En su prolífica vida como pintor, Sorolla dejó varias pinturas dedicadas al mundo del vino, la vid, y los viñedos.
En la etapa de la que quiero hablaros, el pintor estaba muy preocupado por temas sociales, mostrando en sus cuadros, acciones y conflictos de gente corriente.
Joaquín Sorolla viajó a Jerez para reflejar uno de los vinos más apreciados, de ahí surge en el año 1914 «vendimiando en Jerez», todo un testimonio gráfico de una época desarrollada en plena madurez artística.
Fue un encargo de diez bocetos realizados en óleo, el tema son los trabajos realizados con motivo de la vendimia, son pinturas rápidas, realizadas con trazos muy sueltos, también resultan un valioso testimonio etnográfico, ya que se representa tanto el trabajo como la vestimenta usada para la labor, y otros muchos detalles.
Sorolla demostró una vez más ser «el pintor de La Luz» sus cuadros coloristas y alegres querían suavizar el duro trabajo en el campo, las mujeres curtidas por el sol con un sombrero y un pañuelo, y mostrarlo algo más dulce.
Entre los diez bocetos encontramos escenas costumbristas y también paisajes de viñedos, mostrando en todo momento la esencia de las personas sencillas en sus quehaceres diarios con un trasfondo tierno y orgulloso.
En esa época, los trabajadores Jerezanos vivían un momento difícil, muy preocupados por reivindicar sus derechos.
Estos bocetos se conservan en la actualidad en la casa museo de Sorolla en Madrid.
Un fantástico documento con mucho valor histórico y cultural.