Guevara, el hermanísimo

 

origenche

A la hiperactiva dirección de nuestra televisión pública -media docena de estrenos de producción propia en apenas un mes- le ha traspasado la curiosidad filosófica de las grandes cuestiones metafísicas: ¿Quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos? Y sin tratar de resolver estos enigmas, nos ha propuesto, a nivel casero, que algunos ilustres descendientes de vascos, que viven al otro lado del Atlántico, sepan de sus raíces. Este es el noble propósito de Origen, el nuevo espacio de Olga Zabalgogeaskoa, que tira del hilo de Todos los apellidos vascos, al gusto de tantos ciudadanos que disfrutan de las fábulas genealógicas y el conocimiento de sus ancestros, una veta de la historia en la que creemos poco los mestizos. Por suerte, todos somos impureza y surtido.

El primer invitado tenía que ser especial. Y eligieron al hermano pequeño del Che. Con la eficaz ayuda de Josu Legarreta, director de Relaciones con las Colectividades con el lehendakari Ibarretxe, trajeron a Juan Martín Guevara, cuya familia vive protegida por el régimen castrista y él mismo comercializa, por concesión de la dictadura, los puros cubanos y, de paso, sus vinos argentinos. Y con estos méritos conoció sus orígenes alaveses, vizcaínos y guipuzcoanos en emocionante periplo.

El problema es que no todos nuestros herederos traen la leyenda del revolucionario, ni su coherencia hasta el martirio. Cuando pensaron en convocar nada menos que a la consorte del rey de Holanda, Máxima Zorreguieta, para mostrarle su pedigrí vasco, se encontraron con los antecedentes canallas de su padre, Jorge Zorreguieta, quien fuera secretario de Agricultura en la salvaje dictadura de Videla. También el asesino Pinochet -Ugarte de segundo- tenía lo suyo. Después del hermanísimo Guevara todo invitado parece poco. La nostalgia aspira a perfumar los hedores del pasado y encubrir su enemistad con el presente. Es mejor recordar poco y olvidar mucho. ¿Cuándo veremos en ETB la realidad de la nueva diáspora vasca, las vidas latentes de nuestros jóvenes diseminados por el mundo?

firma

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *