos que esto podía volver a suceder.

Y en el fondo, tenemos suerte

Mi hija tiene siete años, lleva casi un mes viendo cómo yo sigo la actualidad de la invasión de Ucrania con preocupación y en más de una ocasión me ha hecho una propuesta para resolverlo: “Que en Rusia elijan a otro ‘lehendakari’ y ya está”. Por un lado, me enternece, por otro me satisface ver que ella concibe el mundo con libertad de elección y con la posibilidad de intervenir sobre lo que sucede gracias a su voto. Pero ella, yo, nosotras, nosotros, somos una excepción, realmente: “Sólo el 13 por ciento de la Humanidad vive en democracias”, destacan en Europa Press en un titular que es un puñetazo en nuestro eurocentrismo.