Me llamo Bond Borbond

Me llamo Bond Borbond. Con licencia para vivir del cuento. El día 24, Juan Carlos I volvió a salir por la tele, ¡ojo en 25 canales!, y soltó el discurso menos visto en quince años. Clan TV le contraprogramó con Bob Esponja y contra eso no hay quien compita.

La bajada en la cuota de pantalla es el reflejo de una monarquía en decadencia. Pegado a la mesa con Superglue y a punto de ser retirado por los camilleros cuando acabase la disertación, detrás no había foto de familia. Había puesto la de su cirujano, que es de más confianza.

Seguro que si el rey elefante hubiera montado un reality a modo de Pesadilla en la Zarzuela, escenificando el annus horribilis de la Corona, subiría el share. Un talent show como La Voz con Letizia de coach y las infantitas en una audición a ciegas, tendría tirón. Si quiere que la gente le vea vaya al Sálvame a echar un poco de pimienta. Explique, por ejemplo, cómo es que su hija no está imputada junto al yerno chorizo, cómo se organiza un safari/cacería siendo al mismo tiempo presidente de una asociación para la defensa de los animales, cómo se finge veinte años que tu parienta es una santa cuando no la puedes tragar… Obviamente nada de eso apareció en la entrevista que emitió TVE el 4 de enero. Pues Juan Carlos, con este publirreportaje que es igual que si le entrevista Franco en el NODO, seguirá bajando la audiencia e igual le cierran el chiringuito. Aunque mejor ¿por qué no se calla?

Reyes ‘jubiletas’

 ¿Seguro que Melchor, Gaspar y Baltasar vienen de Oriente? Porque yo creo que llegan directamente de Bruselas. Son los únicos empleados que han adoptado a pie juntillas, y además de buen grado, lo de retrasar la edad de jubilación. Más que escribir una carta a sus Majestades, habría que leerles la cartilla. ¡Qué forma es esa de estimular el empleo juvenil! ¿Para cuándo un contrato indefinido y el ascenso de los pajes?

La CE pide insistentemente que nos quedemos a trabajar hasta muy viejos –también instan a Rajoy a que apruebe la eutanasia obligatoria a los 70 años para que no haya que pagar pensiones, pero ese es otro tema– y ellos se lo han tomado a rajatabla. A mí me da que sí han cotizado 38 años. Porque los que, contra nuestra voluntad, seguimos cumpliendo años, recordamos haberles visto hace bastante más tiempo. Aunque claro, al paso que cambian las leyes, fíjate las modificaciones que habrá habido en dos milenios de reforma de pensiones y el lío que tendrán montado con la base reguladora.

Quizá la explicación sea más prosaica. Y todo obedezca a que han contraído una hipoteca en plena burbuja inmobiliaria y todavía siguen pagando. O quizá hayan firmado una cláusula en el convenio de Magos para estar a salvo de un ERE. Igual es que sus Majestades tienen una pensión basura y deben meter unas horas extras todos los seis de enero que les redondee la jubilación. Por cierto, el jefe ¿les habrá pagado la extra?

La chulería de los servidores públicos

El populacho no comprende a su señoría. El presidente del Consejo General del Poder Judicial, Gonzalo Moliner, se ha quejado de que viajar en clase turista no da buena imagen y casi han pedido la guillotina. ¡Cuánta razón lleva este hombre! Lo mismo le pasa al pueblo buscando en los contenedores de basura, que da una pésima imagen. Y lo de vivir debajo de un puente por haberse quedado sin casa, queda muy feo.

Pero no se preocupe, que su pérdida de imagen la recupera Gallardón rápidamente con las nuevas tasas de Justicia. Así, a los juzgados solo irá gente bien y no tendrá que mezclarse con chusma. Quizá la recaudación sirva para devolver a su señoría sus privilegios, sus viajes en primera, los hoteles de super lujo y las comidas copiosas acompañadas de buenos reservas. Justo lo que necesitamos, que los servidores públicos vuelvan a chulearnos.

Lo siento, señor Moliner. Si viajar en segunda afecta a su imagen, puede viajar en clase superior o en un jet privado si lo desea, pero a cargo de su bolsillo. Además no es de recibo que usted, eminentísimo magistrado, pueda molestarse por viajar en turista. Tiene muchísimas más posibilidades de codearse con chorizos si embarca en primera. Aunque hay quien piensa que debería volar en la bodega de equipajes para proteger la imagen de la economy class. Y yo le invito, ilustre juez, con todo el respeto que por supuesto merece, a irse directamente a la mierda… eso sí en business.

La paga que no se paga

Como la Navidad se acerca han aparecido besugos a tutiplén. Por eso, Basagoiti anuncia que abrirá PPtokis en las localidades vascas (bautizados por algunos ya como Pipi tokis) con una tortilla de patata española esmeradísima. Con la Navidad prolifera también otra especie, los merluzos del norte. Como Patxi López que prometió la paga que no se paga y protagonizó en el último respiro de la legislatura su centésimo sainete.

Que ¿cómo se llama la película? La verás pero no la catarás. Porque solo los que creían en los Reyes Magos podían dar pábulo al anuncio del pago de la extra. Con esta bufonada, el lisensiado López ha escrito todo un manual de mamarrachada política sobre cómo hacerse el guay con sus funcionarios autonómicos disparando con pólvora del rey.

Tampoco hay quien se trague el cuento de que Rajoy y su damisela Soraya hayan secuestrado al Olentzero con la connivencia del Constitucional. Pero si tenemos en cuenta que el alto tribunal tardó tres horas en resolver el caso de la paga extra y siete años en dilucidar lo del matrimonio homosexual, podría exigírsele que se diera la misma prisa en paralizar los desahucios. Tan lentos e indolentes PPara unas cosas y tan veloces PPara obedecer otras. Con acciones como éstas ya suena por ahí el siguiente villancico: «Funcionarios y pensionistas se dirigen al portal para entregar a los bancos su paga de Navidad… y Rajoy en el pesebre se ríe porque está alegre…»

Ahora que ya tienen iPhone, iPad… compren el iPillow

Nuestros gobernantes demuestran que siguen viviendo por encima de sus posibilidades, o sea, de las nuestras. Porque ¿debe el Parlamento vasco empezar la legislatura de la austeridad comprando iPads para sus diputados? Seguro que los 115.000 euros que van a apoquinar son el chocolate del loro, pero el Iñaki de a pie tiene la impresión de que los 70.000 euros anuales per capita que cobran sus mercedes les dan para que se compren cacharritos de última generación de su bolsillo y así estén conectadas cuando les plazca.

Miren también sospecha de esa rara afición de los políticos por el iPad, el iPhone… sobre todo con nuestro iDinero. ¿Para cuándo el iPillow si quieren echar una cabezadita en la Cámara? Primero les compran un portátil, luego una tableta, mas tarde el toblerone (quiero decir el smartphone), ¿también les hemos pagado fundas de Luis Vuitton? Son 75 pero compran cien… tal vez por si comparten la tentación de sus colegas del Congreso de extraviarlos. Me imagino que 168.000 parados vascos están aplaudiendo estos días con las orejas. Y otros dos millones de ciudadanos estamos botando de inmensa satisfacción. Y digo yo ¿sus señorías, no necesitarán, por casualidad una Xbox 720, una Nintendo 3DSXL para sus churumbeles o una tele de 52 pulgadas en tres dimensiones? ¡Ah perdón! que, según Pilar Sol, diputada del PP en las Corts Valencianes, solo se compran teles de plasma lo pobres que cobran las ayudas sociales.