Bielsa consciente de la fatiga acumulada por los leones tras el partido contra el Sporting de Portugal y con las vistas puestas en el maratón de partidos venideros introdujo numerosos cambios con más de medio equipo de suplentes que dio como resultado: un Athletic desconocido, una derrota merecida y agur a la Champions.
El «Bielsa Team» llega a tierras mañas con la euforia propia de la clasificación para la final europea y el equipo zaragocista mentalizado para la consecución de tres puntos vitales para salvar la categoría. El «Loco» es consciente de que los leones pueden dar un paso más en esta grandiosa temporada y conseguir la clasificación para la Champions League.
Los leones aspiran a sumar tres puntos para seguir en la pelea por la cuarta plaza aunque inevitablemente con la mirada puesta en la semifinal del próximo jueves ante el Sporting en la Europa League. Deberán pasar del juego gris al luminoso que nos tienen acostumbrados los chicos de Bielsa.
El Granada fue uno de los equipos que le ganó al Athletic en la primera vuelta en San Mamés y ahora los de Bielsa quieren tomarse la revancha y seguir la inercia de victorias tras ganar al Sevilla y desbloquear su mala racha en Liga. Que continúe la escalada hacia los puestos más altos de la clasificación.
Tras el descomunal esfuerzo de ganar al Schalke en la Europa League los leones se presentaron en el Camp Nou cansados y mermados. Bielsa dejó de salida en el banquillo a Llorente, Muniain, Herrera y Amorebieta. El Barça ganó sin brillo con goles de Iniesta y Messi.
Villarreal y Athletic se verán hoy las caras a las 12, viviendo una realidad muy diferente de la existente en el pasado más reciente. Los leones, en racha, con ocho seleccionados entre la selección absoluta y la olímpica, visitan un submarino amarillo en horas bajas con vías de agua abiertas y que los rojiblancos esperan seguir torpedeando hasta hundirlo.
Los leones deberán apelar a La Catedral para resolver la eliminatoria de dieciseisavos de la Europa League que tuvo en ventaja gracias al jugadón de Susaeta y el gol de Bart Muniain, pero una segunda parte lamentable ha dado alas y esperanzas a los rusos. ¡Desastrovich, tovarich!
