Van a por usted

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Van a por usted. Si es de los que aún vacilan con su voto para este próximo domingo, sepa que todo el tinglado de la campaña, con su publicidad colorista, carteles, rosas, caramelos, ruidosas caravanas y sonrisas de diseño, se ha creado para usted. Es verdad que los partidos se afanan también en fidelizar a los convencidos, pero priorizan su esfuerzo sobre ese 15% de inseguros. Igualmente, los debates, al margen de su espectáculo banal, sitúan la diana en este grupo, tan escéptico como diverso. Algo de persuasión habrán desplegado los debates de ETB, con buenas audiencias, sin que sepamos cuántos de los dudosos se asomaron a estas batallas de gestos y palabras, ni a quién se le ocurrió la chorrada de las preguntas secretas de un candidato a otro.

Los debates los ganó Urkullu con cierta claridad, sin entusiasmo. Proyectó confianza y un diagnóstico creíble de Euskadi. El lehendakari es hombre templado, previsible y no perdió el control por mucho que sus rivales le acosaran con tácticos ataques. Sorprendió Miren Larrion por su solvencia intelectual e inédita humildad, si bien, como el candidato del PNV, exhibe un bajo perfil emocional, con dificultad para expresarse de corazón. A Mendia le va mal su inapelable rictus y aún peor su escaso argumentario y agresivo desprecio al euskera. Zabala es dulce y valiente, pero inexperta y su tenacidad por estar a la altura es más que digna. Alonso le hizo el favor de usurparla su condición de víctima del terrorismo y obtuvo el silencio más estruendoso de estos comicios que bien podría valer un buen puñado de votos.

No han sido debates decisivos, porque no existen. ¡Que no! ETB2 presentó el del jueves como “el debate decisivo”. Por favor, eso es propaganda engañosa. La voluntad humana es una maquinaria compleja y simple a la vez que no se determina tocando una única fibra en un instante dado. Arriesguen los candidatos a jugar sus cartas de la verdad. Como decía la hermosa canción de Abba, “el juego está otra vez en marcha y el ganador se lo lleva todo, el perdedor tiene que caer”.

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