El Rayo llega a San Mamés como una centella. Los de Vallecas son todo optimismo y alegría. Los de San Mamés llevan 6 meses inmersos en un estado de apatía y flaccidez futbolítica. Bielsa tiene que encontrar nuevos estímulos para que el equipo reaccione.
Los de Marcelo Bielsa comienzan el año como lo finalizaron: instalados en la mediocridad. Los granotas remontaron el gol de Aduriz y terminaron arrollando a lo leones. El Athletic parece que sigue en la Final de Bucarest. Los Reyes Magos no han tenido piedad con los leones.
El tango es la danza de la carne, el deseo, de los cuerpos entrelazados. Es un diálogo, la seducción hecha movimiento. Ojalá que en esta temporada 2013 el maestro tanguero Bielsa la seduzca paso a paso como lo hizo el año pasado susurrando….»El día que me quieras no habrá más que armonías, será clara la aurora y alegre el manantial…»
Un Athletic sin luces se despidió de 2012 quemado. Su juego no termina de encenderse ni alcanzar el brillo con el que la temporada pasada deslumbró. Los defensas volvieron a ejercer de Reyes Magos regalando dos goles. Y muchos de los jugadores más que estar en unas Felices Fiestas parecían estar en unas Felices Siestas. Esto huele a chamusquina.
Los de Bielsa quieren anticipar la cena de Nochebuena zampándose a los maños para despedir el año con una sonrisa e instalarse en la zona media de la clasificación antes del parón navideño. Que sea una Noche de Paz y de Amor entre equipo y afición.Y el buen deseo de que los leones vuelvan a ser tan glotones como la temporada pasada.
Una versión rácana del Athletic ha puesto todavía más en la cuerda floja a Caparrós que ha sumado solo dos puntos de 33 posibles. Los bermellones se toparon con un inconmensurable Gorka Iraizoz que fue el héroe del partido con seis paradas de extraterrestre y logró hacer bueno el impecable gol de Aduriz. Iraizoz parecía Spiderman.
Rojiblancos y bermellones se plantan en la antepenúltima jornada antes de Navidad hechos unos zorros. Desconfiados en la Liga y destrozados en la Copa. El Athletic se ha ido del torneo del KO por la puerta de atrás y debe recuperar cuento antes las señas de identidad con las que asombró el año pasado. Hay que tener cuidado con la tristeza, en Bilbao se ha convertido en un vicio.
